busca entre mis delirios

jueves, diciembre 29, 2005

Princesas, 2005

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Hoy no somos putas, somos princesas

Hay momentos en la vida en que tenemos que decidir qué es lo que somos y en base a qué nos comportamos. Aranoa debería aprender a hacer cine y a que ese cine se corresponda con lo que él quiere conseguir con ello. Una película es una película. Una amistad es una amistad. Pero creer que estás haciendo un film de reivindicación social, de protesta, de civismo, de lecciones morales donde sólo se puede vislumbrar, y con ciertas dificultades, la relación que les une a dos mujeres que comparten profesión, es un error garrafal.
Princesas, prometedora ganadora de alguno de los gordos de los Goya de este año, sigue siendo lo que parecía; una fachada bonita y agridulce que poco guarda detrás. La misma historia de siempre, los mismos insulsos diálogos (salvable sólo el de "Las cosas no son importantes porque existan, son importantes si se piensan en ellas" y ni eso, que de tanto sobarlo, ya cansa y todo), las mismas canciones.
Salvamos a Candela Peña, que es mucha Candela. Puta de los pies a la cabeza. Una señora. Qué grande, qué grande es...
Pero me cuesta muchísimo darme cuenta de la dureza que tanta gente cree ver en la cinta, ni de lo importante que es que se haga en España cine así...

sábado, diciembre 24, 2005

Es navidad en Obaba

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Sigo de cine español... esta vez le ha tocado a otra de las vacas sagradas de este nuestro cine, Armendáriz. Obaba. Gran candidata a los Goya de este año, y por lo visto, la más merecedora de tan insulso e inutil galardón. La película ésta bien, se deja ver, se disfruta y muestra algo diferente. Un planteamiento original que acaba, por buscarle algún defecto, dejando las historias que nos cuenta Lourdes (estupenda y bellísima Barbara Lennie que espero que se lleve para sí el premio a mejor actriz revelación) a través de las imagenes de su cámara, algo deshilvanadas y sueltas, que no acaban de enlazarse entre sí y que pierden por esos huequecillos, algo de fuerza y potencia, que habría terminado haciendo de Obaba una pelícual perfecta. El final es sin duda lo que más me gustó, quizá porque es fiel a la idea que plantea la película desde el comienzo y porque de esa fidelidad sale la explicación y la razón del film, la idea que quería denfender y el sentimiento que hay tras de ella. Agradable como poco.
Aviso, me sigue faltando La vida secreta de las palabras...

Mañana, creo, me toca currar, y del curro me iré a casa a vestirme, a prepararme para la función de por la noche. Este año llenamos, estamos la familia al completo. ¿Cuántos al final? ¿Llegaremos a la veintena? No sé, yo por si acaso, mañana me quedo toda la mañana en casa cogiendo fuerzas, que creo que las necesitaré a partir de las nueve de la noche.

Ah y por cierto, hoy he recibido mi primer regalo de navidad.
Estos del curro... son unos ángeles.

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jueves, diciembre 22, 2005

Impresentable

Así estoy hoy.

Ayer, examen abortado. Tres cuartos de hora de espera a que viniera alguien a hacernos la puñetera prueba libertatoria. Aparece sustituta y nos llama irresponsables a nosotros (¡a nosotros!) por negarnos a hacer a esas horas el examen, después de que se hubiera ido un montón de gente. Qué grandes amistades se hacen en este tipo de actos reivindicativos. Gritos y vapuleos. Cómo mola la gente de mi clase.

Ayer, cena en el curro hasta muy pasadas las cuatro de la mañana, hora a la que llegamos , con muy poca comida ingerida, mucho dinero pagado, muchas risas sobre la mesa y un chupinazo final con sabor a alcohol de quemar perfumado de cereza. Eso sucede cuando vas a un restaurante de delicatessen... y no estás acostumbrada. Pero joder, qué bien me lo pasé.

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Ayer, película en el cine (¡uauuu!): Los dos lados de la cama, o cómo continuar la primera siguiendo la misma linea patética pero divertida que funcionó entonces. Curiosa (¿lo dejamos en curiosa?) derivación de las historias de los dos protas masculinos asentados sentimentalmente, uno a punto de casarse y otro a las puertas. Ambos se quedan compuestos y sin novia cuando éstas se lian entre sí, abandonándoles a las puertas del altar y en plena petición de mano. Despertar lésbico de una Lucía Jiménez que se antoja confundida y que no acaba de encontrar su sitio verdadero (ni al lado de su chica, Verónica Sánchez, que estará rica, pero es más sosa que los gnocchi, ni al de su novio). Y por otro lado, una historia paralela, algo distante de la trama principal, la de Alberto San Juan, portador de los momentos cómicos y de las bromas más divertidas. Y sí, canciones que molan, nos molan a los ochenteros... pero que en ocasiones están bastante mal insertadas. Sólo merece la pena el número del salón de baile, donde haciendo un remix batidora, por fin se consigue que las letras hablen por si mismas.

Hoy, hoy cama, mucha cama.
Klinex, muchos klinex.
Pomelo, café, libro, música, cine, calma.
Y que mona la chica que ha cantado los tres mil euros... que cabrona la pequeñaja de la otra que sacó la bola que no era.

martes, diciembre 20, 2005

Christmas bloguil

Vives delirando.
Y lo sabes.
Ahora sí, y aunque con un poco de ayuda, comprendes por fin que eres ya una Caótica Laura en todo tu esplendor. Tu vida es un desastre, pero hermoso. Como la canción de Marlango. Un desastre despedazado en desastritos más pequeños, bonitos y diminutos que componen tu vida a modo de collage. Disfrutas observando cada pieza, que tiene un nombre y un rostro que la hace inconfundible con cualquier otra. Pequeñas historias que juntas dibujan tu vida. Eternamente incompleto y por ello, admirablemente bello.

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Esta es tu vigésima segunda navidad. Dos patitos. 22 diciembres y 22 eneros, con sus 22 noches de papa noel, sus 22 mañanas de reyes, sus 22 comidas de navidad y sus 22 años nuevo con sus 264 uvas ingeridas. 15 navidades de hermana mayor, 5 con Él. 4 de universitaria. Y ahora justo cuando está a puntito de agotarse del todo, te acabas de dar cuenta de que éste ha sido tu mejor año. El más completo, el más satisfactorio, el que mejores notas aportó a tu expediente, el que menos veces llevó al hospital a tu padre, el que con más gente maravillosa te hizo coincidir, el que te proporcionó tu primer contrato laboral de ¡¡seis!! meses, el que mejor ha tratado tu relación con Él.

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Y sigues buscando.
Buscas delirios, delirios de ti misma, delirios de grandeza y de pequeñez. Delirios que te definen y que te dibujan a ti misma. Momentos en los que darte cuenta por fin de que este año también ha sido el mejor de los veintidós para ti. Porque también cuentas en esta tu historia. Cuesta, pero has de reconocerlo, estás mejor que nunca. Bien contigo, bien con los demás. Te sientes sana, libre, fuerte y estás empezando a acostumbrarte a tener esa sonrisa fiel y honesta en la cara. Durante todo este año has estado bien, has estado muy bien y has estado fenomenal. ¿Podrías haber estado mejor? Quizá, pero eso lo dejamos para el año que viene…

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¿Qué habrá entonces? ¿Qué nos separa el 2006? ¿Con quien cruzarás tu vida, quién te hará delirar? Pero de nuevo vuelves a consolarte. Este año sí: I’ll take the beginning with no end in mind.

Miras y no encuentras, es imposible, pues aún quedan días para llegar a tal meta. Y en el camino esperas seguir encontrando a gente tan maravillosa como Kesher –y que siga tan único e inetiquetable como sólo él puede ser-, Unai –y que no se vaya nunca-, Sunes –y que nunca deje de reir y hacer reir-, Penny –y que no se aparte nunca del teclado-, Stramb –y que no deje de conseguir que te retuerzas de la risa en tu silla cada vez que actualiza-, Su -y que siga recomendando bares geniales, trasmitiendo envidias y abriendo apetitos-, N. –y que siga tal cual, tan miste como siempre-, Dani –y que siga cambiando, cuidando y amando, que no deje de demostrarme lo bien que lo hace-, Papa Oso –y que no deje de enseñarme a vivir de ese modo tan particular que no se encuentran en las escuelas-, Hada –y que no deje de volar en las noches grisáceas al son de un pequeño vals-…

A todos ellos, y a tantos otros que no te leen pero te sufren a diario, te aguantan, conviven y deliran por contagio, sólo puedes decirles…

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¡¡¡Feliz 2006!!!


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... y gracias todos, que si estoy así es por culpa vuestra

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Ninette, 2005

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Últimamente estaba a dieta de cine. Debe ser cierto eso que dicen de que "en casa del herrero, cuchillo de palo".
Al final me he decantado por poner fin a mi inapetencia con Ninette, una de las películas malditas de este año, quien sabe si por culpa del cartel -plagio de una publicidad de perfume archiconocida-, o por la actriz, o por el director, o por una conjunción de todas ellas. El caso es que con esa idea me acercé a Ninette, esperando volver a ver el mismo cine rancio made in Garci y cansarme de la cara de niña buena de la Pataki.
Muy lejos de todo ello, Ninette ha resultado ser una buena película, con un ritmo muy bien llevado, ligerita, divertida, bien rodada y con el trasfondo mihuriano que tan bien sienta al paladar. Y Pataki, lejos de repulsarme, me ha acabado convenciendo. Vale que no le pega mucho ese pretendido creado acento fgrangsésss, pero cumple con nota y sobresale por encima del nivel a que nos tiene acostumbrados. Hipólito, grande grande como la España Blanca del 60', se sale de sí mismo. Y Garci, en su papel de dirigir y mover los hilos de ese teatro rodado en cine, se salva de la quema.
Al final va a resultar que en España para hacer buen cine hay que recuperar lo que nos dejó el gusto clásico. Pero ese truco sólo sirve para directores como Garci. Para el resto, para los que están creciendo ahora y los que se atreven con sus primeras obras, que miren al futuro, por favor, que pinta bien. Que miren a Cesc Gay, por ejemplo.

