busca entre mis delirios

jueves, noviembre 11, 2004

¿Y ahora?



Si hace unos días planteé las razones según mi parecer que guiaron el voto norteamericano para llegar a dar la victoria a George Bush, hoy voy a dedicar solo unas líneas, unos apuntes cargados de mucha duda y que espero sean erróneos a la larga.
¿Qué va a pasar ahora que Bush vuelve a la carga?

Si bien es difícil de determinar el comportamiento de una persona desde fuera de ella misma, lo es más aún si se hace desde otro país, desde otro continente y con un océano enorme de por medio. Como bien se dice, para saber a ciencia cierta qué es lo que va a pasar ahora solo se pueden hacer dos cosas: una, esperarse a ver consecuencias y dos, preguntarle al señor Presidente.
Como la primera es algo peligrosa y puesto que la segunda es poco fiable, tomo la intuición en mi mano y me voy a atrever a lanzar algunas dubitaciones.

Todo esto viene al caso de que, unos cuantos días después de que se diera la que ha sido una de las noticias más importantes del año (precisamente junto con la matanza en Madrid del 11-m), la gente empieza a hacerse preguntas, a opinar, a emitir juicios de valor (aunque algunos con poco de ello) y la opinión general de todo lo que ha llegado a mis oídos y retinas, es de nuevo el miedo a lo que vaya a pasar ahora. Inquietud, sobre todo, a que ahora que Bush se ha visto reafirmado, más fuerte que nunca, y sin la presión de tener que responder frente a un electorado de aquí a cuatro años (porque, como bien sabéis, no podrá ser reelegido una tercera vez) pueda emprender nuevas guerras, comenzar nuevos conflictos armados en Oriente o simplemente, reforzar los que tiene ya comenzados.
Pues parece ser que no va a ser así. Es decir, está claro que no retirará las tropas de Irak, ni va a cesar en el intento de ‘implantar la democracia’ en esas tierras, pero lo que no parece tan seguro es que pueda emprender nuevas aventuras militares. No tiene recursos suficientes (y mira que resulta extraño) para meterse en más fregados, así que supongo que seguirá molestando a los mismos de siempre.

No obstante la gente sigue con miedo.
Tras el desastre del 11-s en Nueva York la gente –y me voy a dirigir solamente a los españoles, porque si no para qué queremos más- vio en las intenciones de los islamistas un claro ataque a los Estados Unidos. Un asunto suyo y sólo suyo. Un saldo de cuentas o algo por el estilo. Tanto fue así que según los datos recogidos por el eurobarómetro en noviembre de 2001, solo dos de cada diez europeos temían un posible atentado en sus propios países de residencia.
Hizo falta varios meses, incluso años, para que llegáramos a entender que aquello no fue un ataque dirigido exclusivamente a EEUU, sino un acto simbólico que reflejara la fuerza de una potencia que desconocía la mayoría de la gente de a pie.

Después del 11 de marzo en Madrid, la gente seguía equivocada. Mantenían la seguridad de que aquello sucedió por la alineación con el ejército americano, por tener tropas en Irak, por la política de amiguismo del señor Aznar, y aunque no es mentira, es sólo un dato más en la lista de razones.

En estos momentos en que nos encontramos, se nos plantea la duda, ¿seguimos siendo el blanco de Al qaeda y el terrorismo islamista?
La pregunta, a mi modo de ver la vida en estos días, es clara: SÍ y absolutamente sí.
Pero ojo, no solo España. Hablo de Europa, de Italia, de Francia, de Inglaterra, Alemania… Todos nos encontramos en el punto de mira de una potencia terrorista global de alcance transnacional e hiperpoderosa cuyo epicentro, pese a la errónea opinión general, no es un patrocinador estatal sino una entidad privada que tiene células durmientes y activas en más de 100 países y que, para más inri, odia profundamente todo lo que huela a occidental.
Pero entonces, ¿por qué a nosotros el 11 de marzo? ¿qué es lo que nos hace tan vulnerables?
Hay muchas razones, ya se sabe; nuestra posición geoestratégica, frontera clara entre occidente y el islam, que somos uno de los países con mayor flujo de inmigración, que nuestros servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad son unos patanes en toda regla que tuvieron el papo de perder valiosísimos informes (ya con el tema de la cinta queha salido hoy, ni te cuento…), también de algún modo la mala gestión del gobierno, la imprevisión de las elites políticas (ojo, de todas, también de la oposición, que podía haber estado más al tanto y dejarse de intentar ganar las elecciones a toda costa) y por último, y lo que me parece a mi más importante, es que somos un país de gentes muy ilusas, en exceso confiadas, que creen en el buen hacer de las personas, que no estamos preparados para los desastres, que no somos bien informados, que no hacemos nada por informarnos coherentemente, que no somos conscientes realmente del problema que supone para España el terrorismo en general.

