busca entre mis delirios
martes, noviembre 30, 2004
It's all right
Decenas y decenas haciendo cola frente a la puerta principal del MadridRock.
Todos ellos con un mismo disco, vinilo, dvd en la mano.
Marlango.
Si se hubiera tratado de otro grupo, de otro cantante, de otro evento, no hubiera guardado aquella cola de hora y quince minutos, al fresquito de la noche madrileña, ni habría participado en la friquéz de una firma de discos, pero estamos hablando de Marlango, estamos hablando de mi querida y amada Leonor Watling.
No hay otro grupo o cantante en el panorama de la actualidad musical que haya sido capaz de erizarme la piel, de hacerme sentir verdaderamente sus voces puras, sin apenas mezclas, sin trampa ni cartón... Su música, sus ritmos y la voz de Leo es la única que ha sido capaz de hacerme gastar 13,50 euros en un disco con dvd.
Nunca antes había hecho esto de aborregarme a la tontuna de una panda de quinceañeros que se dejan llevar por los fanatismos, sencillamente, porque nunca he sido fan de nadie.
Y ahora tampoco.
No soy fan de Marlango, ni de Leonor Watling ni de ninguno de sus componentes.
Siempre, y ahora no es una excepción, he sido reacia a mostrar excesiva admiración por alguien a quien no conozco, quien no me conoce a mi y con la que no puedo entablar una relación normal.
Me sobran justificaciones, y lo se, pero me sirven para reafirmarme en mi negativa a animar a la gente a que haga lo que hice ayer. Cuando te gusta alguien no necesitas que nadie te vea demostrarlo.
El caso es que mi chico es casi más seguidor de Leonor que yo misma, y esta era una ocasión para satisfacernos a ambos con un detalle que, más por fetichista que por anecdótico, pasara a formar parte de nuestra Watlingfilia.
El caso es que, aun con media hora de retraso, ahí estaban los tres. Óscar, el calvito simpático que toca la trompeta, un Alejandro bastante borde y altivo -efectivamente, fue él el que puso la nota negativa al evento-, y una Leonor Watling, tan sencilla como ella sabe ser, pero iluminada por ese alma que desprende cuanda canta, cuando rie, cuando habla, que la hace única, inconfundible y sorprendetemente atractiva.
Envidiada por una servidora, se comportó como buena anfitriona, dedicándome una gran sonrisa, un saludo y un muchas gracias (que ni siquiera los demás se atrevieron a esbozar) que me demostró que aquellos que estaban tras mi en la cola se equivocaban; no se le había subido nada a la cabeza, porque de hacerlo, hubiera pasado hace mucho tiempo.
La carrera profesional de esta señorita se remonta a hace 14 años, y aunque roza la treintena, en sus ojos sigue habiendo ese 'algo' que la hace infantil, un brillo enmudecedor que alegra e intimida.
Desde luego, si hay alguien que se atreva a penetrar esos ojos sin sentir un escalofrío, que me avise.
sábado, noviembre 27, 2004
The incredibles, 2004
Todo el mundo está eufórico con esta película.
Es el estreno de la semana, de eso no hay duda... Ha llegado a eclipsar a esa enorme obra filmíca, preciosa, atrayente y asombrosamente hiriente que es 2046 de Wong Kar Wai que ya comentaré a lo largo de estos días.
A pesar de lo cargadita que viene la cartelera esta semana todos quieren ver Los Increíbles... y bueno, si se va con tantas ganas y pretendes encontrar algo más que puro entretenimiento, acaba desilusionando ligeramente.
La pelí está bien, para qué mentirnos, tiene puntos muy buenos, y los 'efectos especiales' están bastante conseguidos.
Los personajes están súper bien definidos, igual demasiado ya que echo en falta una cierta evolución en los mismos, que no sorprendieran todas y cada una de las veces con los mismos detalles y soluciones a conflictos.
Mantiene, eso sí, la tónica de crear ese personaje gracioso - que ya sería anteriormente Mike en Monstruos, y la encantadora Dory en Finding...- que se encarga de eclipsar de alguna manera al resto (en este caso, yo apostaría por Edna), pero no me acaba de resultar rompedora.
De nuevo, esperaba que Pixar diera un paso hacia alante, que superara lo que se dejó a medias en Finding Nemo, que mejorara los fallos y cubriera los huecos, pero con The Incredibles no solo no los soluciona sino que, poniéndonos dramáticos, los abre más áun.
Divertida lo es a ratos -y ojo que no es lo negativo de la película, ya que no buscaba yo personalmente el echarme casi dos horas de risas- pero le falta cierta fescura, algo de ingenio, más imaginación, no lo típico que ya hemos visto en todas las películas de superheróes que nos invaden en estos días.
Podríamos hacer un análisis comparativo y encontrarísmos sin mucha dificultad grandes semejanzas en películas más o menos actuales que se semiparodian en esta nueva.
Hablo de X-Men, James Bond, de Spiderman (1 y 2), de Spy Kids, Parque Jurásico incluso (:).
Vamos que poniéndonos críticos, resulta una mezcolanza no del todo satisfactoria producto de una buena licuadora por el que hemos metido los grandes éxitos de taquilla de los últimos años.
Para mi, lo mejor, es ese 'humor Pixar', no de risa fácil ni de carcajada continua, pero sí que se deja intuir.
Desde luego es algo que los hace tana amados.
Eso sí, por muy increíbles que sean se encuentran a años luz de mi querido Sullivan.
viernes, noviembre 26, 2004
Las cinco del viernes (IV)
1. ¿Cual es tu ingrediente fundamental o preferido que le pones a prácticamente todas las comidas?
Interesante pregunta a la que muy dificilmente sabré responder.
Me gusta mucho la cebolla, y suele ser un ingrediente que no le falla a ninguna de mis salsas o incluso como guarnición a seguntos platos.
Antes, era la guindilla. Era casi imposible no comer algo en mi casa que hubiera cocinado yo que no picara un poco, mucho o una barbaridad. No me importaba, es más me gustaba un montón, y me gusta pero lo he tenido que suspender debido al Síndrome del intestino irritable (o diarreas crónicas, jajaja).
2. ¿Qué hora del día es la que prefieres para comer?
