busca entre mis delirios

lunes, diciembre 27, 2004

Super Size Me, 2004


Cada vez son más originales.
Ahora ya no sólo se centran en la política para tratar de hacer campaña contra un partido o una personalidad concreta como haría Michael Moore en su Bowling for Columbine, sino que van más allá y a quien ha querido derribar Morgan esta vez ha sido a las multinacionales de fast food, y en concreto, a McDonald, pionera number one en los Estados Unidos.

Como bien dice en su epílogo, hoy por hoy casi todo el mundo sabe que no debe ser bueno comer tres veces al día en un restaurante de este estilo, ni siquiera aceptamos hacer más de dos comidas a base de grasas y colesteroles envasados a la semana.
Hay quien, como una servidora, puede pasarse cuatro o cinco meses sin pisar uno de ellos.
El McDonalds y todos sus pequeños hermanos deben ser tomados como alternativa eventual a una comida rápida y considerablemente asequible a la que recurres muy de vez en cuando para que te saque de un apuro. No debe haber –y hablo sin datos- muchos españoles que se alimenten exclusivamente de Burger Kings. Pero cuando hablamos de USA la cosa cambia considerablemente.

Este documental contiene una buena dosis de declaraciones de personas que reconocen no entender la comida y su alimentación más allá de los ‘arcos dorados’ de la M de McDo.
Es tal la obsesión y los resultados claramente visibles en la salud de los norteamericanos, su aumento de peso excesivo y exagerado, sus enfermedades cardiacas, sus síntomas depresivos, que Morgan decidió someterse a un mes completo (30 días) en el que todo lo que se metiera en la boca debería provenir de la lista del menú de cualquiera de los restaurantes McDonald de Estados Unidos.


Os cuento el final, sobrevivió, pero a costa de dejarse el hígado hecho paté, los niveles de colesterol, enzimas, leucocitos, plaquetas, glúcidos, etc,… por los cielos y lo que es peor, volverse impotente sexualmente hablando.



Es un tanto asqueroso y la verdad, revuelve las tripas en un par de ocasiones, ver tanta comida junta, tanta gula y esos tamaños tan encarecidamente enormes e incomibles, esas cocacolas de dos litros, los tamaños supersize de patatas con las, sólo con ellas podría alimentarme en una comida. Los helados y yogures con grasas y otros elementos ‘disgustings’… Muy navideña la peliculita, ya que en estas fechas tendemos a ponernos como cerdos y comer más allá de nuestras necesidades. Con razón hay quien dice que en USA es Navidad todos los días.

El documental está bien, porque para los que no somos de allí, nos informa de cosas que jamás podríamos haber imaginado, a pesar de que tenemos una idea un tanto exagerada de lo que se cuece por allí, se cumple aquello de que la realidad acaba superando a la ficción y este documental es una clara muestra de ellos. Si antes creías que estaban locos y era subnormales perdidos, espera a ver la cara que nos enseña Morgan, por cierto, otro inconsciente gilipollas que puso si vida en serio peligro por ‘sacar a la luz la verdad’.

Yo sigo diciéndolo, la decisión esta en nuestras manos siempre y cuando seamos responsables de nosotros mismos. Hay que alejar a los niños de los malos hábitos, pero no exclusivamente de la comida basura y no de forma especial, sino tratando de equilibrar su dieta y no asustándole con la comida basura. Si a un niño le prohibes terminantemente que vaya a un McDonalds en cuanto le des su primera paga se comprará un Big Mac. Y así con todo.
El miedo no debe ser infundido, debe estar dentro de nosotros.
La comida basura es mala, si señor, pero no mata si te comes una hamburguesa al mes. Una cosa es el boicot y otra la campaña de concienciación. Pero… ¿Dónde está la frontera en este documental?

viernes, diciembre 24, 2004

Las cinco del viernes (VI)



¿Por qué no?
Si ya voy a tener que sufrirla estos días, por qué no hablar de ella...

1) ¿Eres de los que odian la Navidad? ¿piensas que la Navidad es una buena oportunidad para disfrutar con los tuyos? ¿no sabes/no contestas?

Supongo que todos los que leen o han leído días pasados mi blog sabrán contestar perfectamente a esta pregunta. Sí señor, odio la navidad, odio lo que significa, lo que representa y del modo en que se la toma la gente, como una excusa para estar con los tuyos y ser mejor persona. Asco.


2) ¿Cuándo hacéis los regalos navideños en vuestra casa? ¿Os visitan los reyes o Papa Noël? ¿ Existe en vuestra tierra alguna tradición especial respecto a los regalos de Navidad?

Pues en mi familia, que es amplia de cojones (más de 20 por parte de madre solamente), celebramos a modo de ritual el día de nochebuena. Antes, porque mis primas y yo éramos pequeñas, hasta hace un par de años porque la pequeña era mi hermanita, y ahora porque no pueden evitarlo. Nos juntamos los veintipico en una de las casas grandes de la familia (entre la que se incluye desgraciademnte la mia), se monta el circo, se gasta muchos euros, se pone mucho entusiasmo y mucha ilusion para que la celebración sea mejor que años anteriores y al llegar las 2 de la mañana, nos escondemos, se sacan los regalos (que previamente hemos comprado y envuelto nosotros mismos) y a poner cara de alegría.
No obstante, mis padres y mi hermana se guardan algo de espíritu navideño para la mañana del 6 de enero. Más sutil y menos falso, pero también hay regalos.


3) ¿Que preferís que os regalen? ¿muchos regalos aunque sean pequeños o dinero, que ya sabréis vosotros lo que hacer con él?

Una de las cosas que más me joden de las Navidades es eso, los dichosos regalitos, porque si hay algo que me fastidie es el consumo irresponsable, incoherente, absurdo y compulsivo, aquello de "comprar por comprar". Esos regalos que me hace la gente que no me conoce, que no sabe como soy, mis apetencias y/o gustos, que luego no me sirven para nada y acaban siendo regalados a personas que lo aprovecharían mejor que yo. Me siento fatal cuando abro un paquetito y veo el típico jersey más feo que la hostia o la colonia de chanel que huele a cincuentona.
Acostumbro a recibir dinero, después de que se hayan dado cuenta de que lo que ellos me regalan no me gusta una mierda, asi que desde hace dos o tres años, yo misma me compro mis regalos, los envuelvo y los coloco bajo el arbol.


4) ¿Que preferís en las cenas navideñas? ¿Carne o pescado, o marisco? ¿Dulce o salado? ¿Qué se suele comer en vuestras tierras? o en vuestra familia, que sois muy raros y tenéis una tradición propia.

Yo prefiero no estar.
Tanto carne como pescado me parece mal, el marisco no lo tolero bien y lo único que agradezco, por su ligereza y su sencillez son las verduras. Ójala se celebrara la navidad a base de verduritas frescas.
No obstante si tengo que elegir supongo que prefiero carne pero es que me da tanto asco imaginarme esas mesas repletas de comida, el pollo con compota de foie y caramelizadas frutas del bosque acompañadas de una mousse de pato a la esencia de caviar... y lo fuerte es que sabes que más de la mitad de esa mesa tan bien colocadita y tan bonita a la vista acabará en la basura unas horas después, o en la taza de un baño...


5) ¿Sois de los que encendéis la tele en las celebraciones familiares y os reunís alrededor de ella o preferís cantar villancicos guiados por el tío soltero borracho que se inventa las letras?

Pues ya que se pregunta, cada navidad es un ejemplo cosificado de la verguenza ajena más profunda que he sentido nunca.
Le tele no se suele encender, salvo para los pobres abuelos que se quedan medio groguis a eso de las 3 y se ponen al Ramón García o a las galas especiales de navidad.
Pero para entretenernos ya tienen a mi padre, le hacen llevarse la guitarra todos los años y que se pone a contar las típicas del Let it be, o los últimos exitos de Ana Belén.
Y como guinda, está mi tío, que cuando coje un puntillo interesante -esto es, tan borracho que apenas mantiene el equilibrio- se pone a cantar, a bailar y a meter(nos) mano a todo el que pilla por delante.
Los villancicos, gracias a dios, desde que existe esa cosa llamada CD solo se oyen a través de los alatvoces del salón de la casa de turno; la pandereta y la zambomba hace tiempo que la dejo en casa.

lunes, diciembre 20, 2004

High Fidelity



Recuerdo el libro en que se basaba la famosa película de John Cusak, recuerdo como al final advertía que aquel que basara en el cine o en la música su vida, que midiera por su rasero todo lo que tiene sentimiento, le iba ser imposible ver la vida como producto acabado.
Esa impresión pesimista pero resignada de todos aquellos que nos nutrimos del cine, que lo hemos hecho nuestra guía de referencia, que conforme a él medimos nuestras aptitudes…

Y llega a tanto mi obsesión que incluso leyendo, me es imposible olvidarme de este séptimo arte.

Mis tres últimas lecturas, grandes, fantásticas, y la que para mi es su equivalencia al cine:



El extranjero, de Camus.

Una obra lenta, sosegada, pero al mismo tiempo agobiante, que te hace exudar al mismo ritmo que lo hace el personaje, un pobre hombre que acaba de enterrar a su solitaria madrey que se ve envuelto en un crimen inintencionado.
Una obra escrita desde la decadencia, la desesperanza, que muestra precisamente eso, el declive de la sociedad, del ser humano.
Muy breve, apenas llega a las cien páginas, se nos queda corta. Tenemos la necesidad de extender sus palabras e ir más allá, pues el personaje no se deja conocer. Se aisla en su persona y, impermeable, se nos aparece como el fantasma en que se convertirá.
Lo mejor de todo, su final, su última frase, contundente, rompedora. Creo que no he leído libro con final más estremecedor que este. Juro que un escalofrío recorrió mi sistema nervioso. Desde luego mejora y mucho el resultado del libro en general.

Si este libro fuera una película sería sin duda alguna del llamado neorrealismo italiano, posiblemente de Rosselinni, con su quietud, con la calma reinante, los planos fijos, las secuencias eternamente largas, silencios, contemplación… ver pasara el tiempo, simple y sencillamente.
Una película en blanco y negro con ese personaje frustrado, autónomo, degenerado que camina sin rumbo y del que apenas nos dejan saber nada.

