busca entre mis delirios

miércoles, abril 14, 2010

rutina

Son doce pasos hasta la cama, seis hasta el cuarto de baño y uno menos hasta la cocina. Aqui en el epicentro de todo mi universo, a veces me da por contar las distancias, sólo por tratar de redondearlas a la baja. Me encantan las trampas que ofrecen las matemáticas..
Cada día te separan de mi 362 metros, dos veces al día. Y aunque eso son sólo 4 minutos a pie, 8 al día, a mi se me hace el cuarto de hora más largo de la jornada. Y me tengo que acordar de que los impares de la calle de los kinkis siempre huelen a pis. Esta vez no se me olvida: bajar por la derecha, subir por la izquierda. Si invierto el orden me habré jodido, muy seguramente, el miércoles sin remedio. En el Mercadona siempre hay mejor pescado a primera hora y a principios de semana y la lavadora la tengo que poner un día que no haga mucho frío. Y hablando de frío, le debo una visita al señor simpático de la farmacia que mira siempre al cielo y comenta contigo el 'buen día que se ha quedado'. A ver qué opina él de este regreso del otoño inesperado. Me encantan los debates... Tenemos cada día una hora para comer y yo, no sé por qué, me quedo siempre con hambre. Ah! Los cruasanes del día! Una cosa más para la lista de la compra. Se ha vuelto a ir la luz justo cuando estaba saliendo el café y la tostada estaba en su mejor punto. Y claro, he tenido que bajar -en pijama y bostezando- al cuarto de contadores. Y por cierto, a las 10 menos cuarto, la vecina del tercero -creo que es el tercero-, tiene más cara de sueño que yo. Y tú, tú estás preciosa cada vez que me giro en mitad de la noche, y no pudiendo abrir más los ojos, veo a un angel soñando a mi lado con una gata dormida en su costado. Y sí, lo ha vuelto a hacer. La gata ha matado una cucaracha más y ahora duerme triunfante cerca de ella por si se le ocurre moverse. Acabo de descubrir que el papel higiénico huele a algo parecido a flores. Muy aberrante. Y definitivamente el frutero me vendió naranjas de zumo por naranjas de mesa. Acabo de ponerlo todo perdido...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi las naranjas también me tienen ganada la jugada. Ni te lo imaginas.

:)


Que soy de ésas a las que se les evapora la manzanilla, de tanta torpeza junta.

Pasito a pasito.
¡Estás preciosisíma en pijama! ¡Seguro! :) Beso de buenos días.

Griada dijo...

Púa es un poco cochinota.

¿Está muy grande? ¿Cuándo me invitas a un té y a veros?

Argax dijo...

Hay que ver como así contada la rutina parece otra cosa que nada tiene que ver con aburrimiento o el color gris. Sacárle brillo a la rutina, otra de las funciones de esto de escribir...

Un beso

delirante dijo...

es que... quien dijo que la rutina tiene que ser, per se, aburrida?
hay que disfrutar de las pequeñas cosas. fundamental.

y sí, meike, las naranjas son malévolas... te escuecen los ojos casi sin que te des cuenta!

hada... cuando quieras... tengo las puertas abiertas!!!