Soy de un horario muy europeo... Prefiero comer a las 1 y media o 2 de la tarde que hacerlo a las 4 y media o 5 como mucha gente de mi familia.
Las cenas en cambio no suelo hacerlas muy pronto. A veces incluso se pueden hacer las 11 de la noche.
3. ¿Cuál es tu plato favorito?¿y el que más odias?
Mi favorito, sin duda, cualquiera que lleve pasta, bien cocida, al dente y con una buena salsa o relleno. Nada de sobres Maggi ni preparados de La Cocinera.
La que más odio es la que viene de la casquería, sobre todo los filetes de hígado.
Aún no he averiguado que es lo que le lleva a la especie humana a consumir semejante asquerosidad.
4. ¿Qué comida o alimento es, para tí, el más afrodisíaco?
Pues si es que eso existe, cualquiera que se coma con las manos.
Parece una tontería pero pone un mogollón.
Los dos sentados en la alfombra o simplemente sobre una mesa, con un plato de pitas y ver como hace malabarismos para que no chorree y aun no consiguiéndolo, se rechupa los dedos, las muñecas, los brazos....
Mmmm, toda una esperiencia ;)
5. ¿cual es tu especialidad culinaria (esto es, qué plato es el que mejor sabes preparar o el único que te sale comestible (precongelados y metidos en el microondas no sirven, señores míos)?
Estoy en proyecto de mejora y de enriquecimiento a nivel gastronómico, pero de momento entre los platos que me salen comestibles, el que más prefiere una servidora es un arroz a la napolitana, con queso fundido entre los granitos de arroz y champiñones picaditos... que, mmm, me chupo los dedos.
Ale, lo conseguísteis, me habéis abierto el apetito...
Tendré que atacar la despensa -si es que logro levantarme de la silla, claro-.
miércoles, noviembre 24, 2004
Un long dimanche de fiançailles, 2004
Pues aunque a España no llegará hasta finales de Enero de 2005, yo ayer tuve la oportunidad de verla en un preestreno de la productora.
La peli no está mal, todo sea dicho.
No seré yo quien os quite las ganas de ir a verla, nada más lejos de mi intención, que espero fervientemente vuestras sagaces críticas que suplan mis carencias.
Lo que es seguro es que Jeunet ha tirado hasta romper de la cuerda de Amelie y del exitazo y opinión pública que generó.
Se aprovecha de ello y usa, camuflado en 'auto-homenajes' demasiados 'guiños' para mi aguante.
La historia me parece demencial, pero claro, odio todas las películas de ese género - para los que no lo sepais, se trata de una película de Guerra-. Y por eso iba preparada para que no me gustara.
Digamos que el resultado es algo muy parecido a una versión muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy mejorada de la disgustante Cold Mountain con toques Amelie.
Y sí, efectivamente está todo bien vestido, con esa fotografía que eriza la piel, esa música de Mr. Badalamenti que alucina a los sentidos, las interpretaciones bastante conseguidas... Pero lo que queda en el fondo del vaso carece de mucho interés.
Y sí, para los que aún lo dudan, está cargada hasta la saturación de esa sensiblería que tanto me agobia en el cine.
El final, de lo peor.
Conclusión: Maja, para verla, porque se disfruta (aunque se hace laaaaaaaaaaaaarga como su título) y porque merece la pena ver como SI que se puede hacer buen cine con aspiraciones comerciales.
martes, noviembre 23, 2004
Melinda y Melinda, 2004
El planteamiento de la película, ya de por sí, merece muchísimo la pena. Atrae, porque es el día a día de Woody Allen. Es un gran director, y lo demuestra, tanto en comedia como en drama, a pesar de que sus grandes obras maestras se encuentren entre las primeras.
Nadie olvida Crímenes y faltas, Maridos y mujeres, Recuerdos... cuando cita las mejores películas de Allen, aunque sí una inmensa mayoría recurre a las que más les hicieron reir.
Con este nuevo proyecto trata de abarcar ambos campos al mismo tiempo, y aunque podría haberlo hecho mejor, no falla en el intento.
El resultado es una medio comedia con toques de drama, o vicebersa. Ninguna de las dos caras de la moneda tiene más importancia que la otra, ni Woody Allen quería que la tuviera.
Si algo sobresale por todos los costados del film son sus maravillosas interpretaciones, anque la Melinda esquizofrénica y derrumbada tiene más mérito que la dicharachera que nos encontramos en lo cómico.
Aún me río al recordar esa escena entre el nuevo alter ego de nuestro querídisimo Woody Allen en el sofá de su casa, con la playboy contándole sus penas.
Verdaderamente disfruto mucho con casi todas las películas de este hombre. Tiene algo que me encandila, puede conmigo. Y esta, aunque no la considere de las mejores que ha hecho en su trayectoria fílmica, es algo superior, que se aleja de la mediocridad y que consigue su propósito.
Ahora sí, con muchas ganas, a por la siguiente!!!
jueves, noviembre 18, 2004
Coffee and cigarettes, 2003
¿En qué consiste esta película? ¿Cuáles son sus bases, su propósito, su idea? ¿Cómo se podria resumir su argumento?
Pues básicamente no es más que una reunión de colegas de Jim Jarmusch (director para muchos tremenda e injustamente desconocido) que se interpretan a sí mismos en cada uno de los 11 segmento y que coinciden en torno a una mesa, convenientemente nutrida de café, té y un paquete de cigarrillos.
Y partiendo de esa idea, no queda mucho más.
No tiene un argumento lineal, pues este se rompe al finalizar los 7 minutos que dura aproximadamente cada sketch y en los cuales los temas que ocupan las conversaciones importan más bien poco.
Es más, son sumamente banales, carecen de ningún sentido filosófico y no pretenden la denuncia ni la crítica. Es sólo una conversación en penumbra mientras dos o tres personas se toman un café, no importa en qué momento del día.
Hay que entender que en un principio no se consideró como un futuro proyecto comercial que se fuera a exhibir ante un público.
Para aquellos que no lo sepan, la película global que vemos ahora en cines está compuesta de esos once segmentos que se rodaron en cinco etapas cronológicamente hablando.
La primera, en 1986, y hablamos de la primera que nos encontramos en este resultado, la surrealísima de Benigni y Steven Wright.
