Twisted and sick

Una mañana de delirio salvaje desperté
Con la fiebre del ave migratoria,
Noté mi frente arder

Es el principio de una canción de Amaral (va por tí sunes :P) y el comienzo de alguna manera de la justificación de esta no-actualización a la que seguro que ya estáis acostumbrados.
He pillado una especie de gripe asquerosa y pegajosa que no me deja en paz, que me revuelve en temblores, en fiebres altas por picos, en toses compulsivas y en dolor corporal generalizado.
Pero en cambio, anímicamente, y a pesar de todo, no me encuentro mal. Quizá sí un poco por aquello de que mi estado me aleja del mundo mortal que teme un contagio y eso me impide esos besos y abrazos y cariños y cuidados que tanto me gustaría pedir y robar. Pero por lo demás me siento viva y feliz, aunque cansada y frustrada (¿¡cuándo narices terminará esto!?). Pero vaya, sólo quería advertiros a los que no lo sabéis; que si estoy algo incomunicativa es porque me cuesta hasta escribir.

Aprovechad este descanso de delirios -los afortunados que podáis huir de mí- para dar rienda suelta a vuestras apetencias cinéfilas (ahora en cartel Transamerica que merece mucho la pena, y Melissa P. de la que aún no puedo hablar... hadita, ya sabes), literarias (me han dicho que el último de Ellis está de supermoda, osea), musicales (siempre tendremos esa oportunidad de recuperar y conocer los grandes clásicos, como Johnny Cash -ahora de moda por la peli de los Oscars- pero yo últimamente sólo puedo escuchar las mismas canciones) y por qué no, fiesteras, que los Carnavales hay quien los tiene aún encima y se pueden exprimir al máximo.

De cualquier forma, suerte a todos en este comienzo de primavera, a los que se incorporan a las clases, suerte en la vuelta de vuestros viajes universitarios, el cobro de la nómina del mes más corto y pobre del año y también, suerte a los que os libráis de estos virus malos malos que se ensañan con la gente buena buena.