busca entre mis delirios

jueves, noviembre 24, 2005

Contubernio para la No-Frustración

Hoy me he propuesto picar a Papa Oso. Es más, no sólo quiero picarle, necesito que me de su opinión, porque es la única manera que tengo de que alguien me diga algo diferente.

Reprimir supone moderar, supone contener, supone templar, supone refrenar. Todos ellos son sinónimos que definen la que para tantos es la opción más responsable ante un impulso. Pero hay quien, ahí fuera, sigue pensando hoy en día, que lejos de ser la opción cuerda, es la más cobarde.

Impulsos, ganas de hacer algo, apetencia, deseos… todos controlamos varios a lo largo del día. Ganas de comer en mitad de una clase, donde no hay nada que llevarte a la boca; ganas de ir al baño, cuando estás atascada en un autobus y éste en una caravana de ocho kilómetros; ganas de mandar a la mierda a tantas personas, que de hacerlo te meterías en problemas que ahora no puedes afrontar; ganas de gritar, de chillar, de bailar en medio de una abarrotada Plaza del Sol, con decenas de policías dispuestos a llamar al Servicio de Urgencia de Salud Mental; ganas de robar esa cámara de fotos, porque no tienes otra manera de conseguirla por medios legales; y ganas de besar, ganas de tocar, ganas de abrazar, ganas de decir, ganas de hablar transparentemente por una vez…
Pero hay un mecanismos dentro de cada uno de nosotros que nos dice ‘NO’. Frena, para, no sigas, olvídate.
Yo, con el tiempo y con mucho trabajo de autocontemplación de situaciones y de mí misma, he logrado que ese mecanismo, aunque no haya llegado a desaperecer, en lugar de negarme a todas horas, simplemente las aplace. Cuando a otros les dice que no, a mi me dice que espere. Que mañana será otro día, que ahora no es el momento, que ya comerás cuando llegues a casa, que ya chillaras y gritarás cuando estés en un tu cuarto con las puertas y ventanas debidamente cerradas, que ya conseguirás el modo de tener esa cámara… pero aún con todo, una no puede evitar no confiar en el mañana futurista. Puedo creer en un mañana inmediato (mañana-la-semana-que-viene) pero no en un mañana abstracto, de esos que se dicen como excusa, que se plantean parejos al “sí, sí, sí… mañana”. Porque todos coincidiremos (¡hasta sunes!) en que aguantarse la orina es algo finito en tu cuerpo. No puedes estar mucho más de 12? horas sin ir al baño. No si encima hasta estado bebiendo y bebiendo. Pues del mismo modo en que das salida a eso que te pide tu cuerpo hasta niveles ya incontenibles y acabas sucumbiendo a mear detrás de cualquier arbusto, ¿por qué no aceptamos que debiéramos dar salida a ese otro tipo de necesidades? ¿Por qué no hacer ese algo que te apetece en un momento determinado con una persona concreta si es lo que has estado deseando desde hace 12 horas, una semana, un mes o un año? ¿Por qué creemos que es más vital y necesario sucumbir a vaciar nuestras vejigas que no hacerlo con nuestras peticiones hormonales? Retener la orina y retener nuestros deseos es igual de malo para nosotros. Igual.
No ir al retrete cuando tu cuerpo te lo pide comienza produciendo un insistente dolor en la zona baja del adbdomen, unos calambres después algo más dentro, sigue con una imposibilidad de moverte, de andar o ponerte en pie. Y si lo dejas y lo dejas, acaba produciendo un problema muy gordo a niveles médicos que te dejarán en urgencias sin lugar a dudas y con un final más o menos infeliz.
No saciar un deseo produce frustración, que lleva al rayamiento, a pensar y pensar, a comerte la cabeza, a soñar despierto qué podía haber sido y como para luego darte cuenta de que nada de eso pasó -¡con lo quien que pintaba en tu mente!-. Lleva a cabrearte contigo misma, de ahí a perder la paciencia, de ahí a no querer ver a esa persona nunca más, porque cada vez que la ves es como un vaso de agua que añades a tu repleta vejiga. Lleva en algunos casos aislados a la obsesión y a que tú misma, según va pasando el tiempo y el globo se hincha, le des más importancia de la que tenía en un principio. Lleva a cambiar tu rutina, a abandonar tus costumbres, y cuanto más lo haces, más te frustras. Llevándolo al extremo, desemboca en problemas con la familia, problemas con tu pareja (en el caso que la tuvieras) porque sufre en sus propias carnes tu frustración casi enfermiza.