EDICION: Graciosísimo... me pongo a investigar, porque de verdad me parecía raro que no hubieran hecho una película de esta gran novela, y descubro para mi sorpresa que no anduve lejos en mi predicción. Efectivamente hay película, es realmente del neorrealismo italiano (año 1967) pero me equivoqué ligeramente de director, aunque reconozco a posteriori que también se me pasó ese nombre por la mente; Visconti!!!
Con nada menos que Marcello Mastroniani como prota (adecuado al 100%) y Anna Karina (guauuuuuu!!)
http://spanish.imdb.com/title/tt0062310/


Noches Blancas, de Dostoyevski

Exquisita. También perteneciente a las grandes novelas cortas, con poco más de cien páginas, la intensidad de la historia que contiene y la fragilidad de los dos personajes nos cautiva del todo.
De nuevo un pobre soñador camina por las calles del hermoso San Petersburgo, se comunica con su ciudad querida, forma parte de ella. Personaje singular, perfectamente descrito en la novela y fácilmente dibujado en nuestras cabezas.
Novela romántica, con cierto aire agridulce, que en sus largos monólogos, en sus conversaciones inteligentes y a la par sencillas, indudablemente convincentes, nos introduce en la mente de una pareja de amigos que se encuentran por casualidad y que sin apenas quererlo, se unen fuertemente a través de una sincera complicidad.
Aunque el final resulte algo previsible en esta época en que la que nos lo sabemos todo, hemos de considerar que fue escrita hace más de un siglo y de esta manera podremos ser consecuentes y recibir las sensaciones de este final como auténticamente fueron concebidas.

Su equivalencia al cine, para mi, estaría vinculada a la nouvelle vague. Me es difícil poner a un director al frente de esta historia, pero aventurarme con una elección, sería Rohmer. Tan sólo dos personajes, grandes diálogos, conversaciones profundas, grandilocuentes declaraciones, mucho amor, y mucho sufrimiento. Una combinación perfecta que podría encajar muy fácilmente con las primeras obras de este gran director. La acción, el movimiento importa más bien poco pues estamos de nuevo ante una obra en la que prima la calma en constante desequilibrio con las turbulencias del corazón.

EDICIÓN: Lo reconozco, aquí me he equivocado de todas, todas... A pesar de que existen varias versiones de esta película, algunas aún en proceso de filmación, la autñentica, por su importancia es del mismo director que la de arriba, Visconti!!!! Bingo, dos de dos.
Con de nuevo, Mastroniani a la cabeza!!! Jajajaja, voy a tener que meterme más de lleno en la filmo de este director...
http://spanish.imdb.com/title/tt0050782/


La conjura de los necios, de J.K Toole

Es la obra perfecta. La definiré con esa palabra y no otra porque es la que mejor compendia todas las sensaciones que me ha producido. Es de largo, lo mejor que he leído hasta ahora (lo cual no dice mucho porque, pese a que es mi mayor frustración, no soy tan entendida en literatura como me gustaría).
Ignatus, ese ser de un mundo paralelo, cuya mente va más deprisa de lo que nuestros ojos alcanzan a leer, con su forma peculiar de ver el mundo, de actuar en consecuencia…
Lo que mejor puede resumir este libro es la cita de Johnathan Swift que sirve de prólogo: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él”.
Delirante, divertida, amarga, interesante, intrigante, ácida una gran comedia épica que ha pasado a la historia por ser una de las mejores obras literarias.

Y si fuera una película lo tengo claro, se trataría de una del grandísimo Woody Allen. Su estilo peculiar de paseos largos en travelling por una ciudad con vida propia, tremendamente hipocondríaco, extravagante, como salido de otro mundo… Ignatus sería al alter ego de los 60’ de muchos de los personajes en los que se interpreta a sí mismo Woody.
Y recuerdo por ejemplo el segmento de este director en Historias de Nueva York, aquel de la madre en los cielos, haciéndole su vida imposible… Juas, quien haya leído La conjura, me entenderá a la perfección.

EDUCIÓN: Y en esta casi me llevo la palma... Extrañamente todavía no existe una versión estrenada de esta genial y fantástica novela (como apuntó mi chico, seguramente sea por el rollo de los derechos de autor, puesto que esta obra se descurbió despues de la muerte de Toole), pero sí que se está rodando en estos momentos, y aunque no es ciertamente de Woody Allen, se acerca algo, ya que el actor que va a interpretar a Ignatius Reilly no es ni más ni menos que su último alter ego... Will Ferrell!!! Toma ya!
Por cierto, en el arreglo de guión tenemos al grandísimo Soderbergh!!
http://spanish.imdb.com/title/tt0340054/

Las cinco del viernes (V)



¿Acostumbras a mentir?

No voy a ser de esas personas que dicen que no han mentido ni mienten en su entera vida, pero no uso la mentira como una respuesta fácil, una trampilla para escapar de problemas, ni como herramienta de disuasión. La rara vez que uso la mentira suele ser de un modo eventual (quizá el engaño dura un día, unas horas), con fines que yo creo positivos, y siempre, siempre, acabo destapando yo misma esa mentira. Repito, para justificarme, que no es algo que me guste ni que use a menudo.

¿Te consideras un/-a hipócrita?

En absoluto, aunque en esta época, no queda nada bien decírselo a sí misma.

¿Has engañado o engañas a tu pareja?

Me prometí a mi misma que jamás engañaría a la persona que más confía en mí, que más apoyo me ha dado desde siempre... Aunque me haya traído muchos disgustos acostumbro a contarle TODO, T-O-D-O.

¿A quien no engañarias nunca?

Mi reto es dejar de engañarme a mí misma, pero desde luego, como he dicho unas líneas más arriba, a mi chico.

¿Soportas las mentiras?

Absolutamente nunca. Soy alérgica a ellas. Me parece un acto cobarde cuando se usan de un modo no adecuado, cuando la usan en contra de las personas...
Buff, no puedo con la gente mentirosa (y no hablo de las piadosas, que quieras o no son un acto de beneficiencia).

miércoles, diciembre 15, 2004

Before Sunrise y Sunset, 1995 y 2004

Before Sunrise, 1995



Before Sunset, 2004




Lo prometido es deuda.
Vistas ambas películas me veo en la capacidad de emitir un juicio al respecto.

Pienso particularmente, que no pueden ser entendidas por separado, pierden todo su sentido, la fuerza. Ver una de las dos sin haber visto la que le precede o sigue es lo más parecido a observar desde tu asiento del metro a dos personas que se hacen mimitos, sin que llegues a comprender exactamente qué pueden llegar a sentir, cómo se han unido y a dónde les lleva el tren.

En este caso, ya digo, es más que recomendable para aquellos que tienen un cierto interés en ver esta que se estrena este año, que acudan a su videoclub y busquen en el catálogo de 1995 y se hagan con Before Sunrise. La experiencia, creánme, merecerá la pena.

¿Mi opinión? Pues si bien he de decir que la segunda parte aporta mucho más de lo que llega a sugerir la primera, que resulta una conclusión perfecta y sencilla de lo que son los personajes y hacia donde van, que mejora y mucho el resultado de la primera. De hecho me pregunto qué hubiera sido de Before Sunrise si no hubiera existido esta segunda, seguramente, y es una opinión personal, habría sido una película mediocre de las típicas historias de amor, a la altura ni más ni menos de Serendipity o muchas del estilo.
Pero lo que la hace especial, porque sí, admitamos que es especial, es la prolongación y la posibilidad que nos da el director –luego estará en nuestra mano el aceptarla o rechazarla- de ver cómo acaba lo que empezó nueve años antes.

Simplificando y mucho el argumento, y ya sabéis que no soy dada a analizar las películas por lo que tratan, diré que se trata de dos personas, una francesa y un americano, que casi por accidente se encuentran en un tren y que pasan una noche juntos caminando por las preciosas calles de Viena. Allí se conocen, allí se enamoran, allí sienten y padecen y se preparan para lo inevitable. No se volverían a ver nunca más. Aquella sería la única noche de sus vidas y se proponen vivirla del modo en que mejor la pudieran recordar. No obstante, en el último momento, a dos minutos de los créditos finales de Before Sunrise acuerdan que volverían a verse, en ese mismo anden, pasados seis meses.
Y empieza Before Sunset con ese reencuentro fortuito y para nada premeditado de los dos amigos en la ciudad de Paris, pero nueve años después de aquella noche vienesa. En esta ocasión podrán pasear, hablar, recordar viejos tiempos, ponerse al día, recriminarse y declarar sus secretos antes de que caiga el sol, pues él debe coger un avión en pocas horas. De nuevo con el límite del tiempo y contando con que, de nuevo, tendrán que despedirse, ponen el broche final a lo que se puede saber del presente, pasado y futuro intuído de esta peculiar pareja.

Lo mejor de la película no es su historia, ciertamente, sino el modo de contarla, de ser rodada. Siempre con largos planos secuencias, caminamos frente a los personajes, que andan aprisa por las ciudades (Viena y Paris, que perfectos ejemplos de ciudades enamorantes), que nos embelesan los sentidos no sólo con sus diálogos, cargados de inteligencia y sencillez, sino con la belleza misma de las calles, parques y plazas por las que dejan olvidados sus pasos.
Reconozco que soy una enamorada de esas películas de paseos, como yo las llamo, que solamente de sentirte allí, de creerte una ciudadana más, te inmiscuyen en la película; recuerdo ahora por ejemplo el caso de aquella “Solo tu” y sus caminatas por mi eterna ciudad, Roma, o “Manhattan” y Nueva York.

