busca entre mis delirios

martes, diciembre 18, 2007

not even once...

Regina Spektor · Samson



Algún día alguien tendrá que recopilar todas esas historias que todavía no existen porque nadie las ha contado, encontrarlas, juntarlas, documentarlas, ordenarlas, quitarles el polvo y hacerlas narrables. Sentarse en una silla cómoda y desde el edificio más alto que encuentre, tomar un micrófono y contar al mundo lo que nadie -salvo los testigos que las produjeron- sabe aún. Y ese día será el más invernal de todos los vividos. Quizá no llueva, quizá no haya tres dedos de hielo sobre los capós de los coches, pero para entonces el escalofrío habrá alcanzado ya otra dimensión.

domingo, diciembre 09, 2007

metaforseamos el viernes

Me gustan los viernes de impuntualidad sonriente en las que llenas el autobus enlatado con conversaciones en las que me pierdo y me llevas en volandas entre calles que se cruzan y nos pierden hasta encontrarte haciendo muecas frente al espejo de un probador, y reir hasta el desencaje en un restaurante nuevo que nos recomendó alguien con nombre gracioso para luego resultar un agradable descubrimiento al que sé que volveremos, y compartir friolera a tu lado para que, entre tus bromas, chistes y delicias consigas que el escalofrío se vuelva templado, y calmar las manos frías alrededor de una taza de café que preludie la galletita que lo acompaña y en el que mojamos sin miedo esas conversaciones en las que no estamos de acuerdo, y que después de todo te dejes invitar por mi a una de las peores películas que habrás visto en lo que va de año que acaba, y cuando de pronto se hace de noche, correr aprisa hasta el metro, casi volando, para no perderlo, y llamar al chino desde el autobus que nos devuelve a casa, para que nos vaya haciendo la cena y esté lista para cuando queramos llegar, y convertir el fidel en nuestro manjar exquisito, y acurrucarnos, tú conmigo, en el sofá de mi salón, y que pase la noche poco a poco, bonita, perfecta, mientras nos reimos de todo lo que nos rodea, sin darnos cuenta de que mi gata nos mira atónita, sin entender, pero seguramente sonriendo.

miércoles, diciembre 05, 2007

perfil de frente

Es mi declaración de intenciones. No un anuncio clasificado. Ni la pintada en un baño. Ni un susurro a medianoche con intenciones destapadas. Ni una indirecta calculada en base a un sistema de ecuaciones.
Es mi verdad por delante. Mi cada instante aprovechado. Mi forma de vivir mi vida conmigo y contigo a la vez. Mi yo soy y así siento. Mis principios en escaparate acristalado (y sin luces de navidad ni precio etiquetado!).
Regalo besos sin argumento, frases sin diálogo que declaran por su sinceridad, historias destramadas, cafés sin orden causal ni temporal, cosquillas alocadas, letras desnudas y planas que cuentan sólo cuando las lees, mi historia en cliffhanger ininterrumpido, con un happy ending que no acaba de terminar. Tú dame una risa sin guión, sin motivo y sin esfuerzo. Riete conmigo, que la historia se cuenta sola.

viernes, noviembre 30, 2007

a medias

que alguien encuentre mi mitad, que ando incompleta por mi viernes.
que ni me sale descojonarme ni arranco a llorar.
ni puedo cabrearme del todo ni fingir que me alegro.
que me quiten la indiferencia y me la cambien por algo de emoción.
y si pueden regalarme un extra de energía para mi segunda despedida a largo plazo del día, mejor.
eternamente agradecida.

viernes, noviembre 23, 2007

viernes

Con la nostalgia adormilada, un par de zapatos viejos que nunca he lavado, el grito del invierno, y yo sin bufanda, con un par de explicaciones en silencio, todo lo que digo y todo lo que callo, el ritmo en acorde sostenido y la letra de lo que soy y lo que no seré, si no es imaginando, con un libro abierto por el final, un bolígrafo que escribe algo que sólo yo entiendo, con un sobre con sello a su cara pegado y miles de letras que vuelan a tu lado, con el paraíso de la ambigüedad que a tantos asusta y un salto al vacío sin paracaidas, con todo lo acumulado, pero sólo lo bueno, nada de amargo, con la sonrisa pintada en los ojos, y la verdad escrita en mis labios, todo el otoño mirando al verano y una sombrilla cubriéndome el charco....

jueves, noviembre 22, 2007

ignorar el souvenir

Todos guardamos recuerdos. Debe ser una afición extendida... No me refiero tanto esos productos intangibles que la memoria almacena en nuestro archivo interno que explican y narran por nosotros las cosas que nos han pasado hace un tiempo relativamente largo. No, hablo de los recuerdos físicos; ese libro, esa flor reseca, esa entrada de cine, ese anillo, aquel regalo o aquella fotografía. Pequeñas absurdeces que por un lado creen (erróneamente) poder reflejar lo que fuimos hace tiempo, y por otro, nos atan con un pasado que ya no existe y que se empeñan incesante (y peligrosamente) de traerlo al presente cuando eso ya no es posible. Esas cosas que, de haber estado vinculadas a historias que nos acabaron haciendo daño, lo reproducen en el momento en que se presentan ante nosotras. A veces pesan, porque nosotras mismas sin darnos cuenta, los cargamos con kilos y kilos de elementos artificiales que no tienen. Y cuanto más pesan, más nos cuesta cargar con ellos y tirar hacia delante. Lo bueno es cuando exahustas de tirar y tirar de ellos, forzándonos a arrancarlos de donde ya han echado raíces, nos damos cuenta de que están muertos. Que esa entrada sólo vivió esos instantes entre la taquilla y el acomodador que la cortó. Y ese peluche sólo respiraba mmientras la historia con quien te lo regaló latía. Y ese barco de papel que alguien te hizo, sólo pudo navegar mientras tenía agua debajo y hoy, en cambio, no es más que un trozo de papel cualquiera doblado a conciencia con forma de barquita. Y esa foto que cuelga de la pared, es más una obra de ficción que una representación de quienes aparecen. Que esa que sale en la foto, sólo se parece a tí; es alguien que fuiste y no lo que eres ahora. Que para eso tienes el espejo, que seguro que no miente tanto.

miércoles, noviembre 21, 2007

existencia de desayuno

Esta mañana el cuco de mi móvil piaba más bajo de lo habitual. Creemos que se ha acatarrado, los fríos le afectan todos los inviernos que se adelantan. El sol, además, se había quedado traspuesto y aún andaba la luna de guardia. Y yo, en la cama y casi sudando, no quería dar por inaugurada la mañana. No todavía. Me dejé puestas anoche las cintas adhesivas en los párpados y ya me sabía el dolor del tirón matutino que siempre se hacía llegar. Eres la esencia de tu propia existencia. El edredón me cubría desde los tobillos a la cabeza y la almohada viscolástica había terminado ya de hacer el molde de mi cara. Levanté la vista, con el tirón debido, y le vi sentado en mi silla de estudio. Cegada por la confusión del despertar pensé que se trataba del Doctor, que regresaba de alguno de sus viajes, y por un momento estuve apunto de lanzar la pregunta: ¿abducción o deducción?. Me di cuenta a tiempo. Has perdido peso, Jean Paul! Te confundí con Holmes...qué andas haciendo tan temprano?. Nada, sólo existo, me respondió. Me percaté de que los camiones con la sal no habían pasado todavía, y a consecuencia de ello, el suelo que me lleva de mi cuarto a la cocina estaba totalmente helado. Y para colmo sólo logré encontrar la cadena de mi pie derecho. Me arrastré como pude con Sartre aún calentándome la espalda, murmurando y provocándome al mismo tiempo. Le había dicho hace tiempo que no tenía sentido aquello. Que sólo se puede discrepar cuando dos personas no estaban de acuerdo, pero él persiste siempre, y repetía con pasión palabras que se le caían por el pasillo. Llegados a la despensa con la angustia de la certidumbre: quizá la cafetera también ha trasnochado. Por suerte Camus se había adelantado a todos los demás, y servía con cuidado el espresso en las tacitas. No le dije nada, pero le quedó el carburante más amargo de lo que mi garganta soporta por las mañanas. Al menos ahora Albert y Jean Paul se entretenían juntos como dos niños en el patio de un colegio dispensándose entre sí sus pestes, naúseas y violencias retóricas. Y Marcel no se inmutaba. El pobre llevaba embobado en su magdalena desde hace varios días. Espera algo, pero nadie sabe muy bien qué. Pero yo sé que no le importa perder el tiempo; sólo me vale que disfruta con ello. Menos mal, me digo para mis adentros, que Nietzsche y Vian se fueron anoche al concierto de Ellington. No me imagino si no la fiesta matutina. Desde el baño y observando un poco atónita lo líquida que salía hoy el agua, Freud despierto por accidente, colgó nervioso sus piernas en el hueco de mi techo y me gritó (claramente enfadado por el jaleo que se desprendía de mi cocina) que todo esto es culpa de mi madre. Si al menos ella estuviera aquí, me digo, cerraría confundida y angustiada por no saber entender nada, las tapas duras de mi imaginación y cada mañana sería tan vulgar como la anterior y todas las demás.

sábado, noviembre 17, 2007

un dia qualsevol



Despierto. Me levanto. Me activo. Voy. Llego. Escribo. Leo. Contesto. No digo. No miento. Vengo. Estás. Te encuentro. Río. Bailo por dentro. Hablo. Escucho. Contesto. Paseo. Paseas, contenta. Disfruto. Miras. Respondo. Te veo. No me ves, pero me encuentras. Me tienes. Te descubres. Me descubro. Regalas. Placeres de papel. Te invito. Ratito líquido. Marcho. Adios. Hasta mañana. Nos vemos. Mañana es hoy, pero será ayer mañana. Te irás. Me quedo. Sonries. Sonrio. Llegas. Escribes. Te leo. Contesto. No dices, diciendo. Eres. Soy, siendo. Apago. Me acuesto. Duermo, sintiendo. No pienso. Te sueño.

martes, noviembre 13, 2007

sólo tú

hay días raros, como hoy, que no son buenos ni malos, que se disfrutan como cualquier otro y que se viven con pasión desenfrenada, días en que la noche cae despacio y sin prisa, apremiando al mínimo las ganas de acostarme y acabar con todo lo que tuve y lo que queda por delante hasta la mañana siguiente, y que mirando absorta por la rendija minúscula entre el alféizar y la persiana, me sorprendo deseando llorar, lágrimas dulces esta vez, de esas que se hipan con risas nerviosas y destellos de luz interiores, no cómo las últimas veces en que me sobrevino la pena, o la inseguridad, o las certezas de un futuro planificado a la fuerza, o la no-confianza por/en/hacia/con otras personas o en otras situaciones, no, lágrimas de alegría, como sólo tú (hasta ahora) has sido capaz de provocar en mí. y entonces lo consigues...

jueves, noviembre 08, 2007

californication

Estamos en medio de la era de las series. El punto exacto en que una se pierde en el océano de emisiones al otro lado del charco, siendo realmente complicado establecer un calendario fiel y efectivo de cuando sale el torrent de ésta, o cuando estarán los subtítulos de aquélla. Es difícil elegir a cuál le das más importancia de entre todas, sobre todo cuando simultánemente estás viendo más de las que pueden contar los dedos de una mano. Pero no es eso lo que me ocupa aquí y ahora. El atolladero de una freak de los seriales puede ser asunto divertido para otro post, pero no para éste. A la espera de la cuarta de Lost, que suenen estos títulos: Weeds, The Office, How I met your mother, Damages, ¿Heroes?, ¿Desperate Housewives?, ¿Tell me you love me?. Son algunas de las que se emiten ahora, quizá las más recomendables (entiendan como duda existencial las acompañadas de signos de interrogación). Pero hay una sobre todas las demás, que destaca, que alucina y que engancha por encima del resto. Una nueva. La del nombre de este post; Cali-fornication [el guión separatorio es mío].


