que alguien me ate las manos, me cosa la boca, me tapone los oídos y me tape los ojos.
que encierre a las palabras, censure las conversaciones y borre cada una de las letras.
que blanquee los colores, elimine las horas y fulmine el calendario.
que haga que el mundo pare fuera de mí sólo cuatro instantes.
y que me arranque el corazón y lo meta en un tupperware, bien al fondo del congelador.