busca entre mis delirios

lunes, diciembre 27, 2004

Super Size Me, 2004


Cada vez son más originales.
Ahora ya no sólo se centran en la política para tratar de hacer campaña contra un partido o una personalidad concreta como haría Michael Moore en su Bowling for Columbine, sino que van más allá y a quien ha querido derribar Morgan esta vez ha sido a las multinacionales de fast food, y en concreto, a McDonald, pionera number one en los Estados Unidos.

Como bien dice en su epílogo, hoy por hoy casi todo el mundo sabe que no debe ser bueno comer tres veces al día en un restaurante de este estilo, ni siquiera aceptamos hacer más de dos comidas a base de grasas y colesteroles envasados a la semana.
Hay quien, como una servidora, puede pasarse cuatro o cinco meses sin pisar uno de ellos.
El McDonalds y todos sus pequeños hermanos deben ser tomados como alternativa eventual a una comida rápida y considerablemente asequible a la que recurres muy de vez en cuando para que te saque de un apuro. No debe haber –y hablo sin datos- muchos españoles que se alimenten exclusivamente de Burger Kings. Pero cuando hablamos de USA la cosa cambia considerablemente.

Este documental contiene una buena dosis de declaraciones de personas que reconocen no entender la comida y su alimentación más allá de los ‘arcos dorados’ de la M de McDo.
Es tal la obsesión y los resultados claramente visibles en la salud de los norteamericanos, su aumento de peso excesivo y exagerado, sus enfermedades cardiacas, sus síntomas depresivos, que Morgan decidió someterse a un mes completo (30 días) en el que todo lo que se metiera en la boca debería provenir de la lista del menú de cualquiera de los restaurantes McDonald de Estados Unidos.


Os cuento el final, sobrevivió, pero a costa de dejarse el hígado hecho paté, los niveles de colesterol, enzimas, leucocitos, plaquetas, glúcidos, etc,… por los cielos y lo que es peor, volverse impotente sexualmente hablando.



Es un tanto asqueroso y la verdad, revuelve las tripas en un par de ocasiones, ver tanta comida junta, tanta gula y esos tamaños tan encarecidamente enormes e incomibles, esas cocacolas de dos litros, los tamaños supersize de patatas con las, sólo con ellas podría alimentarme en una comida. Los helados y yogures con grasas y otros elementos ‘disgustings’… Muy navideña la peliculita, ya que en estas fechas tendemos a ponernos como cerdos y comer más allá de nuestras necesidades. Con razón hay quien dice que en USA es Navidad todos los días.

El documental está bien, porque para los que no somos de allí, nos informa de cosas que jamás podríamos haber imaginado, a pesar de que tenemos una idea un tanto exagerada de lo que se cuece por allí, se cumple aquello de que la realidad acaba superando a la ficción y este documental es una clara muestra de ellos. Si antes creías que estaban locos y era subnormales perdidos, espera a ver la cara que nos enseña Morgan, por cierto, otro inconsciente gilipollas que puso si vida en serio peligro por ‘sacar a la luz la verdad’.

Yo sigo diciéndolo, la decisión esta en nuestras manos siempre y cuando seamos responsables de nosotros mismos. Hay que alejar a los niños de los malos hábitos, pero no exclusivamente de la comida basura y no de forma especial, sino tratando de equilibrar su dieta y no asustándole con la comida basura. Si a un niño le prohibes terminantemente que vaya a un McDonalds en cuanto le des su primera paga se comprará un Big Mac. Y así con todo.
El miedo no debe ser infundido, debe estar dentro de nosotros.
La comida basura es mala, si señor, pero no mata si te comes una hamburguesa al mes. Una cosa es el boicot y otra la campaña de concienciación. Pero… ¿Dónde está la frontera en este documental?

viernes, diciembre 24, 2004

Las cinco del viernes (VI)



¿Por qué no?
Si ya voy a tener que sufrirla estos días, por qué no hablar de ella...

1) ¿Eres de los que odian la Navidad? ¿piensas que la Navidad es una buena oportunidad para disfrutar con los tuyos? ¿no sabes/no contestas?

Supongo que todos los que leen o han leído días pasados mi blog sabrán contestar perfectamente a esta pregunta. Sí señor, odio la navidad, odio lo que significa, lo que representa y del modo en que se la toma la gente, como una excusa para estar con los tuyos y ser mejor persona. Asco.


2) ¿Cuándo hacéis los regalos navideños en vuestra casa? ¿Os visitan los reyes o Papa Noël? ¿ Existe en vuestra tierra alguna tradición especial respecto a los regalos de Navidad?

Pues en mi familia, que es amplia de cojones (más de 20 por parte de madre solamente), celebramos a modo de ritual el día de nochebuena. Antes, porque mis primas y yo éramos pequeñas, hasta hace un par de años porque la pequeña era mi hermanita, y ahora porque no pueden evitarlo. Nos juntamos los veintipico en una de las casas grandes de la familia (entre la que se incluye desgraciademnte la mia), se monta el circo, se gasta muchos euros, se pone mucho entusiasmo y mucha ilusion para que la celebración sea mejor que años anteriores y al llegar las 2 de la mañana, nos escondemos, se sacan los regalos (que previamente hemos comprado y envuelto nosotros mismos) y a poner cara de alegría.
No obstante, mis padres y mi hermana se guardan algo de espíritu navideño para la mañana del 6 de enero. Más sutil y menos falso, pero también hay regalos.


