busca entre mis delirios

jueves, febrero 19, 2009

barcelona m'estima

.I.
Lunes, un AVE a la ciudad condal, menos de tres horas de viaje minúsculo, maleta pequeña, un librito que continuar, botella de aquarius e infinitas ganas de vivir. Barcelona, mi ciudad, la dueña de mis giros, mi consejera espiritual. y Plaça Catalunya como punto de encuentro.

.II.
Mis dos ángeles, a los que tanta vida les debo, con los que los 'te quiero' no se pronuncian pero se sienten muy dentro. Un té apresurado, un paquete recuperado, cuatro abrazos que valen una vida, una noche de conspiranoia, un paseo en taxi y pocas horas con ellos. Pocas, muy pocas. Demasiado pocas.

.III.
Martes, arrastrarnos por el paseo marítimo, encontronazo, silencios.
Plaça Espanya ocupada por guiris ejecutivos con cochazos y trajes de Armani. Demasiado glamour. Los taxis monopolizando el tráfico de la ciudad. Atascos, cláxones ensordeciendo el ambiente. Un Saxo me espera, y dentro de él, mi gran amiga, 'la viajera', ella, mi farera particular que me guía en la distancia, a la que tantas ganas tenía de volver a ver, la dueña de mi buzón, mi eterna compañera de viajes, la mano que escribe la mayor parte de las postales que adornan y empapelan mi cuarto, una de las personas más especiales que tengo en mi vida. Perdernos por la ciudad intentando encontrar el modo de salir de ella. Sitges, un pueblo mágico. El mar, esa brisa energética que con su salinidad logró limpiarme por dentro. Un paseo encantador entre sus cuestas empinadas, por sus calles congostas. Planes para el verano que ibamos desparramando entre los adoquines que huelen a campos de girasoles y aire de libertad. Sus lindas pecas al otro lado de la mesa de un japonés encontrado por casualidad. Tantas cosas en común, más de las que esperaba. Curiosas coincidencias que hicieron nacer sonoras carcajadas. Recuerdos. Aquel paso de peatones. Su destreza al volante, la seguridad que me transmite que sea ella quien me guíe y conduzca. Su banda sonora, eterna e impuesta, pero tan suya y propia que de pronto se hace encantadora. Los grandes éxitos de los ochenta que se cantan solos con las ventanillas bien bajadas. Un momento íntimo, confianza regalada y tan tremendamente apreciada. No saber cómo agradecérselo. Poco tiempo. Poco, muy poco. Demasiado poco.

.IV.
Ya en Barcelona, una charla que venía siendo obligatoria. Calma, mucha calma, a este lado del cuento. Las cosas claras, ahora sí, por fin. Una decisión tomada hace tiempo que ya se hace real. La única vía que podía tomar cuando las fuerzas cesan y las ganas se agotan. Dolor por pena. Ibuprofeno para calmarlo. Cariño que se transforma, porque no he logrado aprender a curar sin amor. No querer verte mal, no querer hacerte daño. Y de pronto confundirme y creer que me estaba arrepintiendo, olvidar que fui yo quien lo propuso, que son mis manos esta vez las que conducen mi vida. Vértigo, miedo, vacío, dolor. Más dolor. Mucho dolor, mucho. Demasiado dolor.

.V.
Miércoles. El día más bonito que he vivido en este nuevo año. Un sol potente que hace brillar todo. Una despedida sin adios. Sentirme perdida en Barcelona por primera vez en mi vida. Charcos de lágrimas que voy extendiendo por la calle según paseo. Un móvil que no termina de sonar. Una salvación no pedida que aparece sobre cuatro ruedas, las mismas que ayer. Una caricia suya sobre mi pierna basta para cerrar el grifo que inunda mis mejillas y me vacía por dentro. Tu risa pegada a la mía, de pronto y sin darme cuenta. Planes sobre la marcha, camino a una plaza de toros que ninguna creíamos que existía. Llegar a la primera a Horta, como si el camino lo hubiéramos recorrido cientos de veces. Un laberinto vegetal, único, indescriptible. Una experiencia mística. La energía que electricamente desprendían aquellos pinos penetraba poco a poco por cada poro de mi piel. Gracias por no haberte separado de mi lado y haber tomado el mismo camino que yo en aquel laberinto, por seguir mis pasos y ayudarme a salir de él, a pesar de Apolo y sus triquiñuelas por confundirnos. Más risas, desbordadas por la impotencia inicial de encontrarnos en un camino sin salida. Volver sobre nuestros pasos una y otra vez, y hallar la salida, finalmente. Encontrarnos fuera para sentirnos satisfechas, victoriosas, realizadas. Genial. La fuente de los enamorados a la que no doné la moneda requerida, y sin embargo, deseo formulado. Quien sabe sin llegará a cumplirse. Ver el laberinto desde arriba y entenderlo todo. Una gran lección, aprendida. Volver a sonreir. Perdernos en Barcelona una vez más y poner a prueba tu paciencia entre taxis, motos y autobuses. El Paral·lel conquistado. Yo guiando en el asiento del copiloto, increíble. Una pizza rica para calmar el hambre acuciante. De postre, tú, mi media naranja. De pronto, en la cuenta atrás hacia Sants, se despiertan en mí las gracias debidas por todo. Por estar a mi lado hasta el final. Por aparecer en el momento adecuado. Por la Ley de la Atracción. Por ser, querer, hacer por poder y estar. Por esos dos abrazos que me devolvieron a la vida. Una experiencia increíble y después de todo, saberme a poco. Poco, muy poco. Demasiado poco.