sábado, diciembre 17, 2005

Lo que se dice y lo que se lee

El usuario anónimo de la entrada anterior sabe muy bien lo que quiero decir. Es un hecho que internet y la comunicación interpersonal a distancia en general (ahora en auge con los correos electrónicos y los servicios de mensajería instantánea) ayuda mucho a decir aquello que tanto cuesta. El no tener delante a la otra persona afectada a la hora de decirle algo que crees lo suficientemente importante, no deja de ser un factor decisivo a la hora de lanzarte. La razón, a priori, es nuestra propia cobardía y nuestros más profundos miedos. Es lo más fácil de pensar cuando alguien que te conoce y que te ve de vez en cuando (véase el caso de anónimo), decide que será a través de la red donde dirá sus palabras mayores. Pero… ¿acaso no deberíamos empezar a desconfiar de ellas? ¿No están dejando de ser tan mayores esas palabras cuando las banalizamos tanto? O dicho de otro modo, ¿no puede que en lugar de esconder temores y falta de valor, el hecho de decir algo a través de internet suponga más bien que no se está seguro de lo que significa… o incluso de querer decirlo de hecho?
Sí, porque uno dice y otro lee. Eso es básico. A saber qué es lo que uno piensa al decir y lo que otro intuye al leer. Entre dicho y leído hay un amplísimo rango de error que solemos llamar, casi como excusa, malinterpretación. ¿Y de quien es la culpa? ¿De quien dice por no saber decir bien o de quien lee por intentar ir más allá o quedarse corto? Pues quizá sea más cómodo decir que del canal, de internet.
Una de las cosas positivas que tiene la red es la desvinculación de las personas. Alguien se mete en un blog tan simple como este, resulta que conoce (o no, quien sabe) a la persona que escribe, y decide quizá a modo de juego o quizá a modo de confesión, descolocarla con su retórica. Y ahí termina su vínculo. Yo no puedo saber quien ha sido (salvo por el rastreo de IPs, que normalmente no ayuda mucho, sino todo lo contrario), no sé por qué lo ha hecho, no tengo modo de contactar con él o con ella, no puedo hacer nada en absoluto. El individuo se ha vinculado a mí, pero no permite que haya reciprocidad. De ahí la desprendida libertad de comunicación. De ahí la satisfacción que se tiene de poder decir lo que se quiera, a quien se quiera y como se quiera en cualquier momento.
Pero… ¿es todo esto positivo? Cabría pensar que para el emisor, para el que hace uso de esa libertad, desde luego que sí. Encuentra en esta práctica un alivio a sus frustraciones, una vía de escape a su aburrimiento, o una fuga de sus neuras. Descoloca, se divierte, enseña, informa, juega, daña, enamora, acojona.
¿Y el receptor? Pues después de muchos años de experiencia propia (años en los que me ha tocado ser tanto emisora como receptora, conste) debería recomendar precaución. Porque detrás de una palabra dicha, puede haber miles calladas. Porque en esas calladas puede estar la clave del mensaje. Porque en tratar de averiguar e intuir que hay ahí, reside el valor de un buen receptor. Porque a veces es muy complicado confiar en la coherencia, la madurez y la benevolencia del emisor. Porque es muy triste creerte una historia bellamente contada y después darte cuenta de que en el fondo la persona que te la contaba no sabía de lo que estaba hablando. Porque más es aún, hablar por hablar. Porque no hay nada más cobarde, rastrero y miserable que jugar de esa manera con la comprensión de un mensaje, sabiendo los efectos que éste puede producir. Más miserable incluso que la pobreza de personalidad que genera en uno mismo. Más que lo que supone que pensará de ti tu receptor; su juicio, su veredicto y su sentencia.
Y no hablo del anónimo, que el pobre no tiene más responsabilidad que haberme despertado una sonrisita. Lo digo por todas esas ocasiones en las que usamos la red para comunicar sentimientos o decisiones, en las que marcamos antes y después con mensajes banales y absurdos, no atreviéndonos a enfrentarnos a ellos de frente, haciendonos con ello responsables reales. Porque hablar es fácil… pero escribir lo es más. Y no deberíamos olvidarnos de que lo realmente complejo es leerlo.

viernes, diciembre 16, 2005

The Passenger

Son las doce de la noche y tengo hambre.
Y mi blog acaba de cumplir 15000 visitas en los 463 días que lleva desde que se creó.
Un amigo se pierde por Baqueira. Otro vuelve de Edimburgo. Mi tía deja Kansas City al mismo tiempo que un hermano suyo deja Tokio y otra Las Palmas: los tres tienen el mismo destino, la familia, su pasado, su presente a veces olvidado, Madrid.
Mi vida parece una película de Jim Jarmusch donde los personajes viajan y se mueven en el tiempo y el espacio para encontrarse a si mismos. Una conjunción de saludos y despedidas, algunas alegres, y emotivas, otras cobardes y olvidables. Una especie de historia cruzada a través de los desplazamientos donde una logra verse por fin cómo es y cómo ha sido siempre, estáticamente alterable. Incluso afinando la puntería, puedes adivinar incluso el final.
Viajes improvisados, planeados, deseados, imposibles, aplazados, realizados. Viajes de personas. Viajes de objetos que se pierden por Correos, y que ya llegarán demasiado tarde. Viajes de retorno a un hogar, a un ser querido, a una ciudad, a una circunstancia. Vamos y volvemos sin darnos cuenta de a donde queremos llegar. Pero el hecho de movernos nos hace creer que vivimos, y así efectivamente es.
Quien sabe si la semana que viene pueda coger ese tren prometido y marcharme unos días paradisiacos a Pontevedra, quien sabe tantas cosas que allí sucederán… sólo Jim, que con su magia nos observa desde la esquina redondeada, desde donde todo se ve sin ser vistos, desde donde contemplar la historia sin meterte en ella, sin dejarte influir y sin que te altere lo más mínimo.
Personajes de nuestra vida, espectadores de nosotros mismos.

martes, diciembre 13, 2005

Voy a actualizar

Prometo que lo haré.
Y no será dentro de mucho.
De verdad.
Ahora mismo tengo que solucionar varios asuntos; como esta mia doble personalidad autoimpuesta confundida por una esquizofrenia latente; como el modo en que me apañaré para darme cuenta de una puñetera vez que se me va el cuatrimestre y apenas me sé el nombre de los profesores con los que me tendré que examinar dentro de menos de lo que sería aceptable; como acabar de modo radical con el vicio que Murakami produce en mí (y ya de paso, empezar a recoger firmas para que se traduzcan sus libros correctamente al español o que al menos los importados en inglés estén más accesibles (hostias ya!)); como empezar a hacer los bocetos y los esquemas del que será el diccionario definitivo hadagris-sociedad; como hacerme a la idea de qué manera voy a afrontar la cena del curro de la semana que viene, la de nochebuena con mi familia, la de nochevieja con los mismos, la de... arg! y como hacer para contener el vómito bulímico; como empezar a no pensar en planes para estas fechas; como dar con el remedio más natural y benigno posible para multiplicar mi tiempo disponible de hoy en adelante para hacer tantas cosas... tantas como actualizar el blog de una dichosa vez!!

jueves, diciembre 08, 2005

Regalando la navidad

Hace justo un año, este mismo día de este mismo mes, sólo 365 días atrás en el tiempo escribía en este blog una entrada hablandoos de la navidad. Y hoy, un año después, para no defraudar a los visitantes anónimos que buscan mi opinión acerca de los valores de la navidad, me doy cuenta de que una de las inevitables paradojas que trae consigo esta festividad es que nadie puede evitar hablar de ella.

Todo ha empezado por una visita inoportuna a la cocina, donde pretendía tomar mi desayuno. De la radio escapaban las opiniones de un forum escueto y variado de mujeres que discutían exasperadamente entre el sí o el no a la navidad. A tiempo llegué de escuchar como una de ellas se atrevía a decir, casi a gritos y como si le fuera la vida en ello, que la navidad sólo une a las familias débiles y que no se entienden durante el resto del año. Casi inconscientemente, y siempre sin ánimo de dañar susceptibilidades, una risita tímida y cínica escapó de mis adentros, dando pie al comienzo de la que sería la bronca del día.

- “¡¡Pues si tanta gracia te hace, no aceptes ningún regalo en nochebuena!!”.
- “Firmo. Aquí y ahora. Pero que no me hagan ir allí a poner la cara”.

Está claro, hoy tambien desayunaré en mi habitación. Lo que sea para no seguir discutiendo sobre lo mismo de siempre. Y aquí, con mi café en la mano, el bollo hipercolesterólico y la risita aún ardiente en mi garganta, me he dado cuenta –después de más de veinte años de debate interno- de qué va toda esta historia. La navidad es un mercado. Es el sistema capitalista de una sociedad instrumentalizada. Los navideños compran con los regalos la felicidad de la gente. Y es que en el fondo en eso consiste todo. Alguien te hace un regalo para que tú sonrías y le hagas sentir bien por dentro. Es, de hecho, la forma más egoísta de conseguir para sí mismo alegría o felicidad. La forma más tonta y más patética que alguien puede tener para sentirse bien consigo mismo. Aunque bien es cierto que no todos los regalos son igual, ni todos los navideños los hacemos de la misma manera y con las mismas intenciones.

Hay regalos de compromiso, los que se hacen porque te tocó en el sorteo del amigo invisible en el curro, juego del que no puedes escapar por mucho que lo intentes.

Luego están los regalos obligatorios, los que de no hacerlos seguro que acabarás dañando lo personal que te une con esa persona. Esto suele pasar tambien con fechas tipo cumpleaños, o santos especiales, o aniversarios... Son los que el vínculo de amistad, o amor, o familia que te une con la persona, te pone en el aprieto de tener que adquirir por obligación algo para demostrar que te acordaste.

Los regalos de cortesía son casi los peores, son los que me hace cada año mi familia, los que descansan la madrugada del 24 al lado de un arbol de navidad convenientemente adornado; esos que desenvuelves ya pensando en qué habrá caído esta vez e instantáneamente, mandando la orden a tu cerebro de que envie con urgencia una sonrisa convincente directa a tu boca. Porque quien compró ese regalito es lo que espera a cambio. Y tú se lo das. Ese regalo, que comprobado científicamente, no te gustará y no le encontrarás uso práctico, hibernará en tu armario durante un tiempo para acabar en algún centro de donaciones o en el contenedor de la basura algún tiempo después, o yendo las cosas bien, será devuelto al hipermegacentro donde fue comprado a cambio de un vale regalo.

Luego están los auto-regalos, los que te encarga alguien que compres para ti misma. Un cheque canjeable o dinero en un sobre; la única manera de darle utilidad a tanto gasto inútil y para nada deseado. Aunque lo peor es cuando alguien confude este tipo de regalos con los anteriores (los de cortesía) y te pide que una vez que te lo has probado, pagado y comprado, lo envuelvas con cuidado, le pongas una etiqueta con tu nombre y lo dejes al lado del arbol como si nada hubiera pasado. Y la sonrisita, por favor, que no se te olvide la sonrisita de sorpresa. Y si te sale espontáneamente un “¡¡Hala, como mola!!” mejor todavía.

Y por último están los regalos hechos a partir de la ilusión. Pero… ¿ilusión de qué? La ilusión de la sonrisa. De nuevo, un regalo egoísta, porque pretendes que ese regalo que has pensado, buscado, pagado con tanta ilusión, llegue a esa persona como habías pensando que llegaría. Todo un trabajo cuidado de imaginación. Que le guste, que le haga ilusión. Aunque sabes que en el fondo la que más estás disfrutando de todo eso eres tú. Pero son regalos sinceros, los haces desde el cariño, el afecto, o el amor. Los haces porque sabes que esa persona lo desea, lo necesita, sabes que le hará gracia, sabes que lo disfrutará… y no hay nada mejor que te pueda dar mayor alegría.

