busca entre mis delirios

jueves, marzo 22, 2007

Lost and found

Lost in translation


No me digáis que no os pasa. ¿No captáis la fuerza, la química, la atracción, la conexión de estas dos personas, tan lejanas en apariencia, que se unen en una sola mientras mueren los microsegundos que dura ese instante en que sus pupilas se enlazan en un intento de dar muerte a lo plural? ¿No sentis dentro de vosotros, en un lugar indeterminado entre la boca del estómago y la puntita de las cuerdas vocales, ese algo más que se intuye de la mirada, esa especie de aroma que se parece a amor, que casi se convierte en tangible, que llena el espacio que les une? ¿No se os acelera un poco el pulso y la presión sanguínea cuando llega este punto en la película en que el final se adivina, los silencios agonizan y retumban entre las cuatro paredes de un ascensor, y se teme la consabida e invitable -pero no por ello, menos angustiosa- despedida?
Cuando los escasos cinco últimos minutos pesan más que los noventa anteriores. Los besos que se aproximan y se despiden por primera vez, la llamada con el contestador, la chaqueta robada, la segunda despedida, el ascensor que se cierra y la deja dentro, el taxi que le lleva al aeropuerto, el encuentro entre la muchedumbre, el "hey, you", el abrazo entre miradas mojadas, las palabritas minúsculas al oído, los tres "bye"s, la tercera despedida, las sonrisas alejándose, fin.

Lost in Translation


Ya son decenas las veces que me he expuesto a ella y aún asi sigo sintiendo eso, y algo más. Cada vez que Lost in translation se cruza en mi vida, me acabo enamorando. Y yo me dejo, a veces porque me hace gracia, otras porque me trae recuerdos simpáticos y siempre porque comprendo que viene bien dejarse.
Esta tarde hacía frío en Madrid. La gente allá fuera anda como loca, la tele.radio.prensa se esfuerza con tesón en cabrearlas, la sociedad está alborotada por el ruido mediático, el temporal lo asola todo y a mi me apetecía enamorarme... de la vida, de los cruces, los encuentros, las coincidencias, las diferencias, las edades. Del tiempo y los lugares, de los espacios entre un tú y un yo, de la soledad de una habitación de hotel, de las risas, de las anécdotas en hospitales extranjeros, de las confusiones por los códigos no compartidos, del humor que suele acompañar al romance, de la comunicación, de las canciones que sin quererlo acaban hablando por tí, de las miradas_sonrisas que te delatan. De Bob y Charlotte, de su historia, que por peculiar y a la par cotidiana, es de las más bonitas que una pantalla ha dejado ver. Del amor que se respira porque se siente desde dentro, bien porque lo viviste alguna vez, bien porque lo vives ahora, o bien porque ya forma parte de tí para siempre.

4 comentarios:

Señor Toldo dijo...

"los escasos cinco últimos minutos pesan más que los noventa anteriores"

Hay otros tres o cinco minutos que a mí me parecen fundamentales, y que corresponden a esta secuencia:
http://img322.imageshack.us/img322/2978/lostkp6.jpg
Esa cabecita...

More than this,
you know there's nothing...

Beatrize Poulain dijo...

Pues a mi no me gustó nada. Quizas deberia de volver a verla... ya me lo han dicho mas veces, pero mira que la vi con ganas y me decepciono un monton :s

delirante dijo...

señor toldo, esos últimos minutos se te vienen encima, te aplastan, porque ellos mismos agonizan, porque de maduros y crecidos, ven su muerte cercana...
y más escalofriante aún que la escena que muestra tu foto, lo es incluso el homenaje a "buffalo 66" de la cama en plano cenital... y esa mano que acaricia casi sin quererlo...

Beatrize, dale otra oportunidad... la película lo vale, pero si aún así no te gusta, no te gusta y punto ;)

Buen fin de semana a ambos!

Maine dijo...

Adoro esta película... y has escrito una crítica magnífica sobre ella.