Es de Showtime (y no es un dato trivial). La protagoniza (el grandioso y espectacularmente sexual) David Duchovny. Se desarrolla en Los Ángeles. Y trata (simplificando al máximo) de esa línea fina y bonita que hay entre el sexo y el amor y de cómo algunos la confuden tanto. Como dijo Espoiler "Californication no es una serie de sexo, es de amor". Yo recomiendo que no leáis nada sobre ella, que acudáis a los doce episodios de escasa media hora con la mente tan limpia o llena de prejuicios como podáis. Aseguro disfrute, risas y grandes dosis de satisfacción. Y alguna lágrimita también.

[Penny, pensé en tí la primera, va de camino...]

miércoles, noviembre 07, 2007

(a la) espera (de)

Estoy aquí sentada, en un lugar cualquiera, pero éste en concreto, al lado de la ventana que da a la calle. Un café del centro de Madrid, a cuatro metros del de enfrente y a tres calles del otro que suelo frecuentar. He recibido órdenes de no moverme de aquí. Éste es el sitio para nuestro encuentro. Aguanto mis ganas de ir al lavabo, no sea que en mi ausencia llegue mi cita y se marche de nuevo al no encontrarme. Rechazo del mismo modo las llamadas que incesantemente entran en mi pequeño aparatito celular, pues si se retrasara y quisiera hacérmelo saber o decidiera en útimo momento cambiar nuestro punto de encuentro, me gustaría que hallase libre de interferencias las ondas que nos unen. Pero contradiciendo a Barthes, no siento angustia en mi espera. Espero por esperar, con distensión y naturalidad, mientras observo a los demás coetáneos del café, los que no esperan a nadie pero seguro que, como yo, sí esperan algo. No entrará ningún ser real por esa puerta para mí, pero llegará aquello que no tengo. Y quizá para entonces las cosas cambien, o quizá no, pero lo más seguro es que este blog volverá a latir, a vivir, a crecer. Y yo volveré a escribir con asiduidad. Está al llegar, lo sé....

miércoles, octubre 24, 2007

fiction-non fiction

Lo primero que recuerdas de ella es una cara linda. En el segundo parpadeo mental, ves un violonchelo. Uno particular, el que rasca ella. Pronto ves sus manos, finas, pequeñas, estilizadas, ideales. En un tercero, a Lola Herrera, borracha y gritando junto a un picaporte algo parecido a "Arantxa, hija mía, lo siento tanto!!! Abre la puerta!". Luego ves a un Alterio haciendo de Freud, a Unax Ugalde interpretando a un Quimi bueno. Y luego la vuelves a ver a ella, sola en una habitación. Te recuerda a tí de algún modo, de demasiadas maneras. Pronto te das cuenta de que no es un reflejo, es una representación. Varios parpadeos memorísticos después rescatas esa cara bonita que se autograba en una cinta VHS. Y sientes ese escalofrío al desenvolver su regalo. Y luego la ves muy poco, muy corto, en unos autos de choque. De pronto, y fugazmente, se abre un telón, y se vuelve a bajar. Y te sigue recordando a alguien que fuiste. Las tablas, el eco, los asientos de madera de ese restaurado teatro. Y se abre el telón, y se vuelve a bajar otra vez. Una cara, un violonchelo, un grupo, un regalo, el teatro. Y de nuevo ella. Un nombre pegado a un apellido que le hace inconfundible, y ahora apenas empieza a sonar. Una sonrisa y su mirada. Esos ojos y su forma de sonreirte con ellos. Bárbara, ella. Encima de un escenario pero sin actuar (¿o quizá si?). El preestreno de Oviedo Express, la última película de Gonzalo Suárez. Y ella lo abarca todo. Emma que es Bárbara. Bárbara que es más Goenaga que nunca. Dicen, se dice, todos somos actores, todos somos ficción. ¿Y ella? ¿Es ficticio su ángel? ¿Realmente se puede ser tan buena actriz en eso? Cierro los ojos y busco un recuerdo que aún no tengo. ¡Parpadeo, inventa, rápido! Mírame otra vez Bárbara, dime que no...

viernes, octubre 19, 2007

08:40

Las nueve menos veinte. Eso dice, y yo le creo, el reloj colgado justo encima del cartel que anuncia la salida (abajo) y la sala Club AVE (izquierda). ¿Qué hago aquí? ¿Qué situación es esta? Sola. Un viernes casi amaneciendo. Con una mochila de más de 20 kilos a mis pies, una bolsa de picos para mi madre y la cara húmeda. Un Suzuki Grand Vitara de exposición mirándome con las largas apagadas por compasión. Decenas de personas que van, vienen, esperan o acompañan. Caras largas. Sueño acumulado. Un madrugón detrás de otro. ¿Por qué hay tan pocas sonrisas en las estaciones? ¿Por qué ni a mí misma me sale sonreir? Estiro la cara, empujo los labio, lo intento, pero no. Dos guardias de seguridad que se pasean tranquilos a lo largo de la sala. El cincuentón de mi derecha peleándose y murmurando al mismo tiempo, increpando al móvil a que le deje escribir su mensaje. Las tiendas cerradas. Los bancos semi vacios. Dos guiris que siguen mirando el mapa. Me pregunto si estarán donde quieren estar. Y un cartel publicitario de Costa del Sol me inquiere... "So, what's your game?" Eso, ¿cuál es mi juego? Pero espera, ¿es que juego acaso? ¿A qué estoy jugando? Quizá juegue a ser la fuerte allá donde vaya. La capaz, la optimista, la valiente, la atrevida, la decidida. La de los dos ovarios. Juego a callar lo que no se quiere oir. Juego a fingir que sí, que yo también creo que todo irá bien. Me paso la vida siendo la que nunca se derrumba, la que ¡no, yo no me puedo venir abajo!. La del temple, la punto de apoyo y sujección. La pirata de boquilla, la que lleva el timón. Y sí, es cierto, juego a combinar la Laura que soy con la que otros necesitan que sea. Y así, sin apenas darme cuenta, he llegado a serlo por fuerza. Me pregunto si será un efecto placebo o realmente soy tan valiente como todo el mundo piensa.
Nueve menos cinco en esta silla metálica y fría de Santa Justa. Viernes diecinueve de octubre. A partir de las 4 te llevan la bombona. Y no te olvides de felicitar a Eva, que es su cumpleaños. Por cierto, se me olvidó apagar el calentador al salir de casa, he tenido una mañana de locos. Hoy estrenamos "Las trece rosas". Deséame suerte. Va a ser una tarde horrible.

domingo, octubre 07, 2007

walkin' in soho


Me cuesta creerme que hace veinte días empezaba mis segundas vacaciones en Sevilla, que hace trece llegaba a Donostia y me colgaba la acreditación del cuello, que hace sólo cinco, gastaba los últimos alientos de mi descanso en Barcelona y que hace dos, llegaba a Madrid y casi de inmediato estaba vendiendo entradas para películas que he visto en el Zinemaldia. Cuando te mueves, el tiempo pasa más lentamente. El otoño es una época extraña.

Las caras que he visto durante las últimas tres semanas han ido cambiando con el movimiento de mi cuerpo. De ella a él hay mil kilómetros, tres idiomas y dieciséis días. He visto al mismo sol salir desde cuatro ciudades diferentes. Las puntitas de mis dedos han tocado dos mares y la lluvia me ha perseguido allá donde fuera a parar. He dormido en cinco camas distintas contando la mía, que casi ni me reconocía. He atravesado la Península de centro a sur, de sur a centro, de centro a norte, de norte a centro y de centro a norte de nuevo, para volver finalmente a desde donde partí. Idas y vueltas constantes, tres maletas hechas y deshechas. Lavadoras. Billetes. Reencuentros. Encuentros. Visitas. Nuevas experiencias. Giros en mi espiral vital. Repliegues. Tropiezos. Abrazos. Regalos. Delirios. Mis ángeles. Mi vida conmigo. Tu vida sin mí. Todo concentrado y sin conservantes, agotándose a cada momento que pasaba, pero viviéndolo al máximo.

Hoy ya estoy de vuelta. Con el domingo llega un poco el lunes, y con él las clases conjugadas con el trabajo, el decreciente tiempo libre y todo lo demás. Sé que si no fuera por vosotros, la sonrisa [que no me falta] se vería mucho más triste. Así que gracias. Por todo y a todos.

lunes, octubre 01, 2007

zinemaldia 2007


Ha sido un festival redondo. Algunos lo aseguran con total convicción, más guiados por la comparación con ediciones (de muy mediocres a patéticas) anteriores que por la propia objetividad real de quien tiene los pies sobre la tierra. Y la verdad es que ha sido fácil emocionarse al ver que en un día se han disfrutado dos (¡y hasta tres!) películas de notable. El Zinemaldia nos tenía acostumbrados a los bostezos, las huidas a media película de la sala y los resbalones vergonzosos del palmarés a última hora. Este año no. Este año hacen falta por fin los dedos de las dos manos para poder nombrar las películas que realmente han merecido la pena. Y los dientes no chirriaron casi nada cuando a las 4 de la tarde del sábado el jurado compareció frente a la prensa para comunicar su veredicto definitivo (eso sí, a Querejeta y Portillo les quedan grandes sus dos premios). Todos contentos y el festival satisfecho. Cogió altura por fin, pero eso ya lo he dicho.