Pero nada es tan facil como dar rienda suelta a los deseos. Porque sí que hay algo de responsabilidad. Piensas antes de hacer, porque eres un ser humano. Piensas primero en lo que esa persona quiere, porque de nada sirve que quieras hacértelo con fulanito, si éste no está de acuerdo. Porque una cosa es no frustrarse y otra ir violando al personal. Luego piensas en lo que va a pensar tu pareja, que seguro, y puesto que no es Papa Oso, lo verá todo con malos ojos y dándole seguramente más importancia de la que fijo que tiene para mi. Luego piensas en lo que pensará su pareja (la de él o ella, portador de la llave para tu No-Frustracion). Y lo que pensará tu círculo (amigos, familia, compañeros de facultad)… todos los que después te harán la vida imposible. Y después de todo el balance, piensas en ti. En qué es lo que estás dispuesto a ceder de lo que ya tienes para conseguir ese capricho. Y todo este razonamiento interno sucede en menos de un minuto. Todo bulle en tu cabeza como si de una máquina a mil revoluciones se tratara. Porque en eso consisten los deseos, en que vienen y van. Nada dura para siempre. Hay que decidir si dar un paso más justo en el momento en que la situación te lo pide. Y cuando tú debieras estar dándolo, tu mente trabaja… Al final, y de momento, el resultado es siempre el mismo. Acabas sacrificando lo que quieres y deseas para tí por lo que quieren y por lo que piensen los demás.
“Mañana”. Mañana me lo planteo otra vez.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Deli,

Tal y como yo lo veo tratas tres temas diferentes.
Reprimir el Deseo. La primera fuente de insatisfacción del ser humano es el apego. El apego es muy listo y se esconde en nuestra psique del modo más inesperado, debemos estar alerta para eliminarlo así que se muestra. Los deseos son producto de nuestro egoísmo, nuestro ego nos hace creer que necesitamos algo para ser felices, eso es falso… la felicidad es innata y no hace falta buscarla fuera, debemos encontrarla dentro nuestro. Eso elimina los apegos y en consecuencia los deseos.
Reprimir impulsos. Para estar mentalmente equilibrado y poder ser feliz al máximo se impone tener siempre presente unos valores, y actuar siempre en consecuencia. Los judíos y los cristianos tienen esos valores en forma de los 10 Mandamientos, los musulmanes tienen los 4 preceptos del Islam y los hindúes tienen un listado de mas de 100.000 normas (cada cultura tiene su propio listado de valores). Toda persona debe interiorizar al máximo esas escalas de valores, solo así se vive en paz interior y la felicidad comienza a “aparecer por si sola”. Cuando un impulso se presenta (no se deben confundir impulsos con deseos) debes medirlo con la regla de tus valores y actuar en consecuencia. Ese es el modo de encontrar tu camino en la vida, el tao. Mis escalas de valores se basan no en normas a cumplir sino en derechos que todos tenemos. Debo actuar teniendo siempre presentes los derechos de los demás y los míos propios. Si no hay colisión de intereses… adelante!, hazlo!
El que dirán. Sencillo… que digan misa.

Deli es muy importante que definas tus escalas de valores, y que los tengas SIEMPRE presentes. Solo de ese modo puede salirse de Matriz (es una de las reglas para que la pastilla azul sea efectiva… esa lista de valores debe interiorizarse al máximo)

delirante dijo...

Vamos a ver, papi, te comento...

