Hay cosas que son, pero no te das cuenta. Puedes tardar una vida en reflexionar sobre ellas... o morirte sin haberlo hecho. Lo bueno es que no está sólo en tus manos; hay mucha gente a tu alrededor que se encargará de abrir la brecha para que indagues. Compañeros de facultad, amigos de toda la vida, gente en la parada del bus, un profesor, alguien en un blog, un periodista, científico o cualquier otro loco profesional, un colega del trabajo.
Todas (o casi todas) las cosas bonitas e importantes para nosotros se hacen con los ojos cerrados, o en su defecto, en la oscuridad. Dormir, soñar, hacer el amor, tener un orgasmo, besar, escuchar música. Se ha dado cuenta -entre otros, supongo- el arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa [un genio, por otra parte]. Aboga, basándose en esa premisa por la eliminación de la luz diáfana en los edificios, la desaparición de enormes ventanales que acaban sustituyendo al muro, y reduciendo la escala del edificio hasta la humana, de modo que el individuo que entra en él se sienta cómodo, como en la placenta, o casi. Lo contrario es centrar únicamente la impresión del hombre en la luz. La luz, en exceso, aniquila como el agua, en exceso, ahoga.
Pues bien, un compañero de trabajo me comentaba que si juntáramos todos los parpadeos del ser humano a lo largo de su vida, resultaría que ha pasado algo así como un tercio de sus días con los ojos cerrados inconscientemente. La penumbra es la iluminación del ser humano. Es la clave para la introspección individual. Es la ayuda para el crecimiento humano vertical. Mirarse a uno mismo, no por no querer mirar a los demás, sino por la necesidad de contar con uno. Porque nos pasamos la vida huyendo de los espejos porque pensamos que siempre es mejor prestar atención a otros... y de pronto viene un parpadeo y te encuentras a solas contigo misma.
De cualquier modo, solo o en compañía, parece cierto que las cosas lindas se hacen con los ojos cerrados. También nacer y morir. Todo empieza y acaba así, en penumbra. Por eso un beso puede ser tan intenso. Por eso es como nacer, morir y volver a nacer. Sólo es cuestión de no tener miedo a que nos deslumbre la oscuridad.
6 comentarios:
...por eso un beso es como nacer, morir y volver a nacer...
esa y la última frase lo dicen todo :)
genial, de principio a fin
besos!
A titulo de dato, sin ninguna otra finalidad me gustaria añadir dos puntualizaciones.
El sexo tantrico se practica con los ojos abiertos mirando, casi sin parpadear, a los ojos de la otra persona. Es, por tanto, imprescindible un minimo de luz.
Para encontrar la iluminacion se ha de partir de la oscuridad. De otro modo se hace muy dificil saber que es lo que es la luz.
Besotes!
me ha encantado el final. ojalá sea cierto.....
MOLTS BEXETS!!
pd: 8 días para tu visita a bcn city no??? :P
hola a los tres!!!
papi... ¿sabes que eres como una enciclopedia humana? te envidio, y eso si que lo sabes :P
gracias por la info, que por supuesto, desconocía por completo
y mar y penny, me alegro de que os gustara, me salió sólo y sin pensarlo... penny, mucha suerte!! y sí... 8 dias!!!!!!
un besazo a todos!!
Dios mío!Estaba a la deriva en este mar de blogs y parece que he dado a parar con una isla que no se hunde. Me ha encantado el delirio de hoy, la oscuridad nos permite disfrutar de las sensaciones, pero sin luz no podríamos ver que las provoca. Un abrazo de un naufrago.
bueno, si este delirio no se hunde es gracias a la tripulación, marinero ;)
gracias por la visita y por darme a conocer tu blog, que parece súper interesante.
otro abrazo para ti
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