busca entre mis delirios

sábado, mayo 09, 2009

primaverano



Cat Power · Sea of Love



El verano ha llegado a Madrid. Irene lo defiende con firmeza, aunque todos los demás se empeñen en corregirla, que no, no es verano, que sí, aún sigue mayo, que sí, lo que toca es la primavera. Pero de cualquier modo, ella nota por todos lados los efectos de un verano adelantado.

Para empezar ya tiene en su espalda una hermosa 'V' tostada al sol de un mediodía traicionero. Aprende con ella la valiosa lección de que ir escotada por delante y por detrás tiene, sin duda, consecuencias imprevistas. También se le ha quedado la marca del anillo de su mano derecha, y por supuesto, esas piernas aún de un blanco virginal, que no se han estrenado, todavía, en paseos sin medias por la ciudad.

Ya huele a piscina por la calle. A cloro, a cremas protectoras, a autobroceadores que delatan, a aftersun de gente poco precavida como ella. Huele a toalla aún mojada. Huele a patatas fritas y a cerveza en el cesped de la pisicina.
Y huele a hierba mojada, claro, a los aspersores que lo ponen todo perdido. Y a los niños empapándose con su más simple y divertido juego bajo ellos.
También huele un poco a quemado. Porque el sol quema. Irene recuerda aquellas primaveras en el patio del colegio donde jugaban a quemar con una lupa los bancos de madera. Iban dejando su nombre ahí marcado, para siempre. O formas desdibujadas, por el simple placer de ver de lo que es capaz el sol. Aún no entiende muy bien por qué hacían eso. No era piromanía. Cree, en cambio, que ahí y entonces empezó su curiosidad por experimentar, por probarlo todo. Hay a quien les da por beberse el detergente de la cocina. A Irene le dio, entre otras muchas cosas, por probar el poder de la luz.



Así que es verano. No hay duda, no para ella. Ya ha sudado el calor más intenso una noche. Menos mal que fue sólo una, aunque no le importaría repetir... Se viste con atrevimiento faldas y vestidos cortos, riéndose con simpatía, de aquellos que aún llevan chaqueta y pantalones de pana. Pobres ingles, pobres axilas, pobres miembros, superiores e inferiores... todos ellos deben sufrir la inmensa tortura consecuencia de la vestimenta de sus dueños.

Madrid está bonita ahora. Dejará de estarlo en poco. Antes de que termine el mes, hay que sacarle partido, se dice. Piensa cerrar bares, ir a conciertos, repetir en teatros, comer y cenar en todos los restaurantes posibles, seguir de tapitas, no dejar las terrazas, celebrar su cumpleaños con la mayor de sus ganas este año, y prepararse para Junio, que con suerte, Madrid recuperará todo su encanto, volverá a enamorar y recibirá en ella a una nueva horneada de hadas y seres mágicos que vienen de fuera, de muy lejos, de otro mundo, dispuesta a hacerle sonreir hasta desgarrarse la cara. Horneada, que acertado sustantivo...

5 comentarios:

Griada dijo...

¿Quién dijo que era verano? ¡Por favor! Con lo achubascado que está hoy el cielo...
Y lo del cloro y las piscinas, ¡será en el pueblo de Irene! A mí Madrid me sigue oliendo a calamares y gofres.
¡Yo quiero ver a Irene en falda cortita!

Carmen dijo...

zapatos de verano llevaba ayer y me llovió encima la más grande :)

me voy a descubrir quien inventó manhattan a una plaza llena de turistas.

tengo una raíz borrosa en la muñeca, color violeta.

sigue la cuenta atrás. Pero tengo que aplicar eso de pisar con ganas la tierra, y permitirme el cielo.

un beso

claradriel dijo...

Mañana, Madrid me espera con un vestido veraniego... yo estoy contigo.


Mil besos, lucecita.

Dara dijo...

Pues claro que es verano, Lunita te lo puede asegurar. Ya le han salido las pecas encima de la nariz, así que tiene que serlo.




¡Miau!

delirante dijo...

hada... eso son tormentas de verano!!! parece mentira que no sepas tú de esto...

carmen... te encontraste a Charlie cerca del Reina Sofía? a veces las noches son tan raras que te levantas a la mañana siguiente con el rimmel aún en los ojos y raices en los brazos... permítetelo todo con ganas!!!

claradriel... seguro que luces el vestido en esta mañana tan bonita...

dara... menos mal que alguien da la razón a Irene. estaba empezando a creer que se había vuelto loca o que había perdido el sentido más aún en algún rincón de su cordura. gracias a Lunita, tocaya de mi gatita blanca, por confirmar la estación.

besitos y maullidos para todas