3) ¿Que preferís que os regalen? ¿muchos regalos aunque sean pequeños o dinero, que ya sabréis vosotros lo que hacer con él?

Una de las cosas que más me joden de las Navidades es eso, los dichosos regalitos, porque si hay algo que me fastidie es el consumo irresponsable, incoherente, absurdo y compulsivo, aquello de "comprar por comprar". Esos regalos que me hace la gente que no me conoce, que no sabe como soy, mis apetencias y/o gustos, que luego no me sirven para nada y acaban siendo regalados a personas que lo aprovecharían mejor que yo. Me siento fatal cuando abro un paquetito y veo el típico jersey más feo que la hostia o la colonia de chanel que huele a cincuentona.
Acostumbro a recibir dinero, después de que se hayan dado cuenta de que lo que ellos me regalan no me gusta una mierda, asi que desde hace dos o tres años, yo misma me compro mis regalos, los envuelvo y los coloco bajo el arbol.


4) ¿Que preferís en las cenas navideñas? ¿Carne o pescado, o marisco? ¿Dulce o salado? ¿Qué se suele comer en vuestras tierras? o en vuestra familia, que sois muy raros y tenéis una tradición propia.

Yo prefiero no estar.
Tanto carne como pescado me parece mal, el marisco no lo tolero bien y lo único que agradezco, por su ligereza y su sencillez son las verduras. Ójala se celebrara la navidad a base de verduritas frescas.
No obstante si tengo que elegir supongo que prefiero carne pero es que me da tanto asco imaginarme esas mesas repletas de comida, el pollo con compota de foie y caramelizadas frutas del bosque acompañadas de una mousse de pato a la esencia de caviar... y lo fuerte es que sabes que más de la mitad de esa mesa tan bien colocadita y tan bonita a la vista acabará en la basura unas horas después, o en la taza de un baño...


5) ¿Sois de los que encendéis la tele en las celebraciones familiares y os reunís alrededor de ella o preferís cantar villancicos guiados por el tío soltero borracho que se inventa las letras?

Pues ya que se pregunta, cada navidad es un ejemplo cosificado de la verguenza ajena más profunda que he sentido nunca.
Le tele no se suele encender, salvo para los pobres abuelos que se quedan medio groguis a eso de las 3 y se ponen al Ramón García o a las galas especiales de navidad.
Pero para entretenernos ya tienen a mi padre, le hacen llevarse la guitarra todos los años y que se pone a contar las típicas del Let it be, o los últimos exitos de Ana Belén.
Y como guinda, está mi tío, que cuando coje un puntillo interesante -esto es, tan borracho que apenas mantiene el equilibrio- se pone a cantar, a bailar y a meter(nos) mano a todo el que pilla por delante.
Los villancicos, gracias a dios, desde que existe esa cosa llamada CD solo se oyen a través de los alatvoces del salón de la casa de turno; la pandereta y la zambomba hace tiempo que la dejo en casa.

lunes, diciembre 20, 2004

High Fidelity



Recuerdo el libro en que se basaba la famosa película de John Cusak, recuerdo como al final advertía que aquel que basara en el cine o en la música su vida, que midiera por su rasero todo lo que tiene sentimiento, le iba ser imposible ver la vida como producto acabado.
Esa impresión pesimista pero resignada de todos aquellos que nos nutrimos del cine, que lo hemos hecho nuestra guía de referencia, que conforme a él medimos nuestras aptitudes…

Y llega a tanto mi obsesión que incluso leyendo, me es imposible olvidarme de este séptimo arte.

Mis tres últimas lecturas, grandes, fantásticas, y la que para mi es su equivalencia al cine:



El extranjero, de Camus.

Una obra lenta, sosegada, pero al mismo tiempo agobiante, que te hace exudar al mismo ritmo que lo hace el personaje, un pobre hombre que acaba de enterrar a su solitaria madrey que se ve envuelto en un crimen inintencionado.
Una obra escrita desde la decadencia, la desesperanza, que muestra precisamente eso, el declive de la sociedad, del ser humano.
Muy breve, apenas llega a las cien páginas, se nos queda corta. Tenemos la necesidad de extender sus palabras e ir más allá, pues el personaje no se deja conocer. Se aisla en su persona y, impermeable, se nos aparece como el fantasma en que se convertirá.
Lo mejor de todo, su final, su última frase, contundente, rompedora. Creo que no he leído libro con final más estremecedor que este. Juro que un escalofrío recorrió mi sistema nervioso. Desde luego mejora y mucho el resultado del libro en general.

Si este libro fuera una película sería sin duda alguna del llamado neorrealismo italiano, posiblemente de Rosselinni, con su quietud, con la calma reinante, los planos fijos, las secuencias eternamente largas, silencios, contemplación… ver pasara el tiempo, simple y sencillamente.
Una película en blanco y negro con ese personaje frustrado, autónomo, degenerado que camina sin rumbo y del que apenas nos dejan saber nada.

