Llevaba tiempo deseando empezar a escribir sobre la filmografía de este gran hombre llamado a sí mismo Eric Rohmer -aunque bien su verdadero nombre se aleje mucho de su apodo cinéfilo-.
El tema es que esperaba poder empezar por alguna de sus primeras obras para llevar en mis comentarios una cierta coherencia, en este caso, cronológica.
Mi noche con Maud es uno de sus primeros trabajos, aunque no su opera prima, y conlleva la prueba de fuego dela tolerancia que uno pueda tener hacia el tipo de cine made in Rohmer.
Perteneciente a la nouvelle vague, innova en sus características, invitándonos a una nueva forma de construir una historia. Es lo que yo llamo, el cine de conversación.
Sus films están elaborados a través de la enraizada base de un diálogo entre dos o varias personas, protagonistas (en su inmensa mayoría femeninos) que sufren, quieren, desean, buscan, se confunden, se divierten... y que expresan sus sentimientos a través de extensos y largos monólogos frente a la cámara.
Rohmer gusta de rodar a personas hablando, de lo que sea, desde temas tan banales como el oleaje del mar, hasta curiosidades que jamás hubiéramos imaginado que existieran.
Y digo que Mi noche con Maud es la prueba de fuego, porque no todos tenemos esa capacidad de atención tan grande como para afrontar el cine de Rohmer. Cine denso donde los haya, requiere una paciencia a veces bastante grande y sobre todo, una cierta educación cinematográfica. Ante todo hay que ir preparado para saber que no vas a encontrarte una película de intrigas, de acción, de entretenimiento al uso, sino más bien, una charla metafísica, una conversación entre amigos que pretende captarte en el sentido más culto o erudito de la palabra.
Esta muestra conlleva la fórmula de grandes diálogos que, como digo, se repetirá en todas las subsiguientes.
En este caso, nos plantea varias versiones muy inteligentes, elaboradas e interesantes acerca de la religión y su papel en la vida cotidiana de dos personas. Diferentes puntos de vista y una argumentación muy válida en la que todo vale si es una opinión.
Grandísimo el personaje de Maud, esa persona que con tan sólo una noche, marcará la vida del puritano y devoto católico Jean-Louis.
Hay quien dice que se trata de una obra sobrevalorada. En mi opinión, se encuentra entre lo más grande de este hombre, pero sin duda no lo mejor.
Dejaré la intriga de mis títulos favoritos hasta que les llegue el turno cronológico.
4 comentarios:
Muy bien, muy bien. Veo que ha recuperado el pulso y vuelve a ver películas de verdadera calidad. Incluso me atrevería a decir que puede haber disfrutado este fin de semana de Le mepris, oye.
Andrés Bocín.
muy a mi pesar diré que no he visto nada de Rohmer... debería hacerlo, pero es q es tan difícil encontrar cine europeo y no actual....
BEXETS!!
Pues este mismo año ha sacado en cines Rohmer su última obra (es uno de los pocos de los que nos quedan vivitos de la nouvelle vague): Triple Agente.
No te la recomiendo especialmente, pero está curiosa.
Una de las películas de espías con más diálogo y menos acción hechas hasta ahora, jajaja.
Un besito
Rohmer tiene otra gran película llamada Pauline en la playa. Es tan buena o mejor que Mi noche con Maud.
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