busca entre mis delirios
domingo, marzo 23, 2008
continuidad de la esquina
Me pregunto cuántas veces hay que doblar una esquina para que se enderece del todo. Me inquieta no por deseo e ilusión, sino por preocupación y tormento. Qué haríamos con una esquina que por rectitud perdiera de una vez para todas el encanto que ahora, mientras sigue siendo esquina, esconde tras ella. No hay mayor misterio urbano que el de las dobleces de una calle. Tras el canto de una cualquiera descansan las calles que te parece que nunca antes pisaste. La cuesta, la única en toda la ciudad. Los tulipanes que crecen sanos en el balcón del primero y el gatito que alguien dejó encerrado allí por equivocación. Los besos que una noche de ganas por exceso contenidas son derramados por incontinencia. Los gritos de una pelea que resbalan como gotas entre los adoquines. El restaurante que más de una vez te dio de comer y al que rara vez, salvo si es por error, recuerdas cómo llegar. Las confidencias a media voz y las carcajadas a volúmen máximo. Esa persona a la que hacía tanto tiempo que no veías, o esa otra que intentas ignorar haber visto. Un abrazo de dos cuerpos que se rozan, que se juntan por aquello de la inercia del movimiento de doblarla. La mirada de un desconocido que a partir de ese momento no lo será más. Un nazareno que, llorando al cielo con lágrimas escurriéndose por los agujeros de su capirote, vuelve a casa por el camino más corto. El recuerdo que te asalta de pronto, trayéndote al presente inmediato aquella película de Jarmusch en la que al girar, si todo fuera ahora como en aquella, Tom Waits estaría tirado en medio de la acera. Curioso -y parafraseo a Cortázar- que a pesar de todo ello la gente crea que torcer una esquina es lo mismo que torcer una esquina, cuando siempre son todas ellas, y cada una en particular, algo excepcional.
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4 comentarios:
En la última película de Jarmusch, uno de los personajes gira la esquina de mi calle, si no lo guillotinan en post-producción (y con el director de fotografía de In the mood for love!!).
A veces, hay que desenfocar para ver con claridad, para vivir los recovecos obviados.
Besos encantados; con sombra.
misterio urbano en las dobleces de una calle?... muy buena la forma de expresarlo
detrás de cada esquina... una calle, puede ser nueva o no. A mi me gusta pisarlas como si fuera la primera vez (descubriéndola) o la última (empapándome)
feliz paseo!
jooooder!, y cuanta razon tienes, y cuan diferente es cada esquina y cuan ciegos vamos por la vida que no somos capaces de apreciarlo, de disfrtutar de cada nuevo instante y de revolcarnos por la vida como cerdos en un lodazal.
Mis hijos todavia retozan con cada nueva esquina.
Buuuurros y ciegos.
Hoguera de vanidades.
Todas las esquinas son iguales.
La eterna juventud. Ser capaz de gozar de cada esquina como sólo los niños pueden hacerlo.
clara_ si, yo creo que todo depende de como y con qué objetivo miremos a la vida. puede cambiar y mucho dependiendo de eso... y sí, Jarmusch ha estado por aquí, por Sevilla... no sé si podré esperar a ver el resultado!
tenshi_ esa es en buena parte la filosofía de mi post... has dado en el clavo!
papi_ ójala pudiera volver a la infancia otra vez, y ser tan inocente como ellos. en eso estoy, creo que lo voy consiguiendo a poquitos!
mil besos a los tres!!
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