busca entre mis delirios

jueves, agosto 18, 2005

Lei

Son las diez de la noche y hay mucha gente a tu alrededor. Buscas y no encuentras el silencio. Quizá no sea el lugar más apropiado para sentir el vacío sonoro. Entre las decenas de caras que pasan por delante de tus ojos, no eres capaz de hallar la paz que transporta un rostro conocido. ¿Dónde está, dónde se encuentra? Siempre hay alguien, un porcentaje mínimo de entre la centena, que logra despertarte la memoria.
Me suenas. ¿Nos conocemos? Sé que te he visto en alguna parte. ¿Eres tú?
No, hoy no. Todos desconocidos. Todos diferentes. Y entonces alguien se aproxima a tí y del modo más estúpido posible te pregunta ‘¿has visto a mis padres?’ Y tú, que en tu cabeza sigues debatiéndote entre la impotencia y la vergüenza que se siente cuando en principio deberías conocer a alguien y en verdad no caes en de quien coño se puede tratar, sales del paso con un ‘no’ que se escapa de tu sonrisa de alelá. Igual deberías haber preguntado sí se supone que deberías haberlos visto, o quizá hubiera sido una genial idea haber pedido una descripción pormenorizada de aquellos sujetos perdidos que responden al nombre de ‘padres’. En cambio la dejas marchar, sumida en la deseperación y el vacío que se siente cuando pierdes algo que te pertenece y que ha estado bastante tiempo contigo. Pero ella vuelve. Retorna a tu sonrisa torcida y en medio de un balbuceo torpe y nervioso, da una explicación a su pregunta. Te ríes, porque ella también lo hace, porque la ocasión lo merece y lo pide a gritos, y porque en algunos casos, no se puede hacer otra cosa. Sus padres aparecen, porque nada se pierde para siempre. Y ella vuelve a ti. No sabes cuanto tiempo después, pero la ves aparecer, esta vez sí, en el vacío del silencio, cuando no más desconocidos hay cerca. Y te acecha. Te cerca y te reta. Y tú, indefensa. Sin extraños a tu alrededor sientes que estás más sola que antes. Te tiene donde quiere y tú, desconcertada, no sabes a dónde tirar la piedra que desvié su atención. El vértigo se apodera de tí y aquella chica alta de ojos azules y camiseta a rayas, está tratando de llevarte a 200. ‘Nos vemos la semana que viene y te cuento la historia de mis padres’.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ui!
la forma mas original de ligar que he visto en mi vida.


Besotes!

Anónimo dijo...

Papa oso es mucho mejor cuando deli lo narra en vivo y en directo!!!!!!