Estos son mis preferidos. Y uno de los recursos con que más disfruto todo el año para sentirme bien. Yo esta navidad ya he empezado a hacerlos. Aunque reconozco el peligro que supone: puede ser confundido con un regalo de cortesía, o con uno obligatorio, o peor aún… puede ser entendido de otra manera a la que sentiste al comprarlo, puede transmitir a esa persona la asquerosa manía de tener que compensarte por ello. Puede que se sienta en la obligación de darte a tí uno de compromiso. Puede hacerle sentir mal porque él o ella no te ha regalado nada a cambio. Pero es que a cambio ya te ha dado lo que buscabas. Puede, además, ser recibido defectuoso, puede que alguien se te haya adelantado y te repitas. Pero ya lo has hecho y aunque no hayas visto aún la sonrisa, sabes que está ahí. Sólo hay que esperar a ella.

miércoles, diciembre 07, 2005

Encontrándome

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Esto que veis arriba define a la que escribe aquí abajo.
Aunque parezca mentira.

Son, ni más ni menos, que algunas de las curiosísimas entradas que gente anónima y algo excéntrica introduce en buscadores (google en su mayoría, o yahoo, más marginalmente) en busca de información acerca de esos topics. La navidad, la homosexualidad, los hábitos sexuales de actrices y dónde estás corazón. Y esa pobre gente que necesita saber algo de cómo son las mujeres que acaban durante el acto sexual, o que buscan desesperados un video de la maravilla carnal de entre lo más casposo de la televisión, se encuentran con esto. Hypochondria y delirante.

Y ahora me siento mal. Porque hay gente que llega a este sitio esperando encontrar respuestas a preguntas demasiado dificiles. No mola saber que decepcionas. No es justo. Ya podrían venir aquí buscando simplemente delirios...


[continuará]

lunes, diciembre 05, 2005

Injurias y calumnias

Cinco y media de la tarde. Una cola de al menos cincuenta personas esperando a entrar al pase de las seis. Se acerca a mi taquilla una señora mayor, de unos sesenta años, con el monedero en la mano y cara de perdida.

- Oye bonita, que creo que antes cuando te he comprado la entrada me has dado mal el cambio.

Yo, en proceso rápido de búsqueda en la caché de mi memoria de aquella individua y de sus circunstancias de compra. Ajá! Encontrado. Venía con tres amigas más. Me pagó con 50 euros. De eso hace ya más de cuarenta minutos.

- Pues verá, no puede ser, porque me acabo de cuadrar caja hace diez minutos y no sobra nada.
- Uy! Pues mire, mire, sólo tengo monedas… me falta un billete de veinte.
- Señora, le estoy diciendo que aquí no se ha quedado. Igual se le ha caído o se lo ha metido en algún bolsillo…
- ¡Quiero hablar con su jefe ahora mismo!

Y la cola aumenta.
Y la gente empieza a disfrutar del espectáculo que estaba por comenzar.
Y baja el buenazo de Miguel.

- A ver señora, la chica no puede hacer nada. El dinero no está en su caja, asi que nosotros no podemos ayudarla. De todos modos, tendría que haber comprobado el cambio cuando compró las entradas, no ahora!

Mientras Miguel trata inutilmente de convencerla de que no tiene derecho ninguno a secuestrar mi taquilla e impedir que toda esa gente que estaba esperando para comprar pueda hacerlo con normalidad, yo me volvía a cuadrar caja, comprobando de nuevo si todo estaba bien o me sobraban los veinte euros que la señora reclamaba para ella. Pero no, todo cuadrado.

- Pues mire señorita, yo ahí veo muchos billetes de veinte… si me dice su jefe que en su caja no está, [a gritos]¡¡¡es que tiene que estar en su bolsillo!!!
- Oiga, oiga, oiga… ¡¿qué me está diciendo?! No, perdone, ¿me está insinuando algo?
- Pues claro… [a gritos] ¡¡¡¡que es usted una ladrona!!!! ¡¡¡Una ladrona!!! ¡¡¡Me ha robado veinte euros!!! Así si que se gana bien el dinero, eh niña… así sí…

La gente se apelotonaba para ver el show más de cerca y con más ambiente.
Y yo, mientras, me hacía más y más pequeña al otro lado del cristal. Estaba permitiendo que una vieja me calumniara sin derecho delante de mi encargado, de mis compañeros de trabajo y sobre todo, de los clientes que más tarde harían bromitas o incluso dudarían de mi profesionalidad, y lo estaba permitiendo sólo porque soy gilipollas. Porque le podía haber dicho otra cosa que la caché de mi memoria había recuperado: que cuando les devolví el cambio y en medio de todo el jaleo que montaron sus amiguitas con lo de “yo te pago la mía… toma, aquí van la mia y la de julia…” una de ellas -y recuerdo su cara- cogió el cambio que dejé en el mostrador. Osea que los veinte euros que ella creía que yo guardaba en mi bolsillo en realidad estaban inconscientemente en el de alguna de sus amigas. Alguna de las tres que también contribuían a mi vapuleo público. Y es que por no dejarla mal a ella delante de sus amigas y por no acusar en falso de algo que no podía probar, callé. Y por callarme sufrí lo que no soporto, que alguien me acuse sin pruebas. Porque yo me equivoco, pero no robo. Y da la casualidad de que además de no suelo equivocarme en eso, ayer tenía pruebas de mi inocencia.
Pero da igual, la injuria fue mi cena, y el postre… el postre fueron las ganas que me entraron de quedarme agusto. Porque aunque no lo parezca, detrás de una profesional, hay una persona. A veces nos toman por máquinas. Pero que se olviden el buenas tardes o el gracias es lo de menos. Lo malo es cuando, tratando de conseguir algo que han perdido por su cuenta, te meten el dedo hasta el fondo en el botón de devolver cambio. Y duele, duele bastante si aprietan fuerte.

viernes, diciembre 02, 2005

Lonely Joe

Hoy toca recomendación musical. Se acerca una época de compromisos y de regalos pendientes en la que el consumismo toca cima. Ya que vamos a gastar, hagámoslo en cosas que de verdad nos merecen la pena.
Pero entrando en regalos personales, y pasando de la pascua, tenemos encima un fin de semana melancólico. Una ciudad lluviosa, una temperatura baja y un ambiente que invita al aislamiento en uno mismo, al encogecimiento de las entrañas sobre nuestras articulaciones, enrollarnos en nosotros mismos y contemplar como va llegando la navidad desde el otro lado de nuestras ventanas… y que se mojen los demás!


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Before you let go, please listen to me. Before you let it all go, you must know you can count on me


Y qué mejor que Lonely Joe para acompañarnos en nuestras tardes de melancolía inducida y disfrutada. Lonely Joe es un treintañero nacido en Madrid, pero afincado, criado y crecido en Nueva York que volvió en el 2001 a su Malasaña amada para grabar el que fue su debut discográfico, aunque no sería hasta bien entrado el 2004 cuando quedaría satisfecho con el producto final que pondría inicio a su carrera. The dark ghost of shame es su primer album, una joyita que merece ser disfrutada y del que hablaré en otra ocasión.


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I'll give you the world, I'll give you the sea for every time you looked at me and maybe thought I was the one... Do you feel loved? Do you feel loved?

Pero yo hoy os invito a que os hagáis con su último disco, a la venta desde hace relativamente poco. Songs from the low side. Una compra que se disfruta desde el momento en que pasas por caja, hasta su escucha final, pasando por el proceso de abrirlo y desear llegar pronto a casa para darle al play, o pensando en a quien se lo regalarás, a quien se lo recomendarás.
Un canto en allegro, paradójicamente triste, de un hombre solo enfrentado cara a cara con las numerosas crisis que sufre el ser humano a lo largo de su existencia, y sobre todo, cuando carece de compañía y distracción. Una persona que va superando el desamor que nos narraba en su primer album y que ahora simplemente se plantea como seguir viviendo en un constante estado de espera.
Música que evoca sin lugar a dudas al grandioso Leonard Cohen, a Tom Waits, a Nick Cave. Un estilo peculiar donde las guitarras, xilófonos, arpas, cajas de ritmos de los años sesenta, contrabajos, cuerdas, lap steel… se mezclan en armonía con una voz rasgada y añeja, marcada por el paso del tiempo y las experiencias. Un tono gastado pero contundente, que nos impresiona y nos remueve por dentro. Digno de ser visto en directo y comprobar con tus propios ojos como ‘crea’ la música que suena tan apaciblemente pacífica en tu reproductor, ver como rompe las cuerdas de la guitarra en un derroche desmedido de fuerza, sentirle cerca y darse cuenta de cómo se ve por fuera un artista. El creador, el genio que nos hace bailar con los sonidos que desprende su guitarra y sus artilugios mientras sus letras nos hablan de pastillas para dormir y no levantarse más.
Todo un clásico de aquí a unos años. Y si no al tiempo.



And life, is no a big deal anyway, no big deal anyway for you... I could be an Astronaut one day

jueves, diciembre 01, 2005

Almost Perfect

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Almost Perfect


Asi termina la última línea, de la última canción, del último disco de Marlango.
Y así terminan nuestras decisiones, nuestras sensaciones… y nuestra vida. Creyendo siempre que hay algo más allá de lo mejor. Ronzando la perfección, pero sin tocarla. Conviviendo con ella, pero sin hacerla nuestra. Una luz más brillante entre la luminosidad. Casi, casi, casi… pero no perfecto. Imperfectamente perfecto.

Asi podría definir mi escapada de hace dos días. Una viaje al lugar que más me ha hecho sentir en los últimos años, una ciudad en transformación, que vive y que hace vivir. Barcelona, la tierra prometida para el melancólico, el bohemio y el que cree en el almost perfect. El mejor escenario para un concierto de Marlango. La mejor acústica para sus letras, y la más bonita de sus luces para vestir a Leonor con su propia magia interna.
Casi perfecto, una de esas experiencias que aunque quieras no te puedes quitar de encima, porque la llevas dentro; se te metió sin que te dieras cuenta cuando los primeros acordes despuntaron y desde entonces sientes ese pequeño hormigueo resonando en lo más profundo de las entrañas. Y ella, casi perfecta. Bella, radiante, maravillosa, encantadora y sensual. Casi una diosa. Casi la mejor.
Una butaca casi inmejorable, casi el único que podías concebir para un concierto así. Si estiras un poco el brazo puedes tocarle el pie a Pelayo que toca con pasión el piano cual músico de jazz de mediados de los 60’, con la misma fuerza y la misma credibilidad.
El viaje más allá del Palau, casi perfecto. Tiempo fantástico, ni frío ni calor. Comida grandiosamente satisfactoria. Diversión y racionalidad. Euforia y calma. Todo en uno.
Compañía, casi perfecta. Sin él nada hubiera sido igual, todo sería diferente. Yo lo sé, él lo sabe.
Y yo? Yo, casi pefecta. Perfectamente bien. Imperfectamente mal. Desbordando alegría porque estoy interiorizando una de las más valiosas lecciones de la vida, de esas que no se enseñan, ni se estudian, las que se aprenden viviendo: que el almost perfect es lo que hace la vida más divertida, más interesante y más excitante… pero no hay que creérselo del todo. Disfrutar el momento como si fuera el último y tratar de que sea perfecto. Ya quedará luego el ‘casi’….

domingo, noviembre 27, 2005

Me gusta...