EDICION: Graciosísimo... me pongo a investigar, porque de verdad me parecía raro que no hubieran hecho una película de esta gran novela, y descubro para mi sorpresa que no anduve lejos en mi predicción. Efectivamente hay película, es realmente del neorrealismo italiano (año 1967) pero me equivoqué ligeramente de director, aunque reconozco a posteriori que también se me pasó ese nombre por la mente; Visconti!!!
Con nada menos que Marcello Mastroniani como prota (adecuado al 100%) y Anna Karina (guauuuuuu!!)
http://spanish.imdb.com/title/tt0062310/


Noches Blancas, de Dostoyevski

Exquisita. También perteneciente a las grandes novelas cortas, con poco más de cien páginas, la intensidad de la historia que contiene y la fragilidad de los dos personajes nos cautiva del todo.
De nuevo un pobre soñador camina por las calles del hermoso San Petersburgo, se comunica con su ciudad querida, forma parte de ella. Personaje singular, perfectamente descrito en la novela y fácilmente dibujado en nuestras cabezas.
Novela romántica, con cierto aire agridulce, que en sus largos monólogos, en sus conversaciones inteligentes y a la par sencillas, indudablemente convincentes, nos introduce en la mente de una pareja de amigos que se encuentran por casualidad y que sin apenas quererlo, se unen fuertemente a través de una sincera complicidad.
Aunque el final resulte algo previsible en esta época en que la que nos lo sabemos todo, hemos de considerar que fue escrita hace más de un siglo y de esta manera podremos ser consecuentes y recibir las sensaciones de este final como auténticamente fueron concebidas.

Su equivalencia al cine, para mi, estaría vinculada a la nouvelle vague. Me es difícil poner a un director al frente de esta historia, pero aventurarme con una elección, sería Rohmer. Tan sólo dos personajes, grandes diálogos, conversaciones profundas, grandilocuentes declaraciones, mucho amor, y mucho sufrimiento. Una combinación perfecta que podría encajar muy fácilmente con las primeras obras de este gran director. La acción, el movimiento importa más bien poco pues estamos de nuevo ante una obra en la que prima la calma en constante desequilibrio con las turbulencias del corazón.

EDICIÓN: Lo reconozco, aquí me he equivocado de todas, todas... A pesar de que existen varias versiones de esta película, algunas aún en proceso de filmación, la autñentica, por su importancia es del mismo director que la de arriba, Visconti!!!! Bingo, dos de dos.
Con de nuevo, Mastroniani a la cabeza!!! Jajajaja, voy a tener que meterme más de lleno en la filmo de este director...
http://spanish.imdb.com/title/tt0050782/


La conjura de los necios, de J.K Toole

Es la obra perfecta. La definiré con esa palabra y no otra porque es la que mejor compendia todas las sensaciones que me ha producido. Es de largo, lo mejor que he leído hasta ahora (lo cual no dice mucho porque, pese a que es mi mayor frustración, no soy tan entendida en literatura como me gustaría).
Ignatus, ese ser de un mundo paralelo, cuya mente va más deprisa de lo que nuestros ojos alcanzan a leer, con su forma peculiar de ver el mundo, de actuar en consecuencia…
Lo que mejor puede resumir este libro es la cita de Johnathan Swift que sirve de prólogo: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él”.
Delirante, divertida, amarga, interesante, intrigante, ácida una gran comedia épica que ha pasado a la historia por ser una de las mejores obras literarias.

Y si fuera una película lo tengo claro, se trataría de una del grandísimo Woody Allen. Su estilo peculiar de paseos largos en travelling por una ciudad con vida propia, tremendamente hipocondríaco, extravagante, como salido de otro mundo… Ignatus sería al alter ego de los 60’ de muchos de los personajes en los que se interpreta a sí mismo Woody.
Y recuerdo por ejemplo el segmento de este director en Historias de Nueva York, aquel de la madre en los cielos, haciéndole su vida imposible… Juas, quien haya leído La conjura, me entenderá a la perfección.

EDUCIÓN: Y en esta casi me llevo la palma... Extrañamente todavía no existe una versión estrenada de esta genial y fantástica novela (como apuntó mi chico, seguramente sea por el rollo de los derechos de autor, puesto que esta obra se descurbió despues de la muerte de Toole), pero sí que se está rodando en estos momentos, y aunque no es ciertamente de Woody Allen, se acerca algo, ya que el actor que va a interpretar a Ignatius Reilly no es ni más ni menos que su último alter ego... Will Ferrell!!! Toma ya!
Por cierto, en el arreglo de guión tenemos al grandísimo Soderbergh!!
http://spanish.imdb.com/title/tt0340054/

Las cinco del viernes (V)



¿Acostumbras a mentir?

No voy a ser de esas personas que dicen que no han mentido ni mienten en su entera vida, pero no uso la mentira como una respuesta fácil, una trampilla para escapar de problemas, ni como herramienta de disuasión. La rara vez que uso la mentira suele ser de un modo eventual (quizá el engaño dura un día, unas horas), con fines que yo creo positivos, y siempre, siempre, acabo destapando yo misma esa mentira. Repito, para justificarme, que no es algo que me guste ni que use a menudo.

¿Te consideras un/-a hipócrita?

En absoluto, aunque en esta época, no queda nada bien decírselo a sí misma.

¿Has engañado o engañas a tu pareja?

Me prometí a mi misma que jamás engañaría a la persona que más confía en mí, que más apoyo me ha dado desde siempre... Aunque me haya traído muchos disgustos acostumbro a contarle TODO, T-O-D-O.

¿A quien no engañarias nunca?

Mi reto es dejar de engañarme a mí misma, pero desde luego, como he dicho unas líneas más arriba, a mi chico.

¿Soportas las mentiras?

