observo con amargura y cierto interés las reacciones a esta época de desencanto, descontento y desconcierto que vivimos impávidos e inertes, sometidos e incapaces, dejándonos violar por cada ley, cada norma, cada restricción que consiguen penetrarnos inpúnemente desde el aparato legislativo del estado. miro con atención los abusos de las empresas en nombre de una crisis que cada vez me creo menos, las desigualdades a cada lado de una acera cualquiera, el bienestar precario que desayunamos cada mañana y vomitamos cada noche, la insatisfacción por las vidas que nadie quiere, los deseos frustrados, la criminalidad, los vacíos discursos pre-electorales, la defensa, la acusación y un eterno e interminable etcétera que a buen seguro, aumentaría la amargura.
y a mi me parece que ya he vivido todo esto. que soy de una (o varias) generación(es) anterior(es) y que ya me sé esta historia.
ahora surgen tímidos movimientos sociales de protesta. aparecen grupos en facebook que recopilan información sobre la injusticia, tratan de estimular a la opinión pública -a pequeña escala, pues sólo llegarán a un pequeño porcentaje del 23% de españoles que usan facebook-, manifiestan su queja y con cierta violencia ligüística se rebelan contra el sistema, pero no plantean soluciones. y ahí habrán fracasado.
también resurgirán pequeños grupos sociales contraculturales, que ejerciendo desde su caracter contestatario y desviante, performarán su queja mediante el espectáculo con la intención de atraer la atención de los medios y convertirse en fenómeno social. se repartirán o venderán varios centenares de caretas de Guy Fakes, se concentrarán un centenar de personas bajo la lluvia de vergüenzas y los medios los ignorarán, censurarán, acallarán, borrarán, taparán, logrando que no existan, que no sean, que no sirvan. no habrán conseguido nada, salvo unas décimas de fiebre y un posible catarro invernal.
y es que creo que hace falta pensar antes de actuar. si se hiciera más a menudo, se evitarían mucha hiel debajo de la lengua. si se reflexionara un poco, sería fácil comprender que lo que hace falta hoy y desde hace un tiempo, es una revolución. un cambio de sistema, de estructura. algo muy gordo que implicaría a mucho más que a grupos dispersos de decenas y cientos de personas, reclamaría una totalidad en cifras cuantificables de varios millones de personas -y hablo sólo de este pais- que quisieran todos lo mismo, cuyos discursos fueran homogéneos, que compartieran una misma identidad social, que unánimemente, propusieran la reforma y que firmaran por un nuevo orden social. pero eso no va a suceder, no ahora, y no así. porque lo que falla en esta realidad social no es tanto el gobierno, la estructura política, sino la sociedad. el agregado ciudadano que seguirá mirándose el ombligo durante un tiempo largo, velando por sus propios intereses, consumiendo sin miedo, sometiéndose desde la inacción a lo que se decida desde arriba mientras, sólo algunos, se quejan con palabras escritas o bajo una máscara, por temor a exponerse, sin dejar ver su cara ni comprometer nada de todo lo seguro que tienen en sus vidas.
porque querer ganar es tremendamente apetecible, pero arriesgarse a perder es una temeridad inviable.
tras todos los movimientos sociales, las huelgas, las concentraciones, las quejas, las recogidas de firmas, las protestas de "voces de autoridad", no se ha conseguido suprimir la ley antitabaco, ni la ley sinde, ni el nuevo plan de pensiones. y eso por sólo nombrar unas cuantas que afectan a una enorme mayoría de la población española.
mi desencanto en esta silla giratoria mientras llueve afuera y algunos planean en pillar otro resfriado esta tarde, me lleva a ser consecuente con mis palabras. que hay que pensar. hay que pensar mucho y hacer las cosas bien. hay que mirar atrás y estudiar cómo se consiguieron cambios en la historia. y mientras tanto, apretar bien los glúteos o comprar un billete a otro planeta.
5 comentarios:
Apretemos bien fuerte el culo (juntos) e intentemos ser consecuentes con lo que pensamos puede solucionar este desánimo e insatisfacción que lo mancha todo.
Un beso.
Conseils tres interessants. A quand la suite?
Desde hace un par de décadas, en educación se ha luchado por el respeto a las diferencias individuales. Dicho así suena correcto, pero algo se habrá hecho mal o algún factor se nos ha pasado cuando dichas individualidades se han transformado en individualismo. En la actualidad, libertades y derechos se reclaman a voces y pocas veces paramos, me incluyo, a reflexionar sobre nuestras obligaciones y la necesidad de cumplir con ellas para que las primera puedan seguir existiendo.
Por otro lado, cuando el delito se multiplica nadie quiere verlo y así, todos confían en que pasará. Precisamente por lo que dices, porque, en general, no se está tan mal y alzar voces reflexivas que inviten al cambio (cambio a algo totalmente distinto, es decir, que nadie conoce) conlleva un riesgo que yo, a título personal, tampoco estoy dispuesta a asumir (supongo que porque no paso hambre).
argax_ apretemos y mantengámonos... espero que se aclare el panorama. más besos
lau_ derechos y obligaciones...creo que en el fondo es un problema de fé. de creer que van en serio las constituciones, las declaraciones de derechos, las bases teóricas de la democracia, las leyes (que marcan obligaciones), los aparatos de control del estado... sinceramente, estoy convencida de que, no ahora, sino desde hace muchos, muchos años, vivimos en una realidad falsa: de falsas necesidades, de falsas libertades, de falsos derechos, de falsas obligaciones...
y claro que no vas a asumir un cambio, tú y el 80% de la población. obvio y natural.
Besos, más.
en realidad, niña buena, a la calle salimos los cuatro de siempre... espero que todos los que se quedan en sus casas mientras nos siguen robando el tiempo, el dinero y los derechos, sea porque están pensando algo bueno que hacer igual que tú.
porque la verdad, estoy casi más cansada de la pasividad de la gente que de los políticos chupasangre.. así que con eso creo que te lo digo todo.
al menos yo voy a seguir saliendo a la calle, voy a patalear, y a gritar y a meter la caña que haga falta. y que me ignoren... total, menos ruido hago desde casa.
beso, bonita
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