busca entre mis delirios
martes, junio 29, 2010
sin saber
tengo dos pelotas de tenis enfundadas en un calcetín debajo de las primeras vértebras cervicales, 50 miligramos de tetrazepam en vena y una gata acostada en mi entrepierna. pero sigo sin entender por qué los tres primeros discos de marlango sólo sonaban en días grises y mojados y el último brilla con el sol. leo rápida la teoría en inglés sin saber bien ni cuándo ni cómo me instalé la actualización del firmware de las traducciones. es verdad que tengo una libreta abandonada por la no continuidad de las cosas bonitas que me alegran cada día, pero en mi defensa alego que, aún sin escribir en ella, las anoto mentalmente. por ejemplo, la de antes de ayer fue esa chica de vestido blanco y bicicleta negra que en mitad de un atasco en la glorieta de Colón, se giró y cómplice del mismo apuro que compartíamos al borde del manillar, me guiñó un ojo. yo la adelanté con una sonrisa y salí victoriosa de la batalla entre el vehículo chico y singular contra el grande y super plural. la de ayer se dividió entre una flor de plástico, una llamada al mediodía y una atmósfera con esencia de romero. la de hoy aún no sé si ha llegado o tengo que esperar una hora más. me cuesta decidir si me gusta más la cerveza o prefiero el tinto de verano. creo que aún no tengo claro si los gatos tienen ombligo y como esa, hay muchas otras cosas que sigo sin comprender; como el funcionamiento de un fax, la razón por la que es posible que caiga granizo como pelotas de pin-pon con 30 grados atmosféricos, o por qué se corta internet si hay lluvias de por medio. mañana me hacen un tac y creo que eso lo entiendo mucho mejor que las resonancias magnéticas. y eso por no hablar de por qué el nesquick se disuelve mejor que el colacao, ni de la unidad de medida "a ojo" tan propia -como dudosa- de las madres, ni de en qué consiste exactamente un deja-vu, mucho menos las sacudidas hipnagógicas, ni de cómo sé que la pasta está hecha sólo por su olor. sólo sé a ciencia cierta que el tetrazepam va haciendo su efecto y que, sin darme cuenta, las pelotas de tenis han llegado ya a las torácicas por su cuenta y que la gata ha saltado sobre mi tripa para atrapar, exitosamente, un mosquito con su boca y que se relame con placer mientras yo voy cerrando esto y espero que llegue mi razón feliz para apuntar en mi libreta invisible.
y tantas otras muchas más
Ni flores de plástico, ni cartas escritas por el envés encima del portátil, ni letras despedazas por diferentes rincones de la casa, ni cuatro palabras escritas en un muro virtual, ni una barbacoa pasada por agua, ni todos los partidos del mundial interrumpidos por problemas en la red, ni un vipsclub en 5 minutos atragantados, ni que te tengas que bajar abajo, ni los brownies de mi prima, ni las paellas que se hacen a fuego lento en un camping-gas, ni las tormentas de verano debajo de los árboles, ni la cabaña más perdida de la mano de Dios, ni las ratas que se oían de noche, ni el precipicio más vertiginoso, ni cada parpadeo almacenado en un álbum, ni mis compañeras de piso las amigas cucarachas, ni todos los cafés descafeinados entre policías a las nueve menos diez de la mañana, ni el tío de la guitarra de la línea 5, ni el color de tu pintalabios, ni todas las lumbalgias del mundo en noches de verano.
Nada me electrocuta tanto como ese gesto tuyo en el que, al sonreir, elevas ligeramente el labio superior, arrugando la nariz, como si no te dieras cuenta de que sólo con eso y el brillo inmediato de tus ojos, acabas de atravesarme el alma y, partida ésta en cien pedazos, espera impaciente e impotente, abandonada a tí, única redentora, a que seas tú quien la recompongas, para volverla a quebrar tantas veces como tú quieras.
Nada me electrocuta tanto como ese gesto tuyo en el que, al sonreir, elevas ligeramente el labio superior, arrugando la nariz, como si no te dieras cuenta de que sólo con eso y el brillo inmediato de tus ojos, acabas de atravesarme el alma y, partida ésta en cien pedazos, espera impaciente e impotente, abandonada a tí, única redentora, a que seas tú quien la recompongas, para volverla a quebrar tantas veces como tú quieras.
lunes, junio 28, 2010
estereotípica
¿por qué todo el mundo se esfuerza en creerte previsible?