La segunda, en 1984, con Buscemi y los gemelos Lee.
La tercera en 1992, dos cortos inéditos hasta el momento, con Reneé French uno y el otro con dos actores franceses de raza negra.
La cuarta, en 1993, con una pausada conversación entre Iggy Pop y Tom Waits.
Y la quinta en 2003, con los otros seis que integran la película.
Fueron rodados antaño tan solo como una forma de mostrar cómo es el descanso, la pausa momentánea entre rodaje y rodaje, los minutos de descanso en la actividad del día a día.
La impresión que me ha dado es la del puro deleite.
Divertida, ligera, cínica, irónica, amarga y algo cruel.
No se desperdicia esa hora y media de tu vida en ver el resultado conjunto que al son de esa música en segundo plano se alejan de la pretenciosidad tan común en el cine hoy en día.
Por cierto, mi favorito (y que conste que me cuesta decantarme por uno), el de Alfred Molina y Steve Coogan...
lunes, noviembre 15, 2004
The Terminal, 2004
Llego un poco tarde, lo sé.
A pesar de que han pasado varios meses desde que se estrenó en España hasta que he decidido verla, al final no pude evitar caer en la tentación.
Reconozco que la razón principal de mi demora era el temor latente a que resultara tan fallida como Atrápame si puedes, que esa mala pinta que me daba con sólo ver el trailer se materializara en otro intento forzado del señor Spielberg de recuperar su época gloriosa y de calidad de La Lista de Schindler, póngamos como ejemplo.
Y dicho sea de paso que no soy para nada una gran admiradora del trabajo de este hombre, que considero su obra fílmica poco más que pasable, con algún que otro pico de grandiosidad pero que por lo general no logra transpasar la delgada línea de la mediocridad.
No obstante me arriesgué con Atrápame..., siendo el resultado más nefasto de lo que me hubiera podido imaginar y lo he vuelto a hacer con esta.
Para empezar por algún lado, he de decir que no me encuentro en esa disyuntiva que se plantea en cuanto al género de esta película.
Para mi no hay ninguna duda de que el drama es el eje principal sobre el que pivotan los gags cómicos y momentos de carcajada (o sonrisa, depende de la facilidad de humor que tengamos cada uno) que hacen más llevadero el problemón del pobre Viktor.
Y sí estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la película no acaba bien. No al menos en todos los sentidos.
No podría decirse en absoluto que nos encontramos ante una película con un claro happy-end. Hay que haber visto muy poco cine para admitir que Viktor ha logrado todo lo que quería y su vida está 100% satisfecha.
Aclarado ya que según mi parecer nos encontramos con un drama, hago otra apreciación. Sí, es una película con claras e indudables referencias Caprianas -si hasta el poli que le da la chaqueta es una copia del senador de Caballero sin espada!-.
Capra podía haber estado perfectamente al mando de esta película en los años 30' y habría resultado algo muy parecido a esto en muchos sentidos.
Pero, ojo, no lo digo como algo peyorativo ni como elemento que le quite valor a la película. No sé qué manía hay últimamente que cada vez que se nombra a Capra es para menospreciarlo o poner en duda la calidad de sus películas.
No señor, a mi me gusta Capra. Me gustan todas y cada una de las películas que he visto de él (unas más, otras menos), y por extensión, me ha gustado ese toque dado en The Terminal.
Pero a pesar de todo, sigue habiendo cosas que no me acaban de convencer. Por ejemplo, la duración de la cinta, excesiva a mi gusto. A parte de hacerse algo repetitiva, el final acaba resultado ciertamente precipitado, y más cuando en la media hora anterior hubieran sobrado casi veinte minutos.
No llega a hacerse pesada (y hay que darle las gracias a Hanks por hacer un papel bastante redondo) pero si te hace despistarte de cierta manera, pierdes el ritmo.
Otra cosa, la relación afectiva de Amelia y Viktor. De acuerdo que hay cientos de películas con historias de amor tanto o más desdibujadas que la de esta, pero esa no es razón para caer en el error antes cometido. No obstante tampoco considero que llegue a estropear el resultado final de la cinta, pero si la hace perder fuerza.
De todos modos me parece notablemente superior a la maldita Atrápame... aunque no llegue a conseguir la insignia de calidad superior de una servidora.
¿Entretenida? Sí, bastante, pero no es bueno que sea vista esperando encontrar una grandiosidad.
Simplemente, una bonita historia en la que podían haber mejorado muchas cosas.
Pero como película acabada, agradable.
viernes, noviembre 12, 2004
Las cinco del viernes (III)
1. Tus cinco palabras predilectas.
Es una cuestión ‘rara’ en el sentido de que no prefiero una palabra a otra.
Si estamos hablando en base a lo que suponen para nosotros entonces serían; amistad, honor, felicidad, dependencia, libertad.
2. Tus cinco canciones para enamorar.
Evanescence – My inmortal
Joy Division – Love will tears us apart
Muse – Can’t take my eyes off you
Fugees – Killing me softly
U2 – With or without you
Y podría hacer una lista enorme de canciones que me han enamorado porque precisamente por medio de la música, de preciosas canciones como estas y como muchas más que se quedan en el tintero fue como mi niño me conquistó, casi sin que me diera cuenta, sin ser yo consciente me dejó prendida de un hilo del que hoy ni siquiera quiero soltarme.
3. Tus cinco trabajos soñados.
Arqueóloga (un capricho de la juventud. Me encantaba la historia, muchísimo, leía todo lo que caía en mis manos, y supongo que por culpa de Spielberg, pensé que una buena idea sería meterme a aventurera)
Psicóloga (una profesión frustrada, siempre pensé que yo estaba hecha para ese mundo, pero decidí que bastante mal estoy yo ya de la cabeza como para tratar de curar a los demás)
Política (de nuevo, otra aspiración más en la vida. Ahora digo que cuando termine Periodismo me meteré a hacer aunque sea una licenciatura… no creo que me quede con las ganas)
Periodista (movida por grandes y valiosos ideales llegué a una facultad en la que me demostraron muy a la fuerza que eso era mierda pura. Desengañada renuncié a mi propósito de lavar la profesión desde dentro…)
Profesora (… y seguramente lo que acabe haciendo es dedicarme a dar clases en la facultad de alguna asignatura que disfrute de verdad. No creo que yo esté hecha para el mundo de la redacción, no soy lo suficientemente maleable como para dejarme hacer)
4. Tus cinco acciones para evadirte.
Pasear, la más importante y por extensión, la que más practico. Cuando estoy liada con exámenes me pongo las deportivas y me largo a dar un paseo, sola o acompañada, la ocasión decide.
