Ya lo venía yo diciendo hace unos días.
Que noooooo, que no todo el cine que se hace en España es tan mierda como nos creemos. Y que también alejándonos de las rarezas de Guerin o Erice y de su valor cultual, también hay buenas películas entre el comercionalismos de las salas de cine.
Un buen ejemplo de este cine de entretenimiento es El Calentito, película que recién se estrena esta semana y que dudo mucho que vayáis a ver. No os culpo, porque la verdad es que desde fuera la pinta que te llega es bastante deficiente.
No jorobes, otra película de los dichosos ochenta y encima ¡con la serranita!
Sí, eso mismo pensé yo... y me equivoqué.
Estoy convencida de que la película va mucho más allá de los convencionalismos del cine español y de toda la retahíla de estereotipos y paradigmas que nos invaden. El Calentito no es una película al uso español; no hay guerra civil, ni niño pobrecito, ni pollas y putas y tampoco se usa a la actriz principal como vehículo de la atención masculina (y femenina) que compra la entrada. Verónica Sánchez (Eva en Los Serrano, Sara en esta película) no sólo cumple con creces con su papel demostrando que en realidad sí que es una actriz notable, sino que además hace suyo los ritmos berreantes de Las Siux, grupo en el que se ve inmersa de la noche a la mañana, y nunca mejor dicho. Ella, junto a dos chicas muy a tener en cuenta para futuras películas, componen el grupo guarri-punk madrileño que llenaba El Calentito cada noche.
Una mirada a la movida madrileña que algunos añoran con dulzura mientras otros prefieren observarla desde la precaución de la distancia.
El Calentito no cae en errores ridículos de pasteleo y convencionalismo. Es un retrato fiel, fresco y maduro (muy superior a lo que nos trataron de vender con Los 80 en telecinco) de lo que supuso el 1981 y su 23-F. Un cuadro al modelo familiar que imperaba por entonces y que además, en algunos casos no muy lejanos en el tiempo, siguen vigentes.
Una muestra de cómo hacer cine para vender -aunque ya digo que no tengo todas conmigo de que vayan a cumplir su propósito- y al mismo tiempo no destrozar el concepto de cine.
Y además de todo, la banda sonora es de escándalo, Verónica Sánchez está mejor que nunca (y en todos los sentidos) y como poco, refresca durante hora y media.
3 comentarios:
Pues te juro que pasaba de ir a verla. Me i0. Imaginé que era una película tan lamentable como la serie que perpetró Telecinco sobre los 8. Quizás me pase como con Belén Rueda que el hecho de estar en los Serrano aumenta mis prejuicios. Habrá que verla, entonces. Gracias!
yo staba entre ir o no ir... la verdad es q la sánchez me tira para atrás, y después de la experiencia de los 80 como dice sunes, no creo q aguantara otro pastelón igual.
primero qiero ver Lila dice y Love me tender (sí soy fan de Elvis q pasa!!), y después intentaré verla si alguien qiere acompañarme, sino esperaré al DVD (lo de ir al cine sola lo dejé hace tiempo). ;)
BEXETS!!
hmm... que conste que a efectos públicos yo NO os he animado a verla xDD
Es una película pasable que por lo menos no está mal. Pero de ahí a que os la recomiende para que os gastéis como poco 6 euros ¡no!
Sólo me limito a expresar con cierto éxtasis la ilusión que me hizo ver algo diferente en español y sobre todo que, como me había hecho a la idea de que iba a ser taaaaan horrible, la sensación posterior fue grata.
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