busca entre mis delirios

martes, junio 03, 2014

así

me vuelve loca el dulce de leche aunque me empalagan una barbaridad los postres de crema y nata. me apasiona cocinar, intentar reproducir recetas, improvisar y reinventar y sin embargo odio tener que pensar qué hacer de cenar. me gustan los gintonics, la cerveza bien fresquita pero un buen vino no lo cambio por nada. me encantan las galletas danesas de mantequilla, los after-eights y algún otro dulce viejuno y en cambio una torrija deconstruida de lo más moderno y vanguardista me quitó el sentido. me gusta la cocina de moda, los masterchef y estrellas michelín que jamás podré pagar, pero realmente se me conquista con una cesta de picnic y un par de tuppers elaborados con cariño. no me atraen nada los países del Sur y sin embargo uno de los mejores viajes que he vivido fue a Marrakech. me siento identificada con el color rojo, aunque el azul me aporta mucha energía, el naranja me calma, el verde me da seguridad y con el negro disfrazo todas las carencias y faltas. me cuestan las marchas cortas, reduciendo me atasco y en cambio, con la velocidad me siento segura. me gusta la carretera al volante, pero prefiero mil veces pasear la ciudad a pie. dicen que soy urbanita, un ser de ciudad, de asfalto, cines, gente, tiendas y bares, pero donde realmente disfruto es en la montaña, en la hierba mojada, entre árboles, riachuelos, un bastón, una mochila, dos bocadillos y una botella de litro y medio de agua. soy bastante radical en política, ideas y opiniones, aunque me las callo casi siempre por no molestar. soy patéticamente incapaz de dar portazos e irreparablemente nula en las despedidas y sin embargo he perdido más gente a lo largo de mi vida de la que conservo. he intentado hacer el bien a todo el mundo, me he vestido de heroína, he tratado de salvar el mundo y en cambio he herido, he dañado y he tenido que pedir perdón muchas más veces de las que hubiera deseado. renacería en los 50' en Francia para poder vivir el mayo del 68' y en cambio el 15m se me antojó en cierta manera abyecto. viviría sin pensarlo en Barcelona, mientras Andalucía tira de mí un poquito todo el rato. amo los tiempos de Proust, el impresionismo de Montmartre, el existencialismo de Sartre, Jean-Luc y Eric, lo cuqui de Amelie, los croissants au beurre y el oh-la-la del acento francés, pero Paris me parece una ciudad muy triste y absolutamente sobrevalorada. odio la lluvia, el frío, los episodios de nieve repentina, los días grises, sin sol y en cambio me mudaría mañana mismo a una segunda planta en Camden. he tenido gatitos de todos los colores desde que tengo uso de razón y sin embargo no veo el momento de tener un pequeño golden retriever recibiéndome en la puerta cada día. me da un poco de miedo la incomunicación y la solitud pero me sentaría como Ana en una silla en medio de la Laponia finlandesa a ver auroras boreales. el sonido de un piano me hipnotiza, el del viento me enmudece, las guitarras y la cuerda me anestesian, pero hay algo en la percusión que me produce ansiedad. los museos me gustan a paso ligero, no me importa ver películas desde el salón de mi casa, disfruto de los conciertos aunque el spotify sea mi mejor compañero de viajes en metro, pero la magia de un escenario de teatro no la cambio por nada. la música clásica me emociona, el jazz me embriaga, pero el rock siempre será mi perdición. no soporto las faltas de ortografía y sin embargo escribo siempre en minúsculas. me llena mucho el cine francés de la nouvelle vague, el surcoreano, hongkonés, el neorrealismo italiano, el cine independiente de Estados Unidos y en cambio una parodia chorra me desarma por completo. me gusta ser así, aunque a veces me de mucha rabia a mí misma...

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