Un deseo es relativamente facil de reprimir. Desear suele conllevar 'obtener'. Por ejemplo, deseas una moto, un viaje, un ordenador nuevo, que haya paz en el mundo, deseas tener un sobresaliente etc... Y eso simplemente lo consigues o no. Te compras el portatil o no lo haces. Pero no llega a ser tan potente la llamada de tu cuerpo a que lo obtengas.

Los impulsos, efectivamente, son algo más serio, porque a mi modo de ver, actúa en ellos ciertos sentimientos. (Ojo, cuidado con la palabra, no la llevemos al máximo ni le demos demasiada importancia). Impulsos es besar a alguien, es meterle una galleta a esa persona que te cae tan mal, es un polvo, es una descarga eléctrica dentro de tu cuerpo que te pide que hagas o no hagas algo. Y eso si que es dificil de frenar.

Yo tengo deseos e impulsos a diario. Raras veces logro satisfacerlos. Unas por imposibilidad monetaria, laboral, familiar (deseos en su mayor parte) y otras por lo que tú llamas colisión de intereses. A veces porque no sabes qué es lo que piensa y siente la persona con quien quieres descargar el impulso y otras porque eres tú la que no estás dispuesta a renunciar a lo que tienes y puedes perder.

delirante dijo...

Y luego están esas ocasiones en que te apetece hacer algo con una persona especial que NO es tu pareja. Y no lo haces porque la gente, tu propio novio o la sociedad, no lo entendería. O bien lo entendería mal.
No sabría llamarlo; no se trata de un impulso, pues no es ni inmediato ni te lo pide el cuerpo. No es un deseo material, no es egoísta.
Es una especie de apetencia, una ilusión...
Porque hay cosas que puedes disfrutarlas más con otras personas que no son tu pareja, tu mujer, tu marido o lo que sea.
Y esas cosas tambien se reprimen.
Yo al menos.

Anónimo dijo...

Hola Deli,
El impulso es sincero, sale de dentro. El deseo es artificial, lo crea tu ego, es la creencia de que determinado acto te generará placer. El deseo busca una recompensa, el impulso es limpio.
Los deseos son producto del EGO, son artificios generados por el ego que te hacen creer que si obitienes determinada cosa la felicidad sera obtenida. Falso, eso es falso.

Controlar los deseos puede ser positivo si consigues que ni tan solo se generen. Si los controlas por que los evitas... la cosa de complica y puede, incluso, ser contraproducente.
Controlar los impulsos... eso es mejor no hacerlo. Si te controlas un impulso estas cercando a tu verdadero YO, los impulsos nos indican cual es el camino que deberiamos tomar (pese a quien le pese).

La represion de los deseos es algo a conseguir, la represion de los impulsos algo a evitar.
Asi lo veo yo!

delirante dijo...

Dioss!! ME ENCANTAS!!!!

"Si te controlas un impulso estas cercando a tu verdadero YO"

Esta frase resume al cien por cien todo lo que quería decir en mi post. Que sin darnos cuenta y mientras que pensamos que estamos haciendo (lo que todos creen que es) lo correcto, lo único que conseguimos es pervertirnos a nosotros mismos. O a lo que somos en esencia.
Pero al mismo tiempo, pesa sobre la ti la responsabilidad sobre la sociedad, o mejor dicho, sobre los que a tí te importan de veras. Al fina acabas viviendo y actuando conforme a lo que ELLOS consideran 'normal'. Y tú... pufff, qué más da cómo quedes tú?!

Griada dijo...

Entro pensando que no habrá actualizaciones... y me quedo entusiasmada con la conversación.
Suena tan bien todo eso de no reprimir los impulsos... papa oso es muy muy muy muy muy optimista... lo dice todo con tanta simpleza... como si fueran las cosas más sencillas del mundo, pero, no lo son, aunque tampoco son tan difíciles como creemos. Son tantos los impulsos que a diario nos azotan.. y tantos los que nos vemos obligados a reprimir... poco a poco voy filtrando más y más impulsos... pero la sociedad me los agarra casi todos...