Voy a recomendar encarecidamente que disfrutéis un ratito de la merecidísima ganadora del premio grande, esa Concha de Oro a mejor película que le viene que ni hecha a medida a "A thousand years of good prayers" de Wayne Wang. Una película pequeña, intimista, sencilla y con mucha personalidad, capaz de atrapar a cualquiera con un poco de sensibilidad. Una fábula preciosa acerca de las barreras y los baches en la comunicación, mucho más allá del Lost in Translation.


Prohibido perderse "Caramel", galardonada con el premio del público y el de la juventud. Nadine Labaki nos trae esta película libanesa (su primera obra desde detrás de las cámaras), retrato de un Beirut sensual, cálido y cercano a través de las voces de tres peluqueras y otras tres coetáneas que pasan por el centro de belleza. Seis voces, femeninas todas ellas, que viven y transmiten lo vivido desde un tono cómico y ligero. Preciosa. Deliciosa.


Puedo seguir con "Exodus", una de las muchas películas orientales que han llenado el festival este año. Ésta en concreto llega desde Hong Kong, de la mano de Pang Ho-Cheung. Una historia simple en clave de humor acerca de la conspiración mundial de las mujeres para matar a los hombres y así exterminar el mal en el mundo. Un argumento estrambótico para no menos delirante desarrollo. Una película sin duda diferente, extraña, absurda por momentos, pero tremendamente divertida, contundente y disfrutable. Cien por cien recomendable. Por cierto, se ha hecho con el premio del jurado a mejor fotografía.


"Death at a funeral" del británico Frank Oz, vuelve a ser la vuelta a la vuelta de tuerca de las comedias de humor negro centradas en la muerte. Apoyada en un tremendo trabajo de marketing, esta película llega a España con ganas de ganarse todas las carcajadas del mundo, y lo cierto es que lo consigue muy fácilmente. Carcajadas, risas y lágrimas del esfuerzo por contenerse. Con una trama muy cerrada sobre sí misma y unos personajes muy fieles a sí mismos, se construye sola esta película flotando en la livianeza de sus pretensiones. Para pasar un buen rato. O para morirte de risa.


Y dejamos la comedia momentáneamente para pegar el gran salto transcendental del zinemaldia y de todas las películas que hemos visto en él. Llega Julian Schnabel y se tambalea todo. "Le scaphandre et le papillon" es una de esas películas que debes ver. Partiendo de la base de la -perdonen el atrevimiento- rancia historia de un minusválido que primero quiere morir, después intenta vivir y al final acaba la vida decidiendo por él, Schnabel dibuja con pincel fino la agonía de la vida, la alegría de la muerte y las sonrisas del proceso de la una a la otra. Conmociona a la vez que emociona, y lo hace con tamaña precisión que escalofría al ser vista. Sin sentimentalismos, libre de manipulación emocional. Pura y directa. Una gozada de película.


Y del mismo director, otra maravilla, musical esta vez: "Berlin". Lou Reed grabó Berlin en 1973. Resultó ser un gran fracaso comercial y el album engrosó la lista negra del neoyorkino. Nunca lo tocó en directo. Sin embargo, en diciembre de 2006, en el St. Ann's Warehouse de Brooklyn durante cinco noches seguidas, interpretó esta obra maestra que Schnabel convirtió en cine y guardó en negativo para que nosotros pudiéramos encogernos en la butaca un año después y para el resto de nuestras vidas.


Y de música sigue la cosa. Si Lou Reed nos hizo bailar en la butaca, Ian Curtis pasó de hacernos tamborilear los pies contra el suelo al son de sus acordes a casi provocar la lágrima final generalizada. A modo de biopic, pero sin llegar a serlo, "Control" de Anton Corbijn, narra las idas y venidas del cantante de Manchester, desde sus primeras letras hasta la formación de Joy Division, y desde su primer concierto con el grupo hasta el último, sólo tres años después. Una vida corta, pero intensa, marcada por la epilepsia, las benzodiacepinas, las traiciones, las infidelidades y la música. Siempre la música.


Y voy a terminar con una última recomendación, si es que alguna de todas las que la preceden, logran verse en pantalla nacional en un futuro. Se trata de "Lynch", un documento cinematográfico que desvela los pensamientos más internos del director de Montana David Lynch, todos ellos pronunciados durante el rodaje de la delirante Inland Empire. Quizá viendo este documental logremos entender por qué no hay que intentar entender ninguna de sus películas. Es posible que a través de su filosofía, lleguemos a la razón de sus inconcruencias. Puede que "Lynch" hable más de sus películas que lo que ellas mismas han sido capaz de decir a lo largo de su filmografía. Tal vez despoje a David del misterio que le envuelve, de la mitología sobre su mente enferma, de su fama de personaje estrambótico y sinsentido. O tal vez no....

domingo, septiembre 30, 2007

orden

Ordeno mis prioridades con las tuyas. Se mezclan, se revuelven y se distancian; nos distancian. Se pelean entre sí y no logro la manera de que lleguen a un acuerdo mutuo. Teníamos un Plan (o yo tenía un plan, ya no recuerdo...), pero lo echamos abajo entre todos. Me planteo ahora la consulta popular, pero para qué, si alguien acabará por levantar la voz más que el resto y asegurará que es ilegal, que es ilegítima y que no lleva a nada. O peor, que aún haciéndola, no les gustará el resultado ni a mis prioridades ni a las tuyas. La cosulta se dará por inválida al no contentar a todos y acabará por servir a ninguno. Y aunque siempre nos quedará el referendum nacional, me niego a permitir que los que no deben, decidan por nosotros. Hablan ahora sus portavoces (la de nuestras prioridades) e interceden por ellas guiados por la voz de sus propios intereses, manipulando el diálogo y trastocando la voluntad democrática de a las que representan. Y así se ordena la agenda del día. Y también la de la semana, y la del resto que queda hasta que acabe el mes que mañana empieza. En los (pocos) huecos se acomodan nuestras ilusiones. En (alguno de) los fines de semana de noviembre, nuestra esperanza. Y en el (agobiante) estresss, la agonía del día a día. Y siguen las negociaciones; tu parte y mi parte deciden movimientos. Mientras tanto, continúa el diálogo, que no pare. Ya hablamos mañana. O si no el viernes....

sábado, septiembre 29, 2007

perfecto



... y un día sales a la calle y ves a media ciudad asomada al balcón de un playa, preguntándose quién fue el culpable de tamaña irresponsabilidad. La concha no era concha, sino perla. Alguien se dejó abierto un grifo en el Urgull. O en el Igeldo. No quedaba playa para Donostia. La arena estaba tan debajo del mar, que ya ni siquiera se podía vislumbrar. Una gran masa de agua chocaba contra la baranda, rebelde, insistente, autónoma. Y tú mientras contemplas. Y sonries. Y admiras.
Y ese helado de dos sabores de pronto es como si hincaras un diente a una manzana verde y ácida en el Ártico. O como si el after-eight hubiera pasado la noche en el congelador. Y ese momento, en la mezcla de sabores, en el paisaje del horizonte y en medio de todo el mundo lo sientes. Es perfecto. Ese momento es perfecto.

viernes, septiembre 28, 2007

acabáramos

Hoy es como quien dice mi último día aquí. Como quien dice, porque hasta el domingo por la noche no volveré a estar entre las cuatro paredes de mi cuarto. Hoy se acaba de decidir todo. Las buenas, las malas, las mejores. Las que formarán parte del palmarés, las que se quedarán en el olvido, o las que cultivarán mejor fama cuando se estrenen en pantallas comerciales. Y hoy, hoy es mi último día de 5 películas una detrás de otra. Hoy será mi última jornada de dormir 6 horas, permanecer en vigilia 18, de las cuales entre 10 y 12 serán invertidas en observar las luces que desprende una pantalla blanca. Y ya empiezo a echarlo de menos.
Cuando tocaba venir, no quería. Ahora que toca pensar en irse, no quiero.
Me empieza a abordar la nostalgia por lo que no tendré ahora que aún me quedan unas cuantas horas y dos días. En el fondo este año el Festival se ha merecido un aplauso. Sin mucho furor, pero hay que reconocerle el mérito de haber elevado el vuelo y haber recuperado nivel. El Zinemaldia de este año ha vuelto a ser un poco más lo que era hace tres. Y yo, yo lo añoro de pensar que tendrá que volver a pasar un año entero para que vuelva a estar en esta sala de redacción, con Quim Casas a mi lado tan madrugador como yo, pensando en irme yendo ya al Victoria Eugenia, y viendo tan buen cine (o al menos, buenas intenciones) de seguido en una pantalla de cine, rodeada de gente y no desde mi casa.
Ójala un día el cine de verdad salga de los festivales...

jueves, septiembre 27, 2007

salpicando


No es un juego de palabras. La sal me salpica y me pica allá donde voy. El mar está revuelto desde que llegué. Las olas se empeñan en jugar con nosotros a ver a quien deja más mojado. La gente por aquí, la misma de todos los años. Las pelis... las pelis regulares, o reguleras, aunque ya hablaremos de eso. Y yo, yo... yo aquí ando. Entre Donostia y el Zinemaldia. Del Kursaal al Victoria Eugenia pasando por el Principal. Cinco pases de prensa al día. Más de 9 horas en películas una detrás de otra. Mucho frio. Mucho aire. Mucha lluvia. Sirimiri todo el día. Gente guapa en cada esquina. El Boyero durmiéndose a ronquido abierto en cada peli. Para comer, un plato combinado. Para cenar, dos pintxos en quince minutos.
Os echo de menos. Pero eso sobra decirlo...
Muxus para todos

lunes, septiembre 24, 2007

de paso

Paro de paso para decir hola y adios.
Hola a mi familia, que me acoge una semana después repitiéndome lo bien que me sienta el sur, el buen aspecto que traigo y lo contenta que se me ve.
Adios a los mismos, que me ven marchar otra vez, rumbo norte ahora, directa a la ciudad del cine, a Donostia, a su festival, su gente, las salas de prensa repletas, el Kursaal hasta arriba, el Victoria Eugenia recién inaugurado, el ambientillo especial de este mes tan peculiar.
Vengo y me voy sola. Para bien o para mal. Justo después de siete días felices y maravillosos en mi Sevilla favorita, sacándole todo el jugo que pude. Y cruzo la península en menos de 12 horas, de sur a norte, para volver al centro y rebotar hasta Barcelona. Ese es mi ritmo de viaje. Ese es mi pulso de septiembre. Mis últimos 18 días de vacaciones en todo el año. Vivo de aquí para allá, pero siempre os llevo dentro a tí, a tí y a tí. No os olvido a ninguno entre mi equipaje. Habrá postales para todos. Promesa. Nos vemos.

