os dibujo la situación: está sonando joanna newsom, se consume a un par de metros de aquí una barra de incienso sobre una tablita de madera, un café sólo con dos cucharitas de azúcar moreno se enfría paciente a mi derecha y a mi izquierda, abierto de tajo, "el ser y la nada", junto a un bolígrafo negro y una libretita que enseña una página en blanco.
hoy no entiendo a Sartre. eso es lo que me pasa, para ahorraros más explicaciones innecesarias. quizá mañana sí que sea capaz de comprender lo que quiere decirme, porque ayer fui perfectamente eficaz en tal propósito, pero hoy, sin la ayuda de su inmanente Beauvoir, no me veo capaz de entender su idioma. y mira que debería, por aquello de avanzar un poco más...
ya sé lo que necesito. embriagarme. y no de alcohol, precisamente. de azúcar. quiero pillarme un pedo brutal a dulces, caramelos, chucherías, golosinas, animalitos de gelatina blandita con sabor a frutas, formas indeterminables cubiertas de pica-pica, bolitas con azúcar glass, bombones, frutos secos cubiertos de cacao... todas esas cosas que no como nunca y con las que hoy me atiborraría hasta que me doliera la tripa y no pudiera ingerir una sóla más. y que, del subidón de azúcar en sangre, se me fuera la cabeza y no fuera capaz de parar de crear. de escribir, pensar, descubrir, entender, cantar, bailar...
bien pensado, fue justo lo que hizo el existencialista francés para inspirarse en su obra filósofica en su última etapa. las drogas ayudan a los más grandes. claro, que sólo una década después de aficionarse a los narcóticos y alucinógenos, murió entre los brazos de su esposa, dejando clavada una espinita en la espalda del gobierno francés y de todos los intelectuales del mundo presente y futuro. ¿qué mejor muerte puede haber?
hoy me voy a pillar un pedo de glucosa, decidido.
3 comentarios:
Hace años, alguien me pidió que no leyera jamás a Satre, que podría ser mi fin.
Dime, Laurita, ¿por dónde he de empezar ese fin?
Un buen pedo, la sustancia no importa, si uno está predispuesto, sirve para abrir la mente, eso es asin...
Las consecuencias postefecto ya son otro tema. Tu sabes que yo no soy más de dulce, que me gusta más lo que viene a ser el caldito de alambique.
Besos mil
Argax, querido mío, yo tampoco soy de dulce, pero a veces la adrenalina que produce una ingesta masiva de azúcar te mete un colocón infantil que, puede, quizá, probablemente, ayude a abrir las metes, efectivamente...
Hada... uff, que nunca caiga en tus manos "el ser y la nada"...y si quieres atreverte, de aperitivo, te recomiendo "la naúsea", que es una novela, y de entrante, ya mucho más contundente y delicioso, "el existencialismo es un humanismo", un ensayo filosófico muy cortito que me captó, inmediatamente, al existencialismo total como paradigma y epistemología de mi vida.
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