Me gusta el olor de la noche, cuando regresas a casa después de un día agotador, con su confusa e interesante mañana, y su exhausta tarde.
Me gusta la sensación de frío entrando en mi pecho. Me gusta sentirme caliente por dentro mientras bocanadas de aire helado penetran dentro de mi cuerpo contrastándolo todo.

Me gusta su mirada. Me gusta como juega con ella, como va robándome la mía. Me gusta el color de sus ojos. Me gusta lo que me dicen y me gusta darme cuenta después de que no es lo que ellos pensaban de veras. Me gusta dejarme engañar.

Me gusta cuando él me habla de esa película que tan poco me interesa. Y me encanta cuando se da cuenta de que no le estoy prestando atención. Me encanta el modo tan encantador que tiene de frenar en seco y empezar de nuevo.

Me gusta hablar con él horas, dejando que pase el tiempo. Me gusta que nos vayamos conociendo a lo largo de los fines de semana y festivos. Me gusta saber que está ahí cada día. Y me gusta que me sorprenda con cosas nuevas cada vez. Me gusta que me haga evadir. Me gusta que me haga olvidar y recordar al mismo tiempo. Me gusta Nach. Me gusta su “Amor libre”.

Me gustan las pequeñas coincidencias del destino. Me gusta encontrarme en taquilla con una tal Marina y saber por su carné joven que nació el mismo día que yo del mismo mes... sólo que cinco años antes. Me gusta que todo parezca estar preparado de antemano. Me gustan esas conversaciones espontáneas. Esas casualidades del azar.

Me gusta correr por el metro. Tropezarme por las escaleras mecánicas. Me gusta equivocarme de anden. Me gustar dar vueltas por la red de Metro. Me gusta llegar tarde al trabajo. Me gusta reirme y no parar una vez que llego exhausta y veo que no ha pasado nada. Que igual incluso podía habérmelo tomado con más calma. Me gustan los ataques de risa descontrolados.

Me gusta sentarme en un banco con mi YO de hace cinco años. Y verme por fin como era yo entonces. Y sufrirme. Y entonces acordarme de personas que tuvieron que soportarme entonces. Y me gusta sentir ganas de llamarlas y decirles “graciaaaaaaaaaaaaaaaaas”. Me gusta la gente géminis. Me gusta conocerles para así conocerme a mí un poco más. Porque, en cierta manera, son como un espejo.

Me gusta saber que me voy a equivocar a tiempo. Y asi decidir si quiero hacerlo o no. Me gusta darme cuenta con ello de que soy humana. Me gusta que una vez que he visto la realidad, me sienta bien. Bien conmigo misma y con los demás. Bien por no haber cometido errores culpables quizá de algún dolor.

Me gustan sus juegos. Me gusta confundir. Y me gusta que me confuda. Me gusta el descoloque, el meneíto, la agitación. Me gusta que mi mundo se descoloque por unas horas para que luego vuelva a sedimentar, dejándolo todo mucho más ordenado. Me gusta saber y creer positivamente que me dejaré agitar en próximas ocasiones. Me dejaré agitar siempre. Me gusta saber a ciencia cierta que no ha sido la última. Me gusta saber que ahora ya no vivo con los zapatos en el suelo. Me gusta sentirme libre y feliz al mismo tiempo.

Me gusta que él esté ahí, después de todo. Me gusta como miras y observas. Escuchas y atiendes. Me gusta que de verdad le interese todo lo que le cuento. Y me gusta más aún los pasos que ha dado últimamente. Me gusta que gracias a ello, todo esté ahora más armado, más duro, más irrompible. Me gusta saber que soy feliz y me gusta pensar que él lo será más aún también.

Me gusta “I’m walking on sunshine”… porque, por mucho que nos empeñemos, y por muchas vueltas que le demos… “it’s time to feel good!”

Me gusta sentirme bien, a pesar de tantas cosas... Me gusta. Me gusta, yeah!!!

jueves, noviembre 24, 2005

Contubernio para la No-Frustración

Hoy me he propuesto picar a Papa Oso. Es más, no sólo quiero picarle, necesito que me de su opinión, porque es la única manera que tengo de que alguien me diga algo diferente.

Reprimir supone moderar, supone contener, supone templar, supone refrenar. Todos ellos son sinónimos que definen la que para tantos es la opción más responsable ante un impulso. Pero hay quien, ahí fuera, sigue pensando hoy en día, que lejos de ser la opción cuerda, es la más cobarde.

Impulsos, ganas de hacer algo, apetencia, deseos… todos controlamos varios a lo largo del día. Ganas de comer en mitad de una clase, donde no hay nada que llevarte a la boca; ganas de ir al baño, cuando estás atascada en un autobus y éste en una caravana de ocho kilómetros; ganas de mandar a la mierda a tantas personas, que de hacerlo te meterías en problemas que ahora no puedes afrontar; ganas de gritar, de chillar, de bailar en medio de una abarrotada Plaza del Sol, con decenas de policías dispuestos a llamar al Servicio de Urgencia de Salud Mental; ganas de robar esa cámara de fotos, porque no tienes otra manera de conseguirla por medios legales; y ganas de besar, ganas de tocar, ganas de abrazar, ganas de decir, ganas de hablar transparentemente por una vez…
Pero hay un mecanismos dentro de cada uno de nosotros que nos dice ‘NO’. Frena, para, no sigas, olvídate.
Yo, con el tiempo y con mucho trabajo de autocontemplación de situaciones y de mí misma, he logrado que ese mecanismo, aunque no haya llegado a desaperecer, en lugar de negarme a todas horas, simplemente las aplace. Cuando a otros les dice que no, a mi me dice que espere. Que mañana será otro día, que ahora no es el momento, que ya comerás cuando llegues a casa, que ya chillaras y gritarás cuando estés en un tu cuarto con las puertas y ventanas debidamente cerradas, que ya conseguirás el modo de tener esa cámara… pero aún con todo, una no puede evitar no confiar en el mañana futurista. Puedo creer en un mañana inmediato (mañana-la-semana-que-viene) pero no en un mañana abstracto, de esos que se dicen como excusa, que se plantean parejos al “sí, sí, sí… mañana”. Porque todos coincidiremos (¡hasta sunes!) en que aguantarse la orina es algo finito en tu cuerpo. No puedes estar mucho más de 12? horas sin ir al baño. No si encima hasta estado bebiendo y bebiendo. Pues del mismo modo en que das salida a eso que te pide tu cuerpo hasta niveles ya incontenibles y acabas sucumbiendo a mear detrás de cualquier arbusto, ¿por qué no aceptamos que debiéramos dar salida a ese otro tipo de necesidades? ¿Por qué no hacer ese algo que te apetece en un momento determinado con una persona concreta si es lo que has estado deseando desde hace 12 horas, una semana, un mes o un año? ¿Por qué creemos que es más vital y necesario sucumbir a vaciar nuestras vejigas que no hacerlo con nuestras peticiones hormonales? Retener la orina y retener nuestros deseos es igual de malo para nosotros. Igual.
No ir al retrete cuando tu cuerpo te lo pide comienza produciendo un insistente dolor en la zona baja del adbdomen, unos calambres después algo más dentro, sigue con una imposibilidad de moverte, de andar o ponerte en pie. Y si lo dejas y lo dejas, acaba produciendo un problema muy gordo a niveles médicos que te dejarán en urgencias sin lugar a dudas y con un final más o menos infeliz.
No saciar un deseo produce frustración, que lleva al rayamiento, a pensar y pensar, a comerte la cabeza, a soñar despierto qué podía haber sido y como para luego darte cuenta de que nada de eso pasó -¡con lo quien que pintaba en tu mente!-. Lleva a cabrearte contigo misma, de ahí a perder la paciencia, de ahí a no querer ver a esa persona nunca más, porque cada vez que la ves es como un vaso de agua que añades a tu repleta vejiga. Lleva en algunos casos aislados a la obsesión y a que tú misma, según va pasando el tiempo y el globo se hincha, le des más importancia de la que tenía en un principio. Lleva a cambiar tu rutina, a abandonar tus costumbres, y cuanto más lo haces, más te frustras. Llevándolo al extremo, desemboca en problemas con la familia, problemas con tu pareja (en el caso que la tuvieras) porque sufre en sus propias carnes tu frustración casi enfermiza.

Pero nada es tan facil como dar rienda suelta a los deseos. Porque sí que hay algo de responsabilidad. Piensas antes de hacer, porque eres un ser humano. Piensas primero en lo que esa persona quiere, porque de nada sirve que quieras hacértelo con fulanito, si éste no está de acuerdo. Porque una cosa es no frustrarse y otra ir violando al personal. Luego piensas en lo que va a pensar tu pareja, que seguro, y puesto que no es Papa Oso, lo verá todo con malos ojos y dándole seguramente más importancia de la que fijo que tiene para mi. Luego piensas en lo que pensará su pareja (la de él o ella, portador de la llave para tu No-Frustracion). Y lo que pensará tu círculo (amigos, familia, compañeros de facultad)… todos los que después te harán la vida imposible. Y después de todo el balance, piensas en ti. En qué es lo que estás dispuesto a ceder de lo que ya tienes para conseguir ese capricho. Y todo este razonamiento interno sucede en menos de un minuto. Todo bulle en tu cabeza como si de una máquina a mil revoluciones se tratara. Porque en eso consisten los deseos, en que vienen y van. Nada dura para siempre. Hay que decidir si dar un paso más justo en el momento en que la situación te lo pide. Y cuando tú debieras estar dándolo, tu mente trabaja… Al final, y de momento, el resultado es siempre el mismo. Acabas sacrificando lo que quieres y deseas para tí por lo que quieren y por lo que piensen los demás.
“Mañana”. Mañana me lo planteo otra vez.

miércoles, noviembre 23, 2005

(Paréntesis)

Día raro.

Para el recuerdo:

- ¿Te has dado cuenta? Lleva gafas cuatrotercios… ¡si ahora se lleva el panorámico!
- Mmm… esta gata hace tiempo que no sonríe
- Yo ya he aprendido a desacojonarme… ahora te toca a ti
- Tú por ejemplo, ¿ahora con quien te gustaría tener sexo?

Para no olvidar:

A mí misma escribiendo una crónica del partido Madrid-Barça del sábado

A mí misma levantándome a las cinco de la mañana para ir a clase (con sólo tres horas de sueño a mis espaldas)

Tu sonrisa, gracias, aunque no te lleguen, pero yo te las doy, porque me alegran, me hacen sentir bien y me recuerdan que sigues ahí después de todo.

¡¡Unai, que me debes esas fotos prometidas!!

Al chico del autobús. Si no me hubieras dicho nada, me hubiera dejado la bolsa. Qué haría yo sin ojos guardianes.

Los momentos de estar juntos.

Charly, ¿tú eres rojo o facha?

Este comentario está dedicado a Hada Gris.