martes, septiembre 11, 2007

firenze - italia


No sé bien por qué. En un cúmulo de pensamientos amontonados muy de pronto y sin orden racional, he acabado yédome lejos, muy lejos de aquí, un poco más de seis años atrás en mi vida cronológica, a aquel maravilloso y accidentado verano de 2001, juntos sin estarlo, compartiendo por separado, viviendo de refilón y conociéndonos sin darnos cuenta en aquella ciudad que nos vio llegar, renacer y marchar. El primer verano de mi vida.
La avioneta que daba (peligrosos) tumbos entre roma y florencia. El aeropuerto y sus personajes nocturnos. La señora gorda que traficaba con niños. La primera noche en la ciudad del Arte pasada en el parking de aquel apeadero. Tu casa, tu casero, el compañero de piso que se asoma desnudo a la ventana para saludarnos. Tu cama "very broken and dangerous". La casa, mi casa. Mi casera, que se negaba a hablarme en otro idioma que no fuera el suyo. El Istituto. Su gente. Mariajosé. Las mejicanas. Aquel italiano que improvisábamos por momentos y amábamos de seguido mientras tratábamos de aprenderlo. Las mañanas muy madrugadas sola en la piazza della signoria, saludando al del quiosco que me vendía la repubblica al abrir su puestecito. Las tardes en los del Boboli. Los paseos por el Lungarno arriba y abajo, perdiendo el norte y acabando donde empecé. Las (cientos de) fotos. La noche en la ópera viendo Carmen. Los Uffizi una y mil veces hasta caer en la desesperación. Acordarme de Stendhal sin haberle tenido el placer. Nello y el secuestro voluntario. La moto que apareció de la nada y con las luces apagadas. La noche de infarto. La mañana en el hospital. La tarde en la comandanzia del aeropuerto donde me convertí en tu hermana por primera vez. El vuelo de regreso, con la herida supurando, pero grandes sonrisas reflejadas en la ventanilla....
Esa y todas las demás veces que volvimos. Los agridulces del recuerdo traicionan a veces. Muchas veces. Pero quedan las instantáneas frente a santa croce entre los miles de turistas, o la maleta que compramos en el mercadillo cuando empezaba a faltarnos espacio, o los atardeceres de horas muertas en el ponte vecchio viendo pasar la gente sin más, o la accademia, esta vez sí, esta vez desde dentro, o la nunca última visita a los pitti y los uffizi, o los helados de manzana ácida, o esa sensación tan genial de sentirte polizón y saber que haces lo correcto, o el café de 10 euros (unavezenlavida) cara a cara con el palazzo. Que yo me acuerdo. No me olvido. Me viene el folclore de la italia nórdica (escaso y sobrio, pero vivo a pesar de todo), mezclado con el olor a mojado por las mañanas de las calles que llevan al duomo, con tu voz y tu mirada a mi lado, siempre a la derecha, al otro lado del objetivo, o por delante del visor, pero ahi, aqui, conmigo. Desde entonces....

.... y es sólo una pequeña parte.

martes, agosto 28, 2007

it all fits inside a little boy's pocket

hoy una chica que no me conoce de nada y con la que -como mucho- he compartido tres ideas mal expuestas me ha confesado que me pondría una anillita alrededor del cuerpo y me llevaría colgada junto a sus llaves, siempre consigo, para que le irradiara las 24 horas del día el optimismo que, según ella, transmito sin querer.
y que soy grande, muy grande.


hay días, como hoy, en los que todo parece tan extraño que no puedes dejar de sonreir.

lunes, agosto 27, 2007

siete días

....entre el primer hola y el último adios (hace dos horas)....


estas palabras llegan a tu casa antes que tú misma. caldean el ambiente, adecentan tu cuarto, te acomodan la cama y la silla asesina de tu mesita y van preparando el ordenador para que esté a punto esta noche y me desees dulces sueños 511 kilómetros más allá de mí.
los suspiritos se enlazan con nuditos en la garganta que si leen un sms tuyo, de pronto se convierten en lágrimas que inundan ojos, cara y cuello, allá donde hace dos horas tú estuviste.
siete días fantásticos a tu lado. igual de inigualables que los anteriores. especialmente auténticos esta vez.
mi casa ya te echa de menos. las paredes se quejan en silencio estrechando el espacio finito que hay entre ellas y yo, donde antes cabíamos las dos. el ambientador, el amoníaco, el aspirador no logran absorber del todo lo que dejaste como rastro. aún quedan donde no hay forma de limpiar las sobras de nuestros día a días, recordándome cruelmente que ya no estás aquí y que de alguna manera ya no te tengo. y no quiero ni pensar qué me dirá el autobús que nos llevaba a madrid, o la boca de metro de goya que tantas veces nos vio entrar y salir, o la taquilla de ese cine que ahora es un poco más azulado, o las calles que llevan al retiro, o la esquinita del bar del amigo....
luna me dice que le caiste bien, maulla con cariño que quiere volverte a ver prontito. yo le digo que ójala fuera así, que si no me ocuparé de llevarla conmigo y que así conozca sevilla.... ella sonríe, sé que lo hace realmente. los animales me entienden cuando les hablo, y ella sabe que soy capaz de eso... y de mucho más.


gracias, mi shica.

domingo, agosto 19, 2007

canción a dos voces

[...] Antes soñábamos con poseer el corazón de la mujer que nos enamoraba; más adelante nos basta para enamorarnos con sentir que se es dueño del corazón de una mujer. Y así, a una edad en que parece que buscamos en el amor un placer subjetivo, en el cual debe entrar en mayor proporción que nada la atracción inspirada por la belleza de una mujer, resulta que puede nacer el amor -el amor más físico- sin tener previamente y como base el deseo. En esa época de la vida, el amor ya nos ha herido muchas veces y no evoluciona él sólo con arreglo a sus leyes desconocidas y fatales, por delante de nuestro corazón pasivo y maravillado. Le ayudamos nosotros, le falseamos con la memoria y la sugestión. Al reconocer uno de sus síntomas, nos acordamos de los demás, los volvemos a la vida. Como ya tenemos su tonada grabada toda entera en nuestro ser, no necesitamos que una mujer nos la empiece a cantar por el principio -admirados ante su belleza- para poder seguir. Y si empieza por el medio -allí donde los corazones se van acercando y se habla de no vivir más que el uno para el otro-, ya estamos bastante acostumbrados a esa música para unirnos en seguida a nuestra compañera de canto en la frase en que ella nos espera. [...]

En busca del tiempo perdido. Por el camino de Swann · Marcel Proust

jueves, agosto 16, 2007

fuegos artificiales

"siento que hoy hace sol en todas partes y que de seguir los dos seguro, seguro, seguro, seguro, seguro que vendrá una crisis mundial porque no lloverá más nunca más, nunca más, nunca más.... no te preocupes, hasta que muramos de sed, podrás quedarte a ver la tele en casa; tú serás Lana Turner y yo Monty Cliff. ¿quién no soñó morir así, perdiendo el miedo a no vivir en calma? Cuando eso ocurra, lloverá, y lo hará tanto que el cristal se incendiará de flores y vengalas...."



perder el miedo · deneuve

martes, agosto 14, 2007

los 40 minutos más largos

¿por qué sigue todavía el skype activado, el messenger conectado, el gmail abierto, el móvil encendido, después de cuarenta minutos de espera improductiva, sabiendo que no iba a aparecer por ningún lado, que la otra vez no lo hizo tampoco, y que tendré que esperar hasta mañana para que me dedique lo que merezco?
¿y qué hago yo ahora con el sueño que se me ha ido de pronto y que se ha olvidado llevarse consigo todo el cansancio acumulado después de este fin de semana de cuatro días de trabajo non-stop?
¿si me meto en la cama podré dormir o el móvil laterá en un silencio aparente guardando la duda (llamemóslo sólo por esta vez esperanza) de que me tenga que tragar mis palabras por bocazas al vibrar sonora e inesperadamente?

noche larga.
quiero tragármelas todas.
quiero que me sangre la lengua de mordérmela.

menos mal que me queda arcade.
rebellion... in the back seat!!!

mañana (que ya es hoy) será otro día

viernes, agosto 10, 2007

nos lo perdimos

no queda ya nada de todo lo que podía haber habido.

gracias por los recuerdos suspendidos entre cada uno de los tres puntos.

miércoles, agosto 01, 2007

qué le voy a hacer

me gusta como mastica el hielo cuando se agota la cocacola del vaso.
me gusta que sea tan desastre a veces. que su ropa y la mía se amontonen en los cajones, los rincones y el suelo, confundidas ellas de quien es de quien.
me gusta como aspira las consonantes, cómo se las bebe en suspiros musicales, que hacen de su acento una auténtica delicia.
me gusta que se atranque. me gusta reirla mientras intenta arrancar de nuevo.
me gusta su cara al despertar, limpia de malos humores y con la sonrisa brillando desde temprano.
me gusta su modo de andar cuando cruza el puente por la noche de regreso a casa, ondeando sus brazos al viento.
me gustan sus pequeñas contradicciones: p.e. que le guste tanto el cine y que lo vea tan poco o que le gusten las manos grandes.... y que yo las tenga tan pequeñas.
me gusta la música que canturrea mientras se seca en el baño.
me gusta ver la tele a su lado, reirnos de los frikis que en ella salen, provocarnos con preguntas de cultura general y acabar siempre encadenando carcajadas.
me gusta compartir aburrimiento.
me gusta que no sepa mantener una sorpresa en absoluto secreto.
me gusta picarla y que se pique.
me gusta que simplifique tanto, tantísimo las cosas, y que ni siquiera se de cuenta de que lo está haciendo.
me gusta también lo que no me gusta tanto, porque la hace un poco más auténtica.
me gusta que no me diga a menudo que me echa de menos, que evite así recordarme las circunstancias.
me gusta el olor de su suavizante al tender una lavadora recién centrifugada.
me gusta que me repita anécdotas que me ha contado un millón de veces y a mí escucharlas como si fuera la primera.
me gusta ganarle apuestas.
me gustan sus amigos, sus disparates y las noches que acaban en la Alfalfa.
me gusta como empezó todo; las primeras palabras, los primeros minutos, la primera vez. y me gusta como sigue hoy.