Absolutamente nunca. Soy alérgica a ellas. Me parece un acto cobarde cuando se usan de un modo no adecuado, cuando la usan en contra de las personas...
Buff, no puedo con la gente mentirosa (y no hablo de las piadosas, que quieras o no son un acto de beneficiencia).

miércoles, diciembre 15, 2004

Before Sunrise y Sunset, 1995 y 2004

Before Sunrise, 1995



Before Sunset, 2004




Lo prometido es deuda.
Vistas ambas películas me veo en la capacidad de emitir un juicio al respecto.

Pienso particularmente, que no pueden ser entendidas por separado, pierden todo su sentido, la fuerza. Ver una de las dos sin haber visto la que le precede o sigue es lo más parecido a observar desde tu asiento del metro a dos personas que se hacen mimitos, sin que llegues a comprender exactamente qué pueden llegar a sentir, cómo se han unido y a dónde les lleva el tren.

En este caso, ya digo, es más que recomendable para aquellos que tienen un cierto interés en ver esta que se estrena este año, que acudan a su videoclub y busquen en el catálogo de 1995 y se hagan con Before Sunrise. La experiencia, creánme, merecerá la pena.

¿Mi opinión? Pues si bien he de decir que la segunda parte aporta mucho más de lo que llega a sugerir la primera, que resulta una conclusión perfecta y sencilla de lo que son los personajes y hacia donde van, que mejora y mucho el resultado de la primera. De hecho me pregunto qué hubiera sido de Before Sunrise si no hubiera existido esta segunda, seguramente, y es una opinión personal, habría sido una película mediocre de las típicas historias de amor, a la altura ni más ni menos de Serendipity o muchas del estilo.
Pero lo que la hace especial, porque sí, admitamos que es especial, es la prolongación y la posibilidad que nos da el director –luego estará en nuestra mano el aceptarla o rechazarla- de ver cómo acaba lo que empezó nueve años antes.

Simplificando y mucho el argumento, y ya sabéis que no soy dada a analizar las películas por lo que tratan, diré que se trata de dos personas, una francesa y un americano, que casi por accidente se encuentran en un tren y que pasan una noche juntos caminando por las preciosas calles de Viena. Allí se conocen, allí se enamoran, allí sienten y padecen y se preparan para lo inevitable. No se volverían a ver nunca más. Aquella sería la única noche de sus vidas y se proponen vivirla del modo en que mejor la pudieran recordar. No obstante, en el último momento, a dos minutos de los créditos finales de Before Sunrise acuerdan que volverían a verse, en ese mismo anden, pasados seis meses.
Y empieza Before Sunset con ese reencuentro fortuito y para nada premeditado de los dos amigos en la ciudad de Paris, pero nueve años después de aquella noche vienesa. En esta ocasión podrán pasear, hablar, recordar viejos tiempos, ponerse al día, recriminarse y declarar sus secretos antes de que caiga el sol, pues él debe coger un avión en pocas horas. De nuevo con el límite del tiempo y contando con que, de nuevo, tendrán que despedirse, ponen el broche final a lo que se puede saber del presente, pasado y futuro intuído de esta peculiar pareja.

Lo mejor de la película no es su historia, ciertamente, sino el modo de contarla, de ser rodada. Siempre con largos planos secuencias, caminamos frente a los personajes, que andan aprisa por las ciudades (Viena y Paris, que perfectos ejemplos de ciudades enamorantes), que nos embelesan los sentidos no sólo con sus diálogos, cargados de inteligencia y sencillez, sino con la belleza misma de las calles, parques y plazas por las que dejan olvidados sus pasos.
Reconozco que soy una enamorada de esas películas de paseos, como yo las llamo, que solamente de sentirte allí, de creerte una ciudadana más, te inmiscuyen en la película; recuerdo ahora por ejemplo el caso de aquella “Solo tu” y sus caminatas por mi eterna ciudad, Roma, o “Manhattan” y Nueva York.

Asi que bueno, no son las dos mejores películas hechas acerca del amor y de las relaciones entre dos personas que en el fondo de todo se aman con locura, pero es un buen ejemplo de cómo disfrutar de una de ese estilo huyendo de las sensiblerías y la lágrima fácil de los besos apasionados de última hora.

martes, diciembre 14, 2004

PIXAR y The Incredibles

Advierto que ya he visto dos veces The Incredibles para reafirmarme a mí misma por qué me había dejado aquella primera sensación, tan diferente y discorde con las opiniones de casi todos los que me rodean.
Y este segundo visionado me ha confirmado lo que pensé en el primero.
La película está muy bien estéticamente o visualmente hablando. Efectos súper conseguidos, encuadres de la hostia, secuencias muy bien llevadas, innovación de su propia innovación... efectivamente se lo han currado tanto, tanto, tanto que entiendo perfectamente a aquellos que dicen, y no creo por desgracia que se equivoquen, que Pixar no podrá hacer nada mejor.
Efectivamente. Si ya se empezaron luciendo con las texturas en Toy Story, con el pelo y el movimiento del mismo en Monsters, con el agua y sus partículas en Nemo, aquí han tirado la piedra lo más lejos que podían; velocidad, arquitectura, músculos, facciones humanas, pelo de nuevo (Violet), agua (seguramente sacada de archivo de lo que sobró de Nemo), fuego, explosiones, tecnología...
Muy mal hecho por su parte, pues ahora la de Cars parecerá un truñito al compararla con esta pues no tienen muy amplio catálogo de opciones sobre las que innovar. Prometo que si luego nos sorprenden con la peliculilla en cuestión me tragaré todas y cada una de mis palabras.
Y digo que sí, que tecnicamente es la mejor película que ha hecho Pixar, pero a nivel de historia, de guión, de contenido, de carnaza se confirman que van de capa caída, que se están preocupando mucho más por sorprender al público con los efectos (que es lo que se lleva) y no con una historia rompedora.