Esta mañana he visto un episodio de la tercera temporada de Sexo en Nueva York en el que las protagonistas (todas ellas femeninas, ya sabéis) se planteaban en torno a la mesa de un café si el hecho de que cada uno puediera acostarse con quien quisiera –independientemente de si fuera éste hombre o mujer- , conseguirá que el género dejase de existir para siempre. Qué problemón, ¿verdad?
El caso, y os pongo en situación, es que Carrie, la rubia y más famosa de todas, acababa de conocer a un tío genial. Más joven que ella, le estaba haciendo sentir en el cielo… y justo cuando mejor se lo estaban pasando, él le confiesa abiertamente que es bisexual. Ella, contrariada y asustada, le deja tirado y empieza a plantearse si eso no la desprecia como mujer. Preocupadas las amigas hablaban de esa generación creciente (la que a día de hoy alcanza la treintena) que se dedicó a salir del armario los primeros y a experimentar con sus cuerpos lo que les dictaba el corazón o los sentimientos. Una de las protagonistas se atrevía a asegurar incluso que no hay porqué preocuparse pues todos los caminos llevan a Roma: “todas las mujeres acaban con hombres”, siendo la bisexualidad, en el caso de que existiera, una simple escala o parada camino hacia Gaytown. Y yo digo… ¿se entiende esto así hoy en día? ¿O es que los cuatro años que han pasado desde que se grabó aquel episodio han cambiado mucho las cosas?

No se trata de etiquetar a cada uno con un adjetivo inamovible y bien visible, que deje todo bien claro y no lleve al engaño. No se trata de pasarse media vida en terapeutas buscando una solución que te defina. No se trata de agobiarse si uno ve que es de una manera que no le gusta. No se trata de darle taaaaaaaaaaanta importancia.
Se trata de ser simples. Se trata de comprenderse y de dejarse llevar por lo que uno siente en un momento determinado. Según mi punto de vista y mi experiencia propia, cada persona que conoces determina tu ‘tendencia sexual’. Con él o ella eres lo que eres en ese momento. Y eso es lo único que debe importarte. Se trata de experimentar con tus sensaciones hasta que encuentres una que te guste de verdad. Se trata de disfrutar hasta niveles máximos el presente y no preocuparte por nada más. Se trata al fin y al cabo de ser feliz y de ver el lado positivo de las cosas.

También nos agobiamos cuando pensamos qué estamos sintiendo por dentro. ¿Será amor, capricho, deseo, cariño? ¿No será nada? Etiquetas, simples etiquetas. Existe la posibilidad, aunque no la contemplemos a menudo, de que ese buen amigo por quien se siente un tremendo cariño, cariño amistoso, sea capaz de proporcionarte grandes dosis de deseo. Y eso no debe confundirte. Porque hasta en eso se puede ser feliz. Porque puedes tener amistad y deseo. Porque no se trata de elegir una cosa u otra, sino qué te apetece más en ese momento determinado. Porque se trata sólo de saber encontrar. Porque todo está ahí fuera.

Ojalá todos fuéramos capaces de decir… “Charly, ¿tú eres rojo o facha?, ¿eres mi amigo o mi novio?, ¿tú eres feliz con tíos o con tías?”
Qué facil es ser felices, y qué de vueltas le damos.

lunes, noviembre 21, 2005

1-6

Una joven esposa, poco atendida por un marido demasiado ocupado en sus negocios, se deja seducir y va a pasar la noche a casa de su amante, situada al otro lado del río.
Al amanecer del día siguiente, para volver a su casa antes de que regrese su marido, que estaba de viaje, tiene que cruzar un puentecillo, pero un loco, haciendo gestos amenazadores, le cierra el paso.
Ella corre hacia un hombre que se dedica a pasar gente con una barca, se monta, pero el barquero le pide el dinero del pasaje. La pobre no tiene nada y por más que pide y suplica, el barquero se niega a pasarla si no paga de antemano.
Entonces vuelve a casa de su amante y le pide dinero, pero éste se niega sin dar más explicaciones. Al momento, se acuerda de que un amigo vive en la misma orilla y va a visitarle. Él guarda por ella un amor platónico aunque ella nunca le había correspondido. Le cuenta todo y le pide el dinero, pero él también se niega: le ha decepcionado por una conducta tan ligera.
Intenta de nuevo ir al barquero, pero en vano. Entonces, desesperada, decide cruzar el puente. El loco la mata.

¿Cuál de estos seis personajes (mujer, marido, amante, loco, barquero, amigo) puede ser considerado más responsable de esta muerte?
Clasifícalos según su grado de culpabilidad. El número 1 para el más culpable y el 6 para el menos culpable.

viernes, noviembre 18, 2005

Llega la navidad: un oso, un hada, un toldo y soma!

Después del extraño, sorprendente, enriquecedor y maravilloso (todo al mismo tiempo pero no necesariamente en ese orden) día de ayer y sobre todo, del mítico encuentro bloggil de casi un pleno de los que formáis y hacéis con asiduidad esta bitácora hipocondriaca, pocas palabras me quedan para ser derrochadas en un futil comentario, que sin embargo ha de ser escrito.
Apuntes sueltos, ideas confusas, conclusiones abstractas.

- Qué chungo es vivir en cuerpo en este mundo y este país, y al mismo tiempo tan lejos mentalmente de él. Qué maravilloso atreverse a intentarlo. Qué irremediablemente pobre me siento por no ser capaz ni siquiera de entender las instrucciones.

- No hay que creerse nada… salvo lo que te crees tú. No hagas caso a lo que te venga de fuera. Todo es mentira. Creete tu propia verdad… o mejor aún, createla tú mismo si hace falta.

- Teoría de la paranoia: Papa Oso es en realidad un psico-sociólogo estudiando la penetrabilidad de una idea extraña en el ser humano. Su estudio actual consiste en una especie de mezcla entre Gran Hermano y Show de Truman, donde él plantea una teoría científica e impecablemente argumentada que rompe radicalmente con los esquemas que tenemos asumidos. El 11-S no fue lo que pensamos que fue, todo era una conspiración, todo estaba planeado… y aquí tenéis las pruebas. Un pequeño test para comprobar y trasladar a su tesis, la idea de que a cualquier persona, con un grado de simpatía hacia alguien en quien confía, es capaz de abandonar lo que piensa y lo que cree para aunarse a la que podía estar siendo la mayor bola que ha pasado por la cabeza de cualquiera. ¿Por qué me tengo que creer que fue una demolición y no un acto terrorista? ¿Por las pruebas? ¿Las pruebas que tan faciles son de trucar y manipular? ¿Quién decide qué tiene más rigor? ¿Quién puede poner su opinión y su teoría personal por encima de la de cualquier otro?

- Coincido con Papa Oso en el tema de la empatía y de lo que es capaz de generar. He estado ‘estudiando’ ligeramente el tema últimamente, y es cierto y además muy facil de comprobar, que cuando dos personas conectan de alguna manera, depositan instintiva e inconscientemente su confianza plena en lo que diga o haga esa persona. La empatía en la opinión (pública, política, cinematográfica, personal, etc…) alcanza unos límites que ojalá ningún sociólogo, político o periodista conociera nunca, pues cuando se va de honesto, es perfecto; pero al pervetirlo para llevarlo hacia intereses (sean de la clase que sean) empieza el verdadero problema que hoy en día vivimos.

- Sexo… sin ser sobrevalorado.
Amor… consecuentemente comprendido.
Respeto… hacia las tendencias, ideas, apetencias e instintos de aquellos por quienes sientes aprecio.
Amor… libre, desligado del género, del número, del dónde y del cuando.
Amor, sexo, pasión, instintos y cariño en cada centímetro cuadrado de las calles que pateamos a diario.
¡Deshazte de la servilleta!

- Qué suerte crecer ahora. Qué suerte madurar en una sociedad que, con un poco de esperanza ilusoria, abrirá sus mentes poco a poco en el futuro. Qué privilegio haber participado ayer en una de las más interesantes charlas que he tenido últimamente. Qué pena que no todos hayamos podido disfrutar de una lección sobre cómo ser feliz como la de ayer antes de tener que aprenderlo por nuestra cuenta a base de golpes. Qué alegría saber que todo lo que se vertió ayer sobre la mesa, crea poso en alguien, que hace de ello un buen tiesto, que estará dispuesto a regar y a cuidar con todo su cariño para que nazca de él y crezca sana, bonita y espléndida, la más bella flor.

- Una de las cosas más inteligentes que me ha dicho un profesor en todo lo que llevo estudiando (que como haga cuentas, me asusto) es una de esas pequeñas cosas en las que nunca reparamos: “No hay cosa más bonita en esta vida que descolocar a la gente”
Enhorabuena, Papa, lo conseguiste… y yo nunca dejaré de agradecértelo.

Gracias a todos por haber venido.

miércoles, noviembre 16, 2005

¿Cuánto cuestan las cosas que no tienen precio?

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Dos imágenes dispares, pero ligeramente parecidas.
La primera, y sobradamente conocida por muchos, pertenece a la roma felliniana de los sesenta. La fontana más famosa del mundo bañando a una hermosa Anita Ekberg, sueño erótico de muchos por entonces.
La segunda, pertence a la roma circunstancial de 2005 de Marcos Carnevale, director de Elsa y Fred (ahora en cartelera). La fontana perenne, aún viva y derrochando cada día y cada noche la misma cantidad de agua entre sus miles de chorros, empapa ligeramente las piernas de una envejecida China Zorrilla.
La película es una pavada, lo aviso antes de empezar a escribir sobre ella; espero que nadie vaya a verla por recomendación mía. Pero la quiero usar como excusa para escribir este pseudo comentario acerca de las ilusiones que cada uno tenemos por dentro. En verdad de eso trata la película, de la ilusión por vivir, la ilusión por superar una muerte, y la ilusión casi infantil de Elsa por viajar a Roma y bañarse como haría Anita en La Dolce Vita. Reproducir la película con su particular Mastroniani, un don juan que la enamore de verdad y al que entregarle su corazón bajo el agua fría de la fontana nocturna. Y lleva esperando ese sueño toda su vida… mientras veía como nadie era capaz de ofrecérselo. Y entonces parece Fred, casi caído de un árbol, un hombre con dinero y posibilidades de llevarla a Roma para que por un momento se sienta esa mujer especial que siempre había deseado ser. Ella a cambio le devuelve la vida a ese pobre recién viudo, que vive obsesionado con su propia muerte. Ella le enseña la importancia del aprovechamiento de lo único que tenemos en el fondo: nuestra vida, a la que debemos todo y a la que hay que recompensar de vez en cuando satisfaciendo sus deseos.
Y he aquí mi lección moral de hoy: hay que hacerlo. Es necesario que viajemos a Roma, que nos bañemos en la Fontana di Trevi, o que vayamos a Paris a echar una carrera por el Louvre intentando superar el record Guiness, o que nos escapemos a La Patagonia, en busca del valle sagrado de los Incas, o que cojamos una sospechosa avioneta poco fiable y sobrevolemos el Círculo Polar, o más sencillo todavía… que pillemos un tren, elijamos destino, y hagamos eso que desde hace mucho o poco, estabamos deseando hacer. Porque en el fondo esas pequeñas locuras que han de llevarse a la realidad de la manera que sea posible, son las que a una le hacen sentirse satisfecha. No es necesario mucho dinero, ni mucho tiempo, ni dar explicaciones a nadie, ni pensárselo dos veces. No hay que dejar en ningún caso que el arrepentimiento llegue a ti, porque como te conquiste te convertirás en la persona más tonta de todo el planeta. De vez en cuando y sobre todo cuando estas ilusiones apremian y presentan ocasiones favorecedoras, hay que liarse la manta a la cabeza y dejarse de racionalizar. Un viaje a Roma, un concierto en Barcelona, una caída en parapente, una noche loca con alguien especial, un paseo en góndola… porque hay cosas en la vida, como dice Fred en la película, que no tienen precio.

