busca entre mis delirios

jueves, septiembre 03, 2009

[sin título]

Hoy escribo un post sin título y sin pronombres denominativos, sin adverbios de tiempo o lugar y sin deixis alguna. Vacío la pragmática de cada una de mis palabras en la impotencia de la inutilidad que eso supone. Que la semántica se pronuncie por sí sola, puede con eso, y con mucho más. Ojala hubiera más gente que conociera los recovecos de la semiótica... Que se entendiera a Peirce, más que a Saussure. Que compartiéramos, al fin, el mismo lenguaje. No harían falta traducciones, ni pies de página, ni fe de erratas, ni paréntesis explicativos, ni justificaciones, ni medidas cautelares. Todo sería más fácil. Para mí. Para todos.

Ni el más convencido estructuralista me puede decir a mí ahora qué es lo que sigue.
Iba a decir que me dan pena muchas cosas que no son mías. Y será este el único pronombre posesivo que use hoy, que me sale lo ajeno por el costado en que me roza. Me afligen las largas jornadas de una hija en un hospital, donde al menos tuvieron la delicadeza de no pintar las paredes de blanco, y las noches en la butaca del acompañante de un enfermo al que desearía no conocer. Las madrugadas en las que el cansancio tiene las de ganar, pero aún así, vence el insomnio. Las malas rachas que no acaban nunca y las heridas que no terminan de curarse porque la rehabilitación nunca fuera una buena opción. Me duelen las lágrimas de alguien que espera al compás del segundero digital de la pantalla del ordenador una palabra suya, y que no tuviera el acierto de conectar la webcam para que al menos le llegara adjunta su tristeza. Que el messenger no te avise de que "fulanita está llorándote", o que entre 'disponible' y 'ocupado' hubiera un estado intermedio inequívoco. Que internet sea tan imperfecto como todo esto y que a pesar de ello, haya quien siga confiando en él para las cosas del corazón. Las amistades que lo son cada vez menos cuando a una le dejan sola y sin intención de entendimiento. Cuando faltan los abrazos y sobran los reproches. Que las conversaciones tomen las circunvalaciones, en lugar de atravesar la autovía por dentro de poblado y viajar en línea recta (aunque haya que ir más despacio). Me produce una tristeza sin concretar la gente que no sabe que ha tenido en su mano todo este tiempo la llave de un piso a estrenar y totalmente amueblado, mientras sigue acudiendo día tras día a las manifestaciones por una vivienda digna. O los que esperan la eternidad un saque de banda del equipo contrario, cuando la pelota está aburrida e ignorada en un corner de su campo. Me duele, casi como si me lo hicieran a mí, los dedos en las yagas abiertas, la inmovilidad aparente, el no atreverse a atreverse, las tortillas que acaban desparramadas en el suelo, la injusticia de una excusa de saldo, el dolor gratuito y/o improductivo, las bofetadas que no logran reanimar al inconsciente, la fama malcriada, los gritos que no son escuchados, la empatía que no se ejerce, los ombligos cuando se convierten en protagonistas, los espacios y tiempos no respetados, las heridas a quien se quiere tanto.

3 comentarios:

Marta dijo...

por lo menos no has escogido el camino fácil, el atajo que haga que no sientas nada que no sea tuyo, eres permeable a las alegrías y tristezas de todos los que andamos por aquí

muuuuuuucha fuerza y un abrazo grannde!! y que no falten las sonrisas ni una mano que apretar para quien está asustado o solo :)

muaaah!

claradriel dijo...

Tuve una pesadilla contigo, y espero la señal de que el futuro no será así.

Muchos ánimos y fuerzas, mucha energía de mi corazón, y todo todo mi amor.

Marta dijo...

jo, ahora vuelvo a leer la última frase de tu texto y me siento demasiado identificada :(

supongo que se acercan tiempos nuevos para ambas

pero el cambio, y del querer mucho a quedarse en el aire, los "feos" varios que se llegan a recibir, eso duele mucho

muchas gracias por los mensajitos ^^ eres un solito!!!

(y si, me conoces demasiado bien xD)

muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! :D