Asi que bueno, no son las dos mejores películas hechas acerca del amor y de las relaciones entre dos personas que en el fondo de todo se aman con locura, pero es un buen ejemplo de cómo disfrutar de una de ese estilo huyendo de las sensiblerías y la lágrima fácil de los besos apasionados de última hora.

martes, diciembre 14, 2004

PIXAR y The Incredibles

Advierto que ya he visto dos veces The Incredibles para reafirmarme a mí misma por qué me había dejado aquella primera sensación, tan diferente y discorde con las opiniones de casi todos los que me rodean.
Y este segundo visionado me ha confirmado lo que pensé en el primero.
La película está muy bien estéticamente o visualmente hablando. Efectos súper conseguidos, encuadres de la hostia, secuencias muy bien llevadas, innovación de su propia innovación... efectivamente se lo han currado tanto, tanto, tanto que entiendo perfectamente a aquellos que dicen, y no creo por desgracia que se equivoquen, que Pixar no podrá hacer nada mejor.
Efectivamente. Si ya se empezaron luciendo con las texturas en Toy Story, con el pelo y el movimiento del mismo en Monsters, con el agua y sus partículas en Nemo, aquí han tirado la piedra lo más lejos que podían; velocidad, arquitectura, músculos, facciones humanas, pelo de nuevo (Violet), agua (seguramente sacada de archivo de lo que sobró de Nemo), fuego, explosiones, tecnología...
Muy mal hecho por su parte, pues ahora la de Cars parecerá un truñito al compararla con esta pues no tienen muy amplio catálogo de opciones sobre las que innovar. Prometo que si luego nos sorprenden con la peliculilla en cuestión me tragaré todas y cada una de mis palabras.
Y digo que sí, que tecnicamente es la mejor película que ha hecho Pixar, pero a nivel de historia, de guión, de contenido, de carnaza se confirman que van de capa caída, que se están preocupando mucho más por sorprender al público con los efectos (que es lo que se lleva) y no con una historia rompedora.

Y miro atrás (y obvio Toy Story 2 por ser segunda parte y Bichos que lo ha visto) y pienso...



En Toy Story, 1995, se nos cuenta la historia de dos juguetes que tienen vida propia, ajena y secreta a la de su amo (¡!), y en la que reina Woody. Un día llega la competencia, Buzz Lightyear, que se convierte en el juguete predilecto del niño. Y aunque se llevan a matar, cuando son separados, emprenden todos juntos una marcha en busca del juguete desaparecido(¡!).



Monsters Inc, 2001, trata de una ciudad heterogénea a más no poder habitada sólo y exclusivamente por monstruos (¡!), que se abastece gracias a la energía obtenida de los gritos que los niños emiten al ser asustados (¡!) a través de unas puertas virtuales (¡!) que comunican la central con sus casas. Pero en este mundo, tremendamente alérgico a las pequeñas criaturitas, se introduce una polizona de corta edad (¡!) y uno de los monstruos, que descubrimos que tiene gran corazón a pesar de todo, se dedica a protegerla y devolverla a su hogar. Y gracias a esta pequeña niñita se dan cuenta que es mucho más provechosa la energía extraída de las risas de estos chavales que las provocadas por el miedo (¡!).



Nemo, 2003, un pez payaso y su hijo, que llevan una vida normal (¡!). Un día el hijo es pescado y comprado por un odontólogo que pretende regalárselo a su sobrinita repulsiva. El padre de Nemo, tremendamente aprensivo emprende una aventura a través del océano acompañado por una pececita que padece de pérdida de memoria instantánea (¡!), para conseguir juntos juntos encontrar a su hijo perdido -que por cierto, ahora vive en un mundo paralelo con nuevos amigos-. Y en el camino hasta conseguirlo, se encuentra diferentes aventuras como la de una reunión de tiburones anónimos que están dejando de comerse a los pececillos o un colectivo de tortugas un tanto colgadas (¡!).



Pero sin embargo llegamos a The incredibles, 2004 y tenemos una mezcolanza de lo ya hecho; spiderman, batman, Watchmen, Spy Kids, los cuatro fantásticos, James Bond, X-Men. O sea, que ni son originales en sus ideas, ni tan increíbles como se hacen nombrar.

Y me atrevo a hacer una previsión. Toy Story será siempre Toy story y supondrá esa ruptura ese gran comienzo, pero esta última que acabamos de ver va a a envejecer fatalmente, porque para ver a un super salvando el mundo, ya vamos a tener otras decenas de películas con personajes reales que van a llegar a suplirla y eclipsarla.

domingo, diciembre 12, 2004

Night on Earth, 1991

Hoy nos hemos regalado una tarde de cine.
Sesión doble, en plan tranquilo, con una bolsa de patatas y a disfrutar.



La primera película, y la cual me dispongo a comentar, se trata de una de las más divertidas y grandiosas películas de un director que ahora está algo de moda, Jim Jarmusch.
Se trata de Night on Earth o Noche en la Tierra, como la doblaron al castellano, un collage de 5 historias diferentes que transcurren cada una de ellas en 5 ciudades (Los Ángeles, Nueva York, Paris, Roma y Helsinki) durante una misma noche abordo de un taxi, claro está, conducido por 5 personas distintas a cada cual más interesante.





Si bien es cierto que todas las películas de Jarmusch son muy semejantes unas a otras, que guardan enormes semejanzas tanto en el cómo como en el qué, resulta especial esta nueva experiencia.
Sabe montar muy acertadamente las piezas de un puzzle que tanto sirve para ser visto por segmentos como el una visión de conjunto plena. En ambos casos el resultado es ciertamente agradable y deja en el cuerpo esa sensación de simpatía por los buenos momentos que te ha hecho pasar (descojonante el episodio de Nueva York y el de Begnini en Roma) y por otro lado de amargura; esa melancolía que envuelve el preciso momento del día en que la noche nos dice adios y el sol empieza a alumbrar, una tristeza por ver marchar la noche, y con ella sus historias, sus anécdotas... una gran movida en solo unas horas.
Ya digo que el tratamiento del tiempo es especial en esta película, a mi juicio, muy logrado, y sí quizá ayude haber visto algo de sus trabajos anteriores (yo recomiendo fuertemente Strangers than paradise y Mistery Train, una joyita) para poder captar algunos de los guiños y autohomenajes que se hace a sí mismo este peculiar y genial director.

La verdad es que es una lástima que su reconocimiento no sea mayor, pues su valor artístico y la contribución al cine contemporáneo es más que significativa.

Supongo que os costará bastante acceder a ninguna de las tres películas que os he nombrado, a no ser que tengáis una estupenda videoteca cerca de casa, pero bueno, siempre nos consolaremos con el gran servicio que nos presta la Red.


La segunda que hemos visto, me la guardo en la recámara para comentarla cuando veamos (que espero que no sea dentro de mucho) el remake que de ella se ha hecho en este año: Before Sunrise (y su posterior Before Sunset).


viernes, diciembre 10, 2004

Conflicto de intereses



Hoy, para variar un poco, voy a usar el blog como herramienta de desfogue, que a mi chico, el pobre, lo tengo muy mareado ya.

Resulta que hasta hace poco yo tenía un muy buen amigo. Una persona que había estado a mi lado durante un año. Más bien, siendo precisos, YO había estado a su lado durante largo tiempo.
Sufrí junto a él sus crisis, sus neuras, sus intentos de suicidio, su impotencia, su infelicidad y trataba con todas las fuerzas que había en mi cuerpo de hacerle aunque fuera un poco feliz cada día. Ese era, entre otros, mi propósito al levantarme.
Resultó que aquella leyenda urbana de que ‘se puede ser solo amigos y nada más’, es eso, una leyenda, y una turbia historia de culpas y errores estuvieron a punto de poner en riesgo mi relación con la única persona que me importa de verdad en ese sentido, la única a la que quiero y amo profundamente, mi novio.
Obviamente, fue una crisis que aunque duró mucho más de lo que ninguno de los dos hubiera deseado, pasó pronto y este amigo mío se largó, no sé si por miedo, por escapar, por huir, por dejar atrás el pasado y a mi misma, a Edimburgo durante el verano.
Pero el verano pasó y llegó septiembre y octubre y noviembre… y el tío sigue allí.
Sucedió que durante su estancia por tierras irlandesas yo necesité por primera vez en la relación de su ayuda como amigo, de su apoyo, de su comprensión pues estaba pasando por momentos en que me era imprescindible cada soplo de aire que me llegara desde fuera. Pero él no respondió. Para una vez que era YO la que le necesitaba a él y no al contrario… Estaba demasiado liado con sus propios problemas y preparativos de las fiestas cerveceras como para acordarse de alguien como yo que estaba a cientos de kilómetros.

Total, que, como huelga decir, se enfrió de tal modo la relación que perdí casi toda la confianza que tenía con él, y también las ganas de contarle nada, la fraternidad, el cariño, la vela se apagó casi por completo. Pero sí, manteníamos cierta correspondencia muy superficial via e-mail que nos ponía al día de si el otro seguía vivo después de todo.

Pero, y aquí viene lo interesante, ahora resulta que el niño se enfada porque le cuento que tengo otros amigos, porque ve que mi vida se ha rehecho, que no estoy sola, que nunca lo he estado y que en el fondo, ni él era taaaaaaaan importante como se pensaba, ni el hueco que dejó cuando se marchó en el peor momento, ha sido difícil de rellenar.
Se mosquea porque ahora hay otra persona con quien me río. Porque hay más gente que me entiende, porque hay personas que me leen a diario, que saben de mi con frecuencia, con los que me divierto, veo películas o simplemente comparto mi tiempo…
Y se mosquea él, que fue quien se marchó de España, quien no cumplió lo prometido de irse solo dos meses, ni de volver a verme para septiembre, ni de escribirme cada día, ni de llamarme cada semana

Y digo yo, ¿Qué es esta obsesión por el estado de exclusividad? ¿por qué nos enfadamos si no tenemos a alguien sólo para nosotros? ¿acaso nos sentimos inferiores si no tenemos a alguien que dependa de nosotros para ser feliz? ¿será algo heredado de esta era del consumismo en que estamos acostumbrados a que si tenemos algo es porque lo hemos comprado y por tanto será nuestro para siempre?

Perpleja y anonada me quedo al leer a esa persona que tantos disgustos me ha dado y por la que me he dejado la piel y los huesos, decirme que me borra del Messenger o que me pone como correo no deseado. Y todo por un puñado de amigos…

miércoles, diciembre 08, 2004

Xmas



Yo, al igual que los centros comerciales, las carteleras de cine, los precios del mercado, los impulsos consumistas de la gente y la decoración de las calles, me adelanto.