qué le voy a hacer.
me gusta.
es así.

sábado, julio 28, 2007

de vueltas


como cada vez que vuelves de un viaje para incoporarte de lleno en la rutina laboral parece que el tiempo se acelera en último momento para hacerte sentir en caída libre mientras duran esos instantes en que pones pie en tierra por fin.
las vacaciones me han sentado de maravilla a todos los niveles.
mi madre está plenamente satisfecha con lo bien que me han cuidado, con lo convenientemente bien que me alimentaron por Andalucía y con ese buen color de cara que traigo.
mis compañeros de trabajo, simpáticos y contentos, al escucharme vender entradas con los restos de un acento andalú que me traje en un descuido.

aún no he deshecho la mochila gigante.
queda dentro la ropa sucia, la ropa limpia, los recuerdos que recuerdo, y los recuerdos que me han regalado, postales sin escribir y pocas ganas de enfrentarme a todo ello ahora mismo.

gracias por hacer de los cambios de planes algo tan divertido, enriquecedor, satisfactorio, bonito, intenso, auténtico.

a tí, a vosotros. este post lleva vuestras risas sonando de fondo y un poquito más...

sábado, julio 07, 2007

me iré


con poco en la mochila, y mucho por meter.
ligera de equipaje, y cargada para correr.
me iré sin pensármelo mucho, sin hacerlo otra vez.

empiezan mis vacaciones, ahora sí, las de verdad.
en dos actos. acto sur y acto norte. de punta a punta.
voy a sevilla a probar mi integridad física ante las temperaturas infernales y vuelvo a barcelona con todo lo que esa ciudad significa para mí.
gracias a los que me esperan en cada punto.
gracias a los que me esperarán por aquí a mi regreso.
porque volveré, con ganas de más, con nuevos planes, con ideas nuevas, la vida distinta, mucho que contar, yo revolucionada, queriendo más, pensando menos....

os mando postales desde cada esquina bonita que me recuerde a vosotros.
cuidadme los lunares de colorines, que no les de mucho el sol.
hasta pronto....

viernes, julio 06, 2007

lecciones


ayer aprendí que no por entender perfectamente las cosas, escuecen menos.
que da igual que pegues un grito desesperado en pleno centro de Madrid a las siete de la tarde, nadie se va a girar.
que la reputación no se gana ni se pierde, sólo cambia, y que es muy divertido cuando eso sucede.
que sí se puede echar de menos algo que no has tenido aún.
que el calendario pesa si lo lees al derecho, que 16 días sin verle son muchos días.
que decir casi nada no es suficiente, que a veces se precisa un poco de algo.

sí, cada día, algo nuevo...

jueves, julio 05, 2007

¿qué?


¿qué es lo que se hace cuando te apetece estar más allí que aquí, o menos allí y más aquí, o más así que así, o menos esto que aquello, o al revés, o vicebersa, o cualquiera de esas formas de inconformarse con lo que hay, o con lo que no hay, lo que eligimos, lo que cambiamos, lo que se nos viene encima y lo que no podemos evitar?

lunes, julio 02, 2007

ochenta cosas

creo que hoy empezaré ochenta cosas a la vez...
me inventaré ochenta formas de ocupar mi hora a hora de un día más
estudiaré ochenta modos de acunar esto de pensar
ochenta cosas que me hagan olvidar donde no estoy hoy
improvisaré ochenta ocupaciones que me tapen lo que no haré
y así, de ochenta en ochenta, sin acabar ninguna para volver a empezar, pasa mi primer lunes de julio
reiventando el mes por segunda vez.... y eso que apenas ni ha empezado

viernes, junio 29, 2007

fin de minivacaciones


no sin menos líos que como empezaron, sí con olor a mar en la ropa y arenilla entre el calcetín, también con trescientas fotos por descargar, testigos de lo que vieron mis ojos y caminaron mis pies, con cientos de abrazos dados y por dar, y muchas ganas de volver, terminan mis minivacaciones para volver a empezarlas de nuevo en cuatro días.
en el horizonte, el mar.

domingo, junio 24, 2007

jueves, junio 21, 2007

tu día

21/06
jueves.
hoy es tu día, pero para mí.
el único día del año desde hace seis que me permito pensarte, tenerte, traerte de vuelta. recordarte, sonreirte, llorarte, añorarte. escucharte sin oirte, revivirte sin hacerlo.
ya sabes, lo prometido; con optimismo, sin que duela [demasiado], con la vista en hoy y no en entonces, pensando en sólo lo bueno [y lo mejor] entre tu adiós y mi hola de cada año. empañando las sonrisas con las lágrimas que se escurran por la fuerza de la gravedad. ¡y que caigan! ¡que se deslicen sin miedo!


hoy sobran las palabras.... o me faltan, no estoy segura.... no me las pidas por si acaso.
un recuerdo, un te quiero, un gracias y un besito.
desde aquí, para siempre.

sábado, junio 16, 2007

cuarentaysiete de mayo

¿Por qué [narices] tocan Marlango y Sidonie justo el día antes del final más finalísimo de mi junio examinatorio?
¿Por qué me ponen Rufus Wainwright y La Habitación Roja en el [jodidillo] aprieto de elegir a uno de ellos o a ninguno; es que acaso no se pueden hacer conciertos a otra hora que no sean las 21.00?
¿Por qué se empeña la climatología a llevarse la contraria a sí misma con [puñeteras] lluvias como estas en pleno mes de junio?
¿Por qué no me he quitado ya el [dichoso] sayo?
¿Por qué es tan [rematadamente] complicada la acentuación en català?
¿Por qué se me hacen tan [extrañamente] largas las semanas últimamente?
¿Por qué [hostias] no entiendo últimamente casi nada de nada, por qué ahora, por qué él, por qué ella, por qué soy tan inocente, por qué se estrañan si no se me borra la sonrisa a pesar de todo?



qué mes más raro...

jueves, junio 14, 2007

push it


"Push it" · Najwa Nimri, Walkabout


se estudia mejor si najwa te susurra al oído...
[adoro a la mujer]

miércoles, junio 13, 2007

cadenas




cómo de mucho me gustan las cadenas...
las que sujetan estructuras suspendidas entre el aire y el suelo
las que amarran barcos que se quieren ir con la corriente mar adentro
las que protegen de caídas, aseguran al atrevido y hacen de lo peligroso algo divertido sin más
las que evitan resbalones al caucho aventurero cuando se moja el neumático con la nieve inesperada
las que sin eslabones pero sí con palabras unen, acercan, atraen, retienen, sujetan y sostienen

mis favoritas, las cadenan que no atan, pero hacen que te quedes

domingo, junio 03, 2007

horas felices


Mis. Tus. Sus. Nuestras. Vuestras. Sus.

....En el trabajo. En tu habitación pasando apuntes. Preparando la comida. Mirando nada en la pantalla del ordenador. Paseando por la calle. Yendo o viniendo. De compras. Viendo una película. Leyendo un libro. Después (o antes) de un examen. Bajando deprisa las escaleras del metro. Meditando. Según te metes en la cama (o sales de ella)....

En cualquier momento un brrr! nace del aparato azulado y de las cosquillas de la vibración, una sonrisa de tí. Es la hora feliz.

Conmigo, contigo, consigo.

Con nosotr@s.

lunes, mayo 28, 2007

cada día, uno menos

barri gòtic



sobre mis letras y las tuyas, una imagen sacada de la memoria del recuerdo que las hace vivas y con personalidad
de derecha a izquierda, cientos de pensamientos resumidos torpemente lidiando con las limitaciones
de aquí a allí, el desfase entre presente y futuro
de tus palabras a las mías, segundos de transición, una risa que encadena otra y un suspiro compartido
de mi edredón a mi almohada, un abrazo que no es sólo mío, como tampoco es sólo tuyo
de mí a tí, sólo días



[no te muerdas el amor, saboréalo]

miércoles, mayo 23, 2007

veintitrés

veintitrés letras, mensajes, llamadas, emails, fotos, amigos.
veintitrés besos y abrazos [los dados_recibidos y los que no...].
veintitrés sonrisas.
veintitrés gracias.

lunes, mayo 21, 2007

[....]

¿Por qué son tres los puntos suspensivos?
...
Me late la pregunta sin respuesta en mi cabeza, insistiendo en que la observe y la piense desde dentro y hacia fuera. Va, viene, vuelve, se va.
Son tres, alineados horizontalmente uno detrás del otro, empezando igual que acaban, con un punto al principio, otro al final y en medio, el segundo, invariable y gemelo. Palíndromos que no dicen pero efectivamente se leen igual al derecho que al revés. Previsibles en forma. Misteriosos en significado.
Pienso en ellos y se me escapan. Se me caen al filo de las frases. Cuelgan de palabras silenciadas. Se me cuelan en procesión por todos lados. Los tres, unos detrás de otros, multiplicándose a su paso y dejando a su vez un rastro de puntitos para que no se pierdan por el camino los que vienen detrás y lleguen después.
Dos puntos suspensivos son seis. Tres, nueve. Nueve, veintisiete.
Nunca encontré mejor utilidad a la tabla del tres.
Cuento con puntos suspensivos los segundos que pasan de entonces a ahora. Lo que dura un silencio. Lo que ocupa un pensamiento. Lo que persiste una duda. Lo que tarda un gesto. Lo que abarca una sonrisa. Lo que se traga el tiempo.
Hoy son cuatro mis puntos suspensivos.... se me hacen cortos, se reproducen solos.
Porque lo convencional no es siempre lo mejor. Porque hasta los signos de puntuación conservan la capacidad de sorprender. Y porque hay cosas que son, se saben así, pero no se pueden explicar.... [cuatro]

miércoles, mayo 16, 2007

cuántas letras

Qué de palabras contruídas con fonemas que no se oyen. Qué de sintagmas que se erigen en horizontal, como estirados sobre los blancos de una pantalla de pc o los azules de una de móvil. Qué de formas arquitetónicas de frases planas e ideas en cuatro dimensiones.
Derroche de letras en procesión, que desfilan por si solas de las manos de quien las piensa para decirlas y que sean leidas.
Y qué pasa con esas palabras que no se leen, porque no están, porque no se escriben, porque no se quieren decir, que han sido descubiertas un poco sin querer detrás de otras.
Cuántas cosas que no se dicen se escuchan al otro lado claro y alto, por la empatía, por la conexión, porque se hizo el milagro de la comunicación.
Cuántos "estoy aquí", "para lo que sea", "llámame", "a cualquier hora", "no lo dudes", "no molestas", "háblame_cuéntame", "no te lo guardes", "tonta" quedaron en la sombra del resto de letras porque es de allí de donde vinieron. Y no se dicen, pero se sienten, se saben, sin dudas.
Y cuántos abrazos se compusieron solo de letras; de esa a, esa be, con la erre detrás y todo lo que sigue.
Todo es mucho y poco al mismo tiempo. Pero es lo que hay, al menos con los kilómetros separando abecedarios...