Y miro atrás (y obvio Toy Story 2 por ser segunda parte y Bichos que lo ha visto) y pienso...



En Toy Story, 1995, se nos cuenta la historia de dos juguetes que tienen vida propia, ajena y secreta a la de su amo (¡!), y en la que reina Woody. Un día llega la competencia, Buzz Lightyear, que se convierte en el juguete predilecto del niño. Y aunque se llevan a matar, cuando son separados, emprenden todos juntos una marcha en busca del juguete desaparecido(¡!).



Monsters Inc, 2001, trata de una ciudad heterogénea a más no poder habitada sólo y exclusivamente por monstruos (¡!), que se abastece gracias a la energía obtenida de los gritos que los niños emiten al ser asustados (¡!) a través de unas puertas virtuales (¡!) que comunican la central con sus casas. Pero en este mundo, tremendamente alérgico a las pequeñas criaturitas, se introduce una polizona de corta edad (¡!) y uno de los monstruos, que descubrimos que tiene gran corazón a pesar de todo, se dedica a protegerla y devolverla a su hogar. Y gracias a esta pequeña niñita se dan cuenta que es mucho más provechosa la energía extraída de las risas de estos chavales que las provocadas por el miedo (¡!).



Nemo, 2003, un pez payaso y su hijo, que llevan una vida normal (¡!). Un día el hijo es pescado y comprado por un odontólogo que pretende regalárselo a su sobrinita repulsiva. El padre de Nemo, tremendamente aprensivo emprende una aventura a través del océano acompañado por una pececita que padece de pérdida de memoria instantánea (¡!), para conseguir juntos juntos encontrar a su hijo perdido -que por cierto, ahora vive en un mundo paralelo con nuevos amigos-. Y en el camino hasta conseguirlo, se encuentra diferentes aventuras como la de una reunión de tiburones anónimos que están dejando de comerse a los pececillos o un colectivo de tortugas un tanto colgadas (¡!).



Pero sin embargo llegamos a The incredibles, 2004 y tenemos una mezcolanza de lo ya hecho; spiderman, batman, Watchmen, Spy Kids, los cuatro fantásticos, James Bond, X-Men. O sea, que ni son originales en sus ideas, ni tan increíbles como se hacen nombrar.

Y me atrevo a hacer una previsión. Toy Story será siempre Toy story y supondrá esa ruptura ese gran comienzo, pero esta última que acabamos de ver va a a envejecer fatalmente, porque para ver a un super salvando el mundo, ya vamos a tener otras decenas de películas con personajes reales que van a llegar a suplirla y eclipsarla.

domingo, diciembre 12, 2004

Night on Earth, 1991

Hoy nos hemos regalado una tarde de cine.
Sesión doble, en plan tranquilo, con una bolsa de patatas y a disfrutar.



La primera película, y la cual me dispongo a comentar, se trata de una de las más divertidas y grandiosas películas de un director que ahora está algo de moda, Jim Jarmusch.
Se trata de Night on Earth o Noche en la Tierra, como la doblaron al castellano, un collage de 5 historias diferentes que transcurren cada una de ellas en 5 ciudades (Los Ángeles, Nueva York, Paris, Roma y Helsinki) durante una misma noche abordo de un taxi, claro está, conducido por 5 personas distintas a cada cual más interesante.





Si bien es cierto que todas las películas de Jarmusch son muy semejantes unas a otras, que guardan enormes semejanzas tanto en el cómo como en el qué, resulta especial esta nueva experiencia.
Sabe montar muy acertadamente las piezas de un puzzle que tanto sirve para ser visto por segmentos como el una visión de conjunto plena. En ambos casos el resultado es ciertamente agradable y deja en el cuerpo esa sensación de simpatía por los buenos momentos que te ha hecho pasar (descojonante el episodio de Nueva York y el de Begnini en Roma) y por otro lado de amargura; esa melancolía que envuelve el preciso momento del día en que la noche nos dice adios y el sol empieza a alumbrar, una tristeza por ver marchar la noche, y con ella sus historias, sus anécdotas... una gran movida en solo unas horas.
Ya digo que el tratamiento del tiempo es especial en esta película, a mi juicio, muy logrado, y sí quizá ayude haber visto algo de sus trabajos anteriores (yo recomiendo fuertemente Strangers than paradise y Mistery Train, una joyita) para poder captar algunos de los guiños y autohomenajes que se hace a sí mismo este peculiar y genial director.

La verdad es que es una lástima que su reconocimiento no sea mayor, pues su valor artístico y la contribución al cine contemporáneo es más que significativa.

Supongo que os costará bastante acceder a ninguna de las tres películas que os he nombrado, a no ser que tengáis una estupenda videoteca cerca de casa, pero bueno, siempre nos consolaremos con el gran servicio que nos presta la Red.