No voy a esperar a que la navidad se nos eche más encima (si es que eso fuera posible) para dejar escapar mi particular y rutinario berrinche de todos los años.

Odio la navidad, o más bien, todo lo que ella supone, porque bien pensado, que culpa tendrán estas dos semanitas festivas de diciembre... Es más bien cómo nos las tomamos, con qué ímpetu, ilusión.
Es, a mi juicio, los días en los que la gente es más falsa consigo misma y con los que les rodea.
Un impulso a reir más, beber más, comer más, comprar más, gastar más, besar más, abrazar más, querer más, añorar más... el superlativo de nuestras costumbres diarias.
Y lo peor de todo es que se ha hecho a si misma una obligación impuesta en cada uno de los círculos en que te muevas.
Si trabajas, estás obligado a la dichosa cena de diciembre, si estudias, al botellón, y si hablamos de la familia, las exasperaciones llegan a su punto máximo.

Todos los años la misma canción. Más de quince personas alrededor de una mesa. Nadie conoce a nadie, aunque tampoco hay un interés.
Pero sí, sonrie, hija, pon la cara bonita, hazte una foto con los tíos, abre tus regalos, da las gracias, y no, no dejes de sonreir ni un sólo instante.
En realidad a ti no te apetece estar ahí, y de hecho, como buena atea que eres, no crees en esa festividad que en el fondo, muy en el fondo, hemos olvidado que estamos celebrando.
Dejando de lado el tema de las creencias, el concepto de familia deja mucho que desear cuando hablo de la mia propia.
A pesar de que he estado hecha polvo más de una semana con las lumbares destrozadas, nadie de esa familia que en tan solo quince días me veré obligada a visitar y a agradecer, se ha dignado en hacer una fugaz llamada de teléfono para quedar bien.
No hablemos, por supuesto, de las pruebas médicas a las que me haya sometido en el último año, ni de mis exámenes, ni de la carrera que estoy haciendo.
Aclaro, por si quedara alguna duda, de que de los 15 familiares con los que me veré las caras el día 24, más de 10 son de Madrid Capital; tan sólo veinte minutos en coche nos separan.

Asi que sí, todo es una farsa enorme, muy bien montada, bien engalardonada, con unos adornos muy vistosos y con aroma navideño, eso sí, pero un teatro, simplemente, en el que cada uno juega a ser el mejor actor, y que muy pocos se creen el papel que desempeñan.
Como si no viviéramos durante todo el año rodeados de hipocresía...



Por cierto, siento deciros -a aquellos afortunados que disfrutéis con estas fechas- que no será la única vez que me veáis echar exabruptos blogueros acerca de la navidad... por si fuera poco, por aquello de que cuando me pongo, 'escribo muy bien', me obligan cada año a escribir los dichosos crismas que recibirá cada miembro de mi familia.
Jur, jur, jur, este año ha empezado mi venganza ;)

domingo, diciembre 05, 2004

2046, 2004


He tardado varias semanas en poder escribir algo de esta película por varias razones que voy a justificar. Me ha sido dificil escribir sobre 2046 porque es una película diferente a lo que he visto últimamente, es de esas que maduran con el tiempo, como los buenos vinos, y que hay que dejar que repose para poder emitir un juicio de valor que merezca la pena ser leído.
Y por otra parte, y no menos importante, porque está habiendo mucha polémica con ella. En el círculo cinéfilo en que me muevo parece ser que es de esas de contrastes b/n: o te gusta un montón o la aborreces para siempre.
Bien, partamos de la base de que me encuentro en el primer grupo.

Estamos ante el último proyecto de un gran director del que me queda por conocer mucho de sus inicios lo que, en cambio, no parece excesivamente necesario para poder hablar de su cine ya que tiene como trayectoria cinematográfica una larga línea recta.
Sería un Fassbinder oriental (reconocido gran ídolo de Wong Kar-wai, por cierto) al que los más furiosos detractores le acusan de no cambiar mucho en cada nueva película, que todas son más o menos iguales, que no hay variaciones, ni giros bruscos. Digamos que es un autor en toda regla, del que precisamente lo que algunos critican, a mi me parece lo más interesante. Como dice el propio Fassbinder a veces hay que demostrar los cambios a través de lo que no ha cambiado.
Y es precisamente esa la clave de 2046.

Y para comprenderla en toda su esencia (aunque de nuevo repito que no es sustancialmente obligatorio) se debería echar un ojo a la que se convirtió según la vi en una de mis cinco películas sobre el Amor: su anterior trabajo, Deseando Amar (In the mood for love).
Resulta 2046, según palabras del propio Kar-wai, una simple continuación de In the mood for love. La conjunción de las ideas surgidas durante el rodaje de esta y la suma final de todo lo que quería mostrar en In the mood… Y yo añadiría, la conversión al superlativo de la esencia de la anterior película. Lo que In mood era triste, aquí pasa a ser mil veces triste…
Son muchas las referencias a esta película. Vemos en 2046 al mismo actor principal tan brillante como convincente, pero impresionantemente cambiado.
De nuevo Wong Kar-wai explica:

En Deseando amar vemos a un hombre casado, de familia, que cree en la idea del
compromiso, que trabaja mucho, que sale poco para el cual el hogar es
importante.

En 2046 ya no es un hombre de familia, no está casado, ni tiene ni
quiere compromisos, se ha vuelto cínico al respecto a lo que antes creía, no
tiene hogar, vive en un hotel, pero al final nos damos cuenta de que este hombre
no ha cambiado tanto. Es una máscara, una tapadera.

Pero no sólo hay semejanzas en el estupendo Tony Leun; vemos también a una saga de personajes más o menos secundarios, femeninos, que algunos conocimos en In the mood for love, otros en Chungking Express.

El argumento podría definirse a partir de una sola palabra: el amor.
O bien, las relaciones que une al personaje principal con una serie de mujeres que pasan por su vida como un tren en marcha, que no se sabe ciertamente por cuanto quedarán ni a qué hora tiene prevista su marcha. Y sobre todo, del rastro que dejan tras ellas, la amarga sensación de la pérdida y la esperanza y aguante de la espera del que viene por detrás. En definitiva, el amor que engancha, que duele y que se vive.


Amor en todas y cada una de sus acepciones, a saber: desengaño, pasión, diversión, infidelidad, traición, interés, conquista, pérdida, frustración y un largo etcétera que hace del conjunto una película tierna a la par que extremadamente triste.
Ciertamente excesiva, si es que se me obliga a darle el toque negativo, parece algo desmesurada, fuera de lugar y algo exagerada en muchos de los aspectos que forman parte del estilo del director.
Como he dicho, es la potencia de su base.

La música, que forma a mi juicio parte integrante del argumento, es una de las más bellas y más de acuerdo con los argumentos y los personajes, totalmente encandilante.Sugiere, muestra y reafirma.

Y para los que no conocen a Wong Kar-wai, decir, a modo de gancho para que se inicien en el mundo de este genial director, que su fotografía es, al igual que la música, otro elemento que ayuda a entender, tanto a la historia como a los personajes y sus pensamientos. Especialmente sobrecogedora, llena cada escena de pasión y furia, con brillantes encuadres y frescura a 24 fotogramas por segundo.

Y en respuesta a aquellos que echan en cara a Kar-wai el hecho de que a sus personajes (acongojantemente interpretados) les falta humanidad les diré que son gente que rie, llora, camina, se divierte, ama, se desengaña, sufre, duerme, folla y enferma.¿Qué más humanidad se le puede pedir a un ser humano?

miércoles, diciembre 01, 2004

¡Disparates!


No lo puedo evitar.
Me había propuesto NO escribir nada acerca de la comisión del 11-M ni de lo que el señor Aznar soltó por su boca, pero de tanto callarme, las llagas en mi boca empiezan a sangrar, y no puedo soportarlo.

Estoy bastante harta de que algunas personas se permitan el lujo de adoctrinar, de convertir en cátedra y verdad absoluta su opinión, por muchos lados insostenible, por otros, irracional.
Pero no sólo de eso estoy harta. Estoy cansada también de que esa gente se permita el lujo de parecer ser lo que no es, para lo que no ha estudiado y de lo que no sabe. De que por haber perdido 11 valiosas horas de su vida (sí, algunos tuvimos que estudiar, salir a dar una vuelta, estar con el novio, con la amiga a quien no puedes dejar tirada, con la familia, leyendo, viendo una película...), por el simple hecho de haber visto la comparecencia se creen en el derecho de tener la verdad.

Y estoy cansada porque yo, que ando estudiando Periodismo, y que tengo una asignatura que pesa como tres o cuatro llamada "Relaciones Internacionales" dedicada en muy buena parte a las relaciones con Oriente, resulto bastante leída en todo lo relacionado con el terrorismo islamista y el 11-M.
No es que sepa más que nadie, pero sí tengo una ligera idea de lo que varios autores expertos (y no sólo uno, no sólo lo que dijo la Cope, o lo que dijo la Ser, no sólo El País o el Mundo), y podría citar fácilmente a 6 ó 7, piensan y opinan acerca de las raíces, los porqués, la historia, la evolución, el cómo se produjo, el para qué, con qué, y sobre todo, qué nos deparará el futuro.

Y mientras yo me tiro horas inmiscuida en libros, artículos y demás textos sobre el tema, leo a gente que suelta perlitas por la red y por la vida misma, y lo que es peor, a otros que se lo creen.

Por dios, decir, a estas alturas del pastel, que el atentado del 11-M en Madrid fue provocado para volcar la balanza hacia el partido político que caía bien a los terroristas. Osea, decir que estallaraon las bombas porque los terroristas suicidas querían que ganara el PSOE porque son amiguitos...
Claro, por eso luego dice la misma persona que el PSOE no quiere investigar a fondo por temor a que les caiga algo de mierda encima....
Hombre decir esto como un vago pensamiento que apenas a pasado el control neuronal de tu cerebro, es comprensible... pero cuando estás escribiendo a conciencia para un conjunto de personas que te van a oir o leer, tienes que tener más cuidado.

