busca entre mis delirios

martes, agosto 18, 2009

la suerte de tenerte

Ni Irene, ni la Jenny, ni siquiera delirante tienen nada que decir aquí y ahora. Hoy, por primera vez, en un arrebato de originalidad irrepetible, habla Laura, ese ser extraño que pocos llegan a conocer y del que sólo se oyen rumores lejanos. Tú en cambio la conoces a la perfección. Te sabes sus delitos y sus faltas, sus miedos, sus neuras, sus debilidades, sus imperfecciones, la bondad de su personalidad, sus ventajas y sus aciertos. Sabes que la miras y lo tienes todo delante. No ha sido fácil aprenderse el modo de atravesarme, pero lo has conseguido de sobra.

Una Laura que renació al tiempo que te conocía, o que te conoció en el justo momento de ver la luz del segundo principio. Tú, ser especial, mi mejor compañero de vida, mi gran hermano hermanado a mi ser, el diapasón que marcó el ritmo de mi sístole y diástole cuando se declararon en huelga de bombeo, el viajero errante que se sentó a mi lado en tantos trenes, aviones, autobuses y barcas, el que puso tierra al desarraigo de mis pasos, el que alargó el brazo y un par de klinex cuando ya no me quedaban lágrimas, el que me salvó la vida sin darte cuenta, el que no faltó nunca de mi lado, el que no dejó de contestar nunca una llamada, el que llenó mi sofá cuando más sola me sentía, el que me hizo reir, estremecerme, emocionarme, aprender a mejorar, a hacerme mejor persona, a crecer, a ser lo que soy. Él. El único. El que no faltará nunca, porque cuando falte, faltaré yo también. Mi constante. Mi punto de fuga. Mi eje de simetría. Mi gran amigo. Mi reflejo en el espejo de la vida. Mi punto de anclaje. Mi acorde sostenido. Mi mano derecha en el mando del DVD. Mi ayer, mi hoy y mi mañana. Mi ventrílocuo de peluches. Mi sorpresa asegurada.

Hoy Laura escribe para él. Porque no lo hace a menudo creyendo que no es necesario. Pero fuera de la necesidad, nace el deseo, y hoy quiero que estas palabras rellenen lo que mis consonante y vocales no saben pronunciar. Hoy resbalan lágrimas feroces de felicidad. Chorrean por mis mejillas al compás de una sonrisa que no suena pero amansa el alma. Gracias. Si sólo pudiera decir una palabra, sería esa. Gracias. Gracias por aparecer, por quedarte, por estar y por seguir. Por ser. Por hacerme. Por todo.

2 comentarios:

Griada dijo...

Llevaba tiempo deseando saber lo que sentía Laura.

Irene, delirante e incluso la Jenny me aburren.

Lo siento. A mí siempre me gustaste tú. Con todos tus matices.

claradriel dijo...

Qué cosa tan bonita que un ser tan especial como Laura comparta algo así con otro, el él que también es muy especial...

Me alegro de que Laura esté arropada. Mucho.