Let's do the Marlango thing!

Pasa cada vez que voy a un concierto de Marlango. Vuelvo nueva. Y siempre en el justo momento. Justo cuando lo necesito. Justo cuando preciso un punto de inflexión en mi vida. Justo después de algo gordo (para bien o para mal). Justo cuando mi cuerpo pide un derroche brutal de adrenalina. Vuelvo nueva. Renovada. Revolucionada. Recargada. Restituída. Reconstruída. Restaurada. Remojada. Reencarnada. Reencantada.
¿Qué será lo que me hace Marlango?
¿Será el efecto de sus letras, entonarlas a coro, recordárselas a la Wat porsiacaso, cantarlas a pleno pulmón, dejarme llevar por ellas, creérmelas como si fueran mías?
¿O será el ritmo de su música, su fuerza, su espontáneidad, su tono diferente cada vez que las tocan en un sitio distinto, su garra y arranque, su suave tintineo, su estruendo de pasión?

¿O es Ybarra, su simpatía, su timidez, el encanto de su viento, la fuerza del It's all right, todo lo que dice una sola mirada?

¿Quizá es Pelayo, que siempre me toca cerca, que me alucina con ese trance en el que entra cada vez que se pone a las teclas, moviendo con furor sus pies, dejando acariciar sus manos como poseído por eso que aún vive, por la música, por SU música?

¿O acaso se trata de la sempiterna diosa mía, Leonor, que me deja seca, que me vuelva loca, que me mueve, que me hace sentirla tan cerca, que me encanta, que me embruja con esos ojitos brillantes que muy de vez en cuando se cruzan con los míos (cosa de estar en primera fila, ¡¡¡¡por segunda vez!!!!), que me alegra con una sonrisa, que me hace reir con algunos de sus gestos, que me apasiona con la magia que le pone a cada frase, a cada palabra, que me lleva lejos de ahí y me hace creer en que algo superior a nosotros debe existir para justificar semejante belleza, que me mata?


Son ellos. Marlango. Me definen. Ya soy parte de ellos. Ellos son parte de mi. No lo puedo evitar. No veo salida.
Let's do the Marlango thing!!