Los tres son temas que desgraciadamente sonde ardiente actualidad.
Nos hemos acostumbrado a que sean nombrados con la más absoluta frialdad.
Pero yo ya me he cansado de ellas.
Estoy muy harta de que cada vez que se habla de algunos de estos términos y de las desgraciadas y nefastas consecuencias que producen, me vea en la obligación de justificar mi total repulsa a toda forma de terrorismo, de adjuntar a mis frases calificativos sobrentendidos como ‘infame’, ‘terrible’, ‘inhumano’, ‘asqueroso’, ‘cruel’, de reafirmarme en mi asco por las muertes producidas, de ratificar que pienso que es siniestro.
No señor, estamos en el siglo XXI, de algo tiene que servir.
No creo que haya mucha gente alejada del mundo de los fanatismos que, hoy por hoy, defienda, abogue, justifique el terrorismo, y desde luego, una de ella no soy yo.
Hay que conocerme muy poco para pensar una cosa así.
Todo viene por esta forma de ser mía, diferente a la de la mayoría de la gente.
Yo, a diferencia de todos los que me atacan, tengo una mirada bifocal. Me es imposible mirar en una sola dirección y sentenciar mi juicio de un modo lineal.
Desgraciadamente, pienso que estas cosas son mucho más complejas e importantes como para no atender a más aspectos de la misma.
Un ejemplo: el inhumano desastre de Beslán (Rusia), hace unos días.
Ha sido algo horroroso, es cierto, matanzas y secuestros como este no deberían producirse en un momento en el que el mundo se supone que avanzó hasta el desarrollismo.
Pero claro, hay quien dice, en respuesta a estos sucesos, que deberíamos hacer pagar a los responsables de tales atrocidades.
Y es aquí dónde sólo a mi se me ocurre preguntar: ¿Qué responsables? ¿Los secuestradores de niños rusos, o los rusos como responsables del genocidio del pueblo checheno?
Nos hemos acostumbrado a que sean nombrados con la más absoluta frialdad.
Pero yo ya me he cansado de ellas.
Estoy muy harta de que cada vez que se habla de algunos de estos términos y de las desgraciadas y nefastas consecuencias que producen, me vea en la obligación de justificar mi total repulsa a toda forma de terrorismo, de adjuntar a mis frases calificativos sobrentendidos como ‘infame’, ‘terrible’, ‘inhumano’, ‘asqueroso’, ‘cruel’, de reafirmarme en mi asco por las muertes producidas, de ratificar que pienso que es siniestro.
No señor, estamos en el siglo XXI, de algo tiene que servir.
No creo que haya mucha gente alejada del mundo de los fanatismos que, hoy por hoy, defienda, abogue, justifique el terrorismo, y desde luego, una de ella no soy yo.
Hay que conocerme muy poco para pensar una cosa así.
Todo viene por esta forma de ser mía, diferente a la de la mayoría de la gente.
Yo, a diferencia de todos los que me atacan, tengo una mirada bifocal. Me es imposible mirar en una sola dirección y sentenciar mi juicio de un modo lineal.
Desgraciadamente, pienso que estas cosas son mucho más complejas e importantes como para no atender a más aspectos de la misma.
Un ejemplo: el inhumano desastre de Beslán (Rusia), hace unos días.
Ha sido algo horroroso, es cierto, matanzas y secuestros como este no deberían producirse en un momento en el que el mundo se supone que avanzó hasta el desarrollismo.
Pero claro, hay quien dice, en respuesta a estos sucesos, que deberíamos hacer pagar a los responsables de tales atrocidades.
Y es aquí dónde sólo a mi se me ocurre preguntar: ¿Qué responsables? ¿Los secuestradores de niños rusos, o los rusos como responsables del genocidio del pueblo checheno?
Y es en este punto en el que comienza el baile de despropósitos: apología del terrorismo, justificación del mismo, falta de ética, relativización…
Es la pescadilla que se muerde la cola.
Para poder entender y tratar de poner remedio y solución a problemas como este, no basta con tomar las represalias por una mano y la venganza por la otra.
Causa-efecto; esa es la clave.
Tenemos que mirar al pasado y al presente al mismo tiempo. Los hechos que producimos en el pasado, tienen consecuencias en el presente.
Y es que, como dijo mi amigo Peter en cierto foro de internet:
Aquí lo que viene pasando desde hace ya unos años es que a Occidente se nos acabó la bicoca de hacer lo que se nos pusiera en la punta de la polla aquí y allá, manejando mapas y masacrando pueblos a voluntad y según nuestros intereses.