Luego, para remetar la jugada denunciará a los pocos que se enfrentan dialécticamente con él que lo que pasa es que les falta memoria histórica -concepto que usa porque lo ha oído decir y no porque sepa lo que es-.

Sí, me he echado unas risas, no obstante, cargadas de amargura porque es gente como esta, gente que se cree tremendamente lista (y me viene a la cabeza el señor Jiménez Losantos) y que lleva a la práctica su tremenda y desbordante inteligencia (seguramente mayor que la de una servidora, no lo pongo en duda), son los que confunden a la sociedad. Y este personaje no importa porque apenas tres o cuatro le van a dar crédito alguno, pero hablando de profesionales de la materia, esto es, de periodistas, o de gente que trabaja para algún medio, que suelte estas barbaridades por su boca supone que su séquito de incondicionales que le lee o escucha, se lo crea, se convenzca, y luego actue en consecuencia.

Qué mal hace a la sociedad la información contaminada, señores.
Por eso os invito a que os autoinforméis, que leáis muchísimo (desgraciadamente leeréis también a gente como esta), y que una vez que tengáis claro el asunto, opinéis libremente.
Es mi táctica, porque yo, si sin saber sobre un tema (y hay miles) me atrevo a hablar, sé que se me echarán encima varias personas y otras cuantas se reirán de mi, no sin razón.

Eso sí, sobre este asunto en concreto, tengo mucho que decir, y mucha opinión que dar,
pero para resumirlo, diré que se parece y mucho, rozando la analogía con lo que opina mi colega PennyLane.

Y ya, para terminar cito un fragmento de La Comedia Nueva (El café) de Moratín que me ejemplifica a la perfección:

Porque no vengo a predicar al café. Porque no vierto por la noche lo que leí por
la mañana. Porque no disputo, ni ostento erudición ridícula, como tres, o
cuatro, o diez pedantes que vienen aquí a perder el día, y a excitar la
admiración de los tontos y la risa de los hombres de juicio. ¿Por eso me llaman
áspero y extravagante? Poco me importa. Yo me hallo bien con la opinión que he
seguido hasta aquí, de que en un café jamás debe hablar en público el que sea
prudente.


martes, noviembre 30, 2004

It's all right

Madrid, fría 8 de la tarde en la Gran Vía.
Decenas y decenas haciendo cola frente a la puerta principal del MadridRock.
Todos ellos con un mismo disco, vinilo, dvd en la mano.
Marlango.


Si se hubiera tratado de otro grupo, de otro cantante, de otro evento, no hubiera guardado aquella cola de hora y quince minutos, al fresquito de la noche madrileña, ni habría participado en la friquéz de una firma de discos, pero estamos hablando de Marlango, estamos hablando de mi querida y amada Leonor Watling.
No hay otro grupo o cantante en el panorama de la actualidad musical que haya sido capaz de erizarme la piel, de hacerme sentir verdaderamente sus voces puras, sin apenas mezclas, sin trampa ni cartón... Su música, sus ritmos y la voz de Leo es la única que ha sido capaz de hacerme gastar 13,50 euros en un disco con dvd.

Nunca antes había hecho esto de aborregarme a la tontuna de una panda de quinceañeros que se dejan llevar por los fanatismos, sencillamente, porque nunca he sido fan de nadie.
Y ahora tampoco.
No soy fan de Marlango, ni de Leonor Watling ni de ninguno de sus componentes.
Siempre, y ahora no es una excepción, he sido reacia a mostrar excesiva admiración por alguien a quien no conozco, quien no me conoce a mi y con la que no puedo entablar una relación normal.
Me sobran justificaciones, y lo se, pero me sirven para reafirmarme en mi negativa a animar a la gente a que haga lo que hice ayer. Cuando te gusta alguien no necesitas que nadie te vea demostrarlo.

El caso es que mi chico es casi más seguidor de Leonor que yo misma, y esta era una ocasión para satisfacernos a ambos con un detalle que, más por fetichista que por anecdótico, pasara a formar parte de nuestra Watlingfilia.

El caso es que, aun con media hora de retraso, ahí estaban los tres. Óscar, el calvito simpático que toca la trompeta, un Alejandro bastante borde y altivo -efectivamente, fue él el que puso la nota negativa al evento-, y una Leonor Watling, tan sencilla como ella sabe ser, pero iluminada por ese alma que desprende cuanda canta, cuando rie, cuando habla, que la hace única, inconfundible y sorprendetemente atractiva.


Envidiada por una servidora, se comportó como buena anfitriona, dedicándome una gran sonrisa, un saludo y un muchas gracias (que ni siquiera los demás se atrevieron a esbozar) que me demostró que aquellos que estaban tras mi en la cola se equivocaban; no se le había subido nada a la cabeza, porque de hacerlo, hubiera pasado hace mucho tiempo.
La carrera profesional de esta señorita se remonta a hace 14 años, y aunque roza la treintena, en sus ojos sigue habiendo ese 'algo' que la hace infantil, un brillo enmudecedor que alegra e intimida.
Desde luego, si hay alguien que se atreva a penetrar esos ojos sin sentir un escalofrío, que me avise.


sábado, noviembre 27, 2004

The incredibles, 2004


Todo el mundo está eufórico con esta película.
Es el estreno de la semana, de eso no hay duda... Ha llegado a eclipsar a esa enorme obra filmíca, preciosa, atrayente y asombrosamente hiriente que es 2046 de Wong Kar Wai que ya comentaré a lo largo de estos días.
A pesar de lo cargadita que viene la cartelera esta semana todos quieren ver Los Increíbles... y bueno, si se va con tantas ganas y pretendes encontrar algo más que puro entretenimiento, acaba desilusionando ligeramente.

La pelí está bien, para qué mentirnos, tiene puntos muy buenos, y los 'efectos especiales' están bastante conseguidos.
Los personajes están súper bien definidos, igual demasiado ya que echo en falta una cierta evolución en los mismos, que no sorprendieran todas y cada una de las veces con los mismos detalles y soluciones a conflictos.
Mantiene, eso sí, la tónica de crear ese personaje gracioso - que ya sería anteriormente Mike en Monstruos, y la encantadora Dory en Finding...- que se encarga de eclipsar de alguna manera al resto (en este caso, yo apostaría por Edna), pero no me acaba de resultar rompedora.


De nuevo, esperaba que Pixar diera un paso hacia alante, que superara lo que se dejó a medias en Finding Nemo, que mejorara los fallos y cubriera los huecos, pero con The Incredibles no solo no los soluciona sino que, poniéndonos dramáticos, los abre más áun.

Divertida lo es a ratos -y ojo que no es lo negativo de la película, ya que no buscaba yo personalmente el echarme casi dos horas de risas- pero le falta cierta fescura, algo de ingenio, más imaginación, no lo típico que ya hemos visto en todas las películas de superheróes que nos invaden en estos días.


Podríamos hacer un análisis comparativo y encontrarísmos sin mucha dificultad grandes semejanzas en películas más o menos actuales que se semiparodian en esta nueva.
Hablo de X-Men, James Bond, de Spiderman (1 y 2), de Spy Kids, Parque Jurásico incluso (:).
Vamos que poniéndonos críticos, resulta una mezcolanza no del todo satisfactoria producto de una buena licuadora por el que hemos metido los grandes éxitos de taquilla de los últimos años.

Para mi, lo mejor, es ese 'humor Pixar', no de risa fácil ni de carcajada continua, pero sí que se deja intuir.

Desde luego es algo que los hace tana amados.
Eso sí, por muy increíbles que sean se encuentran a años luz de mi querido Sullivan.

viernes, noviembre 26, 2004

Las cinco del viernes (IV)

Hoy, que me he tenido que quedar en casa, tumbada en cama por algo que tiene mucha pinta de ser un ataque de lumbalgia en toda regla, y ya que el hambre empieza a apretar...


1. ¿Cual es tu ingrediente fundamental o preferido que le pones a prácticamente todas las comidas?

Interesante pregunta a la que muy dificilmente sabré responder.
Me gusta mucho la cebolla, y suele ser un ingrediente que no le falla a ninguna de mis salsas o incluso como guarnición a seguntos platos.

Antes, era la guindilla. Era casi imposible no comer algo en mi casa que hubiera cocinado yo que no picara un poco, mucho o una barbaridad. No me importaba, es más me gustaba un montón, y me gusta pero lo he tenido que suspender debido al Síndrome del intestino irritable (o diarreas crónicas, jajaja).


2. ¿Qué hora del día es la que prefieres para comer?

Soy de un horario muy europeo... Prefiero comer a las 1 y media o 2 de la tarde que hacerlo a las 4 y media o 5 como mucha gente de mi familia.
Las cenas en cambio no suelo hacerlas muy pronto. A veces incluso se pueden hacer las 11 de la noche.


3. ¿Cuál es tu plato favorito?¿y el que más odias?

Mi favorito, sin duda, cualquiera que lleve pasta, bien cocida, al dente y con una buena salsa o relleno. Nada de sobres Maggi ni preparados de La Cocinera.

La que más odio es la que viene de la casquería, sobre todo los filetes de hígado.
Aún no he averiguado que es lo que le lleva a la especie humana a consumir semejante asquerosidad.


4. ¿Qué comida o alimento es, para tí, el más afrodisíaco?

Pues si es que eso existe, cualquiera que se coma con las manos.
Parece una tontería pero pone un mogollón.
Los dos sentados en la alfombra o simplemente sobre una mesa, con un plato de pitas y ver como hace malabarismos para que no chorree y aun no consiguiéndolo, se rechupa los dedos, las muñecas, los brazos....
Mmmm, toda una esperiencia ;)


5. ¿cual es tu especialidad culinaria (esto es, qué plato es el que mejor sabes preparar o el único que te sale comestible (precongelados y metidos en el microondas no sirven, señores míos)?

