busca entre mis delirios

jueves, febrero 21, 2008

hyperballad

un sonido trae otro.
como cuando un comentario preciso enlanza con una sonrisa sonorizada y provocada en forma de carcajada en una segunda persona que se ve interrumpida por el 'bip' de un mensaje en el móvil de una tercera, y éste, el mensaje, una vez leído, concatena con una voz que te saluda al otro lado del aparato y varios kilómetros más allá. y esa voz habla y dice, más o menos, y cuando la conversación se apaga al colgar la llamada tres minutos después, de pronto brota como de la nada una canción de los altavoces de tu ordenador. pero no una cualquiera, sino esa. y esa canción termina y despierta un sollozo dentro de tí, que son lágrimas por fuera, que se desbordan y dicen más que la canción y tu boca juntas. y habla entonces el corazón en la humedad de la noche y con la siguiente canción sonando... and so it is...

martes, febrero 19, 2008

directa

...What gives the shine is our light, we're blowing up missiles in the air...


Entra aire fresco por el hueco que dejaste al salir, el de la puerta que quedó abierta a conciencia. Es agradable, te lo agradezco. Espero que el paisaje, aquí, en medio de ninguna parte, sirva para despejarte. Hay algo bonito en el mundo de las áreas de descanso; esa mezcla de melancolía y paz que recarga pilas para cualquier viaje emprendido. Siempre me gustaron para sacar desde ellas curiosas polaroids que se convertirán más tarde en testigos de un camino, o de un lugar, o de cualquier circusntancia. Respira, descansa, estírate. Quedan kilómetros, aunque no sabría decirte cuántos. Con tu permiso, miro por la ventanilla. Desde que me monté en tu coche y me convertí en tu copiloto activo firmé mi convicción de renuncia a pensar en paisajes que no existen, o en destinos que no conoceré. Es bonito verlo desde aquí, sin preocuparse por los miedos infundidos por una razón perversa. O pervertida. Ya, todos tenemos un pasado. Pero, ¿nadie te ha dicho que cuando miras a un río, siempre es diferente? Venga, entra, vuelve. Me debes una despedida, pero no me la devuelvas. Mueve mejor tu varita y transfórmalo en un "hola de nuevo". Si en el fondo sabes que soy una excelente compañera de viaje. ¿No te lo había contado? Tengo el don de la prudencia. Mira, asomo el mapa por la ventanilla y en un descuido, ¡vaya!, salió volando. No lo necesitaremos. No hay camino que seguir, ni destino que encontrar.

...Fasten your seat-belt again, just in case...


Najwa sigue con la canción que empezó cuando saliste. No te has perdido mucho, pero si quieres la ponemos de nuevo.
- ¿Dónde estamos? -preguntas.
- Ni idea -respondo-. Como si me importara lo más mínimo -callo, pero me escuchas-.
Ahora que el coche se pone en marcha lentamente de nuevo me doy cuenta de que el aire que entra por la ventanilla es mil veces más agradable que el que se colaba por la puerta e intuyo que las vistas, ahora en movimiento, superan con creces las estáticas de mientras tus piernas crujían ahí fuera.
- ¿A la derecha o a la izquierda? -tú-.
- Lo que más rabia te dé -yo-. Tú conduces, que yo me ocupo de las señales, si te parece.

lunes, febrero 11, 2008

Juliette and the Licks


Por ella, por ellos. Hoy me siento un poco Juliette. Creo que hablamos el mismo idioma. No puede sonar otra cosa entre mis delirio de éste lunes.

domingo, febrero 10, 2008

la sustancia del cojín

un fin de semana entre cojines significa arropada y confortable pero en casa, en una casa, en una cualquiera, la mía o la tuya, pero siempre bajo techo, sin lluvia, sin tu bufanda volando al viento o goterones cayendo por mis sienes. un fin de semana cómodo y normal, como de los que no hay todas las semanas.
tu cojín y el mío se hablan de ellos mismos. respiran y laten entre los brazos de tu sillón, siempre hospitalario. uno viene de florencia, se dicen, pero sólo su funda. el otro del Ikea, pero sólo el relleno.
un cojín es una bocanada de humo, una cucharadita de espera paciente, una pizca de sal confundida con azúcar, un trago de vino sin derramar, un bocado de ganas contenidas, un pellizco de abrazo -que te daré, porque no te doy, porque no te di-, un suspiro de alivio, unas gotas de maldad, un susurro entre verdades, un secreto sin confesar, son lineas que no se leen porque no se llegan a enviar, es un párrafo perdido entre páginas de pluma, son píxeles gigantes que distorsionan la realidad, es un índice de donde estás, un icono de lo que eres, fuiste o serás, un puñado de besitos con sabor a fresa y menta, una paradoja circular que te lleva a de donde partiste, son megabytes regrabados sin mucha utilidad, son pedazos de los huecos que no lograste rellenar, son migajas de los restos que sobraron del miércoles, son reservas por si acaso para cuando las vuelvas a necesitar. un cojín es la espera aletargada de un cuerpo al llegar.

jueves, febrero 07, 2008

29

Febrero, ese mes que se traga días sin contarlos, el segundo del año después de la cuesta del comienzo -que a mí al menos me continúa-, el de los exámenes que tienen por apellido su nombre. Un mal mes para la prosa y en cambio el mejor para los cafés a media tarde, los desayunos alargados, las charlas sobre cine (de goya a Óscar y tiro porque me toca), sobre series (click!)y música si se apaga la conversación y hay que poner algo de fondo. Mes de tardes, de noches por teléfono, de celebraciones, de planes de viajes, de espirales de palabras que se cruzan con miradas entre giros, éstas que hablan por encima de las primeras y que establecen comunicación entre las líneas que las sostienen. Un mes malo para el relax, para dormir de seguido. Un mes abrazable, en potencia. 29 días contando hacia atrás.