Y esto no lo digo sólo por aquello que comenté de lo que deben de pensar en el extranjero de un país que lleva cincuenta años intentando acabar con UNA (1) célula terrorista que se encuentra localizada en una pequeña comunidad autónoma al norte del país. Claro, dirán los de la yihad, que si somos tan débiles como para dejarnos poner bombas cada dos meses en algún centro comercial, no habrá ningún impedimento en que ellos coloquen unas trece en una estación de tren que a plena hora punta se abarrota de gente y que no está en absoluto vigilada. Y sí, tenían razón. Fácil, rápido y letal. 191 personas muertas, 1.500 heridos.
No, cuando hablo de la confianza de la gente, la impasividad, el nulo estado de alerta, por decirlo de alguna manera, me refiero al caso de aquella persona que el día 11 de marzo de 2004 a eso de las 7 de la mañana, según pasaba cerca de la estación de RENFE de Alcalá de Henares vio a tres hombres encapuchados (aunque no hacía frío en absoluto) al lado de una furgoneta. Uno de ellos se cargó con un par de mochilas y se subió a uno de los vagones. Unos minutos más tarde, ese tren explotaría con decenas de personas dentro.
El testigo, pese a que según declaró después de los hechos, le pareció un comportamiento sospechoso ya que le recordaba a “cuando los de ETA salen por la tele a leer algún comunicado”, no avisó a la policía hasta varias horas después, cuando supo de la matanza por los medios.
Obviamente, hubiéramos ganado al menos una hora, todos, no solo los servicios de seguridad.

En fin, concluyendo, que nos espera una era de incertidumbre en la que lo clave es estar alerta, mirar con mil ojos y entender con tres cerebros, intentar comprender por qué, para qué y cómo, y a partir de ahí, esperar con ganas que el terrorismo (en este caso hablo del islamista, pero es trasladable a todo tipo de forma violenta) se de cuenta de que no gana absolutamente nada matando a inocentes que se mueren sin entender por qué lo hacen. Hay muchas más formas de conseguir lo que uno desea, y la violencia ha quedado obsoleta.

2 comentarios:

PennyLane dijo...

la verdad es q la violencia está en auge, quedó obsoleta hace unas décadas pero ahora, q nos hemos acomodado y que damos por hecho todos los derechos q se consiguieron luchando por la igualdad y la libertad, ahora, estamos volviedo atrás.
ahora, hay gente q defiende la guerra, defienden la idea de q dos o más presidentes se declaren la guerra entre sí, por desacuerdos políticos, sociales, económicos o jurídicos, y envíen miles, millones de hombres a matarse entre sí, a ver si así se decide quién tiene razón... ABSURDO!! y es más, volvemos a la lucha entre "rojos" y "azules".. entre "progres" y "liberales", entre "hippies" y "normales"... y quién domina la sociedad siempre son los cabrones.

en cuanto al terrorismo islamista, creo que no nos hace ningún bien la política europea que cada vez ataca con más fuerza al islamismo... mira la Constitución europea... q defiende la fuerza armada.... o en Holanda, que han endurecido la legislación antiterrorista con medidas de control en las mezquitas... eso es discriminación racial y religiosa. Con la ONU(es decir, con toda la comunidad internacional) apoyando la situación en Afganisthán, sin hacer nada frente a Bush y a su política asesina.
No es de extrañar q los terroristas encuentren motivos allá dónde miren.

en fin, esto es lo q nos ha tocado vivir, y lo único q podemos hacer nosotras es quejarnos, criticar... con eso ya hacemos mucho.

BEXETS!!

delirante dijo...

No te equivocas en nada Penny...
la verdad es que es dificil esperar que una época de paz y satisfacción para todos los pueblos del mundo llegue más o menos pronto.
Hemos llegado a un punto en el que sólo reina la resignación y la seguridad de que siempre podría ir todo mejor.
No obstante, pese a que no soy capaz de plantear una solución que nos agrade a todos, voy a seguir opinando, criticando y mostrando mi más sincera repulsa a todo lo que se hace mal.

Un beso muy fuerte, en este frío otoño