Estoy en proyecto de mejora y de enriquecimiento a nivel gastronómico, pero de momento entre los platos que me salen comestibles, el que más prefiere una servidora es un arroz a la napolitana, con queso fundido entre los granitos de arroz y champiñones picaditos... que, mmm, me chupo los dedos.



Ale, lo conseguísteis, me habéis abierto el apetito...
Tendré que atacar la despensa -si es que logro levantarme de la silla, claro-.

miércoles, noviembre 24, 2004

Un long dimanche de fiançailles, 2004


Pues aunque a España no llegará hasta finales de Enero de 2005, yo ayer tuve la oportunidad de verla en un preestreno de la productora.
La peli no está mal, todo sea dicho.
No seré yo quien os quite las ganas de ir a verla, nada más lejos de mi intención, que espero fervientemente vuestras sagaces críticas que suplan mis carencias.
Lo que es seguro es que Jeunet ha tirado hasta romper de la cuerda de Amelie y del exitazo y opinión pública que generó.


Se aprovecha de ello y usa, camuflado en 'auto-homenajes' demasiados 'guiños' para mi aguante.
La historia me parece demencial, pero claro, odio todas las películas de ese género - para los que no lo sepais, se trata de una película de Guerra-. Y por eso iba preparada para que no me gustara.
Digamos que el resultado es algo muy parecido a una versión muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy mejorada de la disgustante Cold Mountain con toques Amelie.
Y sí, efectivamente está todo bien vestido, con esa fotografía que eriza la piel, esa música de Mr. Badalamenti que alucina a los sentidos, las interpretaciones bastante conseguidas... Pero lo que queda en el fondo del vaso carece de mucho interés.
Y sí, para los que aún lo dudan, está cargada hasta la saturación de esa sensiblería que tanto me agobia en el cine.
El final, de lo peor.
Conclusión: Maja, para verla, porque se disfruta (aunque se hace laaaaaaaaaaaaarga como su título) y porque merece la pena ver como SI que se puede hacer buen cine con aspiraciones comerciales.

martes, noviembre 23, 2004

Melinda y Melinda, 2004

... O como podemos pasar de la risa a la aflicción en un chasqueo de dedos.






El planteamiento de la película, ya de por sí, merece muchísimo la pena. Atrae, porque es el día a día de Woody Allen. Es un gran director, y lo demuestra, tanto en comedia como en drama, a pesar de que sus grandes obras maestras se encuentren entre las primeras.
Nadie olvida Crímenes y faltas, Maridos y mujeres, Recuerdos... cuando cita las mejores películas de Allen, aunque sí una inmensa mayoría recurre a las que más les hicieron reir.

Con este nuevo proyecto trata de abarcar ambos campos al mismo tiempo, y aunque podría haberlo hecho mejor, no falla en el intento.
El resultado es una medio comedia con toques de drama, o vicebersa. Ninguna de las dos caras de la moneda tiene más importancia que la otra, ni Woody Allen quería que la tuviera.

Si algo sobresale por todos los costados del film son sus maravillosas interpretaciones, anque la Melinda esquizofrénica y derrumbada tiene más mérito que la dicharachera que nos encontramos en lo cómico.
Aún me río al recordar esa escena entre el nuevo alter ego de nuestro querídisimo Woody Allen en el sofá de su casa, con la playboy contándole sus penas.

Verdaderamente disfruto mucho con casi todas las películas de este hombre. Tiene algo que me encandila, puede conmigo. Y esta, aunque no la considere de las mejores que ha hecho en su trayectoria fílmica, es algo superior, que se aleja de la mediocridad y que consigue su propósito.

Ahora sí, con muchas ganas, a por la siguiente!!!

jueves, noviembre 18, 2004

Coffee and cigarettes, 2003



¿En qué consiste esta película? ¿Cuáles son sus bases, su propósito, su idea? ¿Cómo se podria resumir su argumento?
Pues básicamente no es más que una reunión de colegas de Jim Jarmusch (director para muchos tremenda e injustamente desconocido) que se interpretan a sí mismos en cada uno de los 11 segmento y que coinciden en torno a una mesa, convenientemente nutrida de café, té y un paquete de cigarrillos.
Y partiendo de esa idea, no queda mucho más.
No tiene un argumento lineal, pues este se rompe al finalizar los 7 minutos que dura aproximadamente cada sketch y en los cuales los temas que ocupan las conversaciones importan más bien poco.
Es más, son sumamente banales, carecen de ningún sentido filosófico y no pretenden la denuncia ni la crítica. Es sólo una conversación en penumbra mientras dos o tres personas se toman un café, no importa en qué momento del día.


Hay que entender que en un principio no se consideró como un futuro proyecto comercial que se fuera a exhibir ante un público.
Para aquellos que no lo sepan, la película global que vemos ahora en cines está compuesta de esos once segmentos que se rodaron en cinco etapas cronológicamente hablando.
La primera, en 1986, y hablamos de la primera que nos encontramos en este resultado, la surrealísima de Benigni y Steven Wright.
La segunda, en 1984, con Buscemi y los gemelos Lee.
La tercera en 1992, dos cortos inéditos hasta el momento, con Reneé French uno y el otro con dos actores franceses de raza negra.
La cuarta, en 1993, con una pausada conversación entre Iggy Pop y Tom Waits.
Y la quinta en 2003, con los otros seis que integran la película.

Fueron rodados antaño tan solo como una forma de mostrar cómo es el descanso, la pausa momentánea entre rodaje y rodaje, los minutos de descanso en la actividad del día a día.

La impresión que me ha dado es la del puro deleite.
Divertida, ligera, cínica, irónica, amarga y algo cruel.
No se desperdicia esa hora y media de tu vida en ver el resultado conjunto que al son de esa música en segundo plano se alejan de la pretenciosidad tan común en el cine hoy en día.
Por cierto, mi favorito (y que conste que me cuesta decantarme por uno), el de Alfred Molina y Steve Coogan...


lunes, noviembre 15, 2004

The Terminal, 2004


Llego un poco tarde, lo sé.
A pesar de que han pasado varios meses desde que se estrenó en España hasta que he decidido verla, al final no pude evitar caer en la tentación.
Reconozco que la razón principal de mi demora era el temor latente a que resultara tan fallida como Atrápame si puedes, que esa mala pinta que me daba con sólo ver el trailer se materializara en otro intento forzado del señor Spielberg de recuperar su época gloriosa y de calidad de La Lista de Schindler, póngamos como ejemplo.
Y dicho sea de paso que no soy para nada una gran admiradora del trabajo de este hombre, que considero su obra fílmica poco más que pasable, con algún que otro pico de grandiosidad pero que por lo general no logra transpasar la delgada línea de la mediocridad.

No obstante me arriesgué con Atrápame..., siendo el resultado más nefasto de lo que me hubiera podido imaginar y lo he vuelto a hacer con esta.

Para empezar por algún lado, he de decir que no me encuentro en esa disyuntiva que se plantea en cuanto al género de esta película.
Para mi no hay ninguna duda de que el drama es el eje principal sobre el que pivotan los gags cómicos y momentos de carcajada (o sonrisa, depende de la facilidad de humor que tengamos cada uno) que hacen más llevadero el problemón del pobre Viktor.
Y sí estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la película no acaba bien. No al menos en todos los sentidos.
No podría decirse en absoluto que nos encontramos ante una película con un claro happy-end. Hay que haber visto muy poco cine para admitir que Viktor ha logrado todo lo que quería y su vida está 100% satisfecha.

Aclarado ya que según mi parecer nos encontramos con un drama, hago otra apreciación. Sí, es una película con claras e indudables referencias Caprianas -si hasta el poli que le da la chaqueta es una copia del senador de Caballero sin espada!-.
Capra podía haber estado perfectamente al mando de esta película en los años 30' y habría resultado algo muy parecido a esto en muchos sentidos.
Pero, ojo, no lo digo como algo peyorativo ni como elemento que le quite valor a la película. No sé qué manía hay últimamente que cada vez que se nombra a Capra es para menospreciarlo o poner en duda la calidad de sus películas.
No señor, a mi me gusta Capra. Me gustan todas y cada una de las películas que he visto de él (unas más, otras menos), y por extensión, me ha gustado ese toque dado en The Terminal.

Pero a pesar de todo, sigue habiendo cosas que no me acaban de convencer. Por ejemplo, la duración de la cinta, excesiva a mi gusto. A parte de hacerse algo repetitiva, el final acaba resultado ciertamente precipitado, y más cuando en la media hora anterior hubieran sobrado casi veinte minutos.
No llega a hacerse pesada (y hay que darle las gracias a Hanks por hacer un papel bastante redondo) pero si te hace despistarte de cierta manera, pierdes el ritmo.
Otra cosa, la relación afectiva de Amelia y Viktor. De acuerdo que hay cientos de películas con historias de amor tanto o más desdibujadas que la de esta, pero esa no es razón para caer en el error antes cometido. No obstante tampoco considero que llegue a estropear el resultado final de la cinta, pero si la hace perder fuerza.

De todos modos me parece notablemente superior a la maldita Atrápame... aunque no llegue a conseguir la insignia de calidad superior de una servidora.
¿Entretenida? Sí, bastante, pero no es bueno que sea vista esperando encontrar una grandiosidad.
Simplemente, una bonita historia en la que podían haber mejorado muchas cosas.
Pero como película acabada, agradable.

viernes, noviembre 12, 2004

Las cinco del viernes (III)



1. Tus cinco palabras predilectas.

Es una cuestión ‘rara’ en el sentido de que no prefiero una palabra a otra.
Si estamos hablando en base a lo que suponen para nosotros entonces serían; amistad, honor, felicidad, dependencia, libertad.


2. Tus cinco canciones para enamorar.

Evanescence – My inmortal
Joy Division – Love will tears us apart
Muse – Can’t take my eyes off you
Fugees – Killing me softly
U2 – With or without you

Y podría hacer una lista enorme de canciones que me han enamorado porque precisamente por medio de la música, de preciosas canciones como estas y como muchas más que se quedan en el tintero fue como mi niño me conquistó, casi sin que me diera cuenta, sin ser yo consciente me dejó prendida de un hilo del que hoy ni siquiera quiero soltarme.