Anónimo dijo...

No se si recordais el anuncio de BMW en el que se decia algo asi como "¿Te gusta conducir?" y salia una mano que iva "cabalgando" sobre el aire a través de la ventanilla, haciendo vaivenes.
¿Lo recordais?

La vida es igual.
En occidente nos han enseñado que la felicidad se consigue haciendo llegar el coche a una meta dificil. El mensaje que os intento hacer llegar es que para ser autenticamente feliz "hay que disfrutar de la conduccion". Si se difruta de la conduccion te lo puedes pasar bien en cualquier territorio. Da lo mismo el camino seguido, lo importante es haberlo vivido.

Se que lo que digo es complicado de llevar a la practica, pero os aseguro de que no es asi si "despiertas" tu conciencia, tu dios interior. Cuando "el dios interior" despierta te das cuenta de que lo bonito es conducir y que al lugar que llegues despues de finalizar el trayecto es lo de menos.

Pensar en este simil. Se me ocurrio hace dos noches y creo que es muy clarificador.

Deli... tu tambien eres capaz de "sintentizar" mis pensamientos en una frase. Nos complementamos, al menos en estos aspectos.

;-)


Hada... no filtres tanto los impulsos, gasta la energia en filtrar los deseos. Esos son los culpables de todo.

Anónimo dijo...

Joder... me siento como Hada. Entré pensando: a ver si Laura ha dejado un ratito libre para actualizar el blog y ahí está: un post interesante y siete comentarios.
A ver, creo que el apego no tiene porq ser malo... es más estoy segura de que no es malo. Es ponerse en el lugar del otro, es darlo todo, es querer... en fin, me parece estupendo que exista el apego. El apego a los amigos, a los primos, a la pareja, a tus proyectos.
Deli, no me digas q t has cargado a Pepito Grillo?

Un beso y bueno te veo bailando en la Puerta del Sol

delirante dijo...

no del todo, pero hoy casi le noqueo!!!

matar a pepito grillo sólo es fácil si pepito se da cuenta de que no le quieres/necesitas más a tu lado, que te las apañas sola y sin su voz-de-la-conciencia y sobre todo... si la causa por la que le quieres matar es verderamente buena

Griada dijo...

Podíamos provocar un suicidio colectivo de Pepitos Grillo, y comenzar a liberar mentes del yugo del maldito bichito....

delirante dijo...

No mujer, un suicidio colectivo quizá es mucho... que hay todavía gente que los quiere a su lado y gente que incluso los necesita. Seamos tolerantes con ellos... de hecho, seamos, generosos... todos para ellos!
Esta navidad, regala pepitos Grillo!!!!

Anónimo dijo...

Sunes, el apego es el principal creador de infelicidad. ¿Tu que quieres en tu vida?. Yo quiero ser feliz... y el apego no me ayuda. Muerte al apego y al pepito grillo.

Deli y Hada... yo casi que creo que es mejor darle veneno a pepito grillo y que vaya agonizando poco a poco. Un asesinato es demasiado rapido y quizas no sabrias prescindir de su presencia. Es mejor irlo matando poco a poco.

romanek dijo...

Yo sí puedo reprimir los deseos pero los impulsos muchas veces me ganan, eso no los puedo controlar y cuando los saco hechan chispas!!

Pero definitivamente siempre termino reprimiendo alguno.

Buen post :)

Besos!!

***
Besos a Hada ;)

PennyLane dijo...

yo he aprendido a controlar mis deseos y a dar rienda suelta a mis impulsos y qué queréis que os diga... no siempre merecen la pena los daños colaterales.

a veces, el interés general es más importante que el propio.

BEXETS!

Anónimo dijo...

mmmm, hay que aprender a diferenciar "deseos" de impulsos. Eso lo primero.
¿Como filtrar tus impulsos". Es sencillo. Basta con someter tus impulsos a la medida de tus escalas de valores. Si tus impulsos van en contra de tus escalas... no se efectuan. Si van a favor... a saco con ellos