La segunda que hemos visto, me la guardo en la recámara para comentarla cuando veamos (que espero que no sea dentro de mucho) el remake que de ella se ha hecho en este año: Before Sunrise (y su posterior Before Sunset).


viernes, diciembre 10, 2004

Conflicto de intereses



Hoy, para variar un poco, voy a usar el blog como herramienta de desfogue, que a mi chico, el pobre, lo tengo muy mareado ya.

Resulta que hasta hace poco yo tenía un muy buen amigo. Una persona que había estado a mi lado durante un año. Más bien, siendo precisos, YO había estado a su lado durante largo tiempo.
Sufrí junto a él sus crisis, sus neuras, sus intentos de suicidio, su impotencia, su infelicidad y trataba con todas las fuerzas que había en mi cuerpo de hacerle aunque fuera un poco feliz cada día. Ese era, entre otros, mi propósito al levantarme.
Resultó que aquella leyenda urbana de que ‘se puede ser solo amigos y nada más’, es eso, una leyenda, y una turbia historia de culpas y errores estuvieron a punto de poner en riesgo mi relación con la única persona que me importa de verdad en ese sentido, la única a la que quiero y amo profundamente, mi novio.
Obviamente, fue una crisis que aunque duró mucho más de lo que ninguno de los dos hubiera deseado, pasó pronto y este amigo mío se largó, no sé si por miedo, por escapar, por huir, por dejar atrás el pasado y a mi misma, a Edimburgo durante el verano.
Pero el verano pasó y llegó septiembre y octubre y noviembre… y el tío sigue allí.
Sucedió que durante su estancia por tierras irlandesas yo necesité por primera vez en la relación de su ayuda como amigo, de su apoyo, de su comprensión pues estaba pasando por momentos en que me era imprescindible cada soplo de aire que me llegara desde fuera. Pero él no respondió. Para una vez que era YO la que le necesitaba a él y no al contrario… Estaba demasiado liado con sus propios problemas y preparativos de las fiestas cerveceras como para acordarse de alguien como yo que estaba a cientos de kilómetros.

Total, que, como huelga decir, se enfrió de tal modo la relación que perdí casi toda la confianza que tenía con él, y también las ganas de contarle nada, la fraternidad, el cariño, la vela se apagó casi por completo. Pero sí, manteníamos cierta correspondencia muy superficial via e-mail que nos ponía al día de si el otro seguía vivo después de todo.

Pero, y aquí viene lo interesante, ahora resulta que el niño se enfada porque le cuento que tengo otros amigos, porque ve que mi vida se ha rehecho, que no estoy sola, que nunca lo he estado y que en el fondo, ni él era taaaaaaaan importante como se pensaba, ni el hueco que dejó cuando se marchó en el peor momento, ha sido difícil de rellenar.
Se mosquea porque ahora hay otra persona con quien me río. Porque hay más gente que me entiende, porque hay personas que me leen a diario, que saben de mi con frecuencia, con los que me divierto, veo películas o simplemente comparto mi tiempo…
Y se mosquea él, que fue quien se marchó de España, quien no cumplió lo prometido de irse solo dos meses, ni de volver a verme para septiembre, ni de escribirme cada día, ni de llamarme cada semana

Y digo yo, ¿Qué es esta obsesión por el estado de exclusividad? ¿por qué nos enfadamos si no tenemos a alguien sólo para nosotros? ¿acaso nos sentimos inferiores si no tenemos a alguien que dependa de nosotros para ser feliz? ¿será algo heredado de esta era del consumismo en que estamos acostumbrados a que si tenemos algo es porque lo hemos comprado y por tanto será nuestro para siempre?

Perpleja y anonada me quedo al leer a esa persona que tantos disgustos me ha dado y por la que me he dejado la piel y los huesos, decirme que me borra del Messenger o que me pone como correo no deseado. Y todo por un puñado de amigos…

miércoles, diciembre 08, 2004

Xmas



Yo, al igual que los centros comerciales, las carteleras de cine, los precios del mercado, los impulsos consumistas de la gente y la decoración de las calles, me adelanto.

No voy a esperar a que la navidad se nos eche más encima (si es que eso fuera posible) para dejar escapar mi particular y rutinario berrinche de todos los años.

Odio la navidad, o más bien, todo lo que ella supone, porque bien pensado, que culpa tendrán estas dos semanitas festivas de diciembre... Es más bien cómo nos las tomamos, con qué ímpetu, ilusión.
Es, a mi juicio, los días en los que la gente es más falsa consigo misma y con los que les rodea.
Un impulso a reir más, beber más, comer más, comprar más, gastar más, besar más, abrazar más, querer más, añorar más... el superlativo de nuestras costumbres diarias.
Y lo peor de todo es que se ha hecho a si misma una obligación impuesta en cada uno de los círculos en que te muevas.
Si trabajas, estás obligado a la dichosa cena de diciembre, si estudias, al botellón, y si hablamos de la familia, las exasperaciones llegan a su punto máximo.

Todos los años la misma canción. Más de quince personas alrededor de una mesa. Nadie conoce a nadie, aunque tampoco hay un interés.
Pero sí, sonrie, hija, pon la cara bonita, hazte una foto con los tíos, abre tus regalos, da las gracias, y no, no dejes de sonreir ni un sólo instante.
En realidad a ti no te apetece estar ahí, y de hecho, como buena atea que eres, no crees en esa festividad que en el fondo, muy en el fondo, hemos olvidado que estamos celebrando.
Dejando de lado el tema de las creencias, el concepto de familia deja mucho que desear cuando hablo de la mia propia.
A pesar de que he estado hecha polvo más de una semana con las lumbares destrozadas, nadie de esa familia que en tan solo quince días me veré obligada a visitar y a agradecer, se ha dignado en hacer una fugaz llamada de teléfono para quedar bien.
No hablemos, por supuesto, de las pruebas médicas a las que me haya sometido en el último año, ni de mis exámenes, ni de la carrera que estoy haciendo.
Aclaro, por si quedara alguna duda, de que de los 15 familiares con los que me veré las caras el día 24, más de 10 son de Madrid Capital; tan sólo veinte minutos en coche nos separan.