3. Tus cinco trabajos soñados.

Arqueóloga (un capricho de la juventud. Me encantaba la historia, muchísimo, leía todo lo que caía en mis manos, y supongo que por culpa de Spielberg, pensé que una buena idea sería meterme a aventurera)

Psicóloga (una profesión frustrada, siempre pensé que yo estaba hecha para ese mundo, pero decidí que bastante mal estoy yo ya de la cabeza como para tratar de curar a los demás)

Política (de nuevo, otra aspiración más en la vida. Ahora digo que cuando termine Periodismo me meteré a hacer aunque sea una licenciatura… no creo que me quede con las ganas)

Periodista (movida por grandes y valiosos ideales llegué a una facultad en la que me demostraron muy a la fuerza que eso era mierda pura. Desengañada renuncié a mi propósito de lavar la profesión desde dentro…)

Profesora (… y seguramente lo que acabe haciendo es dedicarme a dar clases en la facultad de alguna asignatura que disfrute de verdad. No creo que yo esté hecha para el mundo de la redacción, no soy lo suficientemente maleable como para dejarme hacer)


4. Tus cinco acciones para evadirte.

Pasear, la más importante y por extensión, la que más practico. Cuando estoy liada con exámenes me pongo las deportivas y me largo a dar un paseo, sola o acompañada, la ocasión decide.

Una charla en un café, preferiblemente acompañada, y si es de Él, mejor que mejor. Una hora, dos, las que hagan falta, hablando de lo primero que se nos venga a la cabeza. Es la mejor manera que he encontrado de sentirme a gusto.

Cine, por supuesto. En casa, la mayoría de las veces por causas económicas, o en cualquiera de los cines de versión original que hay por Madrid. El cine es mi válvula de escape y además reconozco que me enriquece culturalmente de sobremanera.

El gimnasio. Una de las mejores manera de eliminar toxinas, la rabia, los nervios, las inquietudes, el malestar… todo se queda en la toalla con que te secas el sudor, en la máquina de abductores, en la mancuernas de diez quilos. Sales nueva.

Sexo.


5. Tus cinco objetos preferidos.

La caja en la que guardo todos los pequeños recuerdos que tienen que ver con mi chico. Desde las cartas que me ha escrito, los comics y dibujos que me hace, recuerdos de viajes, de hoteles, pequeñas tonterías pero entrañables al fin y al cabo.

Mi peluche de Sullyvan, que me lo llevo de vacaciones, allá donde voy me acompaña con cariño, siempre con esa sonrisa de satisfacción. El tío se conoce Italia, Catalunya, Euskadi… Se ha convertido desde hace años en otro de la familia. ¡¡Hasta mantenemos conversaciones con él!!


Mi cámara de fotos, indispensable. No me desharé de ella hasta que no se casque del todo y Canon me diga que han dejado de fabricar repuestos para ella. Estoy super orgullosa de ella y no concibo viaje sin ella de mi hombro.

Mi colección de Dvds, (de todos muy satisfecha) que crece, crece y crece y empiezo a sentir que dentro de poco me echarán de casa…

El libro de “El cine según Hitchcock” escrito por Truffaut. Madre mía, lo que me enseñó aquel librito…

jueves, noviembre 11, 2004

¿Y ahora?



Si hace unos días planteé las razones según mi parecer que guiaron el voto norteamericano para llegar a dar la victoria a George Bush, hoy voy a dedicar solo unas líneas, unos apuntes cargados de mucha duda y que espero sean erróneos a la larga.
¿Qué va a pasar ahora que Bush vuelve a la carga?

Si bien es difícil de determinar el comportamiento de una persona desde fuera de ella misma, lo es más aún si se hace desde otro país, desde otro continente y con un océano enorme de por medio. Como bien se dice, para saber a ciencia cierta qué es lo que va a pasar ahora solo se pueden hacer dos cosas: una, esperarse a ver consecuencias y dos, preguntarle al señor Presidente.
Como la primera es algo peligrosa y puesto que la segunda es poco fiable, tomo la intuición en mi mano y me voy a atrever a lanzar algunas dubitaciones.

Todo esto viene al caso de que, unos cuantos días después de que se diera la que ha sido una de las noticias más importantes del año (precisamente junto con la matanza en Madrid del 11-m), la gente empieza a hacerse preguntas, a opinar, a emitir juicios de valor (aunque algunos con poco de ello) y la opinión general de todo lo que ha llegado a mis oídos y retinas, es de nuevo el miedo a lo que vaya a pasar ahora. Inquietud, sobre todo, a que ahora que Bush se ha visto reafirmado, más fuerte que nunca, y sin la presión de tener que responder frente a un electorado de aquí a cuatro años (porque, como bien sabéis, no podrá ser reelegido una tercera vez) pueda emprender nuevas guerras, comenzar nuevos conflictos armados en Oriente o simplemente, reforzar los que tiene ya comenzados.
Pues parece ser que no va a ser así. Es decir, está claro que no retirará las tropas de Irak, ni va a cesar en el intento de ‘implantar la democracia’ en esas tierras, pero lo que no parece tan seguro es que pueda emprender nuevas aventuras militares. No tiene recursos suficientes (y mira que resulta extraño) para meterse en más fregados, así que supongo que seguirá molestando a los mismos de siempre.

No obstante la gente sigue con miedo.
Tras el desastre del 11-s en Nueva York la gente –y me voy a dirigir solamente a los españoles, porque si no para qué queremos más- vio en las intenciones de los islamistas un claro ataque a los Estados Unidos. Un asunto suyo y sólo suyo. Un saldo de cuentas o algo por el estilo. Tanto fue así que según los datos recogidos por el eurobarómetro en noviembre de 2001, solo dos de cada diez europeos temían un posible atentado en sus propios países de residencia.
Hizo falta varios meses, incluso años, para que llegáramos a entender que aquello no fue un ataque dirigido exclusivamente a EEUU, sino un acto simbólico que reflejara la fuerza de una potencia que desconocía la mayoría de la gente de a pie.

Después del 11 de marzo en Madrid, la gente seguía equivocada. Mantenían la seguridad de que aquello sucedió por la alineación con el ejército americano, por tener tropas en Irak, por la política de amiguismo del señor Aznar, y aunque no es mentira, es sólo un dato más en la lista de razones.

En estos momentos en que nos encontramos, se nos plantea la duda, ¿seguimos siendo el blanco de Al qaeda y el terrorismo islamista?
La pregunta, a mi modo de ver la vida en estos días, es clara: SÍ y absolutamente sí.
Pero ojo, no solo España. Hablo de Europa, de Italia, de Francia, de Inglaterra, Alemania… Todos nos encontramos en el punto de mira de una potencia terrorista global de alcance transnacional e hiperpoderosa cuyo epicentro, pese a la errónea opinión general, no es un patrocinador estatal sino una entidad privada que tiene células durmientes y activas en más de 100 países y que, para más inri, odia profundamente todo lo que huela a occidental.
Pero entonces, ¿por qué a nosotros el 11 de marzo? ¿qué es lo que nos hace tan vulnerables?
Hay muchas razones, ya se sabe; nuestra posición geoestratégica, frontera clara entre occidente y el islam, que somos uno de los países con mayor flujo de inmigración, que nuestros servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad son unos patanes en toda regla que tuvieron el papo de perder valiosísimos informes (ya con el tema de la cinta queha salido hoy, ni te cuento…), también de algún modo la mala gestión del gobierno, la imprevisión de las elites políticas (ojo, de todas, también de la oposición, que podía haber estado más al tanto y dejarse de intentar ganar las elecciones a toda costa) y por último, y lo que me parece a mi más importante, es que somos un país de gentes muy ilusas, en exceso confiadas, que creen en el buen hacer de las personas, que no estamos preparados para los desastres, que no somos bien informados, que no hacemos nada por informarnos coherentemente, que no somos conscientes realmente del problema que supone para España el terrorismo en general.

Y esto no lo digo sólo por aquello que comenté de lo que deben de pensar en el extranjero de un país que lleva cincuenta años intentando acabar con UNA (1) célula terrorista que se encuentra localizada en una pequeña comunidad autónoma al norte del país. Claro, dirán los de la yihad, que si somos tan débiles como para dejarnos poner bombas cada dos meses en algún centro comercial, no habrá ningún impedimento en que ellos coloquen unas trece en una estación de tren que a plena hora punta se abarrota de gente y que no está en absoluto vigilada. Y sí, tenían razón. Fácil, rápido y letal. 191 personas muertas, 1.500 heridos.
No, cuando hablo de la confianza de la gente, la impasividad, el nulo estado de alerta, por decirlo de alguna manera, me refiero al caso de aquella persona que el día 11 de marzo de 2004 a eso de las 7 de la mañana, según pasaba cerca de la estación de RENFE de Alcalá de Henares vio a tres hombres encapuchados (aunque no hacía frío en absoluto) al lado de una furgoneta. Uno de ellos se cargó con un par de mochilas y se subió a uno de los vagones. Unos minutos más tarde, ese tren explotaría con decenas de personas dentro.
El testigo, pese a que según declaró después de los hechos, le pareció un comportamiento sospechoso ya que le recordaba a “cuando los de ETA salen por la tele a leer algún comunicado”, no avisó a la policía hasta varias horas después, cuando supo de la matanza por los medios.
Obviamente, hubiéramos ganado al menos una hora, todos, no solo los servicios de seguridad.

En fin, concluyendo, que nos espera una era de incertidumbre en la que lo clave es estar alerta, mirar con mil ojos y entender con tres cerebros, intentar comprender por qué, para qué y cómo, y a partir de ahí, esperar con ganas que el terrorismo (en este caso hablo del islamista, pero es trasladable a todo tipo de forma violenta) se de cuenta de que no gana absolutamente nada matando a inocentes que se mueren sin entender por qué lo hacen. Hay muchas más formas de conseguir lo que uno desea, y la violencia ha quedado obsoleta.

miércoles, noviembre 10, 2004

¿Sexo con seso, o nada de sexo?