lunes, noviembre 14, 2005

Manifestando nuestra dignidad

Porque dicen que la dignidad es lo último que se pierde...
No sé yo si quien inventó tan sabio y pomposo refrán popular lo mantendría después de haber visto la fauna que pobló la manifestación copera contra la LOE.
Todas esas orgullosísimas familias acompañados de sus cónyuges y descendientes, ataviados con sus gorros de papel de periódico (de El Mundo, o ABC por supuesto), atacando al pobre de ZP con una ley como excusa que seguro que aún no ha caído en sus manos. Nuestro querido presidente no se entera de nada, pero eso da igual, 'millones de personas' se manifestaban en contra de él, de su gobierno y su desfachatez por lo que quiere hacer con la educación de este país. Aunque razones no les falten, el circo no deja de tener su divertimento. No puedo evitar cargarme de palomitas y de disfrutar del festival del humor.
Y el caso es que este fin de semana ha sido un finde de manifas... el frio, la lluvia, el viento, la amenaza de nieve... todo se ponía de favor de los manifestantes que veían en todas esas adversidades climáticas una plusvalía a su causa. Porque si ya tiene mérito arrejuntarse a la cope para gritar "fuera zetapé", imagina lloviendo y con la familia a cuestas...
Pero es que ya ha dejado de ser cool meterse con la emisora episcopal, con los curas y hasta con los peperos. Y como me cansa echarles en cara lo mismo de siempre y demagogia es muy largo de escribir, prefiero lanzar la mirada de este post hacia otra manifestación de la que apenas nadie se enteró y de la que casi no se ha hecho eco.

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Una manifestación por lo que pasó en un pasado (hace ya tres añitos, parece mentira) y por lo que se tiene que arreglar todavía para que NUNCA MAIS se vuelva a repetir algo así.
Los gallegos le han puesto nombre: "Día de la Dignidad"
13 de Noviembre, Santiago de Compostela, y a cientos de kilómetros, una que se une a la causa. Un recuerdo velado por la tristeza que nos conmovió en aquellos días en los que hoy se cumplen años. La myor catástrofe ecológica que espero jamás vivamos. Porque el NUNCA MAIS está vivo, se chilla con fuerza desde cada esquina y cada calle de Galicia. Porque lo grito yo desde aquí, al unísono de millones de ciudadanos que arropamos a la Comunidad. Porque cosas como estas jamás se deberían permitir.

jueves, noviembre 10, 2005

Con dos cojones...

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...bien puestos!!

Como veréis si clickais en el link de arriba, un grupo de bilbaínos le ha echado un par de testículos, unas gotas de valentía y unos gramitos de rebeldía y lo ha demostrado: amigos, amigas... Compartir archivos en la red NO es delito.

Frente a la sede de la SGAE de Bilbo y con grandes pancartas que avisaban de sus actos supuestamente ilegales y supuestamente condenatorios a prisión, se bajaron canciones de internet.

En el fondo, el coraje de estos colegas bilbaínos va mucho más allá de la pura provocación o de un modo más de llamar la atención: supone una forma más de luchar por el derecho de todos al acceso universal a la cultura. Porque la cultura es de todos. De los que la producen, de los que la financian y sobre todo, de los que la consumen. Que el dinero no hace más que corromperla.

Y si alguno tiene dudas, que se de un paseillo por este blog, casa y albergue de uno de los más lúcidos expertos (en derecho, en lucha por que no nos engañen y en intercambio p2p) de este país.

martes, noviembre 08, 2005

Tss!!!

AVISO:
post absurdo a la vista


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No se lo digáis a nadie.
Acabo de descubrir una nueva teoría que cambiará las vidas del mundo entero: nada se pierde para siempre… excepto todo lo que cambie el mundo de los vivos por el de los muertos. Ni los objetos que creíamos extravíados, ni los sentimientos, ni los conocimientos, ni las personas. Sobre todo, ni las personas. Gente que dejaste atrás por voluntad propia o ajena, vuelve tarde o temprano a ti. Y la valía de mi tesis reside en la alarma que esto debe sembrar en cada uno de vosotros/as: estaos preparados, porque aunque tarde más o menos, todo retorna.
Justo ahora, y precisamente en estos días, recibo de nuevo noticias (insustanciales y absurdamente infantiles, como venía siendo habitual en ella) de una antigua compañera de odios y amores. Al mismo tiempo, una carta llegada desde Italia espera mi respuesta encima del escritorio. Y por la ventana de mi habitación, atravesando el parque al que va a dar, veo pasar al que fue mi primer ‘novio’ –por llamarlo de alguna manera-. Y en el movil, que es encendido ahora después de todo un fin de semana de letargo, aguarda sin leer un mensaje recibido desde Barna city. Sólo me falta esperar a esta noche, cuando mi colega viviente en Edimburgo, se conecte a internet y me mande sus delirios provocantes. Y yo los contestaré con paciencia.
Ojalá todos se quedaran y no gastaran fuerzas (muy necesarias para otros menesteres) en regresos unas veces deseados y anhelados y otras… otras simplemente prescindibles.
Y quédate conmigo, digo en voz bajita, que prometo que no seré yo quien se vaya. Algunos, los más valientes, hacen caso a mi promesa y comprueban en sus pieles que hicieron bien en confiar.
Al final todo acaba del mismo modo: unos se van y yo espero a que vuelvan. Siempre vuelven, para bien o para mal.

domingo, noviembre 06, 2005

Vértigo

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Hoy todo gira deprisa.
Creo que alguien le ha dado al avance rápido y vamos desde entonces a más vueltas por segundo de lo que estamos acostumbrados.
Hoy la jornada laboral se pasa más rápido que ayer, aunque tenía dos horas menos.
Hoy me doy cuenta de que estamos entrando de pleno en noviembre y con esto, queda menos de un mes para empezar a tener varios trabajos preparados (y finiquitados) para la facultad, con lo que debería empezar a plantearme en serio empezar a tenerlos en cuenta.
Hoy pienso en que se me ha pasado de largo el festival de Gijón, que empieza en ná, y no pedí acreditación [por lo que se deduce que finalmente no voy]
Hoy, el referéndum bloguil dura menos de un día; quizá el más corto de la historia dela democracia.
Hoy, la gente por la calle andaba más deprisa, el frío aceleraba sus pasos y volaban a un centímetro por encima del suelo.
Hoy escucho asombrada como un atrevido contertulio se atreve a meterse directamente e increpar en directo contra el sagrado talibán de las ondas Federico Jiménez Losantos en su mismo dial, la COPE, mientras es vilipendiado por sus mismos compañeros por semejantes atrevimiento.
Hoy los jóvenes parisinos se vuelven locos de remate. En un intento fuera de lugar y pervetido por recuperar aquel mayo histórico, deciden tomar la calle. Pero se olvidan con las prisas la causa en casa.
Y mientras los parisinos queman mobiliario urbano al otro lado de la frontera, en Ciudad Lineal los putos latin kings (a los que nunca lograré entender) asesinan a un dominicano de tan solo 18 años mientras esperaba un bus. Otro más entre decenas al mes. La vida cada vez dura menos para algunos.

sábado, noviembre 05, 2005

Referendando

Cuidado. No os confundáis, que seguís con delirante, aunque ahora parece que en lugar de azul, se viste en colores otoñales, fríos y casi transparentes.
Y delirante esta hoy en medio de un dilema, uno de los más estúpidos y fútiles que ha tenido en toda su vida, y es que no sabe que prefiere: si quedarse con el azul de siempre, el que ha marcado y marca su seña de identidad o bien realizar un cambio radical en su aspecto, en un intento frustrante por haceros la visita más agradable.
Piensa delirante que con el fondo en blanco, las letras se leen mejor y evitan dolores de ojo tras la lectura continuada.
Asi que como en el fondo a ella le importa bastante poco como quede su fachada principal, os pregunta a vosotros y vosotras, visitantes intrépidos y habituales amigas, para que deis vuestra opinión en este referéndum popular.

Manda Prefiero(espacio)Azul al 5557 o bien Prefiero(espacio)Blanco al 5557.

También podéis dejar vuestros votos aquí abajo.

viernes, noviembre 04, 2005

Y tú... ¿de quién eres?

Hoy es viernes y acaba la semana.
Unos (madrileños) se disponen a preparar el próximo puente de la Almudena (que además se ve endulzado con una convocatoria de huelga a institutos y estudiantes el martes) y otros, sencillamente, se acomodan en su propia tranquilidad.
Por si acaso sucediera el aburrimiento, o la lluvia (si es que piensa aparecer estos días) os impidera salir de casa, postrándoos frente al ordenador, aquí os dejo un enlace de esos que hay miles por internet.
Es un test (en inglés, y para los que no lo dominéis, quizá llame al diccionario) muy cortito que te dice en qué aspecto de la religión podrías situarte. Sí, ya sé que eso no lo tiene que decir un test y que posiblemente lo que te salga sea lo que ya sabes tú. Pero es interesante, por sus divisiones y por sus clasificaciones. Cuando antes decía a las bravas que era atea, ahora me viene el test y me dice que no, que soy agnósica, racional y medio científica… y yo que pensaba que era de letras…

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miércoles, noviembre 02, 2005

¡Ciudado...!

... que vienen curvas!!

Mañana me tocará darme el atracón y atiborrarme hasta la hartura con todos los testimonios y declaraciones de los parlamentarios acerca del Estatuto. Y mañana me cabrearé (seguro) o pensaré "otra vez lo de siempre".

Pero hoy os invito a una escucha mucho más divertida y amena. A la par, hiriente y vergonzosa.
Aviso, es un estracto de una tertulia de la COPE (emisora, como sabéis, de la Conferencia Episcopal Española), habla de lesbianas adolescentes y está cargadita toda ella de improperios espeluznantes y alarmantes afirmaciones que vienen a confirmar que algo en España no acaba de ir bien. Algo está fallando en la gente que habría que solucionar. A ver para cuando inventan un mecánico de personas imbéciles.
Toda una delicia, directa a vuestros conductos auditivos.

http://www.fanucas.org/guia_castillalamancha.mp3

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martes, noviembre 01, 2005

Ahora sí, ¿no?

Ha hecho falta que naciera Leonor (por cierto, qué mejor nombre para una reina: remito al post que escribió el palimpsesto hace unos días) para que España y los altos cargos del mando de la nación abran el debate. ¿Debe reformarse la constitución? Hay que pensárselo, eh, que la cosa no es moco de pavo. Estamos hablando de la sucesión al trono, de quien va a ser nuestro rey o nuestra reina, de si el monarca de España cuando fallezca el presente, será uno u otra. De la capacidad de las mujeres para ser reinas. Ojo, que si se trata de pensarse cambiar un texto madre como la Constitución para un asunto como este, quizá debiéramos todos implicarnos y dar nuestra opinión. Y parece ser que a una inmensa mayoría les parece bien el cambio, ¿para qué ser tan rematadamente conservadores y mantener una arcaica postura en cuanto a la sucesión al trono? No, España es un país moderno de la nueva Europa y como tal debe mostrar su simpatía hacia la apertura al reinado de mujeres, aunque para ello haya que retocar (no ajustar, ¿eh?) ligeramente la Constitución de España. ¡Que Doña Leonor sa reina! ¡Viva Leonor y la madre que la parió! ¡Hurra a España!




anda que...