El mundo se ha quedado encallado. No avanzamos. Nos quedamos en la época de las cruzadas, del imperialismo (hacia dentro y hacia fuera).
El choque de civilizaciones está por llegar, y tal y como tenemos amuebladas nuestras mentes, la cosa se presenta fea.
Hemos estado apuntando el cañón hacia donde nos ha dado la gana durante décadas y décadas que siguen de actualidad y que han marcado la historia a través de su rastro de sangre.
El choque de civilizaciones está por llegar, y tal y como tenemos amuebladas nuestras mentes, la cosa se presenta fea.
Hemos estado apuntando el cañón hacia donde nos ha dado la gana durante décadas y décadas que siguen de actualidad y que han marcado la historia a través de su rastro de sangre.
Cuando los cañones apuntan en dirección contraria, esto es, hacia nosotros es cuando ponemos la voz en grito.
No podemos olvidar, por último, que no todo es blanco o negro.
El mundo no se divide en buenos y malos.
El mundo no se divide en buenos y malos.
Es el miedo lo que nos diferencia.
5 comentarios:
la verdad es que el debate "objetivo" analizando todas las partes implicadas es políticamente incorrecto. lo ha sido gracias al PP, gracias a Bush y gracias al 11S.
Medem intentó, sin posicionarse ni a favor ni rotundamente en contra, en su documental "La pelota vasca: la piel contra la piedra" (magnífica, sobretodo su versión para televisión en 3 volúmenes de 2 horas cada uno aprox.), abrir un debate acerca de todo lo que implicaba el terrorismo, y no sólo de la víctima o los familiares de ella... y se le echaron encima, intentaron censurarle el documental, le negaron las subvenciones, rtve no participó (como hace con todas las películas españolas) y se negó a difundirla en sus cadenas de television, el gobierno de Jose María Aznar intentó en vano evitar que se presentase a varios festivales de cine.... una auténtica pesadilla para uno de los pocos que han tenido una visión honesta y clara de lo que implica vivir en un estado amenazado por el fantasma de la violencia.
por qué no es inhumano maltratar a los terroristas? acaso no es inhumano hacer que la família de un terrorista tenga que desplazarse desde Euskadi a Canarias cuando quiera visitar a su hijo/sobrino/nieto?
Creo que en este debate hay dos puntos muy claros de conflicto, primero la libre autodeterminación de los pueblos en conflicto con el imperialismo de algunos estados (dejemos de hablar de países por favor!!), y la religión como origen de conflictos entre diferentes creencias.
Hasta que los que manejan los hilos no comprendan que lo que hay que erradicar no son los terroristas sino las situaciones o los factores que crean el conflicto, seguirán adiestrando a personas para matar, para luchar, para aterrorizar.
Mientras tanto, es inútil hablar de un mundo más seguro como lo hizo Bush en la convención republicana hace menos de una semana, o intentar justificar tanto los actos de unos como los actos de los que los juzgan y condenan.
BEXETS!!
Buff... el tema planteado en la Pelota Vasca es otra historia...
Anda que no me dio ardores de estómago en su día. En serio, es que me dio verdadera asco el modus operandi del centro (sobre todo).
Un día abro un tema sobre aquello... que aún me guardo muchas cosas dentro.
cuando quieras, además te comentaré la charla que mantuvimos con Medem durante IMPUT 2004 en el Fòrum después del pase de su documental.
BEXETS!
Yeah!!!!
Las hay con suerte...
Aquellos días en que la dichosa Asciacion de Víctimas del Terrorismo se cebó incoherentemente con Julio los pasé con el alma en vilo.
¡Qué rabia me da tener tanto que decir!
Por cierto, aunque un poco denso, las 6 horas de documental de LPV es 100% cívicamente necesario. ¿Para cuando un pase en prime time por la Televisión Pública de este efectivo, amable y feliz Zapatero?
yo creo q el pase será o bien para cuando las ranas crien pelo o cuando las vacas vuelen... habría que preguntarle a super ZP cuándo le va mejor, si entre el Grand Prix (gran programa allá dónde los haya) y Ana y los 7 (uff esa serie de culto, con esos guiones tan inteligentes y esos diálogos tan currados), o entre Cuéntame (sí sí, esa serie que hace apología real del franquismo) y Eurojunior (criemos así de bien y con esos valores morales tan correctos a nuestros hijos).
BEXETS!!
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