.VI.
AVE de vuelta a madrid. Un asiento vacío a mi lado. Una piedra de sal regalada que me cura desde la magia y me hace sentir bien. Dos abrazos de despedida que no pude dar pero que quedan a cuenta; una cuenta que saldaré muy pronto, más pronto de lo que nadie espera. Pena por volverme así y ahora. Con ganas de volver, más y mejor, quizá para quedarme. Sentirme arropada, querida, mimada y especial. Volver a recuperar las ganas de seguir. Eternamente agradecida a mi angel de la guarda madrileña que, desde el otro lado del teléfono me sanaba las herida que yo sola había abierto. Y también a mi hada mágica valenciana que bombea mi corazón ahora que tiene tentaciones de pararse para siempre. Sin vosotros, nada de todo esto hubiera tenido sentido. Os voy a necesitar ahora, lo pido a gritos afónicos, necesito vuestro arropo para que me aleje de este frío asolador que lo congela todo y vuestro cariño, para no pensar demasiado.
Conmigo, amor, que no es amor, sino dolor. Vacío interno. Autoestima demolida. Pareja reducida a individual. Apuesta perdida. Inversión en bancarrota. Intenciones frustradas. Un beso en los labios. Recuerdos vagos y lejanos, pero intensos. Planes deshechos. Ganas derrotadas. Esperanza traicionada. Decepción regalada. Lección leída. Reacción sorprendente. Miedo vencedor. Cobardía triunfante. Final temporal.

.VII.
Madrid, Puerta de Atocha. Llegar para verte, saber que alguien estará ahí para recibirme y sentirme tan bien por eso. Mi querida B3, que siempre ha estado ahí, que tan bien me conoce y que dice justo las palabras apropiadas. Mis lágrimas timidas que saltan sin querer ser vistas. Una apuesta, que espero que ganes.

.VIII.
Mi ciudad, la que duerme conmigo y me acoje en forma de hogar que nunca antes había sentido igual. Mis padres en la estación, para sostenerme en pie y ayudarme a seguir. Lágrimas consecuencia esta vez del cariño recibido, de la comprensión que de ellos brotaba. Mucho apoyo, justo cuando más lo necesitaba. Un abrazo, de mi madre, que lo dice todo sin decir nada. Dos pastillas para dormir y despedir el día, y con ello tanto más. Más lágrimas, pero esta vez de dolor insoportable. Una baja médica que se hace inevitable. Una temporada sin trabajar, toda para mí, al fin. Un volver a empezar, desde cero, con la página en blanco y boli en la mano, dipuesta a escribir lo que se me vaya poniendo por delante.

.IX.
El viaje concluido. Volví con una cosa menos de con las que llegué, incompleta, perdida, vaciada, pero en cambio, con al menos un par de más. Balance positivo, al fin y al cabo, aunque cueste asimilarlo. Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias y gracias. A los seís.

.X.



Lantana · "Amor"

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Increible.
Increibles palabras, increible post, increible tú.
Me he emocionado, en lo más profundo de mi alma, y no puedo hacer nada más que agradecerte este inmenso momento de felicidad que me has proporcionado.
Espero que tu nuevo comienzo sea sonriente, como cuando caminábamos, nos perdíamos y descansábamos.

Espero, y te deseo unicamente LO MEJOR, porque te lo mereces, de veras.

Te aprecio un montón.

Anónimo dijo...

Nena, me alegro del final feliz. La decisión ya la habías tomado hace tiempo, sólo que no te atrevías a pronunciarla. No te preocupes porque no vas a estar sola nunca. Eres tan especial que jamás alguien podría prescindir de tí. Tienes duende, tienes magia, eres preciosa, la más bella por dentro y por fuera. La tonta ha sido ella, por haberte dejado ir.
Sonrie.
Estoy contigo.
T'estimo, maca!

claradriel dijo...

Gracias a ti por existir.

Aún así, no tengas miedo a amar. Nunca hay que tener miedo a amar.


Besazos, linda.

Me tienes para lo que sea. Lo que sea.

Anónimo dijo...

Ahora que ha reposado todo me doy cuenta de que este post es como una montaña rusa: primero bien, luego mal, luego bien, después mal... y ahora... ¿bien? Es lo que toca...
Espero que sí, con tanta compañía en tu casa, tantos mimos y tantos regalos, ¡cómo para no estar bien!
Disfruta de tu baja.
T'estimo tant...

delirante dijo...

farera... tú sí que eres increíble. y lo digo con firmeza y seguridad. eres la persona más alucinante que he (re)conocido últimamente. cuidate, porque eres una especie en extinción. si me dejas, yo misma me encargaré de protegerte. te debo las lágrimas más dulces que he llorado en los últimos días. yo te aprecio más...

cumbierita... ya te he dicho todo lo que tenía que decir. a pesar de todo, gracias. tus palabras me confortan y me calman. tienes la llave de mi alma, cuidala con cariño.

claradriel... sé que te tengo, lo sé, y eso me ayuda y me hace sentir tranquila. gracias, miles de gracias. tus sobres rojos iluminaron mis mañanas. y tranquila, que voy perdiendo el miedo a amar. ya casi lo he vencido completamente...

Marta dijo...

ese corazoncito tiene todavía mucha vida que bombear, y aún desde tan lejos, estoy segura de eso ^^

y, ey! que tienes muchos viajes pendientes!! y el futuro siempre es imprevisible :)

un beso gigannnnnte (y volador!)