Una charla en un café, preferiblemente acompañada, y si es de Él, mejor que mejor. Una hora, dos, las que hagan falta, hablando de lo primero que se nos venga a la cabeza. Es la mejor manera que he encontrado de sentirme a gusto.
Cine, por supuesto. En casa, la mayoría de las veces por causas económicas, o en cualquiera de los cines de versión original que hay por Madrid. El cine es mi válvula de escape y además reconozco que me enriquece culturalmente de sobremanera.
El gimnasio. Una de las mejores manera de eliminar toxinas, la rabia, los nervios, las inquietudes, el malestar… todo se queda en la toalla con que te secas el sudor, en la máquina de abductores, en la mancuernas de diez quilos. Sales nueva.
Sexo.
5. Tus cinco objetos preferidos.
La caja en la que guardo todos los pequeños recuerdos que tienen que ver con mi chico. Desde las cartas que me ha escrito, los comics y dibujos que me hace, recuerdos de viajes, de hoteles, pequeñas tonterías pero entrañables al fin y al cabo.
Mi peluche de Sullyvan, que me lo llevo de vacaciones, allá donde voy me acompaña con cariño, siempre con esa sonrisa de satisfacción. El tío se conoce Italia, Catalunya, Euskadi… Se ha convertido desde hace años en otro de la familia. ¡¡Hasta mantenemos conversaciones con él!!
Mi cámara de fotos, indispensable. No me desharé de ella hasta que no se casque del todo y Canon me diga que han dejado de fabricar repuestos para ella. Estoy super orgullosa de ella y no concibo viaje sin ella de mi hombro.
Mi colección de Dvds, (de todos muy satisfecha) que crece, crece y crece y empiezo a sentir que dentro de poco me echarán de casa…
El libro de “El cine según Hitchcock” escrito por Truffaut. Madre mía, lo que me enseñó aquel librito…
jueves, noviembre 11, 2004
¿Y ahora?
Si hace unos días planteé las razones según mi parecer que guiaron el voto norteamericano para llegar a dar la victoria a George Bush, hoy voy a dedicar solo unas líneas, unos apuntes cargados de mucha duda y que espero sean erróneos a la larga.
¿Qué va a pasar ahora que Bush vuelve a la carga?
Si bien es difícil de determinar el comportamiento de una persona desde fuera de ella misma, lo es más aún si se hace desde otro país, desde otro continente y con un océano enorme de por medio. Como bien se dice, para saber a ciencia cierta qué es lo que va a pasar ahora solo se pueden hacer dos cosas: una, esperarse a ver consecuencias y dos, preguntarle al señor Presidente.
Como la primera es algo peligrosa y puesto que la segunda es poco fiable, tomo la intuición en mi mano y me voy a atrever a lanzar algunas dubitaciones.
Todo esto viene al caso de que, unos cuantos días después de que se diera la que ha sido una de las noticias más importantes del año (precisamente junto con la matanza en Madrid del 11-m), la gente empieza a hacerse preguntas, a opinar, a emitir juicios de valor (aunque algunos con poco de ello) y la opinión general de todo lo que ha llegado a mis oídos y retinas, es de nuevo el miedo a lo que vaya a pasar ahora. Inquietud, sobre todo, a que ahora que Bush se ha visto reafirmado, más fuerte que nunca, y sin la presión de tener que responder frente a un electorado de aquí a cuatro años (porque, como bien sabéis, no podrá ser reelegido una tercera vez) pueda emprender nuevas guerras, comenzar nuevos conflictos armados en Oriente o simplemente, reforzar los que tiene ya comenzados.
Pues parece ser que no va a ser así. Es decir, está claro que no retirará las tropas de Irak, ni va a cesar en el intento de ‘implantar la democracia’ en esas tierras, pero lo que no parece tan seguro es que pueda emprender nuevas aventuras militares. No tiene recursos suficientes (y mira que resulta extraño) para meterse en más fregados, así que supongo que seguirá molestando a los mismos de siempre.
No obstante la gente sigue con miedo.
Tras el desastre del 11-s en Nueva York la gente –y me voy a dirigir solamente a los españoles, porque si no para qué queremos más- vio en las intenciones de los islamistas un claro ataque a los Estados Unidos. Un asunto suyo y sólo suyo. Un saldo de cuentas o algo por el estilo. Tanto fue así que según los datos recogidos por el eurobarómetro en noviembre de 2001, solo dos de cada diez europeos temían un posible atentado en sus propios países de residencia.
Hizo falta varios meses, incluso años, para que llegáramos a entender que aquello no fue un ataque dirigido exclusivamente a EEUU, sino un acto simbólico que reflejara la fuerza de una potencia que desconocía la mayoría de la gente de a pie.
Después del 11 de marzo en Madrid, la gente seguía equivocada. Mantenían la seguridad de que aquello sucedió por la alineación con el ejército americano, por tener tropas en Irak, por la política de amiguismo del señor Aznar, y aunque no es mentira, es sólo un dato más en la lista de razones.
En estos momentos en que nos encontramos, se nos plantea la duda, ¿seguimos siendo el blanco de Al qaeda y el terrorismo islamista?
La pregunta, a mi modo de ver la vida en estos días, es clara: SÍ y absolutamente sí.
Pero ojo, no solo España. Hablo de Europa, de Italia, de Francia, de Inglaterra, Alemania… Todos nos encontramos en el punto de mira de una potencia terrorista global de alcance transnacional e hiperpoderosa cuyo epicentro, pese a la errónea opinión general, no es un patrocinador estatal sino una entidad privada que tiene células durmientes y activas en más de 100 países y que, para más inri, odia profundamente todo lo que huela a occidental.
Pero entonces, ¿por qué a nosotros el 11 de marzo? ¿qué es lo que nos hace tan vulnerables?