martes, mayo 15, 2007

huequito

Imagino a veces un huequito, de esos que se esconden estratégicamente a la altura del ojo detrás de un cuadro, al lado de una puerta o detrás de un libro gordo en esa estantería. Un agujerito por el que verte tambalearte cuando te levantas cada mañana y corres insomne hacia el baño, primera parada obligatoria. O cuando, pensando que nadie te observa, bailas y cantas sin pudor cualquier canción aletoria que suene desde la radio. O mirarte pasar el rato delante de la pantalla del ordenador, viendo blogs, escribiendo emails, compartiendo letritas. O cotillearte cuando te llamo y unos unimos por la delgada linea que une tu teléfono con el mío en la distancia, la postura que adopta tu cuerpo mientras la conversación avanza por sí sola, y cuando digo alguna tontería de esas mías, verte reir y que esa mueca dibujada en torno a tus labios se sincronice con lo que oye mi oreja izquierda a este lado del aparato. Que ese instante de felicidad se haga real, más que nunca, para que se extienda en el tiempo y no deje de recordarlo. Que la risa mueve al mundo. Que una sonrisa, despierta al alma.

viernes, mayo 11, 2007

going back to the start

Eternal Sunshine of the Spotless Mind + The Scientist




[nadie dijo que fuera fácil... pero tampoco es tan duro
que detrás de cada lágrima tiene que haber cien sonrisas
con ellas empieza todo...]



[buen fin de semana a todos... ¡a seguir brillando!]

lunes, mayo 07, 2007

mimos(a)

Los domingos son para los mimos. Me abandono a ellos sin resistencia. Dejo que me acaricien con media hora de palabras bien dispuestas, que me cautiven con miradas (intuídas, sentidas, adivinadas, recibidas), que me acunen con una risa sentida desde dentro, que me adormezcan entre conversaciones encadenadas que lleven a tierra de nadie, que me alivien con un verbo bien usado, que me acojan entre besos de asterisco, que me recojan en un abrazo compartido, que me retengan con diez bocados en vertical y que me duerman con mil caricias en horizontal.
Me fundo.
Me detienen. Me detengo con ellos.
Los domingos siempre serán mimosos.

jueves, mayo 03, 2007

[silencio]

Deja que te cuente, ahora que ya he regresado. Deja que delire un poco a tu lado, ahora que puedo volver a este mundo de intersubjetividad que tan abandonadito tenía. Deja que te narre las peripecias de un par de semanas locas.locas, de esas que no se olvidan, de las que regresan al lunes con la mochila cargada de novedades, anécdotas, planes futuros, souvenirs tatuados y risas por doquier. Deja que te hable del cansancio feliz que traigo del viaje Madrid_Bilbao_Donostia_Madrid, de lo bien que me sentó cada pintxo, cada bocado, cada trago, de lo renovada y evolucionada que vengo del Norte. Deja que te lea los mensajes que llegan a mi móvil, los emails que vuelve a recibir mi bandeja de entrada, las postales que se cruzan en algún lugar indeterminado entre aquí y allá para que comprendas así la sonrisa con la que me visto cada mañana y me acuesto cada noche. Deja que te de un poco de envidia de esa sanísima y te diga lo bien que me siento. Deja que te enseñe fotos de esas que se sacan sólo una vez en la vida. Déjame un par de minutos en silencio y escucha lo que sale de mí. Mira mi cara e intuye lo que fluye por dentro. Déjame así, sin hacer nada, disfrutando de lo de ayer para prepararme para lo de mañana. Deja que hable sin decir nada...

domingo, abril 29, 2007

Postal para euRia (IV)

Guggenheim_Bilbao


Léase al dorso:
"Qué ciudad más impresionante, euRia. Precisamente por carecer del superlativo en los adjetivos que se la puedan atribuir, por simple y sencilla, tiernamente querible, sensiblemente curiosa, intensamente misteriosa, increíblemente interesante. En ella todo depende de por donde se mire. Tiene tantas lecturas e impresiones como ojos la desnuden. Se deja descubrir ella sola, sin dar mucho juego a los planos y mapas. Sin guiar ni indicar dónde debe el viajero curioso ir a parar. Bilbao es una de esas ciudades que hemos de cuidar para que no se pierdan... Me gustó verla, pasearla en compañía, conocerla (un poco más), sentirla, reirla y despedirla. Sobre todo porque sé que podré verla de nuevo pronto, cuando quiera."

domingo, abril 22, 2007

Parte metereológico

No he perdido el norte. Lo tengo mejor localizado que nunca. Vilumbro sus luces desde aquí, desde mi centro. Hay una claridad tremenda. De esa que alegra las mañanas y hace de los atardeceres una postal. El sol brilla por aquí y me temo que también lo hará por allá. Quizá detrás de unas nubes cargaditas de aguas por caer, de esas que de grises y gruesas meten miedo al personal de tierra porque así se divierten. Pero ni siquiera ellas serán capaces de entristecer los brillos. El hombre del tiempo dice y se equivoca, consciente de que la certeza se escapa por el filo de sus palabras. Lluvias, chubascos intermitentes, cielos parcialmente nubosos, claros a mediatarde, borrasca de paso... El lenguaje meterológico es sólo una ficción, una forma de complicarlo todo, un método inventado para que lo simple parezca científico. En el fondo el sol sigue ahí, a pesar de todo y día tras día, que es lo que de verdad importa. Y yo me dispongo a alcanzar mi norte, mi norte favorito, mi tierra verde, mi pequeparaíso, mi Euskadi del alma. A reencontrarme con él. A volverle a vivir. A comprobar que sigue siendo tan fotogénico como siempre y a seguir descubriendo detalles de esos que me enamoraron una vez. Y me voy con el sur sentado a mi lado en el asiento del avión, con la maleta cargada de poca ropa de abrigo para que no pese y todo el chocolate que consideré necesario. Con una guía improvisada de sitios marcados con círculos rojos en un mapa mental. Con una lista de quéhaceres que no se olvidan. Con la promesa de que traeré una postal para euRia, que a bien seguro, le hará más gracia que cualquiera de las anteriores. Y el paraguas me lo dejo en casa.

Por cierto, para mi otro norte favorito, feliç Sant Jordi a tothom!!!

miércoles, abril 18, 2007

No-Cuento

Voy a contaros una mini.historia.
Esto era una niña que creció deprisa, de esas que maduran antes de temporada. El cuento de Pinocho se lo contó la vida de un modo irónico y ciertamente desvirtuado, antes de que llegara Disney a presentar al resto de niños la versión azucarada. La escuela de la vida se le hizo cuesta arriba, la impaciencia y la hartura apremiaban y decidió que quizá ya sabía lo suficiente como para entregar el examen antes que el resto de sus compañeros. Realmente era demasiado pronto para ella, le quedaba mucho por responder y sucedió lo que era de esperar, que falló. Pero como de las inconveniencias también se aprende, la niña se levantó de aquel pequeño fracaso fuerte y robusta, dispuesta a eliminar lo que la apegaba a miedos, temores y todo aquello que le encogía el estómago impidiéndola moverse hacia delante y disfrutar de todo lo bonito. Y en los exámenes de la vida una de las preguntas que más temía era aquella que, por encima de todas, pedía que se identificara. Con un nombre, por ejemplo. Pero, ¿quien era ella? Ella era "yo". Así le habían dicho todos que debía denominarse a sí misma. ¿O acaso se referían al nombre que una vez hace muchos años sus padres le pegaron a la tarjeta burocrática plastificada?
Y cuando se le examinaba sobre quién era ella, cómo, así, o asá, y por qué, la angustia existencial se le echaba encima como si se hubiera soltado un contrafuerte y las etiquetas se desprendieran del mural encima suyo. No era capaz de poner nada en aquellos huecos sencillamente porque no quería identificarse con algo que ella no era. Quizá era también porque siempre le pareció una forma más de esclavizarse tontamente por voluntad propia... De cualquier modo, entendió pronto que ella no quería ser 'yo', ni 'ella', no quería ser una imagen de algo que no se acaba de ver por etéreo_enorme_interno, ni un símbolo de una personalidad que nadie como ella misma leerá nunca. Que no quería elegir entre el catálogo de diferentes identificaciones porque elegir supone desechar, angustiarse, equivocarse, rectificar..., pasarse la vida cambiando de identificación o decidir no evolucionar internamente nunca para no tener que cambiar la etiqueta. Que no quería sentirse como un objeto vendible, inerte y muerto, que son los únicos que no cambian nunca y que por tanto pueden seguir siendo lo que alguien dijo una vez que son para siempre.
Y la niña sonrió mientras pasaba de pregunta, satisfecha de dejarla en blanco, despreocupada por el peso que se había quitado de encima, y feliz, más que nunca antes, viendo lo que había dejado atrás más allá de la pregunta, y lo cerca que se sentía de aquello que alguien alguna vez llamó conciencia...

