busca entre mis delirios

domingo, septiembre 05, 2004

Dancer in the Dark (2000)



Por si alguien no lo sabe, se trata de una de esas películas de Lars Von Trier, que algunos engloban en una trilogía (Rompiendo las olas, Bailar en la oscuridad y Dogville), en la que la mujer, cómo principal protagonista, acapara las maldades de sus seres más cercanos y sufre hasta la exasperación.

En esta cinta, se trata de Selma (Björk), una checoslovaca que vive en una caravana alquilada por un policía en un pequeño pueblo de los Estados Unidos.
Fantástica amiga, vecina y compañera de trabajo, guarda a bien recaudo un gran secreto; la ceguera que padece, que a grandes pasos se incrementa, resulta ser congénita, y su hijo (que ronda la adolescencia) acabará ciego completamente de no someterse a una cara operación médica.
Para ello, Selma está ahorrando desde hace bastante tiempo.
Ya casi tiene lo suficiente como para pagar por adelantado la intervención de su hijo.
Nadie está al tanto de su idea.
Mientras, sigue haciendo turnos extras en la fábrica de chapa en la que trabaja, continúa jugándose las manos con cada movimiento (puesto que la vista se la nubla más y más según pasas los días), y por si no fuera poco, busca otras formas de ganar dinero empaquetando orquillas.
Una tarde, su vecino y amigo, Bill el policía, le hace una confesión a la atenta y amable Selma. Se ha arruinado. Su mujer se ha gastado todo el dinero que les quedaba y él no puede pararla. La quiere demasiado como para decepcionarla diciéndola que les van a embargar.
Para consolarle, Selma le confiesa su pequeño doble secreto; está completamente ciega y guarda varios miles de dólares en cierto lugar de la casa.
El resto de gente que rodeaba a Selma pensaba que no tenía dinero porque como ella les había dicho en una ocasión, gran parte de su salario se lo mandaba a su padre enfermo, un inventado y ficticio Oldrich Novy.
En un ataque de desesperación, y en el peor de los momentos –Selma acababa de ser despedida de la fábrica-, Bill le roba el dinero a Selma para subsanar su crisis matrimonial.
Desesperada y sin otra salida, se ve obligada a matar a Bill a sangre fría para poder recuperar el dinero y hacer el pago acordado para la operación quirúrgica de su hijo.
Lógicamente la policía se hace fácilmente con ella, el juicio no resulta muy favorable hacia la checoslovaca y finalmente es condenada a muerte.
La espera de esa corta y rápida muerte se hace más larga de lo debido, una angustiosa mirada a la impotencia y la sumisión de una persona que había intentando hacer siempre el bien a aquellos que se había encontrado a su paso y que tan sólo una razón le había llevado a arrebatar la vida de aquel hombre; el amor por su propio hijo, la esperanza de que pueda no ser tan desgraciado como lo fue ella.
Pero a unas horas del ahorcamiento, una luz se enciende en su camino. Puede salvarse la vida gracias a un famosísimo y experto abogado que la promete con total garantía la libertad a cambio de unos honorarios… honorarios que ascienden al mismo módico precio de la operación de su hijo.
¿Qué preferirá Selma, su propia libertad compartida con una larga vida junto a lo que más ama en ese mundo, su hijo, o privarle de la lacra de la ceguera a ese ser tan especial a cambio de acabar con su insignificante vida?


Se trata como película de un musical con todas sus letras, que además lo revoluciona desde dentro. La idea de mezclar música y lágrimas funciona realmente bien.
Las canciones son parte de la historia, forman una expresión de los sentimientos de Selma y hacen de introducción o epílogo a todos y cada uno de los capítulos en los que se puede separar la película.
Hay también algo de crítica al modo de hacer cine en Hollywood, ya que de modo irónico, todas las escenas musicales están rodadas con diferente estilo, lenguaje, negativo, filtro, cámara, de modo que todo se acerca a un cine más norteamericano, mientras que el drama no musical es claramente independiente.
Unos mejores que otros, es precioso y a la vez tristísimo el de “I’ve seen it all”, en serio, pone la piel de gallina.
Si alguien no tiene la banda sonora de esta película (cuyas canciones, todas, fueron compuestas por Björk), que se haga con ella con apremio: Selmasongs.
Los desacuerdos entre el director (al que muy dudosamente se le acusó de misógino) y la protagonista hicieron del rodaje un auténtico campo de batalla.
Ya no era la película de Lars Von Trier sino que pasó a ser también la película de Björk.
Esta quería interpretar al personaje a su manera, y se oponía a toda crítica que fuera en contra a lo que ella tenía previamente decidido.
Llegó hasta tal punto el radicalismo de la cantante que su personaje, Selma, la vampirizó.
Dicen que incluso al finalizar el rodaje, Björk seguía siendo Selma, seguía comportándose como ella e incluso fingía la dichosa ceguera.
Lars no lo debió de pasar nada bien, de hecho engordó varios kilos, según las malas lenguas, debido a la excesiva ingesta de fármacos tranquilizantes.
Y gracias a la guerra entre director y actriz salió la película que salió. Es a Selma a la que se le debe la película en sí.
No obstante fue bastante aplaudida en Cannes donde se llevó el premio a la mejor actriz (Björk) y la palma de oro. Y de pasó fue ganadora del globo de oro 2001 y la mejor película europea en los Goya 2001.

Si me tuviera que quedar con algo de esta película, que para mí es lo mejor de Von Trier de lo visto hasta ahora, es con el final, sin ningún tipo de dudas.
Sólo decir que me redescubrió que no soy tan dura como aparento, o me fuerzo a aparentar, que si hay que llorar, se llora.
Me tocó mucho la fibra, y es que Lars Von Trier sabe perfectamente como dotar a las imágenes de ese dramatismo que se balancea entre lo que se columpia la misma protagonista: el melodrama y la fantasía.
Con “Next to last song” se introduce en la muerte, porque ni siquiera puede acabarla…


Dicen que es la última canción. Es que no nos conocen. Sólo es la última canción si nosotros lo permitimos.

PD. En realidad no iba a escribir sobre esta película. La ví hace ya un año, pero es que la que he visto hoy no me deja encontrar palabras con la que definirla; Carretera Perdida, de Lynch.

PD2. Otro de los considerados Grandes Musicales, es el de Cabaret, que aún tengo pendiente de ver en DVD. Próximamente, la review.

1 comentario:

PennyLane dijo...

totalmente de acuerdo en todo lo que dices.
no sabía lo de la batalla campal entre Björk y Von Trier... pero si gracias a eso salió este peliculón seguro que mereció la pena para ambos ;)
algunas escenas me partieron el alma y el final me dejó la piel de gallina.
Buenísima, sí señor!!

PD: no he visto carretera perdida, espero tu crítica ansiosamente!! :P

BEXETS!