desmontar el mito que conforma tu personalidad puede originar una cierta e incómoda grimilla en el momento de la revelación. esa cara ojiplática y alucisorprendida del interlocutor convierte sin remedio la tuya en algo parecido a lo que suele denominarse, en términos de argot, "cara de circunstancias". ante la imposibilidad de respuesta lógica a tamaña redundancia interrogativa, sólo queda frustrarse una en su propia impotencia de contestación y asentir, leve pero contundentemente, casi como si no fuera contigo, callando en el asertimiento un "ya ves" más que ímplicito en el acto que precede a la cuestión.
véanse algunos ejemplos:
si se supone que no te gustaba el fútbol ¿a qué venía esa euforia cada vez que argentina marcaba un gol?, no tenía ni idea de que sabías cocinar, ¡¿tú, encima de un escenario?!, no me creo que hayas hecho deportes de riesgo, ¿desde cuándo te gustan los perros?, asi que te dan miedo las tormentas... ¡con lo valiente que tú eres!, como siempre estás callada no sabía que pilotabas de tantas cosas, no te pega nada que te guste tanto el sur, ¿sin trabajo con lo que tú eras en la universidad?, será verdad que sabes comprar barato..., ¿en serio que este mueble lo has montado tú...sola?, qué raro verte con vestido, osea que conoces las reglas del tenis..., ¿y tú por qué sabes cosas que no son de letras?, una cinéfila como tú viendo películas como estás..., y encima tienes un blog ñoño!
lo dicho... ya ves...
vaya tela... una no puede salirse ya ni de su propio molde.
desmontar el mito que conforma tu personalidad puede originar una cierta e incómoda grimilla en el momento de la revelación. esa cara ojiplática y alucisorprendida del interlocutor convierte sin remedio la tuya en algo parecido a lo que suele denominarse, en términos de argot, "cara de circunstancias". ante la imposibilidad de respuesta lógica a tamaña redundancia interrogativa, sólo queda frustrarse una en su propia impotencia de contestación y asentir, leve pero contundentemente, casi como si no fuera contigo, callando en el asertimiento un "ya ves" más que ímplicito en el acto que precede a la cuestión.
véanse algunos ejemplos:
si se supone que no te gustaba el fútbol ¿a qué venía esa euforia cada vez que argentina marcaba un gol?, no tenía ni idea de que sabías cocinar, ¡¿tú, encima de un escenario?!, no me creo que hayas hecho deportes de riesgo, ¿desde cuándo te gustan los perros?, asi que te dan miedo las tormentas... ¡con lo valiente que tú eres!, como siempre estás callada no sabía que pilotabas de tantas cosas, no te pega nada que te guste tanto el sur, ¿sin trabajo con lo que tú eras en la universidad?, será verdad que sabes comprar barato..., ¿en serio que este mueble lo has montado tú...sola?, qué raro verte con vestido, osea que conoces las reglas del tenis..., ¿y tú por qué sabes cosas que no son de letras?, una cinéfila como tú viendo películas como estás..., y encima tienes un blog ñoño!
lo dicho... ya ves...
vaya tela... una no puede salirse ya ni de su propio molde.
domingo, junio 20, 2010
a la novena...
este va a ser el último año que me acuerde de tí. es una decisión unidireccional de esas de las que seguramente me arrepienta pasado un tiempo como suele pasarme, pero sabes que no le pongo pegas a dar mi brazo a torcer y reconocer mi desatino.
de momento, me mantengo. éste será el último. vas a dejar de ser un fantasma para convertirte en tan sólo un gran recuerdo. después de mañana pasarán varios días con sus meses y sus años detrás, en los que no pasaré el duelo de rigor. hace justo un año desde el último -que fue memorable, por cierto, te luciste-, y hacemos nueve con éste, en el que ya no hay noches frías, ni blancas, ni tú mojándolo todo. no quiero volver a llorarte ni a recordar lo pasado y repasado. creo que ya sabes que te llevo dentro y creo que ya aprendí la lección.
ahora te toca a tí. saluda a los que se han ido contigo. si ves a la chica caótica de ojos grandes dile de mi parte que ya le vale y si te encuentras con mi Foreman, dale un abrazo de esos que dejan sin aire. sinceramente, aunque os quiero con todo mi alma, espero no veros en mucho tiempo.
hasta siempre, rubia...
de momento, me mantengo. éste será el último. vas a dejar de ser un fantasma para convertirte en tan sólo un gran recuerdo. después de mañana pasarán varios días con sus meses y sus años detrás, en los que no pasaré el duelo de rigor. hace justo un año desde el último -que fue memorable, por cierto, te luciste-, y hacemos nueve con éste, en el que ya no hay noches frías, ni blancas, ni tú mojándolo todo. no quiero volver a llorarte ni a recordar lo pasado y repasado. creo que ya sabes que te llevo dentro y creo que ya aprendí la lección.
ahora te toca a tí. saluda a los que se han ido contigo. si ves a la chica caótica de ojos grandes dile de mi parte que ya le vale y si te encuentras con mi Foreman, dale un abrazo de esos que dejan sin aire. sinceramente, aunque os quiero con todo mi alma, espero no veros en mucho tiempo.
hasta siempre, rubia...