Hay muchas razones, ya se sabe; nuestra posición geoestratégica, frontera clara entre occidente y el islam, que somos uno de los países con mayor flujo de inmigración, que nuestros servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad son unos patanes en toda regla que tuvieron el papo de perder valiosísimos informes (ya con el tema de la cinta queha salido hoy, ni te cuento…), también de algún modo la mala gestión del gobierno, la imprevisión de las elites políticas (ojo, de todas, también de la oposición, que podía haber estado más al tanto y dejarse de intentar ganar las elecciones a toda costa) y por último, y lo que me parece a mi más importante, es que somos un país de gentes muy ilusas, en exceso confiadas, que creen en el buen hacer de las personas, que no estamos preparados para los desastres, que no somos bien informados, que no hacemos nada por informarnos coherentemente, que no somos conscientes realmente del problema que supone para España el terrorismo en general.
Y esto no lo digo sólo por aquello que comenté de lo que deben de pensar en el extranjero de un país que lleva cincuenta años intentando acabar con UNA (1) célula terrorista que se encuentra localizada en una pequeña comunidad autónoma al norte del país. Claro, dirán los de la yihad, que si somos tan débiles como para dejarnos poner bombas cada dos meses en algún centro comercial, no habrá ningún impedimento en que ellos coloquen unas trece en una estación de tren que a plena hora punta se abarrota de gente y que no está en absoluto vigilada. Y sí, tenían razón. Fácil, rápido y letal. 191 personas muertas, 1.500 heridos.
No, cuando hablo de la confianza de la gente, la impasividad, el nulo estado de alerta, por decirlo de alguna manera, me refiero al caso de aquella persona que el día 11 de marzo de 2004 a eso de las 7 de la mañana, según pasaba cerca de la estación de RENFE de Alcalá de Henares vio a tres hombres encapuchados (aunque no hacía frío en absoluto) al lado de una furgoneta. Uno de ellos se cargó con un par de mochilas y se subió a uno de los vagones. Unos minutos más tarde, ese tren explotaría con decenas de personas dentro.
El testigo, pese a que según declaró después de los hechos, le pareció un comportamiento sospechoso ya que le recordaba a “cuando los de ETA salen por la tele a leer algún comunicado”, no avisó a la policía hasta varias horas después, cuando supo de la matanza por los medios.
Obviamente, hubiéramos ganado al menos una hora, todos, no solo los servicios de seguridad.
En fin, concluyendo, que nos espera una era de incertidumbre en la que lo clave es estar alerta, mirar con mil ojos y entender con tres cerebros, intentar comprender por qué, para qué y cómo, y a partir de ahí, esperar con ganas que el terrorismo (en este caso hablo del islamista, pero es trasladable a todo tipo de forma violenta) se de cuenta de que no gana absolutamente nada matando a inocentes que se mueren sin entender por qué lo hacen. Hay muchas más formas de conseguir lo que uno desea, y la violencia ha quedado obsoleta.
miércoles, noviembre 10, 2004
¿Sexo con seso, o nada de sexo?
El tema del sexo y la educación sexual se las trae...
Y a mi me afecta en muy primera persona pues tengo una hermana que a sus trece años empieza a conocer de qué va el tema, tienen inquietudes, muchas preguntas y más ganas de saber y con lo único que se encuentra por respuesta -pese a tener unos padres progres y hippies dignos de la serie Los Ochenta- es en que cuando una mujer quiere mucho a un hombre, se meten en la cama y hacen el amor.
Pero... ¿qué es hacer el amor?
Hacer el amor es, para un grandísimo y asustante porcentaje de la población mundial, echar un polvo. Es decir, el hombre introduce el pene en la vagina de la mujer hasta que uno de los dos, o los dos siendo muy optimistas, se excita tanto que llega al orgasmo.
Bien, esa es la meta de toda pareja que tras concocerse decide practicar el sexo.
Pero es que no, el sexo no es sólo eso. El coito, que es a lo que realmente nos referimos, es sólo una gota más en una botella de dos litros, una pieza del puzzle que puede -o no- completar el acto sexual, que no debería resultar tan sumamente importante y vital y sobre todo, que debería dejar de ser ese fin al que tarde o temprano, si has decidido acostarte con tu chico, debes llegar.
Y es que a las nuevas generaciones que nos llegan pisando nuestros talones se les está inculcando básicamente esto. De hecho, da verguenza -producto, supongo, de la cerradez de mentes-, y ya no solo a padres, madres, profesores, sino también a algún que otro perito en la materia, nombrar la palabra felación. ¡¡Y eso que es de las más comunes!!
Yo me digo a mí misma... ¿no será un poc aburrida y monótona, sobre todo monótona, la vida sexual de nuestros padres, de nuestros tíos y de hasta la mayoría de mis compañeros de clase?
Ya no hablo de la educación sexual refiriéndome a la identidad de cada uno, que eso siempre será una tremenda lacra en nuestra sociedad. Vale que hay mucha más aceptación a nivel al menos diplomático, pero no se acaba de hablar de ello con total y absoluta normalidad. Sigue habiendo ese síntoma de estremecimiento y de angustia en un padre o una madre al pensar en la posibilidad. No pretendo que se acaben todos los prejuicios existentes durante toda una vida acerca de la homsoexualidad, bisexualidad o transexualidad, sólo pretendo ser una voz más de denuncia a la que no conseguirán callar fácilmente.
Y luego está la educación sexual referida a la protección, a los cuidados necesarios para evitar contagios y enfermedades que ninguno queremos como nuestras.
Y eso está muy bien, por supuesto, de hecho ya llevan bastantes años haciéndolo.
No obstante ahora se han inventado una nueva campaña; Sexo con seso, de ahí el título de este hilo.
Un autobus que va por colegios, institutos y facultades, ofreciendo información a los más jóvenes acerca de esos cuidados básicos que todos deberíamos conocer de antelación.
Y he aquí la razón por la que hoy he decidio dedicar estas líneas al tema.
Resulta que leyendo por encima La Razón (de formación profesional, no por gusto, creánme), me he encontrado con este marciano artículo que parece venido por algún curilla de poca monta reprimido y asustado, pero que sin embargo parece ser que se trata de un neumólogo. es para partirse de la risa.
