... y eso sólo puede significar que hemos permitido que los grados disminuyeran sobrebajando el nivel mínimo, que hemos dejado que se helara el ambiente, el aire, las humedades y hasta el cielo, que son culpa nuestra los resbalones, los traspiés, las caídas, arañazos y rasguños que propicie la falta de equilibrio y de control de nuestros pies hoy, que no hemos hecho nada para parar esta [bella] barbarie y que al fin y al cabo, ahora las posibilidades se nos han visto reducidas a contemplar todo esto desde detrás nuestras ventanas, convenientemente cerradas y aisladas, con las temperaturas creciendo exponencialmente aquí dentro hasta que pase el temporal...
4 comentarios:
Ai...
Qué bonita la nieve, pero qué malo el frío en el interior, cuando una se piensa (equivocadamente, casi siempre) que es su culpa no encontrar la calidez prometida, la calidez esperada.
Y qué suerte que haya un gato mimoso para arreglarlo todo, siempre ha de haber un gato que nos mire y vea nuestra magia, o, sinó, obillarnos en la cama entre retortijones de frialdad...
Te mando cálidos besos, y unos guantes de cariño y amistad.
se clavaron tus palabras en el sentido deseado, justo en el punto medio, en el centro de la diana de mi intencionalidad.
siempre a tiempo, siempre justa, siempr...
gracias por la calidez, en estos días, ahora y aquí, es lo que más necesito...
un beso grande, para ti, deliroso y calculado...
Porque la nieve hace al hombre pequeño y débil. La cura de humildad necesaria para poder mirar el mundo con otros ojos cuando pase el temporal.
Aquí no nieva pero este sur no está acostumbrado al escalofrío de las mañanas duras construidas con el acero del cielo.
Un besazo.
Gracias. Tus besos alegran mis mañanas.
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