This is halloween

Cada vez más vengo notando un incremento en la apetencia española por celebrar esta fiesta foránea que no sé si todos entenderán. Y yo me alegro, que para una fiesta pagana que hay, como para protestar.
Lo malo es que se llena todo.
Se llenan las ciudades, las calles, los parques y las plazas.
Los transportes.
Se acumulan grandes cantidades de personas movidas por el dinero en torno a una línea imaginaria que insisten en llamarla ‘cola’ y que respetan más que a sí mismos.
Se abarrotan los centros comerciales, las tiendas particulares y hasta las más íntimas librerías que nadie visita.
Se llenan los cafés y los restaurantes.
Y como no, los cines.

Y yo, justamente hoy, porque libraba, quería aprovechar la ocasión para ver La vida secreta de las palabras, pero como dice el título de este hilo, this is halloween, y eso no podía ser. Estaba predestinada a ver una maravilla en su lugar. Hoy estoy tocada por la gracia y ésta se llama Tim Burton’s Corpse Bride, más famosa como La novia cadáver.

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No perdáis oportunidad de verla pues es una auténtica maravilla. La realización, con todo su aura mística y estremecedora que supone hacer hoy por hoy una película de tamaña característica a base de muñecos de plastelina, y bajo el precedente de la no menos fantástica Pesadilla antes de Navidad, es digna del más cálido aplauso, pues el equipo que tantos meses, tantos años ha gastado en conseguir esta película de apenas 70 minutos, merece al menos, un premio de los grandes. También, como todas, merece su visionado en versión original, pues las voces de Depp, Emily Watson y Bonham Carter son flipantes. Apenas te dan opción a que imagines siquiera que NO son ellos en realidad. Y la música… Ay Elfman, que bueno eres! Las canciones son divertidas, imaginativas y totalmente características. Poco más se le puede pedir. En conjunto, una historia para contar y disfrutar mientras lo haces, con un desenlace muy bienvenido y con la sensación que deja en el espectador de ganas de más.

Y para los que quieran rematar esta noche de fiesta, no olviden su cita con la peluquera más psicótica de su ciudad, en la que además confían plenamente y permiten que les haga locuras capilares…

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jueves, octubre 27, 2005

Estatut

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Para que luego digan que la carrera de periodismo es inútil y mecánica. Al menos ejercita la mano, y a veces, contadas, la mente. Ayer fue una de las últimas excepciones en cuatro años. Una profesora muy profesional (y didáctica, ella) nos obligó a plantearnos una tesis (y a discutirla por escrito, obviamente) acerca del Estatut catalán. Se me ocurrió que la mía sería la que viene siendo una constante en mis preguntas internas acerca de los reclamos de Euskadi y Catalunya: ¿dónde está, quien establece y por qué, la frontera entre el derecho de las personas –y por extensión, de la población- y la aplicación de una ley? La vulneración de nuestros derechos primarios a costa del cumplimiento de la Madre Constitución es una de las constantes de nuestro día a día. Es en consecuencia con ella con que se mide todo, se regula y se aplica sanciones. Palabra por palabra e interpretación por interpretación. Todo ello en base a un texto que se nos hace mayor, que pierde capacidades y que de anciano y caduco que es, ya apenas puede valerse por sí mismo. Y mientras una Comisión específica se tira un mes entero comparando el proyecto de estatuto catalán con la Constitución y redacta –al fin- sus conclusiones generales, el pueblo, nosotros, nos encargamos de montar todo el circo. Unos escupen improperios chirriantes y propagandísticos -vinculados, cómo no, a partidos políticos- a los que una servidora se ha hecho tan inmune que ya ni siquiera los oye; otros claman al cielo y al infierno por la terrible desunión de Ejpaña que ZP está trayendo consigo; otros pocos se escandalizan por el libertinajes de estos catalanes, siempre llevando la contraria; y unos pocos, acongojados, nos limitamos a esperar con cierta fé en que por una vez el sistema funcione como dios manda. Pero no funciona. La ley y la constitución actúa sobre el estatuto y apela a errores formales, de redacción y a la necesidad de ajustes sobre el texto. Y yo digo; qué peligro. Porque ajustar no es adaptar, ajustar es cambiar, eliminar, fulminar, añadir, pervertir, reducir o ampliar un texto que YA HA SIDO APROBADO en Catalunya –esto es, por los que se van a ver directamente afectados-. Entonces, de cara a la tesis, ¿qué es más importante, lo que se decida en el Congreso, las Cortes o la Comisión en Madrid acerca de si Catalunya es o no es una nación y si debe tener o no competencias sobre puertos y cajas de ahorros, o bien que el pueblo Catalán pueda tener derecho a que no se le recrimine por hablar catalán, a poder recibir la educación en ese idioma y a tener de una vez por todas la identidad con la que ellos se sienten representados? Ganará lo que se diga en Madrid, como ganó lo que se le dijo a Ibarretxe en su momento. Y mientras nosotros –los nacionalistas nacionales- sigamos diciéndoles lo que deben acatar por las buenas a los otros –los regionalistas regionales, o al resto de comunidades autónomas en conjunto- seguiremos muy lejos de alcanzar la vanagloriada democracia. La justicia seguirá siendo la mala broma de siempre, y la historia se repetirá periódicamente. Eso sí, continuemos saliendo a la calle en manifestación borreguil cuando nuestros propios errores tengan consecuencias que no nos gusten tanto.

lunes, octubre 24, 2005

Los amantes del Círculo Polar

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Hace frío. Los días se acortan mientras las noches se alargan. Y mientras vivimos, extrañas pequeñas coincidencias deciden por nosotros.

Sin saber muy bien cómo [un libro, un hada, circunstancias] he vuelto a Los amantes del Círculo Polar, allá donde la dejé hace quizá más de cuatro años, cuando era más consciente todavía que ahora de que lo supone perder en el sentido literal a alguien amado y cuando, sin embargo, no era capaz de darle la dimensión real que ello supone.
Los amantes del Círculo Polar es una de las películas más perfectas de la historia del cine, y concretando, también de la española. En ella conviven historias reales vividas por todos y cada uno de nosotros, sólo que con colores, matices, paisajes y caras diferentes. Una historia de amor cercano y auténtico que se persigue a sí mismo y que no logra encontrarse nunca. El eterno complejo del círculo que por lo grande que quiere hacerse y por lo mucho que quiere abarcar, no logra cerrarse nunca.
Otto y Ana se quieren desde que eran niños y desde que ni ellos pudieran haberse dado cuenta.
Ana y Otto se buscan, porque quieren estar juntos, pero en el intento de verse las caras, olvidan mirar tras de sí.
Otto y Ana viven en un eterno devenir de casualidades que les alejan o acercan de sus deseos y de sus más horribles temores.
Ana y Otto se aman hasta morir, mueren amando.

viernes, octubre 21, 2005

Uno, due, tre

Tres recomendaciones para este fin de semana oscuro, frío y cansado.

Un libro
Demian de Hermann Hesse

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Porque siempre viene bien leer cosas amables, bonitas. Historias que te agrandan el corazón y te hacen recordar y recordarte. Una historia bellísima acerca de la amistad, entendiendo esta como la suma de dos personas que se quieren en el más puro sentido de la palabra, y que acaban convirtiéndose en una misma. Al final Demián es el amigo que todos llevamos dentro, el que nunca tuvimos o el que está por llegar. Porque es una historia preciosa para leer acurrucada en la cama mientras piensas en lo mayor que te haces ¬¬


Un álbum
Bubblegum de Mark Lanegan

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Porque te transporta entre la melancolía y la más absoluta euforia de track en track. Un disco completo preparado para ser disfrutado en cualquier momento de tu vida, ya estés pasando una mala racha o bien necesites un poco de calma. Ritmos desenfadados y pizpiretos, acordes oníricos… pop, jazz, soul, rock. Piensa en un estilo y si cierras los ojos y te dejas llevar por el maestro, seguramente lo logres encontrar dentro de este disco.


Una película
Charlie y la fábrica de chocolate de Tim Burton

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Porque a pesar de lo que digan muchos, nunca dejamos de ser niños y por tanto nunca dejamos de recibir con agrado películas dulces como esta. Un auténtico bombón caramelizado, con toques de menta made in Burton y algún que otro tropezón de frutos secos de la mano de Elfman. Una película agradable que sienta impresionantemente bien en estas fechas. Con un chocolate calentito a la taza, una buena manta y un lavamiento de prejuicios previo a su visionado, es muy capaz de alegrarte una tarde.


Y si aún con todo os aburrís, echarle un ojo a la obra completa de Dalí. O bien podéis empezar a compadeceros de mí, que tengo por delante seis meses de contrato para trabajar VIERNES, FINES DE SEMANA Y FESTIVOS (*) en los cines renoir en los que estuve este verano. Como seguramente esté insoportable en algunos momentos que viviréis en este blog, prometo cubos de palomitas y entradas gratis a los más afectados.







(*) Sí, exactamente. Esos momentos en que todo el mundo está libre, se toma vacaciones, aprovecha para hacer compras, visitar a antiguos amigos o simplemente queda con gente y se toma un rato para sí misma. Pero al menos a mí me pagan (o algo).

jueves, octubre 20, 2005

Vosotros, nosotros, ellos.

Metro de Madrid; jueves, 20 de octubre de 2005; entre las estaciones de Moncloa y Ciudad universitaria, 8.30 AM

Dos chicas entran juntas al vagón, casi con calzador, porque aquí dentro no cabe una persona más. La chica A es rubia, alta, un poco flower power y quizá estudie derecho, o caminos… o farmacia. La chica B es morena, más bien bajita, con cara de agobio que nos sugiere que no está especialmente a gusto con su compañía matutina y por la enorme carpeta que lleva debajo del brazo seguramente estudie algo relacionado con las bellas artes. Vamos, dos gotas de agua.

Chica A.- Sí tía, pues este año los de mi clase quieren ir a Grecia, pero con todo el lío de los pollos…
Chica B.- ¿Qué pollos?
A.- ¡Los pollos de la enfermedad esa que hay ahora!
B.- ¡Ah si!... y ¿qué vais a hacer entonces?
A.- Pues ni idea… por cierto, ¡¿¿sabes que el otro día ví a Bebe??!… sí, por malasaña… es guapa la tía… ¿sabías que es lesbiana?
B.- Si, pero no es ningún mérito, eso lo sabe todo el mundo.
A.- Ah joder, pues lo sabrás tú, mona, que te pilla más de cerca, pero yo no sabía nada…

(silencio)

A.- Ahora que lo pienso estaba con una tía………… jajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajaja = risa gilipollas que se empieza demasiado fácilmente pero que no se sabe como acabar sin quedar del todo ridícula

B levanta las cejas fingiendo no conocer a A mientras pide a gritos que alguien la saque de ahí.