Lean, lean...
Isidoro COBO
Escribo claramente decepcionado con el planteamiento con que sus promotores han realizado la campaña «Sexo con seso», en la cual promocionan los preservativos y los métodos anticonceptivos, sin basar su uso en una adecuada formación y educación en la afectividad y en la responsabilidad. ¿Cómo se les puede ocurrir realizar una campaña para prevenir los embarazos no deseados con la compañía Schering, que comercializa en España diversos anticonceptivos y la píldora abortiva del día después? El preservativo no protege al cien por cien, porque se rompe y falla, están faltando a proporcionar información veraz diciendo que el sexo seguro se tiene con preservativo. Este derecho a correcta información está amparado en el artículo 20 de la Constitución Española. No pueden proponer el preservativo o la PDD como la panacea y la solución a todos los problemas porque lo importante es evitar hábitos de riesgo, no actuar sobre las consecuencias sólo de los mismos. Los preservativos tienen un Índice de Pearl de 12-16 por ciento, mientras que el método de la temperatura basal sólo de 0,5-3 por ciento. ¿Se dan cuenta de que nos están engañando a los jóvenes?
Asi que... lo mejor que se puede hacer para evitar embarazos es... no practicar el sexo, ¿no?.
Ah, no, perdón; No practicar el coito.
Ya, ya... con gente así que encima se atreve a escribirlo y que hay quien tiene los huevos de dar el visto bueno y publicarlo, apaga y vámonos.
viernes, noviembre 05, 2004
Salvador Dalí Doménech (1904-1989)
No, no estoy tratando de celebrar ninguna fecha en especial (aunque bien es cierto que se cumple este año el centenario de su nacimiento). Con Dalí, cualquier momento es bueno para hacerle un pequeño homenaje.
El porqué he elegido precisamente este momento para escribir unas lineas para quien ha sido y será para mi el gran Maestro español, un pintor que merece elogios por cada una de sus cientos de obras, es precisamente porque acabo de concluir la extensa y delicada lectura con la que me he deleitado durante los últimos tres o cuatro meses.
La mejor biografía nunca escrita de Salvador Dalí. Una estupendísima obra que contiene un amplio catálogo de fotografías, de cuadros desconocidos, de declaraciones de primerísima mano, de extractos de cartas privadas, de una serie de datos que enriquecen a toda luces una obra de este calibre.
Bien sabemos que adentrarnos en la vida de Salvador Dalí es mucho más complicado si cabe que hacerlo en su obra. Era un tipo complejo, pero grande, muy grande.
Tratar de comprender su vida se basa en el mismo truco que el de comprender sus cuadros. Se trata de alejarse unos diez metros para ver en aquella mancha a Gala desnuda, o bien acercarnos hasta que nuestra nariz toque el lienzo para observar como se queman poco a poco los costados de aquellas jirafas en el horizonte.
Mis ansias de saber de él en el sentido más personal y privado llegaron a mi vuelta del tour Dalí por tierras gironenses. Recorrimos cientos de kilómetros, visitamos más de una veintena de pueblos, aldeas, ciudades e indagamos por calles, plazas, museos y castillos que contenían la semilla de una vida.
Tal fue la curiosidad que despertó en mí que además de volver maravillada y extasiada por sus obras (cada cual más excéntrica y mágica), que decidí comprarme el libro: “La vida desaforada de salvador Dalí” por Ian Gibson.
Y me he tomado todo este tiempo porque el libro lo requiere. No es un libro de leer en una semana sin apenas descanso. Sus casi 1000 páginas contienen la esencia de una vida y con eso hay que cargarse de paciencia y darle el tiempo que se merece.
He aprendido mucho de él, ya no sólo porque he descubierto cientos de cosas que desconocía, porque me he descojonado con alguna de sus locuras, paranoias o travesuras, porque me he emocionado con el último capítulo de su vida, sino porque he sentido una gran lástima por quien lo que se suele sentir es admiración o rechazo.
Salvador Dalí, y es mi opinión, ha sido siempre un hombre enfermo.
Ha padecido una enfermedad crónica en el más amplio sentido de la palabra.
Clínicamente ha estado sano hasta unos años antes de su muerte. Su corazón, incluso, seguía latiendo médicamente media hora después de que su cuerpo y su alma murieran.
Ha vivido frustrado, y ha sido esa su eterna enfermedad.
Frustrado sexualmente, reprimido, cohibido, avergonzado de un amor que quiso vivir pero que ni su cuerpo ni su ambiente le permitió llevar a cabo; la especial relación con su mejor amigo, Lorca, le llevó a un estado de encogimiento en sí mismo que le hizo encerrarse en su propio caparazón. No pudo desarrollar su propia sexualidad. No hacía el amor con nadie que no fuera sí mismo. Era de la única forma que sentía no estar engañando a los deseos de su corazón.
Frustrado también por Gala, su mujer, su diva. Una simple estatua que adornaba y daba valor a un hombre que no era prácticamente nadie. Ella le embelleció, le vistió de glamour y le llevó donde quiso. Ella le sacó todo lo que pudo, se aprovechó del prendimiento (llamémoslo total dependencia) de él y llegó incluso a pedirle un castillo al que, una vez construido, prohibió la entrada a su propio marido para evitarle el bochornoso espectáculo de descubrir una tras otra las infidelidades a las que le sometía.
Ella le separó de su familia, de sus amigos, de sus compañeros del Surrealismo, de sus ideales incluso. Hizo con él lo que un chaval con un trozo de plastelina.
Y no, no nos engañemos ociosamente, Dalí NO estaba loco, Dalí NO era un loco. Era solo una persona extraordinaria, con muchos problemas de personalidad, con una gran timidez, y una espeluznante frustración. Ha sido un náufrago de sí mismo. Perdió su sentido a mitad de tormenta y no puedo retomar el rumbo.
Dalí nació rodeado de amigos, de gente que le quería con locura, que hubieran dado la vida por él, pero su madurez, el conocer a Gala y sobre todo, el curso de su vida, los fue separando para siempre.
A Lorca lo perdió antes de que fuera consciente de lo que significaba para él.
A Buñuel, lo perdió por su propio carácter.
