busca entre mis delirios

viernes, noviembre 05, 2010

sigo...

nunca hay una excusa perfecta para nada. que mi ausencia se deba a que me olvidé de la contraseña de este pequeño cuarto, es sólo un ejemplo de cómo la afirmación anterior no puede ser más oportuna.
de pronto, un día como hoy, abro la puerta y contemplo con pasmosa ingravidez, que todo sigue igual. de nuevo, el tiempo, como unidad de medida, es una invención del capitalismo imperante. permanecen inalterables los 3 tramos de 11 escalones -que forman, juntos, un precioso número-, que me suben hasta casa y que, a pesar de ser un primero, cada día parece subir un poco más, como si inflada de helio se elevara por encima de los tejados. la bicleta, aunque algo oxidada por las lluvias, sigue siendo roja y éste, mi color de cada día y el de mis botas preferidas. sigue un tipo totalmente desconocido escuchándome cada semana desde el otro lado del sofá. sigo tratando de remediar uno a uno todos los errores que acumulo en una lista vital de interminable recapitulación. los libros me siguen diciendo lo mismo, aunque hoy los devoro con otro pretexto diferente: que, con la excusa de ser personal investigador, se me permite vomitarlos sin pudor sobre la tesis -ésta, tan sociológicamente subversiva- que con un, quizá excesivo, esfuerzo y paciencia, me pondrá sobre la mesa en años venideros salmón, lubina y vinos de más de 10 euros la botella. sigo resistiéndome a vivir atada al tiempo que marca un reloj. continúo creyendo que debo agregar un defecto más a la lista incoclusa, ya que soy incapaz de escribir cuando estoy mal, o no bien. y que me sigue pareciendo que lo ñoño no gusta. no llegaré a ser nunca una escritora con éxito, obvio. sigo de baja indefinida. siguen las pelotas de tenis enfundadas en un calcetín debajo de mis cervicales. sigo durmiéndome con la mirtazapina. siguen los maullidos de celo de mi gata a cualquier hora del día. siguen las sonrisas recién hechas de desayuno por la mañana. sigo encontrando cálidos los abrazos de mamá. siguen estirándome los días los niños de ríen y juegan en el parque de al lado de casa. sigo bailando al son de los instrumento de viento, fiel al rockabilly y al soul. me sigue emocionando dostoievsky. sigue mi vestido de lunares colgado en una percha preferente en mi armario. sigo enfadándome con mi pelo, aunque ahora corto, luce feliz de nuevo la nuca que tanto tiempo había estado escondida. sigo, sigo, sigo.... sigo aquí, aunque no lo parezca, sigo.

3 comentarios:

Argax dijo...

No lo dudé nunca, tu continuidad quiero decir. Lo que pasa es que claro, parte de la mujer que yo conozco es a través de este espacio y claro, al no verte por aquí uno se extraña. Enseguida llega la lógica a decirte que no pasa nada, que las personas tenemos vida aunque a veces nos empeñamos en negarla o en hurtarle horas con esto de escribir sobre pantallas.

Así que encantado de verte de nuevo por aquí. Lo de que nunca serás escritora de éxito... pues chica, aspira a ser escritora que el éxito es muy malo para las patas de gallo.

Besos

Marta dijo...

mientras sigas tan "tú" como siempre... será genial :), y sobre escribir, pues sería porque la gente no tiene mucho gusto, pero a mí me sigue encantando como escribes

un besito y que se desinflen las pelotas de tenis ^^

. dijo...

Si no sabes escribir cuando estás mal, o no bien, espero leerte todos los días