Asi que sí, todo es una farsa enorme, muy bien montada, bien engalardonada, con unos adornos muy vistosos y con aroma navideño, eso sí, pero un teatro, simplemente, en el que cada uno juega a ser el mejor actor, y que muy pocos se creen el papel que desempeñan.
Como si no viviéramos durante todo el año rodeados de hipocresía...



Por cierto, siento deciros -a aquellos afortunados que disfrutéis con estas fechas- que no será la única vez que me veáis echar exabruptos blogueros acerca de la navidad... por si fuera poco, por aquello de que cuando me pongo, 'escribo muy bien', me obligan cada año a escribir los dichosos crismas que recibirá cada miembro de mi familia.
Jur, jur, jur, este año ha empezado mi venganza ;)

domingo, diciembre 05, 2004

2046, 2004


He tardado varias semanas en poder escribir algo de esta película por varias razones que voy a justificar. Me ha sido dificil escribir sobre 2046 porque es una película diferente a lo que he visto últimamente, es de esas que maduran con el tiempo, como los buenos vinos, y que hay que dejar que repose para poder emitir un juicio de valor que merezca la pena ser leído.
Y por otra parte, y no menos importante, porque está habiendo mucha polémica con ella. En el círculo cinéfilo en que me muevo parece ser que es de esas de contrastes b/n: o te gusta un montón o la aborreces para siempre.
Bien, partamos de la base de que me encuentro en el primer grupo.

Estamos ante el último proyecto de un gran director del que me queda por conocer mucho de sus inicios lo que, en cambio, no parece excesivamente necesario para poder hablar de su cine ya que tiene como trayectoria cinematográfica una larga línea recta.
Sería un Fassbinder oriental (reconocido gran ídolo de Wong Kar-wai, por cierto) al que los más furiosos detractores le acusan de no cambiar mucho en cada nueva película, que todas son más o menos iguales, que no hay variaciones, ni giros bruscos. Digamos que es un autor en toda regla, del que precisamente lo que algunos critican, a mi me parece lo más interesante. Como dice el propio Fassbinder a veces hay que demostrar los cambios a través de lo que no ha cambiado.
Y es precisamente esa la clave de 2046.

Y para comprenderla en toda su esencia (aunque de nuevo repito que no es sustancialmente obligatorio) se debería echar un ojo a la que se convirtió según la vi en una de mis cinco películas sobre el Amor: su anterior trabajo, Deseando Amar (In the mood for love).
Resulta 2046, según palabras del propio Kar-wai, una simple continuación de In the mood for love. La conjunción de las ideas surgidas durante el rodaje de esta y la suma final de todo lo que quería mostrar en In the mood… Y yo añadiría, la conversión al superlativo de la esencia de la anterior película. Lo que In mood era triste, aquí pasa a ser mil veces triste…
Son muchas las referencias a esta película. Vemos en 2046 al mismo actor principal tan brillante como convincente, pero impresionantemente cambiado.
De nuevo Wong Kar-wai explica:

En Deseando amar vemos a un hombre casado, de familia, que cree en la idea del
compromiso, que trabaja mucho, que sale poco para el cual el hogar es
importante.

En 2046 ya no es un hombre de familia, no está casado, ni tiene ni
quiere compromisos, se ha vuelto cínico al respecto a lo que antes creía, no
tiene hogar, vive en un hotel, pero al final nos damos cuenta de que este hombre
no ha cambiado tanto. Es una máscara, una tapadera.

Pero no sólo hay semejanzas en el estupendo Tony Leun; vemos también a una saga de personajes más o menos secundarios, femeninos, que algunos conocimos en In the mood for love, otros en Chungking Express.

El argumento podría definirse a partir de una sola palabra: el amor.
O bien, las relaciones que une al personaje principal con una serie de mujeres que pasan por su vida como un tren en marcha, que no se sabe ciertamente por cuanto quedarán ni a qué hora tiene prevista su marcha. Y sobre todo, del rastro que dejan tras ellas, la amarga sensación de la pérdida y la esperanza y aguante de la espera del que viene por detrás. En definitiva, el amor que engancha, que duele y que se vive.


Amor en todas y cada una de sus acepciones, a saber: desengaño, pasión, diversión, infidelidad, traición, interés, conquista, pérdida, frustración y un largo etcétera que hace del conjunto una película tierna a la par que extremadamente triste.
Ciertamente excesiva, si es que se me obliga a darle el toque negativo, parece algo desmesurada, fuera de lugar y algo exagerada en muchos de los aspectos que forman parte del estilo del director.
Como he dicho, es la potencia de su base.

La música, que forma a mi juicio parte integrante del argumento, es una de las más bellas y más de acuerdo con los argumentos y los personajes, totalmente encandilante.Sugiere, muestra y reafirma.