A.- A todo esto ¿has visto últimamente a fulanita?
B.- ¿fulanita? Que va… si hace como tres años que no sé nada de ella. Tú eras su amiga y vecina, ¿no?
A.- Sí, pero… no sé, perdí el contacto, y como tú y ella… pues no sé… pensé que sabrías algo de ella… sales por Fuencarral y Chueca y tal, ¿no?
B.- Pues ya ves que no
A.- Anda y eso?
B.- ¿Cómo qué y eso?
A.- Oye tía, no te mosquees eh? Que solo pensaba que sabrías algo
B.- Si no me mosqueo… ¿qué pasa, que te has vuelto bollo o qué?
A.- jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja(otra vez). Nooooooooooooo, era por saber.

Silencio

A.- ¿Acabásteis mal no?
B.- Sí, mal
A.- Lo siento. Ya me contaron un poco cómo fue la cosa…

Silencio

A.- ¿Y de fulanita bis que fue?
B.- ¿Cómo te has enterado tú de eso?
A.- Ya ves, chica, las noticias vuelan… ¿Y ahora estás con alguien?
B.- No entiendo el interés, la verdad
A.- Y yo no entiendo por qué no me respondes sinceramente. Es que de verdad, no comprendo por qué pensáis vosotros los gays que sois tan diferentes. Os estáis haciendo un ghetto, no habláis de vosotros, no os dejáis conocer. Luego nos echaréis la culpa a los demás diciendo que os estamos suprimiendo (sic).
B.- Yo lo que no entiendo es por qué pensáis, vosotros los hetero, que nosotros los demás, sólo sabemos hablar de cosas gays.

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miércoles, octubre 19, 2005

Que día gris más soleado

Hoy hay mucho de lo que hablar.
Tenemos el Estatut, que aunque calladito el pobre, no hace más que sembrar la discordia allá donde se es nombrado. Jaleo, tensiones, críticas y más críticas. Ahora parece ser que hay crisis en el gobierno catalán y que Mas anda pidiendo a Maragall una convocatoria de elecciones.
Está también Sadam que prefiere mantener el mutismo y dejarse hacer. El buen hombre hace bien al fin y al cabo porque sabe que da igual lo que diga… nosotros oiremos algo total y enrevesadamente diferente. A veces es mejor fingir pérdida de memoria.
Y aunque parezca mentira Jose Couso sigue haciendo ruido. Recuerdo que es el periodista cámara de telecinco que murió en abril de 2003 en el Hotel Palestina de Bagdad. Ahora la Audiencia ha mandado detener a tres militares estadounidenses presuntamente implicados. Personalmente, no puedo más. El dichoso documental que se hizo a propósito de su muerte y el empalagoso librito de su relamido compi Jon Sistiaga, han colmado mi aguante.
Y también podríamos hablar, siguiendo de muertes, del periodista Eduardo Haro Tecglen que ha fallecido esta madrugada, pero para ser sincera, apenas había oído su nombre antes y creo no haber leído ninguna de sus columnas. Mi pésame a su esposa y a otra cosa mariposa.
Y también cómo no, podría hablar del pánico sembrado y por sembrar acerca de la dichosa gripe aviar, y de cómo las instituciones sanitarias se dejan en ridículo, pero es lo de siempre, así que optaré por preocuparme por mi propio constipado y mientras me consumo entre los klinex, falta de cariños y sopitas calentitas, os regalo mi actualización de hoy. Se que os va a hacer mucha ilusión:
El nuevo, el inimitable, el inolvidable… ¡¡¡ pez mp3 !!!

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No es broma. La famosa marca de caramelos –o mejor dicho, la famosa marca del dispensador de caramelos- ha sacado ahora a la venta un reproductor de mp3. No os lo penséis dos veces, que sólo tiene 512 mb de memoria y va a pilas! :P

http://www.pezmp3.com./index.php

viernes, octubre 14, 2005

Cambios

Año nuevo, vida nueva. Al estudiante le cuesta aceptar la convención popular del 1 de enero cuando es realmente en una fecha variable alrededor de septiembre u octubre cuando su nuevo año empieza a contar días.
Siendo optimistas, cambias de curso. O al menos de asignaturas. O al menos de profesores.
Al cambiar de curso, cambias de horario. Entras tarde algunos días, sales más tarde otros… Cambias de rutina. Antes solías comer a las 14.00 y ahora, te conformas simplemente en comer algo cuando llegas a casa a las 17.00.
Cambias de compañeros de clase. Y sin embargo acabas por conocer a una inmensa mayoría de los que están contigo en el aula, aunque precisamente tus verdaderos ‘amigos’ -o con los que realmente te gustaría estar- se encuentren al otro lado del edificio. Misterios de las normas de matrícula.
Cambias de contactos en el Messenger, porque ya te aburre ver los nicks de personas con las que ni quieres, ni hablas desde hace meses, años. Porque es actualizarse o morir, pequeños.
Cambias de hobbies y apetencias. Antes veías película diaria y ahora –como mucho- te enganchas a una serie.
Y en medio de este caos de permutaciones, porque te aburres o por alguna extraña razón que escapa a tu entendimiento, decides cambiar también la apariencia de tu habitación. Toda la mugre que cubría hasta antes de ayer la mesa de metro y medio de tu habitación es hoy un amplio escritorio digno de la persona más ordenada.

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Pero no, eso no ha cambiado en mí. Es sólo un engaño temporal. Soy géminis, qué se le va a hacer.

martes, octubre 11, 2005

Sweet Sixteen

Cada vez estoy más de acuerdo con aquellos que se empeñan en asegurar que la mayoría de edad no se alcanza con los 18 años sino con los 16. Los dieciséis… que tiempos aquellos. ¿Cuánto hace de entonces? ¿Cinco, seis años? Qué edad más crupcial y definitiva en la vida de cualquier adolescente convirtiéndose en persona. No hay duda ninguna de que, de lo que uno es hoy en día, gran proporción viene de lo que fue en aquella edad. Yo, en concreto, cometí entonces las mayores locuras (de las que por supuesto jamás me arrepentiré, pues no fueron inconscientes ni forzadas por nada ni nadie), conocí a gente que han sido, cada una, decisivas en mi formación como persona, tomé decisiones que hoy me definen, aprendí a conocerme a mí misma y de los golpes y hostias recibidas, endurecí esta coraza que hoy ya me protege de las caídas. Se puede decir que logré superar la barrera entre la imbecilidad anodina e infantil de la madurez progresiva y responsable. Y sin emabrgo, después de toda la gente que conocí por aquel entonces –y que perdí por el camino-, todos y todas con quien compartí mi vida a niveles diferentes y dispares, todos los que me enseñaron su particular lección de la vida y todas aquellas caras conocidas que me persigue aún hoy por mis pesadillas, mis sueños, mis añoranzas (las menos) y mi móvil (desgraciadamente), aparte de todos ellos y ellas, no me queda nada de cómo fui yo por entonces. Apenas fotos, ni testimonios directos que me cuenten como meros protagonistas qué era de aquella niña-que-quiere-crecer-deprisa que fui, ni siquiera mi diario, del que cuesta demasiado distinguir lo real y lo ficticio debido al intrusismo de mi madre, empeñada en conocerme y averiguar el por qué de tantos y tan rápidos cambios. Qué raro no recordar cómo eras, ni qué impresión causaste, ni siquiera qué pensabas de ti misma. ¿Qué fue de mis delirios hace seis años? En el fondo me consuela saber que, aunque no haya nadie que me cuente su versión de las historias vividas (algunas por imposibilidad total y certera y otras porque más vale que no vuelvan a aparecer en mi vida), en el fondo de todo, en esencia, sigo siendo la misma que entonces aunque, como bien dice María en La Flaqueza del bolchevique, “ahora me queda mejor el bañador”.

viernes, octubre 07, 2005

Caprichos (de mujer)

La de cosas que se encuentran por internet.
Te aburres, te pones delante del ordenador, dejas de hacer toda esa serie de cosas que se te acumulan en 'pendiente' desde hace meses, y te pones a navegar a la deriva.
Y de pronto te encuentras, vete tú a saber por qué, con todos una cantidad ingente de caprichos que acaban por abrir el apetito a cualquiera.

Habrá quien me tache de ignorante, pero desconocía por completo esta tienda (que por lo visto tiene una fama tremenda en los madriles), así como algunos de los productos que anuncian. No me tachéis de enferma, es una simple mezcla de curiosidad femenina y culturilla general.

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Orgasmos con sabor a mandarina. Su poder balsámico capaz de pasar del frío al calor seguro que ayuda a subir a las nubes a cualquiera. Será como el vips-vaporub que te untaba tu mamá cada noche por el pecho pero además, comestible.

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Qué aburridos esos baños tan relajantes y tan sumamente amodorrantes. Se acabó la siestecita en la bañera (para quienes la tengan, snif). Ahora podrás invitar a este bonito pato a que se remoje contigo durante todas las horas que duren las alcalinas. Eso sí, recuerden precaución si tienen hermanas pequeñas. Es mu gonito, pero no es de los que se llenan y echan el agua por el pico.

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Esto ya es lo último. No me podía imaginar que en España tuviéramos a nuestro alcance algo así. Flipo sólo de pensar en las 9.000 pulsaciones por minuto que despiden cada uno de sus dedos. Vértigo me da.
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No os dejéis engañar por la sutileza del aparatito. Esta especie de reductor de celulitis esconde dos modalidades de vibración y una estructura ergonómica pensada para todas y cada una de las partes del cuerpo humano. Y de nuevo, aunque no se come, es apto para usar en la ducha.
Todos estos accesorios y muchísimos más en http://www.lajugueteria.com/
Un regalo divertido, un detalle excepcional, un capricho placentero. Para uso individual, o colectivo. Para sorprender a tu pareja o para conocerte un poco mejor. Todo un mundo desconocido para muchísima gente (tiro la primera piedra) pero que poco a poco se va deshaciendo de los prejuicios y las verguenzas. Porque no es cuestión de necesitarlo o no necesitarlo. Toda una variedad de colores, sabores, formas, texturas y tamaños para el placer orgámisco-sexual. Todo para tí, mujer.

domingo, octubre 02, 2005

¡Basta!

Se acabaron las ligerezas y las frivolidades en este blog. Se acabaron las egofotos y los comentarios insulsos y estúpidos de vacaciones pasadas. Se acabaron las promociones (sin ánimo de lucro) de discos (fantásticos). Y se acabaron también los comentarios que contengan la palabra "Soraya" entre sus líneas.
Vuelve la delirante seria que todos estábais esperando. Comienzan con ella las críticas cinéfilas, los pensamientos filosóficos acerca del devenir de nuestras vidas, la solución a conflictos políticos y la previsión de los años venideros. Ya hay Estatut, Alonso ha ganado por fin y Jarmusch estrenará muy pronto en España.
Más noticias muy pronto. Pero hoy no. Hoy toca delirio pre-eclipse. Mi alma gatuna empieza a notar ligeras alteraciones nerviosas...

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(miau)