martes, abril 17, 2007

Ser total

En cierta ocasión mis delirios hablaban de mi amor por la imperfección. Comentábamos juntos (tú, ellos, nosotros) lo acertado de aquellos que aseguran que la clave de lo realmente genial está en aceptar y disfrutar la antesala de la perfección sin esperar que haya nada más_mejor después. Aquel delirio aseverado se reafirma hoy en mis convicciones. Sigue existiendo en mis nervios una especial manía hacia las personas que persiguen la perfección como si realmente existiera, que se estresan en el proceso de búsqueda y consecución, que se agobian al no conseguirlo y que al final se castigan, fustigan y culpan por incapaces. O hacia aquellas que te miran como esperando que jamás vayas a cometer una humanidad que te despoje del disfraz que ellos mismos te colgaron. A mi me encantan las personas imperfectas, cada una a su manera. Es la única manera que encontré de distinguir mi vida real de mi vida onírica_inconsciente. Realidad o sueño: su frontera, en la imperfección. Y yo, que vivo siendo la imperfeccción reificada, actúo en consecuencia. Nunca afronto nada de esta vida mía pretendiendo alcanzar ese orgasmo de orgullos y egos que es la perfección. Simplemente trato de hacerlo bien, lo mejor que me sea posible, imperfectamente perfecta, que no es poco. Y aunque suena a justificación de esas que una tiene preparada momentos antes de que se destape que la ha cagado, prometo que es sólo un delirio más para la colección. Las conversaciones me inspiran a pensar en cómo estoy siendo. Se me descubren los entresijos de mi ser cuando interacciono con un centro separado, con una tercera persona. Y he aquí mi último hallazgo; mi aspiración es la de ser total. No hacer las cosas perfectas, sino totalmente. Por eso cuando hago mi trabajo, lo hago del todo. O cuando quiero, quiero con todo mi ser. O cuando me enfado, me enfado completamente. O cuando decido que me voy, no vuelvo a aparecer. Y por eso cuando los que no entienden esto me atacan con su perfeccionismo diciéndome que eso 'no está bien', o que 'podría estar mejor', me vuelvo sorda totalmente, esquivando el ruido de sus egos hostiles y deleitándome con el silencio interno. Y sigo adelante, disfrutando totalmente de todo, porque es el mejor modo que nadie me ha enseñado de llegar a la casi.felicidad.

jueves, abril 12, 2007

Postal para euRia (III)

Semana Santa Sevillana


Léase al dorso:
"Llega tarde esta postal. Lo sé porque la mandé casi cuando me venía. Porque intuyo que los carteros sevillanos tendrán su mente entre el final de su Pasión y el comienzo de la Feria que ya se huele a menos de dos semanas de que llegue de verdad. Pero te escribo, más que por lo de lo prometido es deuda, porque se ha hecho una costumbre de mis últimas escapaditas. Seguro que cuando llegue esto a tus ojos ya te lo habré contado por otros medios, pero insisto en las palabras, que parecen que con una imagen pegada atrás pesan y dicen más. Ha sido una mini.semana santa especial_particular_curiosa_encantadora. Aquello que dicen que la ciudad de Sevilla se dobla por la mitad en torno al mediodía es cierto. Dos ciudades para dos tonos lumínicos. Dos carácteres para un mismo alma. De día, las cervecitas con sus tapas, la gente sentada en las terracitas mirando al cielo desafiantes_rogando por que no llueva, las compras del mediodía, paseos por los parques, turistas haciendo fotos. De tarde, penitencia, nazarenos azules.blancos.negros, cirios, cruces, el palio, el misterio, el capataz poniendo orden, la banda acongojando de fuera para adentro. Emocionante, distinto. Cien por cien Sevilla... ¡y un poco más!"

miércoles, abril 11, 2007

Amor.Odio

Porque no es verdad que ya no me guste, aunque a veces tenga que dar la razón a los que apuntan que la nuestra es la típica relación de "ni contigo ni sin tí". No es cierto que ya no disfrute de todo aquello que durante tanto tiempo me ha encantado de ella. Tampoco que lo que me dio en un pasado no tan remoto sea sólo simples recuerdos. Que quedan a ella pegados un montón de momentos que me definen, personas que he conocido, encuentros, historias que han hecho de mí un poco lo que estoy siendo ahora. No es que me haya cansado del todo y la esté cambiando ahora por otra_s. No es que las riñas que teníamos tan frecuentemente se hayan convertido esta vez en una pelea definitiva. Es cierto que siempre hemos tenido nuestras rencillas, pequeñas discusiones propias de una pareja de polos tan diferentes. Que peleábamos por tonterías. Que a veces no podía entender cómo era así de... suya. Que lo que nos separaba a veces parecía más de lo que nos unía. Que nuestras discrepancias en el modo de entender la sociedad, de vivir la vida y de hacer del día a día algo propio de cada una, formaban a veces una gran zanja entre nosotras, insalvable a simple vista. Pero en cambio me sigo acordando de los paseos Fuencarral abajo con Tom Waits sonando de fondo y la luz de la tarde agonizando, o las caipirinhas con que poníamos estrellitas a la noche, de los mediodías de mayo entre el sol y el cesped de los jardines de Plaza de Oriente, de la cantidad de fotos que con que la disparé aleatoriamente y casi sin mirar, de los cafés a mediatarde en la Plaza de los Cubos, de nuestra primera vez en tantos restaurantes, de los paseos con que me acompaña al cine cada fin de semana desde hace casi dos años, de las tardes improvisadas en la Filmoteca, de las mañanas de domingo en el Reina Sofía, de las escapadas a lo loco a la Sierra, de la cervecitas en el cesped de la facultad, de las búsquedas frustrantes de libros en 8ymedio, de las miles de risas compartidas, de los millones de anécdotas... Me acuerdo de lo mucho que me gusta descubrirla aún ahora que ya no me espero encontrar nada nuevo. De lo alucinante que es que me siga sorprendiendo después de todo. Pienso en lo genial que nos lo pasamos juntas. Pienso en todo y me doy cuenta... ¡cuanto quiero a mi Madrid!

lunes, abril 09, 2007

La Pasión según Sevilla

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Voy volviendo deprisa pero sin muchas ganas, con acumulación de recuerdos y pereza por ordenarlos. Regreso volando en un AVE que circula deprisa, atravesando tierras de paso que parecen no servir para mucho más que conformar el paisaje de sitios que, en desfile y casi inertes, me ven partir y me ven llegar.
Ya casi estoy de vuelta a mi rutina reciclada de todos los fines de semana, a la taquilla que me paga los viajes, a los autobuses y metros que me hacen perder horas en translados y transportes, a la facultad, que tira de mí como si me echara de menos. Dejo a mis espaldas una Semana Santa que se da por terminada, un viacrucis concluído, una escapada peculiar y una experiencia inolvidable. Momentos que se amontonan en mi mente como pequeños caramelos de colores, cada uno diferente, cada cual de un sabor concreto. Todos son momentos favoritos, especiales y curiososo. Todos acompañados de diferentes grados de sonrisas que van desde la más leve mueca expresando bienestar hasta la carcajada enérgica que se expulsa por desfogue.
Son muchos. Más de los que cabrían aquí, más de los que nadie querría leer.
El solito brillante y tímido entre las nubes que me dio la bienvenida. Las primeras cervecitas. La Vera Cruz erizando mis emociones. Las tapas deliciosas. La luna llena jugando con nosotras a apostarnos momentos memorables. Santa Marta doblando la esquina ya de regreso a su casita. Los paseos a tientas por el Arenal. Los sevillanos llorando a las lluvias por estropearles el Martes Santo. Los desayuno_almuerzo improvisados pero con gracia. La Candelaria abriéndose paso por El Salvador a golpe de susto. La noche en el sillón al calor de la estufita y con House haciendo de las suyas. El paseo por el parque de la mano de conversaciones contundentes_necesarias_reveladoras. La casa de Tomás y el buen ambiente que se intuye en ella aún vacía, aún sin él cerquita. Comidita casera de una mamá que no es la mía. Sobremesa con un postre delicioso, eléctrico, dulce, intenso. Encuentro sevileño. El Baratillo interminable. Cervecitas y tratos firmados en el aire en La Moneda. El miércoles mejorando por momentos. Risas que nos dejamos por el camino. Planes que se nos caen por los adoquines. Una última noche. Un hasta luego con fecha de regreso. El camino interminable hasta el coche y el asiento de este AVE raudo. Canciones aleatorias en mi móvil. Irme consciente de que me he dejado un poco más de lo mejor. Llegar sabiendo que me quedé con mucho de lo más mejor.

jueves, marzo 29, 2007

Le fabuleux destin

Con churretones de chocolate de los restos de Ben&Jerry's en los dedos, acordes finales de un Yann Tiersen peculiar sonando en mis auriculares, y una especie de recogimiento calmado y sonriente en lo profundo de mi ser, acaba esta noche, que no deja de ser una más. El reloj no para de avanzar detrás de mí y cada vez que me giro y lo miro de reojo me dice que es más tarde que la última vez. Pero Tiersen sigue sonando como si el tiempo no fuera consigo. Terminan las últimas palabras de una voz en off que me (re)contó la fabulosa historia de Amélie Poulain; ahora que aún guardo el poso que me dejó anoche la historia de Stephan y Stephanie en esa especie de receta peculiar y delirante de cómo se fabrican los sueños; y justo ahora que me dura y me sonríe el optimismo que desprendían de la pantalla a mi sillón ayer tarde Jesse y Celine en su encuentro fortuito en un tren cualquiera y su paseo nocturno provocado por una Viena antes del amanecer.
Tres historias, seis personas, tres lugares, mil motivos para sonreir, millones para creer, infinitos para seguir. Curioso el cine que se encarga de contarte historias personificadas como si no las conocieras, como si no te las hubieran contado nunca antes o como si no te las fueran a contar nunca más después, como si fuera realmente la primera vez que oirás de ellas, como si nunca las hubieras vivido siquiera de refilón, como si no las fueras a adivinar, como si no te hubiera tocado ser Amélie nunca, como si no lo fueras a ratos durante toda tu vida, como si Stephan fuera sólo Gael disfrazado de un ego Stephanizado, como si Celine se tratara de un icono visual vestido con diálogos guionizados, como si las historias que te guiñan desde dentro y sin que se note por fuera resultaran sólo una impresión de tu subconsciente, como si realmente las frases no hablaran sin decir, como si los créditos no continuaran en el interior de tu mente la historia que aparentemente acaba con ellos, como si Tiersen no te tocara con alevosía e intenciones premeditadas, como si el hecho de que esas películas se proyectaran frente a tí justo ahora, justo hoy, justo... fuera una simple coincidencia aleatoria. Como si fuera cosa del destino...

sábado, marzo 24, 2007

Tributo


Este es un video que me suena a Barcelona. A un comienzo de noche rodando en un coche pequeño pero acogedor, dando vueltas por la circunvalación de la ciudad, pasándonos nuestra salida, tronando Alaska, los Pegamoides, Dinarama y Fangoria. Es un recuerdo que me viene y me sonríe ahora. Que pega perfectamente para éste o cualquier otro fin de semana. Hoy me apetece bailar el "Ni tú ni nadie" o salir a la calle y gritar hasta que me detengan el "A quién le importa". Sonando una de Olvido desde mi cuarto al de todos vosotr@s... Hoy tengo un sábado de estos.
¡Feliz fin de semana a todos!