Y para los que no conocen a Wong Kar-wai, decir, a modo de gancho para que se inicien en el mundo de este genial director, que su fotografía es, al igual que la música, otro elemento que ayuda a entender, tanto a la historia como a los personajes y sus pensamientos. Especialmente sobrecogedora, llena cada escena de pasión y furia, con brillantes encuadres y frescura a 24 fotogramas por segundo.

Y en respuesta a aquellos que echan en cara a Kar-wai el hecho de que a sus personajes (acongojantemente interpretados) les falta humanidad les diré que son gente que rie, llora, camina, se divierte, ama, se desengaña, sufre, duerme, folla y enferma.¿Qué más humanidad se le puede pedir a un ser humano?

miércoles, diciembre 01, 2004

¡Disparates!


No lo puedo evitar.
Me había propuesto NO escribir nada acerca de la comisión del 11-M ni de lo que el señor Aznar soltó por su boca, pero de tanto callarme, las llagas en mi boca empiezan a sangrar, y no puedo soportarlo.

Estoy bastante harta de que algunas personas se permitan el lujo de adoctrinar, de convertir en cátedra y verdad absoluta su opinión, por muchos lados insostenible, por otros, irracional.
Pero no sólo de eso estoy harta. Estoy cansada también de que esa gente se permita el lujo de parecer ser lo que no es, para lo que no ha estudiado y de lo que no sabe. De que por haber perdido 11 valiosas horas de su vida (sí, algunos tuvimos que estudiar, salir a dar una vuelta, estar con el novio, con la amiga a quien no puedes dejar tirada, con la familia, leyendo, viendo una película...), por el simple hecho de haber visto la comparecencia se creen en el derecho de tener la verdad.

Y estoy cansada porque yo, que ando estudiando Periodismo, y que tengo una asignatura que pesa como tres o cuatro llamada "Relaciones Internacionales" dedicada en muy buena parte a las relaciones con Oriente, resulto bastante leída en todo lo relacionado con el terrorismo islamista y el 11-M.
No es que sepa más que nadie, pero sí tengo una ligera idea de lo que varios autores expertos (y no sólo uno, no sólo lo que dijo la Cope, o lo que dijo la Ser, no sólo El País o el Mundo), y podría citar fácilmente a 6 ó 7, piensan y opinan acerca de las raíces, los porqués, la historia, la evolución, el cómo se produjo, el para qué, con qué, y sobre todo, qué nos deparará el futuro.

Y mientras yo me tiro horas inmiscuida en libros, artículos y demás textos sobre el tema, leo a gente que suelta perlitas por la red y por la vida misma, y lo que es peor, a otros que se lo creen.

Por dios, decir, a estas alturas del pastel, que el atentado del 11-M en Madrid fue provocado para volcar la balanza hacia el partido político que caía bien a los terroristas. Osea, decir que estallaraon las bombas porque los terroristas suicidas querían que ganara el PSOE porque son amiguitos...
Claro, por eso luego dice la misma persona que el PSOE no quiere investigar a fondo por temor a que les caiga algo de mierda encima....
Hombre decir esto como un vago pensamiento que apenas a pasado el control neuronal de tu cerebro, es comprensible... pero cuando estás escribiendo a conciencia para un conjunto de personas que te van a oir o leer, tienes que tener más cuidado.

Luego, para remetar la jugada denunciará a los pocos que se enfrentan dialécticamente con él que lo que pasa es que les falta memoria histórica -concepto que usa porque lo ha oído decir y no porque sepa lo que es-.

Sí, me he echado unas risas, no obstante, cargadas de amargura porque es gente como esta, gente que se cree tremendamente lista (y me viene a la cabeza el señor Jiménez Losantos) y que lleva a la práctica su tremenda y desbordante inteligencia (seguramente mayor que la de una servidora, no lo pongo en duda), son los que confunden a la sociedad. Y este personaje no importa porque apenas tres o cuatro le van a dar crédito alguno, pero hablando de profesionales de la materia, esto es, de periodistas, o de gente que trabaja para algún medio, que suelte estas barbaridades por su boca supone que su séquito de incondicionales que le lee o escucha, se lo crea, se convenzca, y luego actue en consecuencia.

Qué mal hace a la sociedad la información contaminada, señores.
Por eso os invito a que os autoinforméis, que leáis muchísimo (desgraciadamente leeréis también a gente como esta), y que una vez que tengáis claro el asunto, opinéis libremente.
Es mi táctica, porque yo, si sin saber sobre un tema (y hay miles) me atrevo a hablar, sé que se me echarán encima varias personas y otras cuantas se reirán de mi, no sin razón.

Eso sí, sobre este asunto en concreto, tengo mucho que decir, y mucha opinión que dar,
pero para resumirlo, diré que se parece y mucho, rozando la analogía con lo que opina mi colega PennyLane.

Y ya, para terminar cito un fragmento de La Comedia Nueva (El café) de Moratín que me ejemplifica a la perfección:

Porque no vengo a predicar al café. Porque no vierto por la noche lo que leí por
la mañana. Porque no disputo, ni ostento erudición ridícula, como tres, o
cuatro, o diez pedantes que vienen aquí a perder el día, y a excitar la
admiración de los tontos y la risa de los hombres de juicio. ¿Por eso me llaman
áspero y extravagante? Poco me importa. Yo me hallo bien con la opinión que he
seguido hasta aquí, de que en un café jamás debe hablar en público el que sea
prudente.