Decenas de amigos, de los que se pueden escribir con mayúsculas pasaron por su vida desinteresadamente, buscando en Dalí nada más que un poco de conversación, una persona admirable.
Sin embargo murió solo. Tremendamente solo.
Apenas sus médicos, abogados, representantes y algún que otro coleccionista se acercó a darle el último adiós aquella mañana de enero del 89. Como su propia hermana diría, aquello solo era una amalgama de hombres grises, de trajeados que solo buscaban salir en la foto, que no sentían aprecio alguno por el que fue el gran pintor surrealista en España.
Tendría para escribir decenas de líneas hablando de lo hondo que ha calado en mí el fanático artista, y ojo, dejo de lado sus tendencias políticas e ideológicas porque pienso que son fruto, de nuevo, de su excentricidad enfermiza.
Me limito pues a mandarle un abrazo, por ser, simplemente, tan genial.
miércoles, noviembre 03, 2004
Four more years
Pues se cumplió lo que mucha gente se esperaba: Bush ha salido reelegido.
Pero... ¿por qué?
Desde la opinión desinteresada de esta que escribe, pienso que todo se ha debido al concepto de "seguridad" que no todos conocemos del modo en que ellos lo viven.
Nosotros no hemos sufrido un ataque terrorista del calibre de la matanza del 11-s (aunque bien se puede asemejar lo ocurrido en la estación de atocha de Madrid el pasado mes de marzo), no sabemos lo que supone que los cañones que durante decenas de años has estado apuntando hacia donde te placía, de pronto, como por arte de magia y sin que nadie se lo viera venir, apuntaran hacia ti, amenzando a toda tu población inmune e adormecida.
Las tornas cambiaron, la tuerca se pasó de rosca.
El atentado, más que por los muertos y la crueldad que llevó consigo, supuso un cambio en el estado de alerta de los americanos de a pie que hasta entonces se sentían 100% seguros con/en su país. Cambiaron las ideologías, los modos de plantearse las relaciones internacionales y sin más remedio, Bush, como presidente del gobierno, dio a los americanos lo que de verdad ansiaban en una amplia mayoría; venganza, castigo, una lección de moral de que EEUU seguían siendo lo que han sido durante muchos años y que para nada, una atentado de ese calibre iba a hacerles bajar del burro.
En ese aspecto Bush lo hizo muy bien, y valga la paradoja.
Estados Unidos necesitaba una dosis super extra de autoseguridad, de tranquilidad, de sosiego, de reafirmación y el presidente se la dio, aunque para muchos (americanos y no americanos) se equivocó de largo en las formas.
Sin casi quererlo nos metio a media Europa en una guerra que tenia muy mala pinta, en una acción pacificadora que olia a chamusquina. Buscaba demostrar ante su pueblo la fuerza de sus músculos, que no le achantaba ni Dios ni Alá, y de nuevo en ese sentido, lo demostró a la perfección.
Creo que no hace falta recordar las escalofriantes cifras de muertos CIVILES que se ha llevado consigo.
El mensaje era claro: Por cada americano que se mate, yo mataré diez de los vuestros.
No obstante, el resultado ha sido esperanzador. En 3 años y pico no han sufrido ningún ataque mayor, no se han vuelto a ver amenazados y se vuelven a sentir seguros, se dejan ya por fin en casa las máscaras antigas y vuelven a dejar sus puertas sin echar el cerrojo.
Y han sido ellos, (dejando de lado la siempre posible manipulación de los recuentos) los que han decidido que prefieren morir peleando que sentados en sus sofás, y eso que Kerry no era de los antibelicitas ni mucho menos. Pero lo que está claro es que necesitaban que Bush saliera reelegido por muchas razones y una de ellas es la de mostrar a los países propensos a ponerse en su contra que con Bush van a tener su castigo y que no va a ser banal ni chiquillero, que va a jugar todas sus cartas y que eso no les va a deportar nada bueno. Han logrado que se lo piensen dos veces antes de dejar una mochilita en el metro de Nueva York.
Y precisamente han sido los jóvenes, en los que recaían las mayores esperanzas del voto democrata los que han resultado más ambiguos... Un 56% voto a Kerry y un 44% a Bush... Se suponía una mucha mayor diferencia entre ambos, pero es lo de siempre, de las encuestas te debes fiar poco.
Pero claro, eso en cuanto al tema del terrorismo; no está bien cesar en plena guerra vigente al Comandante en jefe.
¿Qué pasa con el tema social? Pues que Kerry no ha sido el típico demócrata.
Tradicionalmente, el partido demócrata ha sido la voz del pueblo, el partido de los pobres, de los obreros, de la gente de a pie pero Kerry lo ha girado en torno a cierto elitismo con el que los votantes tradicionales de demócratas no se han sentido plenamente identificados. ¿Desde cuando un demócrata de pro hubiera prometido continuar con más dureza si cabe una guerra ilegal, una guerra movida por los más viles valores del ser humano?
Sólo hay que ver, como muestra de lo poco demócrata que resultó, lo que le costó a Kerry aceptar incluir en su programa todo lo referido con matrimonios homosexuales.
Ha sido un indeciso, o al menos la gente así lo ha visto. No ha sabido llevar las cosas bien claras y del todo de acuerdo con lo que supone ser un demócrata en EEUU. Y eso le ha costado caro.
No obstante esa sensación de paz y tranquilidad que deben tener unos cuantos millones de personas en los grandes Estados se convierte sin remedio en una extraña intranquilidad en mi persona.
No me gusta que haya ganado Bush. Vaya novedad.
Aún me quedaba esa esperanza de quitarnos de en medio al señor Bush, pero parece ser que tendremos que dejar pasar four more years y ver como la sigue cagando, como nos mete en más y más lios (doy gracias al voto útil que nos quito de en medio al PP y a Ansar) y ya me iré cabreando progresivamente.
De momento es pura desilusión, los gritos me los dejo para otro día que esté más enérgica.
martes, noviembre 02, 2004
Las cinco del viernes (II)
1) ¿Quién fue tu primer mejor amigo/a? ¿Cómo lo/la conociste? ¿Aún os habláis?
