busca entre mis delirios

domingo, diciembre 05, 2004

2046, 2004


He tardado varias semanas en poder escribir algo de esta película por varias razones que voy a justificar. Me ha sido dificil escribir sobre 2046 porque es una película diferente a lo que he visto últimamente, es de esas que maduran con el tiempo, como los buenos vinos, y que hay que dejar que repose para poder emitir un juicio de valor que merezca la pena ser leído.
Y por otra parte, y no menos importante, porque está habiendo mucha polémica con ella. En el círculo cinéfilo en que me muevo parece ser que es de esas de contrastes b/n: o te gusta un montón o la aborreces para siempre.
Bien, partamos de la base de que me encuentro en el primer grupo.

Estamos ante el último proyecto de un gran director del que me queda por conocer mucho de sus inicios lo que, en cambio, no parece excesivamente necesario para poder hablar de su cine ya que tiene como trayectoria cinematográfica una larga línea recta.
Sería un Fassbinder oriental (reconocido gran ídolo de Wong Kar-wai, por cierto) al que los más furiosos detractores le acusan de no cambiar mucho en cada nueva película, que todas son más o menos iguales, que no hay variaciones, ni giros bruscos. Digamos que es un autor en toda regla, del que precisamente lo que algunos critican, a mi me parece lo más interesante. Como dice el propio Fassbinder a veces hay que demostrar los cambios a través de lo que no ha cambiado.
Y es precisamente esa la clave de 2046.

Y para comprenderla en toda su esencia (aunque de nuevo repito que no es sustancialmente obligatorio) se debería echar un ojo a la que se convirtió según la vi en una de mis cinco películas sobre el Amor: su anterior trabajo, Deseando Amar (In the mood for love).
Resulta 2046, según palabras del propio Kar-wai, una simple continuación de In the mood for love. La conjunción de las ideas surgidas durante el rodaje de esta y la suma final de todo lo que quería mostrar en In the mood… Y yo añadiría, la conversión al superlativo de la esencia de la anterior película. Lo que In mood era triste, aquí pasa a ser mil veces triste…
Son muchas las referencias a esta película. Vemos en 2046 al mismo actor principal tan brillante como convincente, pero impresionantemente cambiado.
De nuevo Wong Kar-wai explica:

En Deseando amar vemos a un hombre casado, de familia, que cree en la idea del
compromiso, que trabaja mucho, que sale poco para el cual el hogar es
importante.

En 2046 ya no es un hombre de familia, no está casado, ni tiene ni
quiere compromisos, se ha vuelto cínico al respecto a lo que antes creía, no
tiene hogar, vive en un hotel, pero al final nos damos cuenta de que este hombre
no ha cambiado tanto. Es una máscara, una tapadera.

Pero no sólo hay semejanzas en el estupendo Tony Leun; vemos también a una saga de personajes más o menos secundarios, femeninos, que algunos conocimos en In the mood for love, otros en Chungking Express.

El argumento podría definirse a partir de una sola palabra: el amor.
O bien, las relaciones que une al personaje principal con una serie de mujeres que pasan por su vida como un tren en marcha, que no se sabe ciertamente por cuanto quedarán ni a qué hora tiene prevista su marcha. Y sobre todo, del rastro que dejan tras ellas, la amarga sensación de la pérdida y la esperanza y aguante de la espera del que viene por detrás. En definitiva, el amor que engancha, que duele y que se vive.


Amor en todas y cada una de sus acepciones, a saber: desengaño, pasión, diversión, infidelidad, traición, interés, conquista, pérdida, frustración y un largo etcétera que hace del conjunto una película tierna a la par que extremadamente triste.
Ciertamente excesiva, si es que se me obliga a darle el toque negativo, parece algo desmesurada, fuera de lugar y algo exagerada en muchos de los aspectos que forman parte del estilo del director.
Como he dicho, es la potencia de su base.

La música, que forma a mi juicio parte integrante del argumento, es una de las más bellas y más de acuerdo con los argumentos y los personajes, totalmente encandilante.Sugiere, muestra y reafirma.

Y para los que no conocen a Wong Kar-wai, decir, a modo de gancho para que se inicien en el mundo de este genial director, que su fotografía es, al igual que la música, otro elemento que ayuda a entender, tanto a la historia como a los personajes y sus pensamientos. Especialmente sobrecogedora, llena cada escena de pasión y furia, con brillantes encuadres y frescura a 24 fotogramas por segundo.

Y en respuesta a aquellos que echan en cara a Kar-wai el hecho de que a sus personajes (acongojantemente interpretados) les falta humanidad les diré que son gente que rie, llora, camina, se divierte, ama, se desengaña, sufre, duerme, folla y enferma.¿Qué más humanidad se le puede pedir a un ser humano?

1 comentario:

PennyLane dijo...

no soy muy dada a ver cine oriental, pero creo q me estás picando el gusanillo después de leer tus críticas, ya me pasó con la de kim ki duk (se escribe así??).
tendré q echarles un ojo algún día de estos.

BEXETS!