busca entre mis delirios

martes, diciembre 02, 2008

navidades

Me he observado y he descubierto un gran hallazgo: escribo, cuando lo hago, siempre para gente que no está. Sea cuál sea el grado y tipo de distancia que los separa de mí (o a mí de ellos), siempre dirijo estas letras y este blog en su conjunto hacia el vacío sideral del espacio-tiempo que nos une.
Hoy hace una semana, en unos minutos se cumplirán con exactitud y concrección los siete días desde que se fuera para siempre. Si bien nunca he llevado bien las despedidas, aquella fue especialmente traumática. Te vi decir adiós durante mucho más de lo que hubiera deseado. Prolongaste la marcha creyendo que con ello quizá garantizaras el quedarte. Y aunque ya estaba preparada para dejarte marchar, no pude evitar que un gran trozo de mi alma se fuera con aquel último suspiro tuyo. Te he dicho desde entonces muchas cosas. Algunas, entre lágrimas atragantadas y un sollozo de fondo inevitable, cuando aún estabas (en cuerpo yaciente) con nosotros. Y sin embargo, a pesar de todo eso ya dicho, tú y yo sabemos que no lo agoté todo. Me queda mucho por decir, mucho por que oigas, mucho por que sepas. Si pudiera te escribiría cada día, para que te dieras cuenta de que a pesar de todo, sigues conmigo. No ha habido en mi vida nadie como tú. Fuiste el más grande, el mejor, mi favorito desde siempre y para siempre, y esa sensación de favoritismo que tú y yo compartimos, que tantos celos generaba entre primas y cercanos, ahora se torna agria y punzante, dolorosa y venenosa. Sufro, no más que nadie, pero sí más que lo que he sufrido nunca. No por haberte visto degenerar y destruirte a cada instante que pasaba, sino por lo que me pesó y me pesa la ausencia, la marcha; el adios. Sé que sabes el gran vacío que has dejado a tu paso. Sé que sientes que estemos pasando por ésto nosotros, pero sé también que sabes, que por mucho que nos esforcemos, no podremos, cuando haya pasado el tiempo del duelo, evitar recordarte como más te gustaba: riendo, cantando, bailando, disfrutando de la vida, que era tu afición predilecta, y viviendo fogosamente, tu más traicionera arma de doble filo. Y estas Navidades van por tí. Como en los viejos tiempos, cuando tú eras jóven y yo una niña inocente que amaba esta festividad, voy a disfrutar de estas fechas a tu salud. Y tú lo verás desde arriba.

5 comentarios:

Azul_oscuro dijo...

Bien por tí...cuando podías hacer justo lo contrario, te decantas quizás por lo no mas fácil, pero eso está bien. Yo no lo conocí, pero seguro que el estará encantado de verte disfrutar. :) Adelante, estoy seguro que todos querremos compartir un trocito de ellas contigo.
Abracito

claradriel dijo...

Me gusta ese espíritu, Laura preciosa, a pesar de la pena que subyace detrás.

Anónimo dijo...

Te mando un saquito de fuerza y ganas, para que pase esta tristeza pronto y recuperes de nuevo la imagen que te queda de todo este tiempo.


Campeona.. :)

Griada dijo...

Se avecinan nuevos tiempos, ¿no es así? Creo notar fuerzas y energías nuevas en tus letras, aunque traten de temas tristes.
Ya te dije anoche; para lo que quieras.

Marta dijo...

vaya... disfruta las navidades, entonces, rescata parte de esa inocencia y haz lo que tengas que hacer, para recordar y honrar a esa persona que se fue

un abrazo fuerte!!