jueves, marzo 22, 2007

Lost and found

Lost in translation


No me digáis que no os pasa. ¿No captáis la fuerza, la química, la atracción, la conexión de estas dos personas, tan lejanas en apariencia, que se unen en una sola mientras mueren los microsegundos que dura ese instante en que sus pupilas se enlazan en un intento de dar muerte a lo plural? ¿No sentis dentro de vosotros, en un lugar indeterminado entre la boca del estómago y la puntita de las cuerdas vocales, ese algo más que se intuye de la mirada, esa especie de aroma que se parece a amor, que casi se convierte en tangible, que llena el espacio que les une? ¿No se os acelera un poco el pulso y la presión sanguínea cuando llega este punto en la película en que el final se adivina, los silencios agonizan y retumban entre las cuatro paredes de un ascensor, y se teme la consabida e invitable -pero no por ello, menos angustiosa- despedida?
Cuando los escasos cinco últimos minutos pesan más que los noventa anteriores. Los besos que se aproximan y se despiden por primera vez, la llamada con el contestador, la chaqueta robada, la segunda despedida, el ascensor que se cierra y la deja dentro, el taxi que le lleva al aeropuerto, el encuentro entre la muchedumbre, el "hey, you", el abrazo entre miradas mojadas, las palabritas minúsculas al oído, los tres "bye"s, la tercera despedida, las sonrisas alejándose, fin.

Lost in Translation


Ya son decenas las veces que me he expuesto a ella y aún asi sigo sintiendo eso, y algo más. Cada vez que Lost in translation se cruza en mi vida, me acabo enamorando. Y yo me dejo, a veces porque me hace gracia, otras porque me trae recuerdos simpáticos y siempre porque comprendo que viene bien dejarse.
Esta tarde hacía frío en Madrid. La gente allá fuera anda como loca, la tele.radio.prensa se esfuerza con tesón en cabrearlas, la sociedad está alborotada por el ruido mediático, el temporal lo asola todo y a mi me apetecía enamorarme... de la vida, de los cruces, los encuentros, las coincidencias, las diferencias, las edades. Del tiempo y los lugares, de los espacios entre un tú y un yo, de la soledad de una habitación de hotel, de las risas, de las anécdotas en hospitales extranjeros, de las confusiones por los códigos no compartidos, del humor que suele acompañar al romance, de la comunicación, de las canciones que sin quererlo acaban hablando por tí, de las miradas_sonrisas que te delatan. De Bob y Charlotte, de su historia, que por peculiar y a la par cotidiana, es de las más bonitas que una pantalla ha dejado ver. Del amor que se respira porque se siente desde dentro, bien porque lo viviste alguna vez, bien porque lo vives ahora, o bien porque ya forma parte de tí para siempre.

martes, marzo 20, 2007

Flotando


Como el capitán de un barco a la deriva en un mar de oleaje intenso, que mantiene firme y seguro su rumbo, como enajenado por un viento salino y nocturno, sin dejarse robar la sonrisa, sin apartarse un momento del timón, sin desprenderse de la calma interna. Que ni siquiera se ha dado cuenta de que su radar desfalleció en medio de la tormenta. Que ni siquiera los planos que ya no tiene porque salieron volando por cubierta le pueden ayudar a saber dónde está. Que apaga con disimulo la radio que le chilla impertinencias que no quiere escuchar, advertencias que le dan lo mismo, consejos que prefiere ignorar. Que la hoja de ruta es ahora salvamanteles en la mesita de noche. Que no le importa ni le interesa de dónde viene, a dónde va, cómo llegó allí, cuándo empezó y cuánto durará su viaje o hasta donde le llevará su travesía. Mira esta mañana caer el sol de poniente entre las rendijas cristalinas de su escotilla y siente la tormenta ajena, lejana, atrás, pasada.continua. E intenta con tesón verse reflejado en los intensos azules que lo impregnan todo de proa a popa. Busca matices, encontrándolos, para elaborar su propia paleta de tonalidades. Se sonríe diciéndose en conversación interna lo mucho que le gusta navegar. Y no ve en el cielo más que el astro supremo brillar anunciando la mediatarde. Y las nubes son para él simples montones de polvo que alguien se olvidó de limpiar. Y las iras de la climatología que anuncian, simples rumores, chismes infundados. Y los grises que vienen por detrás pisando a los azules.celestes, manchurrones de un pintor descuidado...

viernes, marzo 16, 2007

The electrical morning

¿Sabéis de ese latigazo eléctrico que da comienzo al nuevo día? Ese es el momento eléctrico de la mañana.
El pequeño impulso de potencia que levanta a la mañana, enciende sus luces, pone sus calles, ordena los adoquines de las aceras y despierta al primero de sus seres.
La mañana eléctrica que abre puertas a todas las nuevas posibilidades del resto de horas que pone el día por delante hasta la llegada del nuevo brote eléctrico siguiente.
El alba que sigue a la noche que sin haber cerrado los ojos, arrastrando horas y transpasando barreras, sirve de desayuno insomne.
Ese chorro de energías que te dispara los párpados en segundos del sueño profundo a la vigilia, de la almohada al despertador, del despertador al suelo, del suelo al baño, del baño a la ducha, de la ducha a la cocina, de la cocina al ordenador. Primer pie en el suelo. Primer estirón. Primer bostezo. Primer café_té_zumo. Primer email. Primera sonrisa... de muchas otras.
El primer rayo de luz que se desprende de los azules tímidos de una noche que se despide.
Primer instante en que empieza el día, y con él acaba uno ya pretérito, y con él todo lo malo_regular_mejorable.
Esa es la mañana eléctrica.
El nombre, también, del próximo disco de Marlango.
¡Buen fin de semana a todos, y buena mañana de viernes!

miércoles, marzo 14, 2007

Pum.PUM

Siento, más que nunca ahora, a mi corazón latir. Le oigo bombear la sangre desde fuera. El pum.pum constante de un latido interno. Le observo aspirar e impulsar la sangre que me recorre por dentro, que me alimenta y me da vida. Le escucho hacerlo en el silecio de una noche tranquila, en posición horizontal y bajo el edredón de mi cama. También de entre los murmullos de una clase aburrida a primera hora de la mañana. O en el estado de gravitación de una intensa sesión de meditación. En las pausas entre canciones de mi mp3. En las esperas al autobus que siempre llega tarde. Sístoles y diástole son mi banda sonora de los últimos días. 70 veces por minuto. 420 por hora. 10.080 por día. Mi canción no pedida y a la par inevitable. Mi sonido ambiente. Rápido, lento, agitado, tranquilo, excitado, adormilado... refleja sin confusión el estado en que mi mente se encuentra. No se equivoca nunca. Me dice cosas en voz alta, se hace escuchar, pide y reclama atención y se siente protagonista de mi vida como en mucho tiempo no lo era. Sabe perfectamente que me abandono a él, que tiene la voz cantante y que está en su turno de intervención, que dejo que guíe mis instintos, que motive mis sentimientos, que adorne mis sensaciones y tutorice mis actos. Dejo que construya conmigo la canción su_mi vida. Que no pare. Que siga así.

sábado, marzo 10, 2007

Regalarte un trocito


Cómo me gustaría regalarte un trozo de azul...
Hacerme con un pedazo de cielo.
Colar de él las nubes que lo empañen.
Limpiarle de insectos, aves y palomas.
Filtrar las lluvias que lo amenacen.
Envolverlo en papel celofán, ponerle un lazo rojo, enviarlo por correos o entregártelo en persona.
Que llegue pronto o tarde para tu cumpleaños.
Que despierte una sonrisa en tí.
Que disipe los miedos, las dudas, las inseguridades y los temores.
Que te demostrase que pienso que va todo bien, que estamos genial.
Que borre los celos, las preocupaciones, las paranoias y lo incógnito de las preguntas nonatas.
Que sonrías de nuevo y por segunda vez al darte cuenta de lo que me ha debido de costar conseguírtelo. Que para que lo tengas en ese momento entre tus manos, primero hube de querer regalártelo... y que después de eso, las dificultades para hacerme con ello son lo de menos. Y que, aunque el cielo es de todos, y el azul es universal, ese trozo en concreto es tuyo porque yo te lo he dado y ese tono es particuar porque nace de tú+yo.

jueves, marzo 08, 2007

Medio arco

Medio arco en barcelona

Medio arco cojo.
Medio arco roto.
Medio arco ausente.
Medio arco robusto.
Medio arco huérfeano.
Medio arco incompleto.
Medio arco que teme perder su clave.
Medio arco que carga sobre sus riñones todo el peso que dejan caer sus hombros.
Medio arco que expande su luz hasta el infinito, no siendo capaz de cerrarla ni definirla nunca más.

Medio arco que deja de ser arco para ser sólo medio.
Como el eco de unos puntos suspensivos que ya no suenan a nada... sólo a silencio indefinido.
Como la rabia de ver_sentir_saber sufrir a alguien y bloquarte en el intento de ayudar... que demuestra impotencia y no capacidad.
Como el adentrarse en el edredón a medianoche sin sentir el calor desprendido... sino tan sólo el propio frío del ambiente.
Como la tostada del desayuno que a pesar de llevar los mismos ingredientes... ya no es la misma, no sabe igual.
Como el peluche azulado de tu cuarto que hace tiempo que no te habla... que sólo calla y te observa, te escucha y espera.
Como el lado derecho de una cama de 90 que ya no respira y que ahora es, sin más, la extensión natural del izquierdo... pero lejano, ausente y vacío.
Como el abrazo que sientes, que quieres dar y que se te escapa... pero no llega y se queda contigo.
Como las películas y los capítulos de las series que se acumulan en tu disco duro... que no son recuerdos, sino asuntos pendientes.
Como una imagen fotográfica, una secuencia en movimiento, una serie de 20 fotogramas por segundo... que se quedan cortos, que ambicionan más, que prefieren lo auténtico, que se tachan de e-reales.

A ratos a medias, otros completo.
Un arco insertado en una callejuela cualquiera del barrio gótico de Barcelona.
Una sonrisa en quien lo fotografía.
Un misterio para quien lo piensa.
Al fin y al cabo, medio arco. Tan simple y complejo como eso.