he tenido mucha suerte, que reconozco y agradezco y ahora paso a compartir con vosotros. he recibido estas navidades dos grandes regalos, de esos que demuestran que la otra persona te conoce bien, porque dio justo en el clavo y porque colmó de largo tu nivel de felicidad y alegría con ese preciso gesto escogido entre tantos otros posibles.
primero vinieron las mariposas colgadas de las faldas de un abrigo rojo que guardaba dentro a una de las personas más mágicas que podía conocer. llegó justo a tiempo, ni muy tarde ni demasiado pronto y trajo en su gran bolso para mi toneladas de sonrisas, color a mis mejillas, brillo de ilusiones en mis ojos, un poco de desorden en los ritmos de mi sístole y mi diástole y en general y para resumir, uno de mis mayores deseos hechos realidad. después de casi dos años leyéndola, más de un año deseando conocerla, después de tanto tiempo imaginándola, soñándola, comentándola, por fin nuestros caminos se encontraron de la mano de la deliberada planificación. y con una mesa de por medio, cenamos un surtido de degustación, una buena ración de miradas gourmet, un buen puñado de palabras distendidas y el postre lo dejamos para otra ocasión...
el segundo regalo llego sólo un par de días más tarde, en un paquete grande envuelto de blanco y de la mano de otra de las grandes personas que sostienen mi vida a día de hoy. fue un regalo anunciado pero totalmente imprevisto, pura sorpresa, agitación interna primero, cosquillas en la boca del estómago más tarde y sonrisas materializadas finalmente. dentro había un bonsai que no es sólo un bonsai, es una fuente de magia viviente. es el giro que necesitaba el arbolito para terminar de arrancarme lágrimas de emoción. y aunque la historia sea larga y nos remontemos al verano, llega también éste en el momento adecuado. ahora puedo pedirle deseos y que me cuide mientras yo le cuido a ella, que estoy dispuesta a dosificarle todo mi cariño en las dosis que me pida, sin sobrepasarme ni quedarme corta. de momento ya se ha hecho la magia y yo sonrio al otro lado, feliz y contenta, como hace tanto tiempo...
son sólo dos, pero no son los únicos. me han regalado miradas, canciones, abrazos, besos, lágrimas, risas, reencuentros, cenas, conciertos, bonitos emails, inigualable postal, un par de zapatos que me van a llevar muy lejos y nuevos planes de viaje en busca de abrazos. algunos creerán que me conformo con poco, pero son demasiado para mi. reboso las gracias que se me escapan por las esquinas y que no sé como encajarlas, y soy feliz, muy feliz, así me han hecho.
3 comentarios:
Hala lo que ha dicho! Feliz, muy feliz!
Ya era hora ¿no?. Tal vez es que lo bueno se hace de rogar... por esa regla de 3 este año pinta bien
y que asi sea, beatrize... y para ti tambien!!!
Y mas feliz yo de saberte y sentirte así de feliz :D. Lo mas importante; que sigas siendolo.
Un besito bonita.
Publicar un comentario