"... ser matado o morir no hace tanto la diferencia y todo el mundo muere, más o menos a la misma edad, con unos cuarenta años de diferencia. No. Nada de todo eso me importa; si las cosas me importaran me sentiría viva, no desearía dejar de ser."
Simone de Beauvoir · Los mandarines, 1954
miércoles, junio 16, 2010
(la voy a liar) parda
un día me voy a disfrazar de oso pardo y os váis a cagar todos de susto.
una tarde de éstas perderé el juicio y montaré en la plaza de santa bárbara un espectáculo magistral de romper instrumentos de juguete al son de cualquier canción ochentera.
y bailaré sin mirar a nadie y se me olvidará este mareo insoportable que no me deja estar.
y voy a estallar, aprovechando que tú estarás lo suficientemente -pero tampoco demasiado- lejos como para no asustarte, todos los globos de la pizzería que hacen las veces de telón de fondo.
y después, tan ancha como me quepa quedarme, me voy a comer medio quilo de cerezas.
y sin que nadie rechiste.
así de claro os lo digo. un día me voy a disfrazar de oso pardo y voy a jugar con el tiempo, para delante, para atrás... y nos voy a dejar más perdidos que unos de una isla que yo me sé.
a ver quién se atreve a pararme...
Take on me · Anni B Sweet
una tarde de éstas perderé el juicio y montaré en la plaza de santa bárbara un espectáculo magistral de romper instrumentos de juguete al son de cualquier canción ochentera.
y bailaré sin mirar a nadie y se me olvidará este mareo insoportable que no me deja estar.
y voy a estallar, aprovechando que tú estarás lo suficientemente -pero tampoco demasiado- lejos como para no asustarte, todos los globos de la pizzería que hacen las veces de telón de fondo.
y después, tan ancha como me quepa quedarme, me voy a comer medio quilo de cerezas.
y sin que nadie rechiste.
así de claro os lo digo. un día me voy a disfrazar de oso pardo y voy a jugar con el tiempo, para delante, para atrás... y nos voy a dejar más perdidos que unos de una isla que yo me sé.
a ver quién se atreve a pararme...
Take on me · Anni B Sweet
martes, junio 15, 2010
otoverano
llueve en todas direcciones y yo no me explico cómo hago para no mojarme. el otoño se me está haciendo interminable y no me hace ninguna gracia, a pesar de que, tengo que reconocerlo, me encanta mi gabardina roja. pero las cosas como son: que a mi me gusta quemarme con el sol de mayo, que las faldas quedan mucho mejor con las piernas tostaditas y que me encanta darme tres duchas al día y bañarme de desodorante cada mañana.
pero el cielo se empeña en empañar los cristales y en ponerlo todo perdido. hay que tender dentro, la bici duerme conmigo y el patio de mi casa es particular. todas esas cosas...
al menos hoy llego con los zapatos impolutos dejando la lluvia tras de mi, con una gran sonrisa en la cara. que te casas. muy fuerte. y pensar que hace sólo unos años yo era tu copiloto en una autopista llena de curvas. y todo para llegar aquí, tan felices, cada una por nuestra carretera secundaria. qué bien. qué perfecto.
mientras tanto, la gata sigue mirando al cielo. a ver si ella le consigue sonsacar qué narices tiene entre manos para que no podamos disfrutar de una mañana en el parque sin nubes amenazantes.
a ser felices. y yo también, que verte tan bien merece más que de sobra la celebración más pomposa de todas las que puedas imaginar.
qué bien. qué perfecto.
lunes, junio 14, 2010
hasta que se demuestre lo contrario
qué cosas...
la madurez, al final, sirve para mucho más que arrojar moralinas a los que creemos que no la han alcanzado todavía. toda una vida presumiendo de ella, pavoneándonosla frente a los demás para luego tener que agachar la cabeza frente a la evidencia.
a ella le achaco el haberme dado cuenta, ahora, de que no soy tal como pensaba, o tal vez como anunciaba, o quizá como me describía, ni tanto como se me calificaba.
que no es verdad que sea tan fuerte, ni tan valiente como todos creían lo descubrí hace ya más de un año. ahora el tendón me lo tengo bien conocido y trato de salir a la calle siempre con calcetines, por lo que pudiera pasar.
