tengo varios motivos por los que no me gustan la navidad. uno de ellos es que es la única fecha del año en la que la ilusión tiene un precio. se busca, se persigue, se vende y se compra a 20 euros. un precio prefijado, y da igual de qué tipo sea la que tú quieres. los estándares oficiales lo reinan todo y lo reducen a un simple símbolo con poca fuerza semiótica. la gente hace esfuerzos sobrehumanos por hacerse con ella. viajan, hacen largas colas a menostresgradoscentígrados y si hace falta llegar a las manos, pues se llega, porque hay demasiado en juego como para ceñirse al humanismo civilizado.
quizá algún día alguien entienda que la ilusión no tiene precio. que además, no hace falta recorrer 800 kilómetros para dar con una fuente "probablemente segura". que uno la tiene dentro y que son de mil formas y colores diferentes. que lo iluminan todo, brillan y a veces son intermitentes, que en ocasiones hasta cantan canciones y otras simplemente, son establemente preciosas. como las luces navideñas...
1 comentario:
Sea como sea, la Navidad está aqui, puedes ir en tirantes por casa y dibujar un sol enorme. No puedes cambiar el exterior, pero en tu espacio vital puede ser la estación que quieras!
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