Rodeada por tantos flancos como salidas de emergencia tiene mi panóptico vital por cada una de las Beatrices que compones mi círculo socio-virtual. Una me canta, otra me enseña-instruye-adepta, otra me escribe y me lee y una última me quiere. Follo con las tres, pero sólo con una fluyen los geles al caer la noche.
Con la que me canta, el sexo es platónico, quizá soñado, algunas veces recreado por mi mente turbulenta. Me dice con sus canciones lo que tantas amantes quieren escuchar, lo que mis cuerdas vocales hubieran matado por revelar y lo que tantas sufridoras -como servidora- han pronunciado excesivas veces. Mi preferida. Le hago el amor con cada canción que adelanta lo que ha de acontecerme en el más próximo futuro. Y es una de mis más agradecidas amantes; aunque le pago, siempre me regala "una más". Siempre que quiero, sea la hora que sea, sea en el lugar en que esté.
Con la que me enseña -y todo lo demás-, aprehendo mientras la penetro con toda la clase de dildos que guarda en su maletín -su preferido, el Jimi, por Jimi Hendrix-. Soy su perra y yo, complacida. Le gusta que entre por cada uno de sus orificios, como los grandes pensadores hacen con las más ávidas mentes. Follar con ella es un gran descubrimiento a cada página, filosóficamente excitante. Es un polvo cósmico. Un mundo nuevo. Como las primeras veces.
Con la que me cuenta, el sexo es casi lo más secundario. A veces tan involuntario, y tan tierno que se resbala por los orificios de lo tangible hasta caer en la más soluble nada. Cariño, lo llaman algunos. Empatía, otros. Nada.
Con la que me quiere, el sexo es conyugal. Somos como aquel matrimonio (separado) que en algún momento llegaron a conectar y que hoy se conocen el uno al otro mejor que ninguna otra persona y que a pesar de todo, no quieren, no son capaces de prescindir de vez cuando de una tormenta orgasmica. Es predecible, sí, pero efectivo, también. Nos corremos en silencio y sin canciones de por medio, sin instrumentos ni grandes parafernalias. Es el amor consumado. El fin del principio.
Nadie me ve, pero ellas me vigilan. Yo lo siento así. Sé que están ahí, y ellas saben que yo les soy fiel a cada una de ellas. Tengo una extraña relación con ese nombre. Creo que me he vuelto yonqui a B.
5 comentarios:
Wooooww!
O.o
Intuyo solo tienen en común unas letras que las idenfican, pero no deja de ser una curiosa coincidencia.
La que te quiere tiene mucha suerte, y ella lo sabe, seguro. 'El fin del principio'...
Un beso señorita L.
Ostras! Eso es que tu eres una de esas presonas que "ve" el mundo de manera inteligente y sabe de quién rodearse...
B3 va a ir este sábado probablemente a ver a la B1, se que trabajas pero tal vez podríamos tomar un té con leche calentito o comer por el retiro antes de que entres y asi B3 podría interrogarte sobre B2, ante la cual tiene demasiadas dudas de finalidades básicas que no termina de pillar, y por otro lado alegrarse en interactividad personal de leer estas cosas de B4 sobre felicidades de regaliz y perdiz, que todo sea dicho, rima con nuestro nombre.
Cómo lo B.s (ves)?
PD: se me ocurrió otro tema de investigación... la semiótica económica neocon, desperdigada por nuestras vidas de manera casi tan sutil como los roles de la sexualidad... ahí queda.
:)
Completamente complacida e identificada con lo que dice B3 al principio de su comentario. Con aquello de que b´s el mundo de manera inteligente y sabes de quién rodearte.
Pensándolo un poco más, creo que esa es una de las cosas que me has enseñado. Una de tantas. ¡Qué maravilla de maestra!
Contigo comencé un poquito a andar por el camino de la elección. A saber decir "esto sí" y "esto no". "Esta sí" y "esta" no.
Para el resto del comentario, mejor te mando un email.
Ay, en fin. Obviamente yo no soy ninguna de esas B más bien todo lo contrario (de echo soy la némesis de la B, al menos en mi mente infantil así es, soy V).
Me gusta sobre todo de lo que has escrito el hecho de que quede meridianemante claro de que cada persona puede aprtarte una cosa y no debemos ser mezquinos para acorralarnos en lo conocido.
Un beso guapa. El Miércoles y Jueves estoy por Madrid, puedes tomarte una cerveza ya entrada la tarde? Es que voy por trabajo...
Las Beas traen por la calle de la amargura jaja, doy fé de ello.
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