ahora sé, además, que soy una llorona sin remedio, por mucho que dijera que yo soy de esas que no lloran nunca, ni siquiera con las películas ñoñas y mucho menos delante de nadie. mentira cochina. y que no, que no sé encriptar, que a mi eso de escribir en clave no me sale y mucho menos disfrazarme de misterio. que aunque les tengo un respeto sobrecogedor, siempre amaré a las letras como si las hubiera parido yo misma. y sí, que hay cosas que me sobrepasan, que desde luego, no puedo con absolutamente todo, que no estoy segura de haber sido una niña buena y que sí que me gustan, me encantan, me maravillan las sorpresas, después de toda una vida negándome a ellas.
todo lo demás puede mantenerse como presuntamente cierto. al menos de momento...
la madurez, al final, sirve para mucho más que arrojar moralinas a los que creemos que no la han alcanzado todavía. toda una vida presumiendo de ella, pavoneándonosla frente a los demás para luego tener que agachar la cabeza frente a la evidencia.
a ella le achaco el haberme dado cuenta, ahora, de que no soy tal como pensaba, o tal vez como anunciaba, o quizá como me describía, ni tanto como se me calificaba.
que no es verdad que sea tan fuerte, ni tan valiente como todos creían lo descubrí hace ya más de un año. ahora el tendón me lo tengo bien conocido y trato de salir a la calle siempre con calcetines, por lo que pudiera pasar.
ahora sé, además, que soy una llorona sin remedio, por mucho que dijera que yo soy de esas que no lloran nunca, ni siquiera con las películas ñoñas y mucho menos delante de nadie. mentira cochina. y que no, que no sé encriptar, que a mi eso de escribir en clave no me sale y mucho menos disfrazarme de misterio. que aunque les tengo un respeto sobrecogedor, siempre amaré a las letras como si las hubiera parido yo misma. y sí, que hay cosas que me sobrepasan, que desde luego, no puedo con absolutamente todo, que no estoy segura de haber sido una niña buena y que sí que me gustan, me encantan, me maravillan las sorpresas, después de toda una vida negándome a ellas.
todo lo demás puede mantenerse como presuntamente cierto. al menos de momento...
sábado, junio 12, 2010
de fortuna y otras desdichas
esto va de que a mi las supersticiones me dan un poco de risa.
que al mal tiempo, buena cara... o algo así.
es de lo que me sale escribir un sábado por la tarde cuando está diluviando fuera y empapando todos los posibles planes que quedan ahí fuera. que aquí se está tan bien...
se me derrama un poco de sal cada vez que limpio la encimera de la cocina. me levanto cada día de la cama con un pie distinto, dependiendo de en qué lado haya decidido dormir la gata. dejo siempre el bolso en el suelo y abro el paraguas en el baño para que se seque. me han barrido los pies varias veces. me he despojado del colgante con aquella piedra que auguraba buena suerte y hace casi un año que no he vuelto a usar el péndulo. no suelo mirar a los ojos cuando brindo y hasta ahora no he encontrado un trébol de cuatro hojas.
dios... ¿estaré maldita para siempre? quién lo diría, porque sonrío fuerte. aunque, quizá sea por todas las cacas de perro que he pisado...
en fin, toquemos madera por que esto de las supersticiones sea un cuento chino. o en su defecto, sigamos sonriendo, aunque llueva y haga frío a mediados de junio, que parece que eso trae buena fortuna...
y ahora os vais a reir... pero bailad un poco conmigo...
Conchita · Tocando madera
que al mal tiempo, buena cara... o algo así.
es de lo que me sale escribir un sábado por la tarde cuando está diluviando fuera y empapando todos los posibles planes que quedan ahí fuera. que aquí se está tan bien...
se me derrama un poco de sal cada vez que limpio la encimera de la cocina. me levanto cada día de la cama con un pie distinto, dependiendo de en qué lado haya decidido dormir la gata. dejo siempre el bolso en el suelo y abro el paraguas en el baño para que se seque. me han barrido los pies varias veces. me he despojado del colgante con aquella piedra que auguraba buena suerte y hace casi un año que no he vuelto a usar el péndulo. no suelo mirar a los ojos cuando brindo y hasta ahora no he encontrado un trébol de cuatro hojas.
dios... ¿estaré maldita para siempre? quién lo diría, porque sonrío fuerte. aunque, quizá sea por todas las cacas de perro que he pisado...
en fin, toquemos madera por que esto de las supersticiones sea un cuento chino. o en su defecto, sigamos sonriendo, aunque llueva y haga frío a mediados de junio, que parece que eso trae buena fortuna...
y ahora os vais a reir... pero bailad un poco conmigo...
Conchita · Tocando madera
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