El tema del sexo y la educación sexual se las trae...
Y a mi me afecta en muy primera persona pues tengo una hermana que a sus trece años empieza a conocer de qué va el tema, tienen inquietudes, muchas preguntas y más ganas de saber y con lo único que se encuentra por respuesta -pese a tener unos padres progres y hippies dignos de la serie Los Ochenta- es en que cuando una mujer quiere mucho a un hombre, se meten en la cama y hacen el amor.
Pero... ¿qué es hacer el amor?
Hacer el amor es, para un grandísimo y asustante porcentaje de la población mundial, echar un polvo. Es decir, el hombre introduce el pene en la vagina de la mujer hasta que uno de los dos, o los dos siendo muy optimistas, se excita tanto que llega al orgasmo.
Bien, esa es la meta de toda pareja que tras concocerse decide practicar el sexo.
Pero es que no, el sexo no es sólo eso. El coito, que es a lo que realmente nos referimos, es sólo una gota más en una botella de dos litros, una pieza del puzzle que puede -o no- completar el acto sexual, que no debería resultar tan sumamente importante y vital y sobre todo, que debería dejar de ser ese fin al que tarde o temprano, si has decidido acostarte con tu chico, debes llegar.
Y es que a las nuevas generaciones que nos llegan pisando nuestros talones se les está inculcando básicamente esto. De hecho, da verguenza -producto, supongo, de la cerradez de mentes-, y ya no solo a padres, madres, profesores, sino también a algún que otro perito en la materia, nombrar la palabra felación. ¡¡Y eso que es de las más comunes!!
Yo me digo a mí misma... ¿no será un poc aburrida y monótona, sobre todo monótona, la vida sexual de nuestros padres, de nuestros tíos y de hasta la mayoría de mis compañeros de clase?

Ya no hablo de la educación sexual refiriéndome a la identidad de cada uno, que eso siempre será una tremenda lacra en nuestra sociedad. Vale que hay mucha más aceptación a nivel al menos diplomático, pero no se acaba de hablar de ello con total y absoluta normalidad. Sigue habiendo ese síntoma de estremecimiento y de angustia en un padre o una madre al pensar en la posibilidad. No pretendo que se acaben todos los prejuicios existentes durante toda una vida acerca de la homsoexualidad, bisexualidad o transexualidad, sólo pretendo ser una voz más de denuncia a la que no conseguirán callar fácilmente.

Y luego está la educación sexual referida a la protección, a los cuidados necesarios para evitar contagios y enfermedades que ninguno queremos como nuestras.
Y eso está muy bien, por supuesto, de hecho ya llevan bastantes años haciéndolo.
No obstante ahora se han inventado una nueva campaña; Sexo con seso, de ahí el título de este hilo.
Un autobus que va por colegios, institutos y facultades, ofreciendo información a los más jóvenes acerca de esos cuidados básicos que todos deberíamos conocer de antelación.
Y he aquí la razón por la que hoy he decidio dedicar estas líneas al tema.
Resulta que leyendo por encima La Razón (de formación profesional, no por gusto, creánme), me he encontrado con este marciano artículo que parece venido por algún curilla de poca monta reprimido y asustado, pero que sin embargo parece ser que se trata de un neumólogo. es para partirse de la risa.
Lean, lean...

Isidoro COBO

Escribo claramente decepcionado con el planteamiento con que sus promotores han realizado la campaña «Sexo con seso», en la cual promocionan los preservativos y los métodos anticonceptivos, sin basar su uso en una adecuada formación y educación en la afectividad y en la responsabilidad. ¿Cómo se les puede ocurrir realizar una campaña para prevenir los embarazos no deseados con la compañía Schering, que comercializa en España diversos anticonceptivos y la píldora abortiva del día después? El preservativo no protege al cien por cien, porque se rompe y falla, están faltando a proporcionar información veraz diciendo que el sexo seguro se tiene con preservativo. Este derecho a correcta información está amparado en el artículo 20 de la Constitución Española. No pueden proponer el preservativo o la PDD como la panacea y la solución a todos los problemas porque lo importante es evitar hábitos de riesgo, no actuar sobre las consecuencias sólo de los mismos. Los preservativos tienen un Índice de Pearl de 12-16 por ciento, mientras que el método de la temperatura basal sólo de 0,5-3 por ciento. ¿Se dan cuenta de que nos están engañando a los jóvenes?


Asi que... lo mejor que se puede hacer para evitar embarazos es... no practicar el sexo, ¿no?.
Ah, no, perdón; No practicar el coito.
Ya, ya... con gente así que encima se atreve a escribirlo y que hay quien tiene los huevos de dar el visto bueno y publicarlo, apaga y vámonos.

viernes, noviembre 05, 2004

Salvador Dalí Doménech (1904-1989)


No, no estoy tratando de celebrar ninguna fecha en especial (aunque bien es cierto que se cumple este año el centenario de su nacimiento). Con Dalí, cualquier momento es bueno para hacerle un pequeño homenaje.
El porqué he elegido precisamente este momento para escribir unas lineas para quien ha sido y será para mi el gran Maestro español, un pintor que merece elogios por cada una de sus cientos de obras, es precisamente porque acabo de concluir la extensa y delicada lectura con la que me he deleitado durante los últimos tres o cuatro meses.
La mejor biografía nunca escrita de Salvador Dalí. Una estupendísima obra que contiene un amplio catálogo de fotografías, de cuadros desconocidos, de declaraciones de primerísima mano, de extractos de cartas privadas, de una serie de datos que enriquecen a toda luces una obra de este calibre.
Bien sabemos que adentrarnos en la vida de Salvador Dalí es mucho más complicado si cabe que hacerlo en su obra. Era un tipo complejo, pero grande, muy grande.
Tratar de comprender su vida se basa en el mismo truco que el de comprender sus cuadros. Se trata de alejarse unos diez metros para ver en aquella mancha a Gala desnuda, o bien acercarnos hasta que nuestra nariz toque el lienzo para observar como se queman poco a poco los costados de aquellas jirafas en el horizonte.

Mis ansias de saber de él en el sentido más personal y privado llegaron a mi vuelta del tour Dalí por tierras gironenses. Recorrimos cientos de kilómetros, visitamos más de una veintena de pueblos, aldeas, ciudades e indagamos por calles, plazas, museos y castillos que contenían la semilla de una vida.
Tal fue la curiosidad que despertó en mí que además de volver maravillada y extasiada por sus obras (cada cual más excéntrica y mágica), que decidí comprarme el libro: “La vida desaforada de salvador Dalí” por Ian Gibson.
Y me he tomado todo este tiempo porque el libro lo requiere. No es un libro de leer en una semana sin apenas descanso. Sus casi 1000 páginas contienen la esencia de una vida y con eso hay que cargarse de paciencia y darle el tiempo que se merece.

He aprendido mucho de él, ya no sólo porque he descubierto cientos de cosas que desconocía, porque me he descojonado con alguna de sus locuras, paranoias o travesuras, porque me he emocionado con el último capítulo de su vida, sino porque he sentido una gran lástima por quien lo que se suele sentir es admiración o rechazo.

Salvador Dalí, y es mi opinión, ha sido siempre un hombre enfermo.
Ha padecido una enfermedad crónica en el más amplio sentido de la palabra.
Clínicamente ha estado sano hasta unos años antes de su muerte. Su corazón, incluso, seguía latiendo médicamente media hora después de que su cuerpo y su alma murieran.
Ha vivido frustrado, y ha sido esa su eterna enfermedad.
Frustrado sexualmente, reprimido, cohibido, avergonzado de un amor que quiso vivir pero que ni su cuerpo ni su ambiente le permitió llevar a cabo; la especial relación con su mejor amigo, Lorca, le llevó a un estado de encogimiento en sí mismo que le hizo encerrarse en su propio caparazón. No pudo desarrollar su propia sexualidad. No hacía el amor con nadie que no fuera sí mismo. Era de la única forma que sentía no estar engañando a los deseos de su corazón.



Frustrado también por Gala, su mujer, su diva. Una simple estatua que adornaba y daba valor a un hombre que no era prácticamente nadie. Ella le embelleció, le vistió de glamour y le llevó donde quiso. Ella le sacó todo lo que pudo, se aprovechó del prendimiento (llamémoslo total dependencia) de él y llegó incluso a pedirle un castillo al que, una vez construido, prohibió la entrada a su propio marido para evitarle el bochornoso espectáculo de descubrir una tras otra las infidelidades a las que le sometía.
Ella le separó de su familia, de sus amigos, de sus compañeros del Surrealismo, de sus ideales incluso. Hizo con él lo que un chaval con un trozo de plastelina.

Y no, no nos engañemos ociosamente, Dalí NO estaba loco, Dalí NO era un loco. Era solo una persona extraordinaria, con muchos problemas de personalidad, con una gran timidez, y una espeluznante frustración. Ha sido un náufrago de sí mismo. Perdió su sentido a mitad de tormenta y no puedo retomar el rumbo.



Dalí nació rodeado de amigos, de gente que le quería con locura, que hubieran dado la vida por él, pero su madurez, el conocer a Gala y sobre todo, el curso de su vida, los fue separando para siempre.
A Lorca lo perdió antes de que fuera consciente de lo que significaba para él.
A Buñuel, lo perdió por su propio carácter.
Decenas de amigos, de los que se pueden escribir con mayúsculas pasaron por su vida desinteresadamente, buscando en Dalí nada más que un poco de conversación, una persona admirable.
Sin embargo murió solo. Tremendamente solo.
Apenas sus médicos, abogados, representantes y algún que otro coleccionista se acercó a darle el último adiós aquella mañana de enero del 89. Como su propia hermana diría, aquello solo era una amalgama de hombres grises, de trajeados que solo buscaban salir en la foto, que no sentían aprecio alguno por el que fue el gran pintor surrealista en España.

Tendría para escribir decenas de líneas hablando de lo hondo que ha calado en mí el fanático artista, y ojo, dejo de lado sus tendencias políticas e ideológicas porque pienso que son fruto, de nuevo, de su excentricidad enfermiza.

Me limito pues a mandarle un abrazo, por ser, simplemente, tan genial.