Mi mejor amigo fue Álvaro. Lo conocí en el colegio, a eso de los cinco añitos. La pena es que nos duró menos de lo que debería haber durado. Aquello tenía pinta de ser una amistad para toda la vida. Éramos uña y carne y compartimos momentos súper divertidos. Mi primer gran amigo, posiblemente el más auténtico que he tenido nunca.
Le perdí la pista cuando mis padres me cambiaron de colegio a los 12 años.
Al cambiarnos de población, la lejanía pudo con nuestra amistad, se la llevó por delante.
La última vez que le ví fue hace ya unos 6 años; mis padres y yo fuimos a verle a él y a su familia a su casa y compartimos un reencuentro que nunca olvidaré. Desde entonces, nada de nada.
2) ¿Tienes un(a) buen(a) amigo/a que no lo hayas conocido en el colegio, trabajo o que viva cerca de tu casa?
No, no creo en las amistades profundas si no existe un contacto muy directo.
Todo lo relacionado con internet te acaba trayendo problemas de incomunicación y malentendidos. Lo mejor es tener a alguien muy cerquita de ti que te pueda echar un cable en vivo y en directo cuando más lo necesites sin que tengas que vivir permanentemente pendiente de la distancia, de un cable, de un móvil.
Los amigos, cuanto más cerca de tu vida diaria, más amigos son.
Y habla la voz de la experiencia…
3) ¿Alguna vez te enamoraste de tu mejor amiga/o? ¿hubo rollo? ¿Funcionó?
No, de mi mejor amigo nunca, porque creo que no he tenido más que dos mejores amigos. Lo demás han sido colegas, compañeros, conocidos simplemente. Y con ellos sí, con los colegas hubo historias, algunas con amor, otras quien sabe…
Lo de si funcionaron o no, pues no, claramente no. Tarde o temprano acabé rompiendo con aquellas personas hasta el extremo de haber perdido totalmente el contacto. Aquel tópico de que después de una relación afectivo-amorosa puede haber amistad no ha ido conmigo en estos veinte años.
En la actualidad llevo casi tres años y medio saliendo con una persona que, aunque ahora sea la más maravillosa que pueda conocer en toda mi puta existencia, cuando le conoci resultó ser el tío menos propicio a ser mi amigo.
De todos modos no creo en la amistad pura y casta, creo que en todas las amistades muy profundas acaba naciendo una intención por alguna de las partes (o por ambas) encaminadas al amor, o al sexo…
4) ¿Tienes algún(os) enemigo(s) declarados? ¿Por qué razón?
Pues sí. Y a lo mejor varios. Aunque no soy yo quien para decir si son mis enemigos, serían ellos los que deberían usar esta palabra.
Igual simplemente se trata de indiferencia...
De todos modos hay mucha gente que me tiene mucha, bastante o algo de tirria.
Las razones son tantas como casos se dan. No podría extenderme en cada una de ellas.
El caso es que soy una persona de extremos; o caigo muuy bien a la gente, o les caigo como el culo. No parece haber termino medio… a ver si lo encuentro alguno de estos dias.
5) ¿Te ha traicionado un amigo/a? ¿Qué te hizo? ¿Lo/la perdonaste?
Si. Varias veces. Muchas. Casi todas. O todas, realmente.
Todos los amigos que he tenido en esta vida, amigos y amigas, me han traicionado. Así acabó nuestra ‘amistad’. Por eso soy reacia a decir que he tenido amigos, porque en el fondo me terminaron demostrando que no eran tales.
Algunos de un modo más cruel, otros más inocentemente, me hicieron algo de daño, y me abrieron los ojos. No debería confiar tanto en la gente, no debía volcarme tanto en la felicidad ajena y tendría que preocuparme un poco más por la gente que me demuestra día a día que sí que esta ahí en lo bueno y en lo malo.
Y sí, lo perdono casi todo. Y mira que me han hecho cosas fuertes, pero lo perdono todo. No creo que sea bueno mantener asuntos pendientes y rencores ocultos…
Perdono, pero no olvido.
Esas personas pueden descansar tranquilas, pero saben que nunca más volveré a confiar en ellos.
lunes, noviembre 01, 2004
Ying xiong, 2002
Más conocida internacionalmente como Hero, una de las grandes películas del maestro Zhang Yimou.
La hasta hace muy poco única película que había podido disfrutar de él había sido House of flying daggers y la ocasión fue el Festival de Cine de San Sebastián.
No puedo más que decir que no perdais la oportunidad de ver esta valiosísima joya de la que me ahorro palabras y alagos que ya repartí en su momento en el comentario de vuelta de mi viaje.
Si aquella película me había impresionado, no podía ni imaginar cómo lo haría esta.
Después de muchas recomendaciones de gente a quien considero con un gran criterio, me animé a verla, pese a mis prejuicios hacia este tipo de cine de saltitos y peleas a espada.
La impresión no pudo ser más grata.
Si en House of... se hace un espectacular uso del sonido, en Hero hacen de cada fotograma una postal.
Los paisajes, el tratamiento del color, de las luces, de los brillos... la labor de fotografía se merece no un premio, sino un monumento para la posteridad de los tiempos.
Pero la historia no se queda atrás.
Siempre lo he pensado; cuando hay una historia consistente, válida y creíble detrás de los efectos, estos están siempre justificados.
Esta es la película que mejor ilustra este ejemplo.
La cinta esta dividida en distintas partes, hasta un total de 5, si no me equivoco. 5 formas de contar una misma historia, 5 puntos de vista, 5 malformaciones de una realidad dudosa.
Para rodarlo eligió una curiosa táctica; cada una de las subhistorias la rodaría con un color diferente. Así resultan una normal, azul, roja, verde y blanca.
Ya digo, a todos aquellos que les pare mucho el tema de las peleas y los bailes acrobáticos a la hora de ver una película de este estilo, les diría que le dieran una primera oportunidad con una de estas dos películas de Zhang Yimou, que de esta forma se desprenderán de esas falsas creencias y se maravillarán a si mismos con unas historias preciosas, algo triste, y que están respaldadas por momentos de escalofrío.
Es dificil no emocionarse con algunas secuencias cuya descripción me ahorro de modo que no os estropee la película.
No diré más, id a ver House of... o comprad el dvd (que esta baratito) de Hero.