busca entre mis delirios

domingo, agosto 19, 2007

canción a dos voces

[...] Antes soñábamos con poseer el corazón de la mujer que nos enamoraba; más adelante nos basta para enamorarnos con sentir que se es dueño del corazón de una mujer. Y así, a una edad en que parece que buscamos en el amor un placer subjetivo, en el cual debe entrar en mayor proporción que nada la atracción inspirada por la belleza de una mujer, resulta que puede nacer el amor -el amor más físico- sin tener previamente y como base el deseo. En esa época de la vida, el amor ya nos ha herido muchas veces y no evoluciona él sólo con arreglo a sus leyes desconocidas y fatales, por delante de nuestro corazón pasivo y maravillado. Le ayudamos nosotros, le falseamos con la memoria y la sugestión. Al reconocer uno de sus síntomas, nos acordamos de los demás, los volvemos a la vida. Como ya tenemos su tonada grabada toda entera en nuestro ser, no necesitamos que una mujer nos la empiece a cantar por el principio -admirados ante su belleza- para poder seguir. Y si empieza por el medio -allí donde los corazones se van acercando y se habla de no vivir más que el uno para el otro-, ya estamos bastante acostumbrados a esa música para unirnos en seguida a nuestra compañera de canto en la frase en que ella nos espera. [...]

En busca del tiempo perdido. Por el camino de Swann · Marcel Proust

4 comentarios:

Beatrize Poulain dijo...

Que fuerte. ¿Sabes que hoy iba a comprarme ese libro de no ser porque soy una tardona y ya me cierran la fnac para cuando salga? Bueno, ese y 2 o 3 mas xD

Tienes un e-mail =P

marga dijo...

Qué bello texto! no lo conocía... gracias por hacérmelo conocer.

hola y salu2

Fugaz dijo...

(Suspiro)

La adoro a usté señorita delirante.

S

Nada más.
Nada menos.

Tenshikai dijo...

A mi me basta con que la tararee…

Besos (que sean dos)